El blog de HArendt - Pensar para comprender, comprender para actuar - Primera etapa: 2006-2008 # Segunda etapa: 2008-2020 # Tercera etapa: 2022-2024
domingo, 11 de agosto de 2024
De utopías y apocalipsis
ARCHIVO DEL BLOG] Tinto de Verano: Risa boba. [Publicada el 24/08/2009]
El poema de cada día. Hoy, Oda a Hölderlin, de Hermann Hesse
sábado, 10 de agosto de 2024
Presentación de las entradas de hoy sábado, 10 de agosto
Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz sábado. El filósofo de Königsberg, dice en la primera de las entradas del blog de hoy el escritor José Andrés Rojo, sugirió hace tres siglos que no estaría de más que cada cual se animara a pensar por sí mismo y que tuviéramos el valor de servirnos de nuestro propio entendimiento, pues la crítica se va construyendo día a día y es una tarea infinita que derrumba, horada y masacra cada uno de esos mitos en los que se siguen sosteniendo los proyectos absolutistas y sentimentales de los líderes iluminados. La segunda es un archivo del blog de octubre de 2008 en la que HArendt cuenta con humor y orgullo a partes iguales las precocidades intelectuales de su nieto de tres años. La tercera va de poesía, como siempre, hoy con el poema El temblor, de José Ángel Valente. Y para terminar, como siempre, también, van las viñetas de humor en la prensa del día. Espero que todas ellas les resulten interesantes. Y ahora, como decía Sócrates, nos vamos. Sean felices, por favor, aun contra todo pronóstico; al menos inténtenlo. Nos vemos mañana si la diosa Fortuna lo permite. Tamaragua, amigos míos. harendt.blogspot.com
Del necesidad de valerse del propio entendimiento
Kant, la invitación a la crítica
JOSÉ ANDRÉS ROJO
09 AGO 2024 - El País - harendt.blogspot.com
Seguramente, la filosofía solo adquiere sentido cuando se acude a ella para procurar ajustar mejor las preguntas que surgen en nuestras propias circunstancias. Por eso tiene cierta lógica acordarse de Immanuel Kant ahora que se celebra durante este año el tercer siglo de su nacimiento, el 22 de abril de 1724. Ha pasado mucho tiempo, pero quizá no sea mal momento para mirarnos en el espejo de su filosofía. Murió en 1804, así que le tocó vivir sus últimos años en medio de la tormenta que desencadenó la Revolución Francesa, en un mundo que se partía en dos y durante una época que produjo profundas conmociones en las ideas, los afectos y los valores. La misma Revolución Francesa igual no hubiera sido posible sin las ideas de Kant sobre la razón, sobre la necesaria independencia de cada cual para construir sus propios criterios, sin su vocación por una sociedad que incluyera a todos y fuera ilustrada, sin su proyecto de un mundo que se sostuviera en la ley y con sujetos con vocación de ser libres.
Kant miró con simpatía los cambios que se estaban produciendo en Francia, aun cuando formara parte de una sociedad conservadora, la de Königsberg —en Prusia oriental—, que miró con desconfianza y temor aquella abrupta conmoción que derrumbó el Antiguo Régimen. Norbert Bilbeny, en El torbellino Kant (Ariel), publicado hace unos meses, apunta que el filósofo apostaba por una república parlamentaria de representación popular y con una clara división de poderes. Y señala que Kant incluso se permitió proponer en uno de sus últimos libros, Sobre la paz perpetua, la construcción de una “federación universal” de los Estados. Todos ellos tenían que adoptar el régimen republicano y su unidad podía ser el camino para que se concretara aquel desafío que Kant formuló de manera diáfana y radical: “La razón práctico-moral expresa en nosotros su veto irrevocable: no debe existir guerra”.
Hay un Kant que resulta especialmente próximo en los últimos capítulos del libro de Bilbeny. Es el que muestra al pensador como un modesto explorador que se ha embarcado toda su vida en la aventura de explicarse las cosas y de buscarles un sentido. Kant no salió de Königsberg, a pesar de que le hicieron jugosas propuestas de trabajo en otros lugares de la Alemania de entonces, pero fue un hombre abierto al mundo, sofisticado, cosmopolita. Bilbeny habla de un artículo que escribió en 1784 en el que reclamaba con insistencia que cada cual aprenda a pensar por sí mismo, y en el que escribió, recordando el viejo Sapere aude! —atrévete a pensar— de Horacio: “¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento! He aquí el lema de la Ilustración”.
Si no fuera porque la Ilustración pasa por horas bajas, ese lema debería ser el lema de nuestro tiempo, que también está partido en dos: entre los que se han rendido ya a las grandes emociones —y al vibrante espectáculo— de recuperar viejas grandezas y los que se baten por buscar soluciones a cada embrollo —con su inevitable punto de aburrimiento, normativas y trabajo, mucho trabajo—. En los años finales de Kant, Bilbeny recuerda que llegaba ya una nueva generación intelectual alemana que enlazaba “la libertad con el sentimiento y lo absoluto, ya no con la razón y la crítica”. La crítica se va construyendo, es una tarea infinita, y derrumba y horada y masacra cada uno de esos mitos en los que se siguen sosteniendo los proyectos absolutos —¿absolutistas?— y sentimentales de los líderes iluminados. Por eso mismo hace falta volver a Kant. Y atreverse. José Andrés Rojo es escritor.
[ARCHIVO DEL BLOG] !Esto es una hecatombe! [Publicada el 27/10/08]
El poema de cada día. Hoy, El temblor, de José Ángel Valente (1929-2000)
EL TEMBLOR
La lluvia
como una lengua de prensiles musgos
parece recorrerme, buscarme la cerviz, bajar,
lamer el eje vertical,
contar el número de vértebras que me separan
de tu cuerpo ausente.
Busco ahora despacio con mi lengua
la demorada huella de tu lengua
hundida en mis salivas.
Bebo, te bebo
en las mansiones líquidas
del paladar
y en la humedad radiante de tus ingles,
mientras tu propia lengua me recorre
y baja,
retráctil y prensil, como la lengua
oscura de la lluvia.
La raíz del temblor llena tu boca,
tiembla, se vierte en ti
y canta germinal en tu garganta.
José Ángel Valente (1929-2000)
Poeta español
viernes, 9 de agosto de 2024
Presentación de las entradas de hoy viernes, 9 de agosto
Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz viernes. Al hablar de marxismo hay que diferenciar entre los distintos marxismos, dice en la primera de las entradas de hoy el filósofo Antonio García-Santesmases: el marxismo-leninismo, el maoísmo, el castrismo, el socialismo del siglo XXI y el socialdemócrata, que van desde la época dorada de la Segunda Internacional hasta el momento actual. La segunda es un archivo del blog de abril de 2013 que va de libros, lectores y otras cosas más personales del autor del blog. El poema del día es hoy el famosísimo Palabras para Julia, del poeta José Agustín Goytisolo, y para terminar, como siempre, van las viñetas del día. Espero que todas ellas les resulten interesantes. Y ahora, como decía Sócrates, nos vamos. Sean felices, por favor, aun contra todo pronóstico; al menos inténtenlo. Nos vemos mañana si la diosa Fortuna lo permite. Tamaragua, amigos míos. harendt.blogspot.com
Del regreso del marxismo
[ARCHIVO DEL BLOG] Treinta años no son nada, y en literatura, menos. [Publicada el 01/04/2013]
Hace muy pocos días comentaba con una amiga del Facebook sobre lecturas literarias y caímos en el manido tópico del libro a llevarse a una hipotética isla desierta. Para mí, le dije, la "Biblia": no soy creyente, pero es un libro que tiene de todo: historia, aventuras, guerras, poesía, lirismo, creencias, fe... Y, bueno, puestos ya a llevarse dos, "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha" de nuestro paisano Miguel de Cervantes: por calidad (la primera novela moderna) y proximidad idiomática. Y si seguimos hasta tres, la "República" de Platón. Podía decir más y mejores, sin duda, pero me quedo con los citados.
No soy un purista de la literatura. Creo que su función principal es entretener, pero comparto en gran manera la opinión del afamado escritor que dijo "no leer nunca una novela que tuviera menos de 30 años de publicada y no se hubiera reeditado más de una vez". No recuerdo su nombre, pero le doy la razón. De ahí mi afición a los clásicos, y contra más clásicos y más antiguos, más mejor, como decimos en el español de Canarias.
Termino la primera entrada de este mes de abril recomendándoles el interesante y erudito artículo del escritor Andrés Ibáñez, de nuevo en la tan recurrente para mí "Revista de Libros", en el número de abril de 2005, titulado "¿Se aprende a escribir?". Estoy convencido de que les resultará interesante. Sean felices, por favor, a pesar del gobierno. Y como decía Sócrates, "Ιωμεν". Tamaragua, amigos. HArendt