¿Somos los españoles de 2011 antisemitas, antijudíos, o solo antiisraelíes? ¿Acaso las tres cosas a la vez? Un reportaje del periodista Juan G. Bedoya titulado "La crisis dispara el odio antijudío en España", en El País del pasado 30 de marzo, daba algunas claves para responder esa pregunta, pero quizá, antes de responderla deberíamos llegar a algún tipo de acuerdo sobre la definición de los términos citados. Recurramos para ello a algo tan sencillo como consultar el Diccionario de la Real Academia Española:
- antisemita: 1. adj. Enemigo de la raza hebrea, de su cultura o de su influencia. Apl. a pers., u. t. c. s.
- judío, a: (Del lat. Iudaeus, y este del hebr. yĕhūdī). 1. adj. hebreo (‖ del pueblo semítico que conquistó y habitó la Palestina). Apl. a pers., u. t. c. s. // 2. adj. Perteneciente o relativo al que profesa la ley de Moisés. // 3. adj. Natural de Judea. U. t. c. s. // 4. adj. Perteneciente o relativo a este país del Asia antigua.
- israelí: 1. adj. Natural de Israel. U. t. c. s. // 2. adj. Perteneciente o relativo a este país de Asia.
Parece claro que antisemitismo, antijudaísmo o antiisraelismo, no son exactamente lo mismo ni obedecen a las mismas causas. Sigue en pie la pregunta. ¿Somos los españoles antisemitas, antijudíos o antiisraelíes? ¿No estará mal formulada la pregunta?
La escritora norteamericana de origen judeo-alemán Hannah Arendt en el prólogo a la primera parte de su trilogía "Los orígenes del totalitarismo" (Alianza, Madrid, 1987), la dedicada al "Antisemitismo" (las otras dos son "Imperialismo" y "Totalitarismo") escribía en julio de 1967 lo siguiente: "El antisemitismo es una una ideología secular decimonónica -cuyo nombre, aunque no su argumentación, era desconocido hasta la década de los años setenta de ese siglo- y el odio religioso hacia los judíos, inspirado por el antagonismo recíprocamente hostil de dos credos en pugna, es evidente que no son la misma cosa; e incluso cabe poner en tela de juicio el grado en que el primero deriva sus argumentos y atractivo emocional del segundo".
Descartada la religión como fundamento de ese presunto antisemistismo de los españoles quedan la raza, o lo que es lo mismo, el odio a los judíos como pueblo, la economía o la historia...
Del resultado de una encuesta encargada en otoño pasado por el Ministerio español de Asuntos Exteriores y Cooperación -se dice en el reportaje- se desprendía que el 58,4% de los españoles se declaraba antisemita, muy por encima de la media europea, según el Informe sobre Antisemitismo 2010. La justificación: que "los judíos tienen mucho poder porque controlan la economía y los medios de comunicación". Y también, que más de un tercio de los encuestados (34,6%) tiene una opinión desfavorable o totalmente desfavorable de esa comunidad religiosa, que en España apenas suma 40.000 personas
Llamativo resulta que la extrema derecha tenga una opinión menos desfavorable de los judíos (34%) que el centro izquierda (37,7%), y que la simpatía hacia los judíos en la extrema derecha (4,9 en la escala de 0 a 10) es superior a la de la media de la población (4,6). O que entre los que reconocen tener "antipatía hacia los judíos", sólo un 17% aduzca que ésta se deba al conflicto de Oriente Medio. Por el contrario, no sucede así en los medios de comunicación, donde el auge del antisemitismo sí está en función de ese conflicto.
La crisis económica -se añade- ha agravado la situación, por el supuesto poder económico que la encuesta atribuye a los judíos españoles pese a significar apenas un 1% de la población total nacional. Dos tercios (62,2%) del 58,4% que opina que "los judíos tienen mucho poder porque controlan la economía y los medios de comunicación", son universitarios. El porcentaje sube hasta el 70% entre los que afirman "tener interés por la política". Es decir, los más antisemitas son supuestamente los más formados e informados.
Como descendiente de judíos conversos y como historiador es éste un tema que me resulta apasionante y apasionado. Ya he escrito sobre él en anteriores ocasiones [v. mi entrada del blog de fecha 11 de mayo de 2008: "La Noche de los Cristales: 70.º Aniversario"] o en la más reciente, del 8 de diciembre de ese mismo año (v. "Genética española"] en la que comentaba un artículo del historiador y genetista, el profesor Javier Sampedro [v. "Sefardíes y moriscos siguen aquí"]. Se dice en él que las investigaciones científicas más recientes realizadas sobre los genes de los españoles llevan a la conclusión de que el 20 por ciento de la población española actual son descendientes de conversos, es decir, de los aproximadamente 240000 judíos sefardíes que en 1492 se quedaron en España y se convirtieron al catolicismo de grado o por fuerza.
Algunos sabemos nuestro origen y nos sentimos orgullosos de ello. Otros, quiero suponer, que ni lo saben ni lo creen. Pero ese es su problema. Y en relación con la pregunta que me hacía al comienzo: ¿son los españoles actuales antisemitas, antijudíos, antiisraelíes, o las tres cosas a la vez?, mi opinión personal es que sí, en lo cual coincido con el resultado de la encuesta citada anteriormente, pero en cuanto a las causas, pienso, sinceramente, que solo es producto de la ignorancia de la mayoría de mis conciudadanos sobre su propia historia. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt
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