viernes, 6 de septiembre de 2024

El poema de cada día. Hoy, Poema del vino, de Semuel ibn Nagrella (993-1055)

 






POEMA DEL VINO


Vierte la sangre de uvas en copas de cristal puro,

como fuego apresado en el granizo,

y bebe, cuando trinan las aves al alba,

el zumo que brilla en el vaso como la luz.

Su aspecto es rojo y agrada a quien lo bebe;

se elabora en España, y a la India llega su aroma.

Y no dejéis descansar al vino por las noches,

apagad la candela, ¡que os iluminen vuestras copas,

que en la tumba no hay cantos, ni vino, ni amigos!


Amigo mío, ¿cuándo vendrás a beber mi vino?

El canto del gallo me ha despertado,

no hay sueño en mis pupilas.

Salid a ver por el Oriente

la luz del alba como un hilo escarlata.

Daos prisa, antes que se alce la aurora,

y escanciadme en la copa

mosto oloroso y zumo de granada.


El escanciador llenaba la copa de rubíes,

la ponía sobre una cesta de mimbre multicolor

y la enviaba por el agua al que quería beber,

como a un novio, cual novia, en una litera.


Este vino debería quedar bien guardado,

encerrado en escondrijos sellados

para el que beba con alegría los zumos de la uva

y coja la copa con manos expertas;

para el que observe las normas escritas sabiamente

y tema el castigo después de la muerte.


Semuel Ibn Nagrella (993-1055)

Poeta sefardí de Al-Andalus









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