La noción de brevedad ronda siempre las consideraciones sobre la minificción de los minirrelatos. Aunque la brevedad no sea, ni con mucho, el único rasgo que es necesario observar en estas brillantes construcciones verbales, resulta lógico que para el lector común, e inclusive en cierta medida para el escritor, resalte de manera especial. Fue, en efecto, la primera característica que llamó la atención de lectores y críticos de esta forma literaria: la que primero produjo desconcierto y, a partir de allí, admiración. Ocurre, sin embargo, que tal noción es eminentemente subjetiva. Se puede considerar breve un relato de ocho o diez páginas, pero también lo será uno de un par de páginas, e igualmente, y con mayor razón, algún texto de extensión aún menor, que podremos describir en función de un determinado número máximo de líneas o de palabras, y no de páginas ni de párrafos. Pesan en este sentido la tradición de una literatura, y también la implícita comparación -casi instintiva, casi subconsciente- que formulamos con otros textos que conocemos, o bien con lo que se considera cuento o relato en nuestra propia literatura o en una distinta de ella. ¿Habremos de aceptar una categoría nueva, la del microrrelato brevísimo o hiperbreve, aunque el nombre resulte redundante? ¿O bien entenderemos que hay casos en que el escritor extrema alguna de las características que también tienen otros textos de este tipo, y ese hecho es percibido por el lector como un factor de diferenciación? Ustedes deciden.
Continúo hoy la serie Píldoras literarias con el relato titulado Rosas, de Alejandra Basualto (1944). Poeta y narradora chilena. Dirige la Editorial La Trastienda desde 1988. Ha conducido talleres literarios de poesía y narrativa en la Universidad de Chile. Profesora en la Humboldt State University estadounidense (2000-2006). Traducida al inglés, francés, italiano y danés, y publicada en antologías en Chile, Estados Unidos, Canadá, México, España, Francia, Italia y Dinamarca.
Su relato, incluido en la obra La mujer de yeso (1988), tiene veintiocho palabras, y dice así:
Continúo hoy la serie Píldoras literarias con el relato titulado Rosas, de Alejandra Basualto (1944). Poeta y narradora chilena. Dirige la Editorial La Trastienda desde 1988. Ha conducido talleres literarios de poesía y narrativa en la Universidad de Chile. Profesora en la Humboldt State University estadounidense (2000-2006). Traducida al inglés, francés, italiano y danés, y publicada en antologías en Chile, Estados Unidos, Canadá, México, España, Francia, Italia y Dinamarca.
Su relato, incluido en la obra La mujer de yeso (1988), tiene veintiocho palabras, y dice así:
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ROSAS
Soñabas con rosas envueltas en papel de seda
para tus aniversarios de boda,
pero él jamás te las dio.
Ahora te las lleva todos los domingos al panteón.
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6 comentarios:
Parece interesante...
Muchas gracias, Mark. Me alegra que te haya gustado.
Dice el refraán que "lo bueno, si breve, dos veces bueno" y eso pasa también en literatura. La fuerza de lo que se quiere transmitir no necesita muchas letras... es como esos silencios que dicen tanto.
Un beso
Muchas gracias, Estrella. Otro beso para ti.
Leo de vez en cuando tu Blog porque me gusta como enlazas las historias, Gracias por poder leerte.
Gracias a ti por leerme, Carla. Un beso.
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