viernes, 15 de abril de 2016

[Poesía y humor] Hoy, con "Ya de mis quietos días el sereno", de Jerónimo de Lomas Cantoral, y viñetas de Forges






Es muy posible que a algún purista le parezca una blasfemia lo que pretendo hacer durante unas semanas: unir en la misma entrada algunos de los más bellos sonetos de amor y a mis viñetistas cotidianos preferidos. Bien, pues lo siento por los puristas, pero un servidor piensa que hay pocas cosas en la vida más serias que el amor y el humor, así pues, ¿por qué no juntarlos?  Todo ello sin mayores pretensiones, aun reconociendo que meter en el mismo envoltorio un soneto de amor y unas viñetas humorísticas, por muy preñadas que estén de crítica social y realidad cotidiana, puede no resultar una fórmula afortunada. En cualquier caso, espero que sean de su agrado. 

El soneto es una composición poética compuesta por catorce versos de arte mayor, endecasílabos en su forma clásica, que se organizan en cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos. En el primer cuarteto suele presentarse el tema de la composición, tema que el segundo cuarteto amplifica. El primer terceto reflexiona sobre la idea central expresada en los cuartetos. El terceto final, el más emotivo, remata con una reflexión grave o con un sentimiento profundo desatado por los versos anteriores. De Sicilia, el soneto pasó a la Italia central, donde fue también cultivado por los poetas del "dolce stil nuovo" (siglo XIII). A través de la influencia de Petrarca, el soneto se extiende al resto de literaturas europeas.

Continúo hoy la serie de sonetos de amor con el de Jerónimo de Lomas Cantoral (1542-1600) que se inicia con el verso que dice "Ya de mis quietos días el sereno". Poeta español, nacido en Valladolid, toda su vida y su obra transcurre en ambientes cortesanos, siendo esta última marcadamente moralizante y grave e influenciada por los petrarquistas italianos y los clásicos latinos. Cervantes lo alaba como poeta en La Galatea. 

***

YA DE MIS QUIETOS DÍAS EL SERENO


Ya de mis quietos días el sereno

cielo se va turbando y con sosiego
en el alma se enciende un nuevo fuego
que me consume dulcemente el seno.

Recoge, corazón, recoge el freno

y a más sano lugar te vuelve luego,
pues que de amor el más sabroso juego
está con hiel templado y con veneno.

Al suspirar y al llanto triste y laso,

a oscura luz y a noches congojosas
no tornes, ya que miras libre el cielo.

Huye a los ojos bellos, cierra el paso

al vano desear y a mentirosas
esperanzas, y cércate de hielo.


Jerónimo de Lomas Cantoral


***


Las viñetas que acompañan el poema son todas del dibujante Forges, que las publica en el diario El País. Disfrútenlas.

***








Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[Reedición] Cambio de ciclo: ¿Fin del capitalismo? ¿Hora de revoluciones?



Lenin arengando a los soviets (Anónimo, Museo de Bostón)


"Reedición" es una nueva sección del blog dedicada a reproducir antiguas entradas que tuvieron cierto predicamento en su momento entre los lectores de Desde el trópico de Cáncer. Estas entradas se publican diariamente, conservan su título, fecha y numeración original, y no cuentan en el cómputo general de entradas del blog. Disfrútenla de nuevo si lo desean. 

***

A mis nietos Gabriel, Guillermo y Saúl,
aunque aún no puedan entenderlo,
porque ellos representan el futuro

Cuando el Muro de Berlín se vino abajo en noviembre de 1989, y con él todo el sistema de dominación política y económica de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas sobre su propio territorio (que saltaría hecho pedazos dos años más tarde) y sobre el del resto de países del llamado "bloque socialista" de Europa Oriental, pareció a muchos que la Historia (con mayúsculas) se hubiera detenido y que un nuevo ciclo histórico dominado por el sistema capitalista en lo económico y el democrático-liberal en lo político, se hubiera instalado ya para siempre, o al menos para mucho tiempo, en toda la sociedad. Era, el "fin de la historia", ya predicho por Hegel y Marx en el siglo XIX, entendido, en palabras del profesor Israel Sanmartín, como término de un proceso dialéctico que a través de unos estadios comprensibles e incluso predecibles desembocan en uno postrero que otorga sentido y realidad a los acontecimientos. ¿Se equivocaron Hegel y Marx? Parece que sí, pero...

Un año antes de la caída del Muro, en 1988, un joven profesor de Ciencias Políticas estadounidense, Francis Fukuyama, escribió un polémico artículo que alcanzó una enorme difusión en todo el mundo. Se titulaba "El fin de la historia". Y en España mereció el estreno con él de la revista Claves de Razón Práctica, una publicación fundamental para conocer, en español, lo que se cuece en el mundo sobre historia, cultura, filosofía, sociología, economía y política. La tesis central del artículo era que, con el triunfo insoslayable del sistema económico capitalista y el político democrático-liberal, la Historia (de nuevo con mayúscula) había llegado a su culminación. Que nada más perfecto para el desarrollo del hombre y de la sociedad podría sustituir a ambos sistemas. ¿Se equivocó Fukuyama? Parece evidente que sí, pero...

Veinticinco años después el mundo y el sistema económico capitalista y el político democrático-liberal están, como mínimo, trastocados. ¿Cambio de ciclo? ¿De paradigma? (Paradigma es, en palabras del filósofo estadounidense Thomas S. Kuhn, toda una constelación de convicciones, valores y modos de proceder compartidos por los miembros de una socidad dada). Bien pudiera ser, pero...

Lo es, por ejemplo, para el sociólogo norteamericano Jeremy Rifkin, que acaba de publicar un libro (2014) titulado "La sociedad del coste marginal" en el que augura la jubilación del sistema capitalista, una tesis que defiende en un recientísimo artículo titulado "Hacia el Internet de las cosas". Dice en él que para el año 2050 los "prosumidores" (ya no existirán consumidores) dominarán el mundo con una nueva concepción de la economía, la cultura y las artes como productores y consumidores de manera gratuita, o casi, gracias al coste marginal cero. Un penúltimo logro, dice, de la democratización, la autogestión y autorregulación de un nuevo sistema llamado "procomún colaborativo", que habrá derrocado para esas fechas, al capitalismo. ¡Cuán largo me lo fiáis, amigo Sancho!, le dijo don Quijote a su escudero. ¿Será posible? Me gustaría que sí, pero...

¿Será este, ahora, el momento de la Revolución? ¿De ese cambio de ciclo presentido? ¿De ese nuevo paradigma en la historia de la humanidad? Pienso, sinceramente, que no deberíamos dejarnos llevar por las ensoñaciones ni las utopías. Es cierto que sin "utopías" es difícil avanzar, pero las utopías, las más recientes: el comunismo (el dominio de una clase para abolir las clases) y el nazismo (el dominio de una raza para abolir la libertad y dominar a las demás) han causado demasiado sufrimiento, demasiada sangre, demasiadas muertes, como para no tomarlas, al menos, con un cierto escepticismo.

Mi admirada y profusamente citada en "Desde el trópico de Cáncer" Hannah Arendt, decía en su libro Sobre la revolución, que la palabra "revolución", etimológicamente, no significa "cambio hacia delante", sino al contrario, cuando una situación se entiende como defectuosa o necesitada de cambio, como un "volver hacia atrás". Es decir, a una situación que se reconoce como "mejor" y "más justa", basada en la experiencia y el recuerdo del pasado.

Un joven, polémico y famoso filósofo surcoreano, Byun-Chul Han, muy crítico con las ideas de Jeremy Rifkin, ha escrito un reciente artículo titulado "¿Por qué hoy no es posible la revolución?", en el que afirma que quien pretenda establecer un sistema de dominación lo primero que debe hacer es eliminar resistencias. ¿Por qué el régimen  de dominación democrático-liberal es tan estable? ¿Por qué hay tan poca resistencia? ¿Por qué toda resistencia se desvanece tan rápido? ¿Por qué ya no es posible la revolución a pesar del creciente abismo entre ricos y pobres?, se pregunta el profesor Han. Para explicarlo, dice, es necesario comprender adecuadamente como funcionan hoy el poder y la dominación. Y a ello se dedica en el artículo que comento. ¿Tendrá razón Han? Como ven sigo planteando más preguntas que respuestas. En todo caso espero que los enlaces les resulten de interés. 

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




La libertad guiando al pueblo (E. Delacroix, Museo del Louvre)




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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)
Publicada originariamente con fecha 9 de octubre de 2014

jueves, 14 de abril de 2016

[Celebrando a Miguel de Cervantes] Hoy, "La elección de los alcaldes de Daganzo"





El próximo 23 de abril se conmemora el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes y de William Shakespeare. Como bien decía el editorial de El País del pasado 30 de enero, las comparaciones son odiosas, pero a veces pueden servir para valorar cómo distintos países gestionan desafíos parecidos. Tanto Miguel de Cervantes como William Shakespeare parece que murieron ese mismo día del año 1616, y tanto uno como otro son los mayores referentes de la lengua española y de la inglesa, respectivamente.   

A principios de año el primer ministro de Reino Unido, David Cameron, lanzaba al mundo un rotundo mensaje, que Shakespeare sigue vivo, y poco a poco se ha empezado a concretar la ofensiva internacional de propuestas con las que se pretende proyectar la obra del clásico en 141 países. En cuanto a Miguel de Cervantes, solo existe la vaga afirmación de que están en marcha 131 proyectos —académicos, culturales, turísticos, educativos—. No tiene sentido -sigue diciendo el editorial citado- medir la envergadura de los clásicos por la magnitud de los fastos que se programan para celebrar sus centenarios. Lo que importa es que sean leídos y representados y que su obra siga hablando en el presente. En ese sentido, El Quijote ha contado con prestigiosos valedores que lo llevan mimando desde que en 2005 se celebrara el cuarto centenario de la aparición de su primera parte. El año pasado, que recordaba el aniversario de la publicación de la segunda, hubo excelentes iniciativas que ayudaron a confirmar su grandeza. Pero fueron hechos puntuales, fruto muchas veces de la sociedad, a falta de un verdadero plan riguroso y bien articulado que cumpla con las expectativas que deben exigirse a cualquier Gobierno respecto al patrimonio cultural del que es responsable: convertirlo en pieza esencial de la educación de los menores, cuidarlo para que siga manteniéndose vivo y saber proyectarlo para sacar provecho de todo su potencial (también económico). 

De las tareas de la Comisión responsable del cuarto centenario de Cervantes poco se sabe. Y lo que se conoce hasta ahora no es como para tirar voladores (expresión del español de Canarias que no necesita traducción) y parece confirmar que no hay ningún plan claro.

"Desde el trópico de Cáncer" se suma con humildad y pasión contenida a la efeméride que conmemora el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes. Y para celebrarlo, asume el compromiso de ir subiendo al blog día a día, a lo largo de estas semanas que restan, la totalidad de su obra para disfrute de todos los lectores y amantes de la lengua española, lengua a la que él elevó a la máxima expresión literaria, hasta culminarlas los próximos 22 y 23 de abril con la publicación en el blog de las dos partes de El Ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha.

Miguel de Cervantes Saavedra (Alcalá de Henares, 29 de septiembre de 1547-Madrid, 22 de abril de 1616) fue un soldado, novelista, poeta y dramaturgo español, conocido con el sobrenombre de "Príncipe de los Ingenios". Está considerado como la máxima figura de la literatura española y es universalmente conocido por haber escrito Don Quijote de la Mancha, que muchos críticos han descrito como la primera novela moderna y una de las mejores obras de la literatura universal, además de ser el libro más editado y traducido de la historia, solo superado por la Biblia.

Continúo esta nueva sección del blog dedicada a la conmemoración del 400 aniversario de su muerte con la publicación de su entremés La elección de los caldes de Daganzo, en la edición de Florencio Sevilla Arroyo, que puede leerse en la página electrónica de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, de la Universidad de Alicante (España). Los escritos iniciales de Cervantes datan de los tiempos de reclusión en Argel. Fue a su regreso a España, entre 1582 y 1587, cuando escribió sus primeras obras teatrales, que ya he traído hasta el blog. Tras ellas, dejó de escribir para la escena y solo al final de su vida publicó ocho comedias y ocho entremeses nuevos, nunca representados (1615). 

La elección de los alcaldes de Daganzo es el tercero de los entremeses, pieza teatral de carácter cómico y de un solo acto que originalmente se representaba en el entreacto de una comedia, escritos por Cervantes. En este entremés , una hilarante sátira sobre la voluntad de poder y las magistraturas, cuatro labradores pretenden ser nombrados alcaldes de Daganzo y con este fin hablan de sus méritos propios ante el jurado que debe aprobar su elección. El primero sabe cuatro oraciones que recita varias veces a la semana, el segundo dice ser muy diestro con el arco, el tercero afirma saber mucho de vinos, mientras que el último tiene una memoria prodigiosa. Pero la elección queda interrumpida por la aparición del sacristán del pueblo... Disfrútenlo.




Miguel de Cervantes



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




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[Reedición] Sobre Hannah Arendt. En el 108 aniversario de su nacimiento




Hannah Arendt


"Reedición" es una nueva sección del blog dedicada a reproducir antiguas entradas que tuvieron cierto predicamento en su momento entre los lectores de Desde el trópico de Cáncer. Estas entradas se publican diariamente, conservan su título, fecha y numeración original, y no cuentan en el cómputo general de entradas del blog. Disfrútenla de nuevo si lo desean. 

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Nacida en Hannover (Alemania) el 14 de octubre de 1906, Hannah Arendt comienza sus estudios de Filosofía en la Universidad de Marburgo, donde tiene como profesores a Martin Heidegger, Nicolai Hartmann y Rudolf Bultmann, estudios que continúa en la Universidad de Friburgo con Edmund Husserl y culmina con su doctorado en la Universidad de Heidelberg bajo la dirección de Karl Jaspers. A pesar de su impresionante currículo académico filosófico, ella nunca se considero a sí misma como filósofa sino como teórica de la política, a cuyo estudio dedicó prácticamente toda su vida como pensadora y profesora en las universidades estadounidenses de Princeton, Chicago y Berkely, país al que se trasladó en 1941 huyendo del régimen nazi que la había privado de la nacionalidad alemana por su condición de judía. Murió el 4 de diciembre de 1975 en la ciudad de Nueva York, donde residía, y está enterrada en el campus del Bard College, en la ciudad de Annandale-on-Hudson (Nueva York). 

Un reciente artículo de Juan Arias en el diario El País titulado "Hannah Arendt, la musa ideológica de Marina Silva", sobre la derrotada profesora candidata a la presidencia de Brasil por el partido Verde y sus propuetas políticas, basadas en los planteamientos teóricos de Hannah Arendt, pone de nuevo de actualidad,  el pensamiento de la teórica política estadounidense de origen judeoalemán de la que mañana martes se celebra el 108 aniversario de su nacimiento.

Me uno a la efeméride invitando a los amables lectores de "Desde el trópico de Cáncer" a la lectura de dos de sus obras más famosas y controvertidas: "Los orígenes del totalitarismo" y "Eichmann en Jerusalén", que pueden descargar gratuita y legalmente desde los enlaces anteriores. 

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





Hannah Arendt, durante su época de estudiante en Alemania



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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)
Publicada originariamente con fecha 13 de octubre de 2014

miércoles, 13 de abril de 2016

[Celebrando a Miguel de Cervantes] Hoy, "El rufián viudo llamado Trampagos"



Representación de "El rufián viudo llamado Trampagos"


El próximo 23 de abril se conmemora el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes y de William Shakespeare. Como bien decía el editorial de El País del pasado 30 de enero, las comparaciones son odiosas, pero a veces pueden servir para valorar cómo distintos países gestionan desafíos parecidos. Tanto Miguel de Cervantes como William Shakespeare parece que murieron ese mismo día del año 1616, y tanto uno como otro son los mayores referentes de la lengua española y de la inglesa, respectivamente.   

A principios de año el primer ministro de Reino Unido, David Cameron, lanzaba al mundo un rotundo mensaje, que Shakespeare sigue vivo, y poco a poco se ha empezado a concretar la ofensiva internacional de propuestas con las que se pretende proyectar la obra del clásico en 141 países. En cuanto a Miguel de Cervantes, solo existe la vaga afirmación de que están en marcha 131 proyectos —académicos, culturales, turísticos, educativos—. No tiene sentido -sigue diciendo el editorial citado- medir la envergadura de los clásicos por la magnitud de los fastos que se programan para celebrar sus centenarios. Lo que importa es que sean leídos y representados y que su obra siga hablando en el presente. En ese sentido, El Quijote ha contado con prestigiosos valedores que lo llevan mimando desde que en 2005 se celebrara el cuarto centenario de la aparición de su primera parte. El año pasado, que recordaba el aniversario de la publicación de la segunda, hubo excelentes iniciativas que ayudaron a confirmar su grandeza. Pero fueron hechos puntuales, fruto muchas veces de la sociedad, a falta de un verdadero plan riguroso y bien articulado que cumpla con las expectativas que deben exigirse a cualquier Gobierno respecto al patrimonio cultural del que es responsable: convertirlo en pieza esencial de la educación de los menores, cuidarlo para que siga manteniéndose vivo y saber proyectarlo para sacar provecho de todo su potencial (también económico). 

De las tareas de la Comisión responsable del cuarto centenario de Cervantes poco se sabe. Y lo que se conoce hasta ahora no es como para tirar voladores (expresión del español de Canarias que no necesita traducción) y parece confirmar que no hay ningún plan claro.

"Desde el trópico de Cáncer" se suma con humildad y pasión contenida a la efeméride que conmemora el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes. Y para celebrarlo, asume el compromiso de ir subiendo al blog día a día, a lo largo de estas semanas que restan, la totalidad de su obra para disfrute de todos los lectores y amantes de la lengua española, lengua a la que él elevó a la máxima expresión literaria, hasta culminarlas los próximos 22 y 23 de abril con la publicación en el blog de las dos partes de El Ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha.

Miguel de Cervantes Saavedra (Alcalá de Henares, 29 de septiembre de 1547-Madrid, 22 de abril de 1616) fue un soldado, novelista, poeta y dramaturgo español, conocido con el sobrenombre de "Príncipe de los Ingenios". Está considerado como la máxima figura de la literatura española y es universalmente conocido por haber escrito Don Quijote de la Mancha, que muchos críticos han descrito como la primera novela moderna y una de las mejores obras de la literatura universal, además de ser el libro más editado y traducido de la historia, solo superado por la Biblia.

Continúo esta nueva sección del blog dedicada a la conmemoración del 400 aniversario de su muerte con la publicación de su entremés El rufián viudo llamado Trampagos, en la edición de Florencio Sevilla Arroyo, que puede leerse en la página electrónica de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, de la Universidad de Alicante (España). Los escritos iniciales de Cervantes datan de los tiempos de reclusión en Argel. Fue a su regreso a España, entre 1582 y 1587, cuando escribió sus primeras obras teatrales, que ya he traído hasta el blog. Tras ellas, dejó de escribir para la escena y solo al final de su vida publicó ocho comedias y ocho entremeses nuevos, nunca representados (1615). 

El rufián viudo llamado Trampagos es el segundo de los entremeses, pieza teatral de carácter cómico y de un solo acto que originalmente se representaba en el entreacto de una comedia, escritos por Cervantes. En este entremés Cervantes aborda la historia de Trampagos, un aristócrata rufián que tiene como sirviente a Vademécum y como amante a Pericona, que acaba de morir. A orar por esta acuden multitud de personas, entre ellas Repulida y Pizpita, que eran compañeras de Pericona y quieren que Trampagos elija a una de ellas como su nueva amante. Este elige, con el consejo de otros dos rufianes, Chiquiznaque y Juan Claros, a Repulida, dejando a Pizpita llena de envidia. Un hombre anuncia la llegada del alguacil, pero Trampagos es amigo de él, así que nadie se marcha del lugar.  Al final aparece Escarramán que adoraba a Pericona y cuenta todas las aventuras con ella... Disfrútenlo.



Miguel de Cervantes



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HArendt




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[Píldoras literarias] Hoy, "Cotidiana", de Miguel Gomes





La noción de brevedad ronda siempre las consideraciones sobre la minificción de los minirrelatos. Aunque la brevedad no sea, ni con mucho, el único rasgo que es necesario observar en estas brillantes construcciones verbales, resulta lógico que para el lector común, e inclusive en cierta medida para el escritor, resalte de manera especial. Fue, en efecto, la primera característica que llamó la atención de lectores y críticos de esta forma literaria: la que primero produjo desconcierto y, a partir de allí, admiración. Ocurre, sin embargo, que tal noción es eminentemente subjetiva. Se puede considerar breve un relato de ocho o diez páginas, pero también lo será uno de un par de páginas, e igualmente, y con mayor razón, algún texto de extensión aún menor, que podremos describir en función de un determinado número máximo de líneas o de palabras, y no de páginas ni de párrafos. 

Pesan en este sentido la tradición de una literatura, y también la implícita comparación -casi instintiva, casi subconsciente- que formulamos con otros textos que conocemos, o bien con lo que se considera cuento o relato en nuestra propia literatura o en una distinta de ella. ¿Habremos de aceptar una categoría nueva, la del microrrelato brevísimo o hiperbreve, aunque el nombre resulte redundante? ¿O bien entenderemos que hay casos en que el escritor extrema alguna de las características que también tienen otros textos de este tipo, y ese hecho es percibido por el lector como un factor de diferenciación? Ustedes deciden. 

Continúo hoy la serie Píldoras literarias con el relato titulado Cotidiana, del escritor venezolano Miguel Gomes. Gomes decidió irse del país en 1989 y embarcarse en la aventura de obtener un doctorado en una universidad estadounidense con la premonición de que no regresaría a su país natal. Se trata de uno de los autores venezolanos de mayor calibre del Siglo XX y lo que va del XXI, porque su fructífera carrera prosigue bajo la égida inevitable de esa relación con Venezuela y su preocupación existencial por el deterioro acelerado del país. 

Su relato, incluido en la obra Visión memorable (1987), tiene veintiséis palabras, y dice así:

COTIDIANA

Tras una discusión, coloqué a mi mujer sobre la mesa, 
la planché y me la vestí. No me sorprendió que 
resultara muy parecida a un hábito.


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Miguel Gomes



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Entrada núm. 2683
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[Reedición] Libros que no he leído y que, seguramente, nunca leeré



Biblioteca Nacional de España (Madrid)


"Reedición" es una nueva sección del blog dedicada a reproducir antiguas entradas que tuvieron cierto predicamento en su momento entre los lectores de Desde el trópico de Cáncer. Estas entradas se publican diariamente, conservan su título, fecha y numeración original, y no cuentan en el cómputo general de entradas del blog. Disfrútenla de nuevo si lo desean. 

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Creo que fue Jorge Luis Borges el que dijo que si un libro nos desagrada (por las razones que sean) una vez comenzada su lectura, por muy interesante que nos hayan dicho o que pensemos que es, no merece la pena que prosigamos con él. Evidentemente, aunque con la subjetividad que palabras como belleza y placer encierran, para gustos se hicieron colores, como dice el refrán. 

Yo, por deformación profesional, soy más lector de ensayo o libros académicos que de literatura de ficción. En ningún caso, desdeño esta última. Un ejemplo: acabo de leer Nos vemos allá arriba, la novela de Pierre Lemaitre, ganadora del último premio Goncourt, que me ha encantado. Y en estos últimos meses he disfrutado sobremanera con dos autores israelíes contemporáneos como Amos Oz y David Grossman y varias de sus novelas; más con el primero que con el segundo, lo confieso. Ahora, para variar, estoy releyendo la apasionante historia del cristianismo que escribiera el teólogo Hans Küng, titulada: El cristianismo: Esencia e historia.     

En agosto de 2008 escribí una entrada en el blog, que titulé Los clásicos, en la que traía a colación el famoso "canon occidental", establecido por el profesor, erudito y crítico literario vivo más famoso del mundo, el estadounidense Harold Bloom, sobre las obras literarias cuya lectura resulta imprescindible para el hombre moderno y culto de hoy. Ni que decir tiene que esa lista, como cualquier otra, resulta subjetiva, pero el peso de los clásicos está ahí, y en todo caso, merece la pena conocerla, aunque leerla resulte otra cuestión. Les invito a hacerlo en el enlace de más arriba.

Pero hoy no quiero hablarles por más tiempo de los libros que "deberíamos" haber leído, sino de aquellos otros que, a pesar de su fama, nos ha sido imposible leer. Un interesante artículo en el diario El País de ayer domingo, titulado "Libros que muy pocos han logrado terminar", construído a base de opiniones de escritores actuales sobre los libros que no han podido terminar de leer, por razones de todo tipo, en el que la lista resultante parece como mínimo, tan subjetiva o más, que la del canon de Bloom sobre las lecturas imprescindibles. 

De las del canon no voy a decir cuales no he leído porque no tengo necesidad ni ganas de exponerme al escarnio público; de la lista de esos libros que se comentan como que muy pocos han logrado terminar si me gustaría refutarla en algunos de los títulos en ella reflejados.

Estos son los títulos y sus autores: El arco iris de la gravedad, de Thoman Pynchon; Crimen y castigo, de Fiodor Dostoyievki; Guerra y paz, de Leon Tolstoi; Orgullo y prejuicio, de Jane Austen; Vida y opiniones del caballero Tristam Shandy, de Laurence Sterne; La divina comedia, de Dante Alighieri; Moby Dick, de Herman Melville; Paradiso, de José Lezama Lima; Don Quijote de La Mancha de Miguel de Cervantes, Las aventuras del buen soldado Svejk, de Jaroslav Hasek; y La broma infinita, de David Forster Wallace. 

Discrepo educadamente de la inclusión en esa lista, aun admitiendo mi profunda subjetividad, de las obras de Dante, Melville y Cervantes. De las restantes, a pesar de conocerlas, no puedo decir nada salvo que yo tampoco las he leído. Pero, insisto, a pesar de su subjetivismo, no alcanzo a comprender como de esa lista han sido excluidos títulos como Ulises o Finnegans Wake, de James Joyce, o En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust. El Ulises tardé diecisiete años en decidirme a leerla; cuando lo hice, la leí de un tirón, y me encantó. Por el contrario, su Finnegans Wake, confieso que si no dejo su lectura hubiera acabado completamente loco de atar. Sobre la novela de Proust no me atrevo a decir nada más que la tengo pendiente de lectura desde hace infinito tiempo y que siempre encuentro alguna excusa, seguro que injustificable, para comenzarla.

Termino con una, de nuevo, confesión personal. No puedo con los autores rusos; ni con los clásicos ni con los modernos: es algo psicosomático. En parte por los nombres, que me resultan imposible de retener. Sí, supongo que es pueril, pero es real. Y en la literatura española no he podido, y he puesto voluntad, con La regenta, de Leopoldo Alas. No me pregunten por qué, porque no sabría explicarlo. Como tampoco puedo con la novela realista: ni la española de Galdós, ni la francesa de Balzac, o la británica de Dickens. Me he leído los Episodios Nacionales de Galdós, pero no puedo con sus novelas: imposible. Sé que me estoy perdiendo lo mejor de la literatura española, pero es así. Sin embargo, leo con mucho placer su teatro, y el de García Lorca o Buero Vallejo. 

En fin, les invito a que dejen en el blog si lo desean su lista de lecturas imposibles; "Desde el trópico de Cáncer" está siempre abierto a todos ustedes. Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt







Entrada núm. 2179
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Publicada originariamente con fecha 20 de octubre de 2014

martes, 12 de abril de 2016

[Celebrando a Miguel de Cervantes] Hoy, "El juez de los divorcios"



Representación de "El juez de los divorcios"


El próximo 23 de abril se conmemora el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes y de William Shakespeare. Como bien decía el editorial de El País del pasado 30 de enero, las comparaciones son odiosas, pero a veces pueden servir para valorar cómo distintos países gestionan desafíos parecidos. Tanto Miguel de Cervantes como William Shakespeare parece que murieron ese mismo día del año 1616, y tanto uno como otro son los mayores referentes de la lengua española y de la inglesa, respectivamente.   

A principios de año el primer ministro de Reino Unido, David Cameron, lanzaba al mundo un rotundo mensaje, que Shakespeare sigue vivo, y poco a poco se ha empezado a concretar la ofensiva internacional de propuestas con las que se pretende proyectar la obra del clásico en 141 países. En cuanto a Miguel de Cervantes, solo existe la vaga afirmación de que están en marcha 131 proyectos —académicos, culturales, turísticos, educativos—. No tiene sentido -sigue diciendo el editorial citado- medir la envergadura de los clásicos por la magnitud de los fastos que se programan para celebrar sus centenarios. Lo que importa es que sean leídos y representados y que su obra siga hablando en el presente. En ese sentido, El Quijote ha contado con prestigiosos valedores que lo llevan mimando desde que en 2005 se celebrara el cuarto centenario de la aparición de su primera parte. El año pasado, que recordaba el aniversario de la publicación de la segunda, hubo excelentes iniciativas que ayudaron a confirmar su grandeza. Pero fueron hechos puntuales, fruto muchas veces de la sociedad, a falta de un verdadero plan riguroso y bien articulado que cumpla con las expectativas que deben exigirse a cualquier Gobierno respecto al patrimonio cultural del que es responsable: convertirlo en pieza esencial de la educación de los menores, cuidarlo para que siga manteniéndose vivo y saber proyectarlo para sacar provecho de todo su potencial (también económico). 

De las tareas de la Comisión responsable del cuarto centenario de Cervantes poco se sabe. Y lo que se conoce hasta ahora no es como para tirar voladores (expresión del español de Canarias que no necesita traducción) y parece confirmar que no hay ningún plan claro.

"Desde el trópico de Cáncer" se suma con humildad y pasión contenida a la efeméride que conmemora el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes. Y para celebrarlo, asume el compromiso de ir subiendo al blog día a día, a lo largo de estas semanas que restan, la totalidad de su obra para disfrute de todos los lectores y amantes de la lengua española, lengua a la que él elevó a la máxima expresión literaria, hasta culminarlas los próximos 22 y 23 de abril con la publicación en el blog de las dos partes de El Ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha.

Miguel de Cervantes Saavedra (Alcalá de Henares, 29 de septiembre de 1547-Madrid, 22 de abril de 1616) fue un soldado, novelista, poeta y dramaturgo español, conocido con el sobrenombre de "Príncipe de los Ingenios". Está considerado como la máxima figura de la literatura española y es universalmente conocido por haber escrito Don Quijote de la Mancha, que muchos críticos han descrito como la primera novela moderna y una de las mejores obras de la literatura universal, además de ser el libro más editado y traducido de la historia, solo superado por la Biblia.

Continúo esta nueva sección del blog dedicada a la conmemoración del 400 aniversario de su muerte con la publicación de su entremés El juez de los divorcios, en la edición de Florencio Sevilla Arroyo, que puede leerse en la página electrónica de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, de la Universidad de Alicante (España). Los escritos iniciales de Cervantes datan de los tiempos de reclusión en Argel. Fue a su regreso a España, entre 1582 y 1587, cuando escribió sus primeras obras teatrales, que ya he traído hasta el blog. Tras ellas, dejó de escribir para la escena y solo al final de su vida publicó ocho comedias y ocho entremeses nuevos, nunca representados (1615). 

El juez de los divorcios, es el primero de los ocho entremeses, pieza teatral de carácter cómico y de un solo acto que originalmente se representaba en el entreacto de una comedia, escritos por Cervantes.  En este entremés Cervantes aborda desde múltiples perspectivas, siempre irrisorias, pero sin olvidar su lado más oscuro, la relación matrimonial de cuatro parejas ridículas que desfilan ante el juez de los divorcios sin conseguir la separación pese a que sus matrimonios son verdaderos infiernos, satirizando entre veras y burlas a los jueces de la época, que no tenían el menor interés en la resolución de los pleitos matrimoniales sino que gozaban de los problemas de las parejas... Disfrútenlo.



Miguel de Cervantes



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




Entrada núm. 2682
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[Reedición] Noche de difuntos



Doña Inés y don Juan, en la famosa escena del sofá


"Reedición" es una nueva sección del blog dedicada a reproducir antiguas entradas que tuvieron cierto predicamento en su momento entre los lectores de Desde el trópico de Cáncer. Estas entradas se publican diariamente, conservan su título, fecha y numeración original, y no cuentan en el cómputo general de entradas del blog. Disfrútenla de nuevo si lo desean. 


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Dentro de unos días el mundo católico y algunos países cristianos de origen anglosajón celebran la festividad de Todos los Santos. Una fiesta a la que sigue indisolublemente unida la noche de ese día, "Noche de Difuntos", ahora trivializada como tantas otras cosas para convertirla en fiesta de disfraces para niños y adultos infantilizados, como si de una celebración carnavalera anticipada se tratara.

Hoy día la fiesta de Todos los Santos, unida a la Noche de Difuntos, la llaman en todo el mundo la fiesta de "Halloween", contracción de la frase en inglés "all hallow's eve" (víspera de todos los santos), una celebración de origen celta que se celebra en los países anglosajones la noche del 31 de octubre y que se ha extendido prácticamente a todo el mundo occidental perdiendo por completo su sentido originario.

Las cosas ya no son como eran. Si eso es para bien o para mal, no soy quién para decirlo..., pero a mi me gustaba más lo de antes. Cuando era niño, a inicios de los 50 del pasado siglo, la "Noche de Difuntos" era mágica ¡y terrible! para mí. Sentado al calor del brasero bajo la mesa camilla, oí junto a mi madre durante años la retransmisión radiofónica del Don Juan Tenorio de Zorrilla lleno de miedo, emoción y asombro. Me encantaba la escena de la seducción de doña Inés por don Juan, aquella de "¿No es verdad, ángel de amor...?"; o esa otra en que, a punto de huir de Sevilla, lanza su famoso "¡Llamé al cielo y no me oyó...!", pero cuando de verdad los pelos se me ponían de punta, literalmente, era cuando el espíritu del comendador, don Gonzalo de Ulloa, invitado sacrílegamente por don Juan en el cementerio a cenar aquella noche en su casa, se presenta a la misma con sus llamadas a las puertas de la casa que iban sonando cada vez más cercanas...

Durante años escuché el "Don Juan" con la cabeza apoyada sobre los brazos simulando dormir pero emocionado hasta los tuétanos; o ayudando a mi madre a separar a mano y una por una las lentejas, o desgranando las judías verdes, que ella cocinaría al día siguiente para todos nosotros; son cosas que no se olvidan... Mis hermanos mayores, sabedores de mis miedos y emociones, cuando llegaba la escena de la aparición del comendador golpeaban las puertas de nuestra casa para asustarme..., ¡y bien que lo conseguían, los muy c...! Esa noche me resultaba difícil conciliar el sueño, y cuando lo lograba era para ser presa de una especie de duermevela agitada que duraba hasta el alba, en la que los esqueletos de los difuntos salían de sus féretros, con sombrero de copa, y se ponían a bailar sobre las tumbas...

Yo sigo prefiriendo recordar esa noche el mito universal, y tan español, de "Don Juan". Quiza por eso, en estas fechas próximas a la noche mágica de Difuntos, o de "Halloween" si lo prefieren, intento releer y disfrutar una vez más el Don Juan Tenorio (1844), de José Zorrilla, o su antecedente directo, El burlador de Sevilla (1617), de Tirso de Molina. Pueden leer ambas obras en los enlaces de más arriba, pero si no tienen ganas de leer, esperen a la doce de la noche del 1 de noviembre y disfruten de este vídeo, rescatado de los archivos de RTVE, con la representación del "Don Juan Tenorio" de Zorrilla en un "Estudio 1" de 1966, dirigido por Gustavo Pérez Puig, con el actor Francisco Rabal en el papel de don Juan y la actriz Concha Velasco en el de doña Inés. Es un auténtico lujo, se lo aseguro.

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




Los espíritus de doña Inés y del comendador se disputan el alma de don Juan



Entrada núm. 2182
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)
Publicada originariamente con fecha 25 de octubre de 2014