Durante las próxima semanas voy a intentar unir en una misma entrada algunos de los más bellos sonetos de amor en lengua española y de mis pinturas clásicas favoritas. Espero que sean de su agrado.
Comienzo esta nueva sección con el soneto El rubí de tu boca me rindiera, de Francisco de Medrano (1570-1607), poeta español, de tendencia clasicista dentro del Barroco. Su temática es amorosa y elegíaca, y en algún caso casi ascética, imitando a Horacio. Algunos críticos del siglo XX como Cernuda o Dámaso Alonso han destacado su calidad literaria.
Comienzo esta nueva sección con el soneto El rubí de tu boca me rindiera, de Francisco de Medrano (1570-1607), poeta español, de tendencia clasicista dentro del Barroco. Su temática es amorosa y elegíaca, y en algún caso casi ascética, imitando a Horacio. Algunos críticos del siglo XX como Cernuda o Dámaso Alonso han destacado su calidad literaria.
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EL RUBÍ DE TU BOCA ME RINDIERA
El rubí de tu boca me rindiera
a no me haber tu bello pie rendido;
hubiéranme tus manos ya prendido
si preso tu cabello no me hubiera;
los del cielo por arcos conociera
si tus cejas no hubiera conocido;
fuera su polo norte a mi sentido
si la luz de tus ojos no lo fuera.
Así le plugo al cielo señalarte
que no ya sólo al norte y arco bello
tus labios venzan y ojos soberanos,
mas, queriendo a ti misma aventajarte,
tu pie la fuerza usurpa y tu cabello
a tu boca, Amarili, y a tus manos.
Francisco de Medrano
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La Venus del espejo es un cuadro de Diego Velázquez (1599-1660), el pintor más destacado del Siglo de Oro español y maestro de la pintura universal. Pintor barroco, considerado uno de los máximos exponentes de la pintura española y maestro de la pintura universal. A los 28 era ya pintor de cámara del rey Felipe IV, el cargo más importante entre los pintores de la corte.
La obra representa a la diosa Venus en una pose erótica, tumbada sobre una cama y mirando a un espejo que sostiene el dios del amor sensual, su hijo Cupido. Se trata de un tema mitológico al que Velázquez, como es usual en él, da trato mundano. No trata a la figura como a una diosa sino, simplemente, como a una mujer. Actualmente se encuentra en la National Gallery de Londres.
La obra representa a la diosa Venus en una pose erótica, tumbada sobre una cama y mirando a un espejo que sostiene el dios del amor sensual, su hijo Cupido. Se trata de un tema mitológico al que Velázquez, como es usual en él, da trato mundano. No trata a la figura como a una diosa sino, simplemente, como a una mujer. Actualmente se encuentra en la National Gallery de Londres.