miércoles, 3 de mayo de 2017

[Política] XII Legislatura de las Cortes Generales. Abril, 2016 (V)







Las Cortes Generales representan al pueblo español y están conformadas por el Congreso de los Diputados y el Senadoejercen la potestad legislativa del Estado, aprueban sus Presupuestos, controlan la acción del Gobierno y tienen las demás competencias que les atribuye la Constitución (Art. 66).

En los Diarios de Sesiones de las Cámaras se reflejan literalmente los debates habidos en los plenos y las comisiones respectivas y las resoluciones adoptadas en cada una de ellas. Los demás documentos parlamentarios: proyectos de ley, proposiciones de ley, interpelaciones, mociones, preguntas, y el resto de la actividad parlamentaria, se recogen en los Boletines Oficiales del Congreso de los Diputados y del Senado. 

Desde este enlace pueden acceder a toda la información parlamentaria de la presente legislatura, actualizada diariamente. Y desde estos otros a las páginas oficiales de la

Casa de S.M. el Rey

Presidencia del Gobierno
Tribunal Constitucional
Tribunal Supremo/Consejo General del Poder Judicial
Consejo de Estado
Boletín Oficial del Estado
Parlamento europeo
Consejo Europeo/Consejo de la Unión Europea
Comisión Europea
Tribunal de Justicia de la Unión Europea
Tribunal Europeo de Derechos Humanos
Diario Oficial de la Unión Europea

Esta semana, me permito recomendarles la lectura del Diario de Sesiones de la Comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados, celebrada el día 24 de abril, con la comparecencia de altos funcionarios de la Administración del Estado a petición de los grupos parlamentarios para responder a los mismos sobre las solicitudes de información requeridas en relación con el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2107, y aquí, el de la a sesión del día 25 de abril.

Y en estos otros los Diario de Sesiones de la Comisión Especial sobre la Evolución Demográfica en España del Senado, celebrada el día 24 de abril, con la comparecencia de los científicos, profesores y expertos convocados a petición de los grupos parlamentarios para responder sobre las cuestiones planteadas por los mismos, y del Pleno del Senado, del día 25 de abril, con la formulación de preguntas e interpelaciones sobre asuntos de actualidad formuladas por los senadores a los ministros del gobierno, y de las mociones resultantes por parte de los diversos grupos parlamentarios, el día 26 de abril.






Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3466
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[Humor en cápsulas] Para hoy miércoles, 3 de mayo de 2017





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Yo no soy humorista, así que me quedo con la primera acepción, y en la medida de lo posible iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos. Las de hoy, con Morgan en Canarias7; Gallego y Rey y Ricardo en El Mundo; El Roto, Forges, Peridis, Ros y Sciammarella en El País; y Montecruz y Padylla en La Provincia-Diario de Las Palmas. Disfruten de ellas.




Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




HArendt






Entrada núm. 3465
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

martes, 2 de mayo de 2017

[A vuelapluma] El poder del Estado





Los independentistas pueden desafiar al Estado y quien desafía puede ganar o perder, pero no negociar. Si el marco legal es violentado, la única opción es neutralizar la agresión, sin condiciones ni contrapartidas, como han hecho otras democracias. Lo decía hace unos días Antoni Zabalza, catedrático de Economía de la Universidad de Valencia y exsecretario de Estado de Hacienda. No puedo estar más de acuerdo con él. 

Hace un mes, Puigdemont y Junqueras decían en esta página (EL PAÍS, 20 de marzo de 2017) que “Pactar la forma de resolver las diferencias políticas siempre une”. Estoy de acuerdo. Hacer política es conversar sobre la diferencia y el conflicto, avanzar sin imponer, educar y ser educado. Hacer política es convivir. Pero no son diferencias políticas las que separan la Generalitat del Gobierno central, sino concepciones incompatibles de lo que es un Estado de derecho. Cuando exigen un referéndum de autodeterminación, Puigdemont y Junqueras dejan de hacer política y se sitúan en un plano distinto: el de la negación de la autoridad del Estado y desacato de sus leyes. Un plano desde el que se puede ganar una guerra, pero no negociar un acuerdo.

Las leyes están investidas de la autoridad que les confiere la adhesión a las mismas de quienes están obligados por ellas. No nos dicen lo que hemos de hacer, pero lo que decidamos hacer debe ser coherente con las obligaciones que prescriben. Estas simples ideas facilitan la relación entre personas, mantienen la paz y han jugado un papel fundamental en el desarrollo de las sociedades y en su prosperidad. Las leyes son fruto de la invención humana y, por tanto, perfectibles. Pueden ser cambiadas, y de hecho lo son, de acuerdo con lo previsto en el mismo ordenamiento legal. Como el mismo Tribunal Constitucional reconoce, en su auto de 14 de febrero de 2017 de incidente de ejecución de sentencia sobre la hoja de ruta del Parlamento de Cataluña, la Constitución puede ser reformada y el Parlamento de Cataluña puede debatir el proceso constituyente de una Cataluña independiente “sin ignorar de forma deliberada los procedimientos expresamente previstos a tal fin en la Constitución”. Pero no es este el tipo de cambio del que Puigdemont y Junqueras quieren hablar. Lo que quieren es negar el marco legal vigente y salir de la jurisdicción que les obliga: “El Gobierno de la Generalitat va a poner las urnas. Que decidan. Es su derecho. Y lo van a ejercer”.

Este es el lenguaje del poder. El del gobernante que se cree con capacidad para hacer que otros hagan lo que él quiere. Del que sabe lo que es bueno para sus ciudadanos y cuáles son sus derechos. Y, en una muestra de autoridad, del que no tiene ninguna duda de que estos derechos van a ser ejercidos. Del líder que habla alto y con ostentosidad para guiar al pueblo y amedrentar al enemigo.

Pero el lenguaje puede mostrar más de lo que uno desea. Y aquí insinúa también impotencia porque Puigdemont y Junqueras no pueden concretar la magnitud y naturaleza de sus fuerzas. Harán “lo indecible” para que los catalanes voten a favor de la secesión de Cataluña, pero no dicen qué van a hacer. Puede ser indecible por prudencia para no alarmar con la gravedad de las tensiones que nos esperan; por cautela estratégica para no revelar planes de acción en un conflicto institucional abierto; pero también por necesidad,º porque nada hay detrás de la propaganda secesionista y nada se puede decir.

Los independentistas avanzan hacia el conflicto con palabras desafiantes y acciones ilegales, y no parecen ser conscientes del coste que causan. No del personal, que seguramente tienen asumido, sino del social, que por afectar a todos y estar ya produciéndose es mucho más importante. Han dividido a la sociedad catalana; la han sumido en un clima de incertidumbre que está comenzando a pesar por la angustia personal que provoca; y han interferido en la marcha de la economía española. Y aún más grave es el duro ataque que está sufriendo la Constitución y el marco legal en su conjunto. Ahí pueden haber estimado en exceso sus posibilidades y minusvalorado la capacidad del Estado.

El marco legal es indefenso y el Estado debe protegerlo. No sorprende por tanto que la propaganda secesionista haya presentado al Estado como un ente antidemocrático, injusto, represor y sobre todo anti catalán. Un Estado casi fallido, surgido de una transición mal cerrada, y ajeno al sentir de los ciudadanos. Sin embargo, esta es una caracterización de la realidad burda y contraria a la evidencia: la actual etapa constitucional es el período más largo de paz y prosperidad que los españoles hemos vivido, el más abierto al mundo, y el que por primera vez en la historia nos ha dado un marco legal y político homologable con los existentes en las democracias más asentadas.

Los independentistas pueden desafiar al Estado y quien desafía puede ganar o perder, pero no negociar. Desafiar y a la vez reclamar diálogo es una contradicción que muestra la debilidad del movimiento secesionista o la gran confusión en que se mueve. El Estado debe de saber que si el marco legal es violentado su única alternativa para no perderlo o debilitarlo es neutralizar esta agresión. Y hacerlo sin condiciones ni contrapartidas como han hecho otras democracias que han superado envites similares, para que nadie albergue duda alguna de que con la Constitución no se especula.

El Estado cuenta con un aparato de poder del que carecen los secesionistas. Pero este no es el factor decisivo. Lo que realmente importa es que el Estado tiene la autoridad que le confiere la adhesión de sus ciudadanos. Una adhesión voluntaria y genuina, basada en la experiencia de una sociedad civil abierta, respetuosa de la diversidad y capaz de gestionar el conflicto dentro de un marco legal moderno y aceptado por todos.

El poder del movimiento secesionista es de otra naturaleza: ha orquestado para su causa una buena campaña propagandística y ha organizado manifestaciones masivamente concurridas. Más allá de esto, lo único que ha ofrecido son calendarios de actuación siempre incumplidos. Ha generado grandes expectativas, que explican el aumento de los partidarios de la independencia desde el 13,3% de 2005 al 47,3% de 2013 (datos del CEO, el organismo de la Generalitat encargado de elaborar encuestas). Pero la reiteración del mensaje y la ausencia de resultados tangibles también ha provocado la frustración y el cansancio que motivan el parón y gradual descenso de este porcentaje después del máximo de 2013 hasta situarse en el 39,7% de 2016. El movimiento secesionista arrastra desde 2013 un déficit de credibilidad insoportable. No cumple lo que promete, porque promete lo que no puede cumplir.

El independentismo, termina diciendo el profesor Zabalza, tiene menos poder del que presume y carece de autoridad. Cuando amenaza con castigar a los catalanes que no están dispuestos a seguir sus designios, imagina una fuerza de la que no dispone. Cuando utilizando a la Generalitat enfrenta entre sí a los catalanes, muestra una falta de responsabilidad política que cercena la adhesión social que necesita. No tiene legitimidad para cambiar de forma tan drástica la vida de tantas personas.




Palacio del Congreso de los Diputados, Madrid



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3464
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[Humor en cápsulas] Para hoy martes, 2 de mayo de 2017





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Yo no soy humorista, así que me quedo con la primera acepción, y en la medida de lo posible iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos. Las de hoy, con Morgan en Canarias7; Gallego y Rey y Ricardo en El Mundo; El Roto, Forges, Peridis, Ros y Sciammarella en El País; y Montecruz y Padylla en La Provincia-Diario de Las Palmas. Disfruten de ellas.




Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




HArendt






Entrada núm. 3463
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

lunes, 1 de mayo de 2017

[Tribuna de prensa] Lo mejor de la semana. Abril, 2017 (V)





Les dejo con los Tribuna de prensa que durante esta semana pasada he ido subiendo a Desde el trópico de Cáncer. Espero que les resulten interesantes, y que como decía Hannah Arendt, les inviten a pensar para comprender y comprender para actuar. La vida, a fin de cuentas, no va de otra cosa que de eso. Se los recomiendo encarecidamente. Son estos: 

 La involución francesa, por Antonio Elorza.
 El franquismo persistente, por Jesús Mota.
 Revolución liberal, por Víctor Lapuente.
 La irresponsabilidad de las élites políticas, por Lluís Bassets.
 Especial: Todos los muros del mundo, por El País.
 Contra el autoritarismo en Hungría, por Timothy Garton Ash.
 Los huecos de la política, por Valentí Puig.
 Gobernar sin partido, por Sandra León.
 El Gramsci de todos, por Ramón Vargas-Machuca.
 Redes criminales, por Manuel Villoria.
 El bien de España, por Manuel Jabois. 
 Generosidad sin fronteras, por Ana Merino.
 Una filósofa en el frente de Aragón, por José Andrés Rojo.
 Macrón y la gran novela nacional, por Bernard-Henri Levy.


Para terminar, les dejo con los reportajes de El País con las mejores imágenes del 2016, las treinta fotos más representativas de los 40 años de vida del periódico, y las fotos ganadoras del World Press Photo 2017. Y como siempre, las mejores fotos de la semana que termina. 



Revuelta en Caracas, Venezuela



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3462
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[Humor en cápsulas] Para hoy lunes, 1 de mayo de 2017





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Yo no soy humorista, así que me quedo con la primera acepción, y en la medida de lo posible iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos. Las de hoy, con Morgan en Canarias7; Gallego y Rey y Ricardo en El Mundo; El Roto, Forges, Peridis, Ros y Sciammarella en El País; y Montecruz y Padylla en La Provincia-Diario de Las Palmas. Disfruten de ellas. 





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




HArendt






Entrada núm. 3461
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

domingo, 30 de abril de 2017

[A vuelapluma] Desigualdad y pobreza no son lo mismo





El pasado 8 de diciembre escribía en el blog sobre las falsas percepciones y las falacias estadísticas en relación con un artículo de aquellas fechas publicado por el sociólogo Julio Carabaña. Hoy subo al blog una entrada de contenido similar sobre las diferencias entre desigualdad y pobreza que quizá aclaren un poco más la diferencia entre ambos conceptos. La pobreza severa baja en España pero la desigualdad no se corrige, pues la tasa de riesgo de pobreza repuntó en 2015 a pesar de que los ingresos medios de los hogares mejoraron un 2,4% hasta los 26.730 euros, señala el Instituto Nacional de Estadística en su más reciente Informe.

Es hora de introducir una renta mínima y de tomarse en serio políticas activas de empleo, pero no es posible ignorar las restricciones económicas existentes, y resulta imprescindible definir bien las prioridades, decía hace unos días en su artículo Desigualdad y pobreza, el sociólogo José María Maravall, ministro de Educación y Ciencia (1982-1988) en el gobierno socialista de Felipe González.

Hoy día todo el mundo deplora la desigualdad, señala. Desde el Papa hasta el Fondo Monetario Internacional. La socialdemocracia puede estar en crisis, pero la pasión igualitarista se ha extendido hasta ámbitos inesperados. Ello debería ser motivo de esperanza puesto que mucha gente vive en unas condiciones materiales de vida profundamente deterioradas. Pero, por ello, debemos evitar aquellos intentos en los que se es compasivo simplemente porque resulta popular, con abusos retóricos de palabras.

Resulta muchas veces difícil saber qué es lo que muchos deploran y cómo lo querrían remediar. Para empezar, unas veces se habla de “desigualdad”; otras, de “pobreza”. Por “pobreza” cabe entender la carencia de bienes y recursos necesarios para llevar una vida digna. Esta es una concepción de pobreza “absoluta”. Pero por lo general la “pobreza” se entiende en términos “relativos”: más pobre en relación a otros. La “pobreza” se convierte entonces en una manifestación extrema de la “desigualdad”. Esta diferencia no es trivial: alguien sería “pobre” en Noruega si su renta estuviese por debajo de la mitad de 64.279 euros. La renta mediana en 2016. Pero en muchas partes del mundo esa renta no impediría disponer de bienes y recursos necesarios para llevar una vida digna. Así, en unos países puede existir una considerable desigualdad, pero no pobreza; en otros, mucha igualdad y mucha pobreza. ¿Cuál de las dos alternativas es más grave? ¿Preocupa más la pobreza o la desigualdad? ¿Se sabe siempre de qué se habla?

La confusión es también considerable entre “desigualdad” y “discriminación”. La socialdemocracia tiene parte de culpa: desde la Segunda Guerra Mundial, la universalización de los distintos programas del Estado de Bienestar ha conducido a “no discriminar” entre beneficiarios, pero a costa de redistribuir menos, financiando también a los ricos. ¿Por qué razón igualitaria jubilados adinerados habrían de recibir pensiones no-contributivas? ¿Por qué razón los ricos debieran percibir una “renta mínima universal” en vez de depender esta de las condiciones económicas de las personas?

Existen sin duda argumentos poderosos a favor del “universalismo” de las políticas de bienestar. Pienso que ello sucede en particular con la sanidad y la educación públicas, que se convierten así en la sanidad y la educación de todos. Pero además ha existido una competición electoral por el voto de las clases medias ofreciéndoles beneficios sociales. Y el universalismo evita tensiones sociales y políticas, sin que las políticas sociales se conviertan en un juego de suma cero. En tiempos atribulados como los actuales, es necesario reconsiderar con mucho más cuidado desigualdad, pobreza y discriminación social, y cómo remediarlas.

¿En qué situación estamos? Con independencia de una abrumadora retórica, es cierto que los tiempos han cambiado mucho en la última década. Durante un largo período, la desigualdad de ingresos disponibles disminuyó en Europa. Si atendemos a los datos disponibles por la OCDE para los 17 principales países europeos (Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Irlanda, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Portugal, Reino Unido y Suecia), desde fines de los 60 hasta 1980 el coeficiente de Gini de ingresos disponibles se situaba en un promedio de 0,234. Desde entonces fue incrementándose y, tras 2008, ese promedio ha aumentado hasta 0,295 (una subida de un 26,1%). Sin duda este incremento de la desigualdad de los ingresos disponibles (el coeficiente de Gini es un número entre 0 y 1 en donde 0 se corresponde con una igualdad perfecta: todos tienen los mismos ingresos, y donde el valor 1 se corresponde con una perfecta desigualdad: una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno, y por tanto, cuanto más elevado sea el coeficiente, mayor será la desigualdad) es social y políticamente relevante a todos aquellos que quieran promover una mayor igualdad les corresponde detectar sus causas y sus remedios. Pero para ello, tal vez lo primero sea mirar, tras ese dato agregado, qué diferencias existen entre los países europeos. Que el bosque no tape los árboles.

Mi primera conclusión es que no existe ninguna tendencia supranacional que condene a los gobiernos a seguir la misma ruta. En siete de los 17 países, la desigualdad se redujo: ello se produjo incluso en países donde se llevaron a cabo profundos ajustes, como Portugal, Finlandia o Islandia. España se mantuvo en la cola europea de la desigualdad. Su coeficiente de Gini alcanza hoy un 0,346. Un 17% superior al promedio europeo, más elevado que los de Grecia o Portugal. Recuérdese sin embargo que en los años ochenta, con una crisis económica también muy prolongada y profunda, con el gobierno del PSOE la proporción de la renta nacional correspondiente al 10% más pobre aumentó en un 17,9% mientras se redujo en un 5,4% la del 10% más rico. Las crisis económicas no generan un inevitable crecimiento de la desigualdad

Si examinamos con cuidado esta cuestión, observando lo que ha sucedido en los 17 países desde 1945 (con análisis de regresión de 1.086 países/años), los aumentos de la desigualdad han sido más probables con el desarrollo y no con las crisis; se han beneficiado más los ricos. El análisis conjunto de los efectos del desarrollo, del desempleo y del gasto social muestra que los dos primeros incrementaron la desigualdad, el último la redujo. Como sabemos que muchos programas sociales no benefician más al 50% más pobre, ¿qué programas han sido recortados y cuáles no durante la presente crisis en los países con mayor igualdad? Una política socialdemócrata tiene lecciones que aprender de allí donde las cosas se hicieron de forma más justa que en España. ¿Existe alguna reflexión sobre las políticas y los programas redistributivos de esos países en el debate político español, dominado por afanes de poder demasiado cargados de retórica?

Mi segunda conclusión es que resulta hoy día fundamental atender a la pobreza dentro de la desigualdad. Para examinar qué ha sucedido con la pobreza (entendida en términos “relativos”) podemos considerar la ratio de población que percibe menos de la mitad de la renta mediana del país. La pobreza es así, en efecto, una expresión extrema de la desigualdad. En los 17 países la pobreza aumentó en promedio pese a las políticas redistributivas de los Estados, pero de nuevo existieron relevantes diferencias. Así por ejemplo, en Austria, Finlandia o Noruega la pobreza es hoy más reducida que en 2008. Por el contrario, en España ha aumentado el doble que la desigualdad en general: según estimaciones de la OCDE, la pobreza alcanza a un 15,9% de la población total. Ante la necesidad y la pobreza ya es hora de introducir una renta mínima y de tomarse en serio políticas activas de empleo. Pero, aparte de proclamaciones retóricas, ¿qué importancia tienen estas cuestiones en el debate político?

Al formular políticas, concluye Maravall, no cabe estar ciegos ante las restricciones económicas existentes. Es obligado aumentar unos recursos públicos muy insuficientes, pero además resulta imprescindible definir bien las prioridades y las consecuentes políticas. Debemos olvidarnos de generalizaciones sobre “la política dominada por el mercado” o sobre gobiernos atados de manos por la “globalización”, porque sirven de excusa. Los gobiernos nacionales tienen unas responsabilidades y unos medios muy importantes. Holanda o Austria, por ejemplo, no están en otro mundo y son también miembros de la eurozona. No hay razón para la impotencia ante la desigualdad y la pobreza existentes en España.






Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3460
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)