miércoles, 24 de julio de 2019

[CLÁSICOS DE SIEMPRE] Hoy, con "La asamblea de las mujeres", de Aristófanes






En la mitología griega Talía era una de las dos musas del teatro, la que inspiraba la comedia y la poesía bucólica o pastoril. Divinidad de carácter rural, se la representaba generalmente como una joven risueña, de aspecto vivaracho y mirada burlona, llevando en sus manos una máscara cómica como su principal atributo y, a veces, un cayado de pastor, una corona de hiedra en la cabeza como símbolo de la inmortalidad y calzada de borceguíes o sandalias. Era hija de Zeus y Mnemósine, y madre, con Apolo, de los Coribantes.

Les pido disculpas por mi insistencia en mencionar a los clásicos, de manera especial a los griegos, y de traerlos a colación a menudo. Me gusta decir que casi todo lo importante que se ha escrito o dicho después de ellos es una mera paráfrasis de lo que ellos dijeron mucho mejor. Con toda seguridad es exagerado por mi parte, pero es así como lo siento. Deformación profesional como estudioso y amante apasionado de una época y unos hombres que pusieron los cimientos de eso que llamamos Occidente.


Continúo con esta entrada la sección dedicada a las obras de autores grecolatinos, subiendo al blog la comedia La asamblea de las mujeres, de Aristófanes, que pueden leer desde este enlace, y desde este otro, ver en vídeo una representación teatral de la misma llevada a cabo por el grupo de teatro aficionado Deriva 13, en junio de 2018, en el Jardín Romántico de la Casa de Zorrilla en Valladolid.  

Aristófanes (444-385 a.C.) fue un comediógrafo griego, principal exponente del género cómico. Vivió durante la guerra del Peloponeso, época que coincide con el esplendor del imperio ateniense y su posterior derrota a manos de Esparta. Sin embargo, también fue contemporáneo del resurgimiento de la hegemonía ateniense a comienzos del siglo IV a.C. Leyendo a Aristófanes es posible hacerse una idea de las intensas discusiones ideológicas (políticas, filosóficas, económicas y literarias) en la Atenas de aquella época. Su postura conservadora le llevó a defender la validez de los tradicionales mitos religiosos y se mostró reacio ante cualquier nueva doctrina filosófica. Especialmente conocida es su animadversión hacia Sócrates, a quien en su comedia Las nubes lo presenta como un demagogo dedicado a inculcar todo tipo de insensateces en las mentes de los jóvenes. En el terreno artístico tampoco se caracterizó por una actitud innovadora; consideraba el teatro de Eurípides como una degradación del teatro clásico. 

Las asambleístas o La asamblea de las mujeres (también conocida como Las Junteras o Las eclesiazusas, forma latinizada del título griego antiguo, Ἐκκλησιάζουσαι: Ekklesiazousai) es una obra teatral de Aristófanes escrita en el 392 a. C. y parecida a Lisístrata en el sentido de que gran parte de la comedia procede de la participación de las mujeres en la política, si bien Lisístrata está mucho más infundida por los problemas de género que ésta de La asamblea

Un grupo de mujeres, encabezado por Praxágora, deciden que las mujeres deben convencer a los hombres para que les cedan el control de Atenas, pues están seguras que sabrán gobernar la polis mucho mejor que ellos. Disfrazadas de hombres se cuelan en la asamblea y convencen a algunos hombres de que voten la propuesta, que es aprobada. 

Las mujeres instauran entonces un régimen de comunismo integral en el que todos los bienes se colectivizan, y todos gozarán de ellos por igual. Entre estos bienes figuran las mujeres que, al igual que los niños, serán de todos en común. 

La obra fue representada en Atenas en un momento en que las desgracias de la guerra del Peloponeso se presentan en toda su amplitud. Los campos del Ática están destruidos, la explotación de las minas interrumpida. El imperio se ha hundido bajo los golpes de Esparta, y mercaderes y navíos huyen del Pireo. Sin embargo, en Atenas, los que sueñan con la revancha están dispuestos a votar nuevas expediciones. El poeta imagina que, de cara a estos desórdenes, frente a esta incapacidad de los dirigentes, las mujeres de Atenas deciden tomar en sus manos los asuntos de la ciudad... Es necesario decir que Aristófanes trató el tema en tono humorístico. Sin embargo, merece destacarse que la elección del tema es significativa de que en ciertos medios atenienses el problema del comunismo estaba a la orden del día, y que, como dice Praxágora para justificar el carácter radical de su reforma: "Es necesario que todos pongan sus bienes en común, que todos tengan su parte y reciban el mismo terreno; no es correcto que uno sea rico y otro miserable; que éste cultive una zona inmensa y aquél no tenga donde caerse muerto; que fulano tenga a su servicio numerosos esclavos y mengano ni un solo criado", lo que pone de manifiesto la estrecha relación existente entre la crisis social que afecta a la ciudad y la elaboración de doctrinas igualitarias o comunistas. 



Representación actual de La asamblea de las mujeres



Los artículos con firma reproducidos en este blog no implica que se comparta su contenido, pero sí, y en todo caso, su interés y relevancia. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




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