jueves, 4 de julio de 2019

[SONRÍA, POR FAVOR] Al menos hoy jueves, 4 de julio





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. También, como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Un servidor de ustedes tiene escaso sentido del humor, aunque aprecio la sonrisa ajena e intento esbozar la propia. Identificado con la primera de las acepciones citadas, en la medida de lo posible iré subiendo periódicamente al blog las viñetas de mis dibujantes favoritos en la prensa española. Y si repito alguna por despiste, mis disculpas sinceras..., aunque pueden sonreír igual. 





















Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt 



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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

miércoles, 3 de julio de 2019

[A VUELAPLUMA] ¿Qué es la maldad?





Qué es la maldad?, se pregunta el periodista César Casal en La Voz de Galicia. La maldad va de Aylan ahogado en una playa de Turquía a Valeria ahogada en el río Bravo, comienza diciendo. Esos dos niños demuestran con sus muertes que la maldad existe. Son la prueba de la crueldad de Occidente, cómo el primer mundo se ensaña con el cuarto mundo. Cómo nos encanta mirar hacia otro lado. El tercer mundo hace mucho que no existe. Ahora hay un cuarto mundo que es el de los que no tienen nada. El de los padres de Valeria que la cogieron en El Salvador con apenas un año de vida y se la llevaron a cruzar Centroamérica, porque en su país no encontraban una manera decente de salir adelante. La llevaron para comprar el sueño de Estados Unidos. Un sueño que no existe. Que no tiene visa ni tiene nada. Que es una pesadilla monstruosa. Que es morirse en el fango del río Bravo por la inacción de los políticos o por su acción racista y excluyente. El relato de cómo fueron los hechos, cuya foto una vez más conmocionó a los que vivimos en los países ricos durante un rato, el rato que nos dura la imagen en la cabeza, mientras tomamos el café con cápsula, y luego nos encapsulamos de nuevo en el absurdo de nuestro mundo, en el que sí hay bienes, víveres, vacaciones, recursos. Un mundo en el que la palabra crisis es dura, pero muy distinta de lo que era la existencia para Óscar Alberto Martínez, de 24 años; y su mujer Tania Vanessa Ávalos, padres de Valeria.

El relato de la madre es espeluznante. Añade desastre al desastre. Aunque las versiones son confusas, cansados de esperar, el padre se decidió como tantos otros a cruzar el río, sin saber que no era río, sino que era la laguna Stigia, donde solo les esperaba Caronte. El caso es que logró pasar a la orilla de las barras y las estrellas, la de la supuesta salvación. Dejó allí a Valería, que a su año y pocos meses, pensó que todo era un juego como en la película La vida es bella. Su padre volvió a por la madre, al lado mexicano. Y ese bebé pensó que todo era broma y risa y se echó al agua otra vez, en lugar de esperar quieta, como le había dicho su padre. Al observar los padres que la corriente se la llevaba, él se tiró al río para volver a recogerla. Y no fue capaz. Su inmenso corazón, ese corazón que deja a la hija y que va a por la madre, para que pase la familia entera. Ese corazón que se tira para salvar a su cría de una muerte que se acerca. Ese corazón enorme se empapa y se hunde. Junto a su pequeña. Luego los dos son hallados, con Valeria metida debajo de la camiseta de su padre. La policía supone que Óscar la alcanzó y que la introdujo bajo la ropa para que no se la volviese a llevar la corriente. Así apareció con el pequeño brazo sobre el cuello de su padre, dos cuerpos muertos. Se acabaron las fuerzas. Se acabó el sueño. Se acabó la vida. Y este cuento también se ha acabado, sin más. Aquí nadie come perdices. La maldad.






Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt 



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[GALDÓS EN SU SALSA] Hoy, con "La fiera" (Drama en tres actos)





Si preguntan ustedes a cualquier canario sobre quién es su paisano más universal no tengan duda alguna de cual será su respuesta: el escritor Benito Pérez Galdós. Para conmemorar su nacimiento, del que ya se han cumplido 175 años, estoy subiendo al blog a lo largo de los últimos meses su copiosa obra narrativa. 

Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, en las islas Canarias, el 10 de mayo de 1843 y fallecido en Madrid el 4 de enero de 1920, Benito Pérez Galdós fue un novelista, dramaturgo, cronista y político español, uno de los mejores representantes de la novela realista del siglo XIX y un narrador esencial en la historia de la literatura en lengua española, hasta el punto de ser considerado por especialistas y estudiosos de su obra como el mayor novelista español después de Cervantes. Galdós transformó el panorama novelístico español de la época, apartándose de la corriente romántica en pos del realismo y aportando a la narrativa una gran expresividad y hondura psicológica. En palabras de Max Aub, Galdós, como Lope de Vega, asumió el espectáculo del pueblo llano y con su intuición serena, profunda y total de la realidad, se lo devolvió, como Cervantes, rehecho, artísticamente transformado. De ahí, añade, que desde Lope, ningún escritor fue tan popular ni ninguno tan universal, desde Cervantes. Fue desde 1897 académico de la Real Academia Española y llegó a estar propuesto al Premio Nobel de Literatura en 1912. 

Traigo hoy al blog su obra teatral La fiera: drama en tres actosen la edición digital de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, basada en la 2ª ed. de Madrid, Sucesores de Rodríguez y Odriózola, 1897, que se encuentra en la Biblioteca de Castilla-La Mancha (Ciudad Real).

La fiera fue estrenada el 23 de diciembre de 1896 en el Teatro de la Comedia de Madrid. Ambientada en 1822, en pleno Trienio liberal, Don Juan - hijo del Marqués de Tremps y primo de la Susana, Baronesa de Celis - defiende la plaza de Urgel frente a los realistas, liderados por Berenguer. Éste además, busca venganza contra la familia Celis por ofensas y crímenes cometidos en el pasado por el fallecido Barón. Sin embargo, Berenguer cae enamorado de Susana. Ante la inminente llegada a la ciudad de tropas de refuerzo liberales se ve entonces en la tesitura de anteponer sus sentimientos de amor por encima de sus ideales y carga a muerte tanto contra el fanático liberal como contra el fanático realista. Los enamorados deciden huir a algún territorio lejano donde reine la paz.






Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




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[ SONRÍA, POR FAVOR] Al menos hoy miércoles, 3 de julio





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. También, como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Un servidor de ustedes tiene escaso sentido del humor, aunque aprecio la sonrisa ajena e intento esbozar la propia. Identificado con la primera de las acepciones citadas, en la medida de lo posible iré subiendo periódicamente al blog las viñetas de mis dibujantes favoritos en la prensa española. Y si repito alguna por despiste, mis disculpas sinceras..., aunque pueden sonreír igual. 




















 





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt 



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martes, 2 de julio de 2019

[A VUELAPLUMA] Recuerdos





Llueve aquí donde estoy, escribe en La Vanguardia la periodista y escritora hispanoargentina Flavia Company. Miro a través de la ventana y veo a muchos tipos de gente, comienza diciendo. Casi todos con prisa, más que nada los que no usan paraguas. Algunos, previsores, con gabardinas, con capuchas. Otros, descreídos, despreocupados o despistados, tal cual irían en día de sol. Habrá quien compre un paraguas callejero por enésima vez y se diga a sí mismo que es la última. Y no lo será. El suelo está brillante, los charcos son espejos. Quienes llevan paraguas dan color al gris del día; los hay con todo tipo de estampados, de mensajes, de propagandas, de medidas. Cuando deje de llover algunos se convertirán en improvisado bastón. Otros se olvidarán, se perderán. Cambiarán de manos, porque alguien los encontrará.

Llueve mucho aquí donde estoy. De pronto, veo a una adulta con paraguas de rayas azules y blancas que le hace fotos a una niña con paraguas de color rosa y zapatos de color rosa y mochila de color rosa. Las dos se han detenido en medio de la plaza, bajo la lluvia. No sé por qué, ya que desde aquí no distingo sus facciones, pienso que es una abuela que ha ido a buscar a la niña a la escuela. Esa instantánea tomada por el móvil se va a convertir en un recuerdo visual. Y entonces me pregunto si el hecho de que exista esa foto va a sustituir la historia que la narraría. Si al mostrarla más tarde a quien sea todo va a haber quedado explicado y ya no va a ser necesario relatar la travesura de esa abuela osada que decide detener a su pequeña nieta bajo la cortina de agua. La anécdota de esa abuela divertida que lucha para sostener paraguas y móvil mientras intenta captar la imagen a unos cuantos pasos de la niña, que posa feliz ante aquel interés desmedido por su persona. Y pienso que la foto tal vez se va a perder, como los paraguas cuando deja de llover. Quizás va a quedar encerrada en aquel móvil, que sin duda la abuela va a cambiar por otro tarde o temprano. Es curiosa la sensación de atrapar recuerdos con el teléfono y de tener así la certeza de que ya llegará el momento de pasarlos de nuevo por el corazón. Como si fueran presas de caza que ya se comerán cuando llegue el hambre.

Ha parado de llover. El cielo sigue encapotado. Parece que será sólo una pausa. La gente camina más despacio. Los ­árboles dejan caer gotas cada vez que los mueve la brisa. Podría sacar una foto. ­Pero no.





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt 



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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)