G.Puccini, J.R.Jiménez y R.Tebaldi
Como afirmo en una de las entradas más leídas del blog soy capaz de recordar y reconocer casi cualquier fragmento de texto literario o película que haya leído o visto, aunque solo haya sido una vez en la vida. Por el contrario, ni el Azar ni la Naturaleza, mis divinidades paganas preferidas, me han dotado del mismo talento para la música. La diosa Terpsícore me ha negado sus favores, salvo en aquellas piezas que ya forman parte, por la amplitud de su difusión, del imaginario colectivo de la humanidad. Y esa incapacidad para recordar y reconocer piezas musicales, es una de las circunstancias que más dolor me producen, porque en contraste con ellas la música es de todas las Bellas Artes la que más profundas emociones me provoca.
George Steiner, uno de los más grandes intelectuales del siglo XX, dice en su libro Errata. El examen de una vida, uno de los más hermosos textos que he leído nunca, lo siguiente: "El canto (y la música) es, simultáneamente la más carnal y la más espiritual de las realidades. Aúna alma y diafragma. Puede, desde sus primeras notas, sumir al oyente en la desolación o transportarlo hasta el éxtasis. La voz que canta es capaz de destruir o de curar la psique con su cadencia". Estoy en completo acuerdo con él.
La UNESCO instituyó el año 2000 el Día Mundial de la Poesía, que se celebra cada 21 de marzo, entendiendo que el mundo contemporáneo tiene necesidades estéticas y sociales que la poesía puede cubrir. Así pues, continúo con esta entrada de hoy la nueva sección del blog, Poesía y música, aunando algunos de los más bellos poemas en español con algunas de las más hermosas arias operísticas de la historia.
Continúo hoy la serie dedicada a Poesía y música con el poema Desnuda, de Juan Ramón Jiménez, y la bellísima aria Un bel dì vedremo (Un bello día veremos), de la ópera Madama Butterfly, de Giacomo Puccini, cantada por la soprano italiana Renata Tebaldi. Pueden verla y oírla en el vídeo de más abajo o desde este enlace.
Juan Ramón Jiménez Mantecón (1881-1958) fue un poeta español, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1956. Giacomo Puccini (1858-1924) fue un compositor italiano de ópera, considerado entre los más grandes, de fines del siglo XIX y principios del XX. Renata Tebaldi (1922-2004) fue una célebre soprano italiana. Si bien se prodigó en papeles melodramáticos de la ópera verista, su repertorio fue muy amplio, incluyendo óperas de Wagner.
Madama Butterfly es una ópera en tres actos con música de Giacomo Puccini y libreto en italiano de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, basado en el cuento homónimo (1898) de John Luther Long, y la novela Madame Chrysanthème (1887), de Pierre Loti. Un bel dì vedremo es el aria más famosa de la obra y una de las más conmovedoras de toda la literatura operística; en ella, Butterfly ("Cio-Cio-San") le expresa a su criada Suzuki la esperanza de que su marido, el teniente de la marina estadounidense Benjamin Franklin Pinkerton regrese junto a ella.
Juan Ramón Jiménez Mantecón (1881-1958) fue un poeta español, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1956. Giacomo Puccini (1858-1924) fue un compositor italiano de ópera, considerado entre los más grandes, de fines del siglo XIX y principios del XX. Renata Tebaldi (1922-2004) fue una célebre soprano italiana. Si bien se prodigó en papeles melodramáticos de la ópera verista, su repertorio fue muy amplio, incluyendo óperas de Wagner.
Madama Butterfly es una ópera en tres actos con música de Giacomo Puccini y libreto en italiano de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, basado en el cuento homónimo (1898) de John Luther Long, y la novela Madame Chrysanthème (1887), de Pierre Loti. Un bel dì vedremo es el aria más famosa de la obra y una de las más conmovedoras de toda la literatura operística; en ella, Butterfly ("Cio-Cio-San") le expresa a su criada Suzuki la esperanza de que su marido, el teniente de la marina estadounidense Benjamin Franklin Pinkerton regrese junto a ella.
***
DESNUDA
Vino, Primero pura,
vestida de inocencia;
y la amé como un niño.
Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes;
y la fui odiando, sin saberlo.
llegó a ser una reina,
fastuosa de tesoros...
¡Qué iracunda de yel y sin sentido!
...Mas se fue desnudando.
Y yo le sonreía.
Se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.
Y se quitó la túnica,
y apareció desnuda toda...
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!
Juan Ramón Jiménez
DESNUDA
Vino, Primero pura,
vestida de inocencia;
y la amé como un niño.
Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes;
y la fui odiando, sin saberlo.
llegó a ser una reina,
fastuosa de tesoros...
¡Qué iracunda de yel y sin sentido!
...Mas se fue desnudando.
Y yo le sonreía.
Se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.
Y se quitó la túnica,
y apareció desnuda toda...
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!
Juan Ramón Jiménez
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UN BEL DÌ VEDREMO