Por enésima vez y sin que los precedentes sirvan de nada, me parecen igual de memos el Gobierno de España y la mayoría de la oposición, que en esta ocasión han actuado de consuno. Lo digo en razón del número que se ha montado en el Congreso de los Diputados por la visita al mismo, sin que nadie le hubiera invitado, del Ministro Principal de Gibraltar, Fabián Picardo. No creo que la cosa haya sido para tanto, la verdad, aunque suene un poco a provocación por parte del "premier" gibraltareño.
Hace casi cinco años el partido ahora gobernante, es decir, el PP, le montó al Gobierno de España, en aquel momento en manos del PSOE, la de "Dios es Cristo" (de traición histórica lo llego a calificar) por el hecho de que un ministro del gobierno, el de Exteriores, visitara oficialmente Gibraltar, la única colonia existente en Europa, y encima, de un Estado aliado y miembro de pleno derecho de la Unión Europea.
Me pareció en aquel momento una estupidez y una solemne gilipollez y así lo expresé en el blog. Y curiosamente, un artículo de Josep Ramoneda del día siguiente en El País, venía a coincidir casi plenamente con lo que yo había escrito el día anterior. Casualidad o coincidencia de pareceres, me satisfizo enormemente ver que no era el único en pensarlo y exponerlo públicamente.
Viniendo de quien venía la denuncia, aquello fue un ejercicio de cinismo y desvergüenza. Algo, por cierto, a lo que el gobierno recurre un día sí y otro también. Solo que en esta ocasión han estado de acuerdo por lo menos Gobierno, PP, PSOE y UPyD. El resto de la oposición, aprovechando eso de que el Guiniguada pasa por Las Palmas, pues a lo suyo. Normal también. Para eso les pagan.
El contencioso sobre Gibraltar no es sólo una memez, es un anacronismo histórico que debería estar resuelto hace ya mucho tiempo. Y no con la reincorporación a España (que no quieren los gibraltareños), o a la Gran Bretaña (que no quieren los británicos), sino con la independencia de Gibraltar, aceptada y promovida por España y Gran Bretaña. Cualquier cosa menos la situación actual.
Me pareció en aquel momento una estupidez y una solemne gilipollez y así lo expresé en el blog. Y curiosamente, un artículo de Josep Ramoneda del día siguiente en El País, venía a coincidir casi plenamente con lo que yo había escrito el día anterior. Casualidad o coincidencia de pareceres, me satisfizo enormemente ver que no era el único en pensarlo y exponerlo públicamente.
Viniendo de quien venía la denuncia, aquello fue un ejercicio de cinismo y desvergüenza. Algo, por cierto, a lo que el gobierno recurre un día sí y otro también. Solo que en esta ocasión han estado de acuerdo por lo menos Gobierno, PP, PSOE y UPyD. El resto de la oposición, aprovechando eso de que el Guiniguada pasa por Las Palmas, pues a lo suyo. Normal también. Para eso les pagan.
El contencioso sobre Gibraltar no es sólo una memez, es un anacronismo histórico que debería estar resuelto hace ya mucho tiempo. Y no con la reincorporación a España (que no quieren los gibraltareños), o a la Gran Bretaña (que no quieren los británicos), sino con la independencia de Gibraltar, aceptada y promovida por España y Gran Bretaña. Cualquier cosa menos la situación actual.
San Marino, Mónaco y El Vaticano (por no meter en el mismo saco a Andorra o Liechtenstein) son "Estados" que reportan más beneficios a su entorno que a sí mismos. Un Gibraltar independiente, de fronteras abiertas, sería un formidable reclamo turístico y económico para el Campo de Gibraltar, Cádiz y toda Andalucía. Una fuente de riqueza para la zona. Y el final de muchos negocios sucios realizados al amparo de su opacidad fiscal y del contrabando.
Por una vez seamos sensatos y pensemos con el cerebro. Señoras y señores del Gobierno, ilustres miembras y miembros de la oposición: dejen de hacer ostentación de sus atributos patrióticos, métanselos dentro de los calzoncillos o bajo el tanga, y déjense de decir gilipolleces: Gibraltar nunca será español contra la voluntad de sus habitantes. ¿No sería mucho más razonable que fueran gibraltareños, y aquí paz y después gloria para todos? Ahora, por favor, sean felices. Y como decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt
Por una vez seamos sensatos y pensemos con el cerebro. Señoras y señores del Gobierno, ilustres miembras y miembros de la oposición: dejen de hacer ostentación de sus atributos patrióticos, métanselos dentro de los calzoncillos o bajo el tanga, y déjense de decir gilipolleces: Gibraltar nunca será español contra la voluntad de sus habitantes. ¿No sería mucho más razonable que fueran gibraltareños, y aquí paz y después gloria para todos? Ahora, por favor, sean felices. Y como decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt
1 comentario:
Realmente Kafkiano...
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