martes, 27 de agosto de 2019

[SONRÍA, POR FAVOR] Al menos hoy martes, 27 de agosto





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Tengo escaso sentido del humor, así que aprecio la sonrisa ajena, por lo que, identificado con la definición de la Real Academia antes citada, iré subiendo cada día al blog las viñetas de mis dibujantes favoritos en la prensa española. Y si repito alguna por despiste, mis disculpas sinceras, pero pueden sonreír igual...















La reproducción de artículos firmados en el blog no implica compartir su contenido, pero sí, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

lunes, 26 de agosto de 2019

[A VUELAPLUMA] Vergüenza



Matteo Salvini besa un rosario durante un mitin en mayo


La vergüenza es un sentimiento revolucionario, y al final, va a resultar que los auténticos cristianos son los que pasan por descreídos, comenta el escritor Julio Llamazares en relación con las vicisitudes de los ocupantes y la tripulación del "Open Arms" en el Mediterráneo durante estas últimas semanas. 

El 31 de marzo de 2018, comienza diciendo Llamazares, durante su oración en la celebración del vía crucis del Viernes Santo ante el Coliseo de Roma, el papa Francisco calificó de vergüenza que quienes hoy dirigen los destinos del planeta “dejen a los jóvenes un mundo fracturado por las divisiones y las guerras, un mundo devorado por el egoísmo donde los jóvenes, los débiles, los enfermos y los ancianos son marginados”. No era la primera vez que el Papa argentino de origen italiano utilizaba la palabra vergogna (vergüenza) para definir una situación, ya fueran los abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes católicos, ya fuera la actitud de algunos gobernantes europeos ante la llegada al continente de personas que huyen de la hambruna y de las guerras que asolan los suyos. Incluso llegó a hablar el papa Francisco en una ocasión de la vergüenza como “una gracia divina que nos impulsa a pedir perdón”.

Se ha echado en falta, por eso mismo, la voz del Papa estos días ante el incidente internacional provocado por el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, con su negativa a acoger a un barco de una ONG española que transportaba a inmigrantes ilegales rescatados del mar, condenándolos a permanecer frente a las costas de Lampedusa en circunstancias penosas durante 18 días hasta que un fiscal italiano le obligó a acogerlos. En lugar del Papa, la que ha utilizado esta vez la palabra vergüenza ha sido la ministra de Defensa española, Margarita Robles, quien no ha dudado en calificar la actitud de su colega italiano Salvini como “una vergüenza para la humanidad en su conjunto”.

Pero lo que produce más vergüenza, aparte de la actitud de Salvini (quien, por cierto, no duda en aparecer, cuando se fotografía en bañador con sus admiradores en cualquiera de las playas italianas cuya inviolabilidad con tanto rigor defiende, con un crucifijo en el pecho y en presumir de cristiano; (“cristiano pero no tonto”, ha precisado, eso sí), es la de los representantes de los partidos de la derecha española, que también se declaran cristianos, criticando la actitud del Gobierno español en funciones en un asunto que no admite disensión, salvo por oportunismo político. Si ya no entienden el interés nacional al tratarse de un conflicto entre un barco español y un Gobierno extranjero —ellos que tanto hablan de patriotismo— ni las razones humanitarias que han llevado al nuestro a ofrecerse a acoger a los náufragos solidariamente con otros Gobiernos europeos en el caso, que finalmente no se produjo, de haber llegado aquéllos a territorio español, al menos que lo hagan por vergüenza y por caridad cristiana, esa de la que tanto presumen y a la que se agarran cuando les interesa. Que el propio Papa vaya por delante de ellos, si bien en este caso concreto no haya alzado la voz (sí en otros anteriores), debería hacerles pensar y reconsiderar su comportamiento, poniéndose, no ya del lado del Gobierno español, sino del de los Evangelios, esos que recomiendan y santifican la caridad y el socorro a los que los necesitan: “Dichoso el que cuida del pobre y desvalido; en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor” (salmo 40).

Al final, va a resultar que los auténticos cristianos son los que pasan por descreídos y comecuras, y que el papa Francisco es uno más de ellos, como algunos de sus seguidores, por cierto, ya han dejado caer por alinearse con los desfavorecidos y no con ellos, dejándoles en evidencia. Lo dijo Carlos Marx y lo reprodujo como cita en su poema Malos recuerdos, publicado dentro del libro Blues castellano, el poeta Antonio Gamoneda: “La vergüenza es un sentimiento revolucionario”.





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[DESDE LA RAE] Hoy, con el académico José Hierro



El académico José Hierro


La Real Academia Española se creó en Madrid en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga (1650-1725), octavo marqués de Villena, quien fue también su primer director. En sus primeras semanas de andadura, la RAE estaba formada por once miembros de número, algunos de ellos vinculados al movimiento de los novatores. Más adelante, el 3 de octubre de 1714, quedó aprobada oficialmente su constitución mediante una real cédula del rey Felipe V. La RAE ha tenido un total de 483 académicos de número desde su fundación. 

A esta sección del blog iré subiendo periódicamente una breve semblanza de esos cuatrocientos ochenta y tres académicos, comenzando por los más recientes. Pero sobre todo, en la medida de lo posible, pues creo que será lo más interesante, sus discursos de toma de posesión como miembros de la Real Academia Española. 

Continúo hoy la semblanza de los actuales y pasados miembros de la RAE con la del académico José Hierro (1922-2002), elegido en 1999 para ocupar la silla "G", de la que no llegó a tomar posesión pues murió antes de leer su discurso de ingreso.

José Hierro «dedicó toda su vida a la poesía y fue uno de los miembros de la llamada poesía social y existencial, en los que la huella de la guerra y de la dictadura posterior estuvo muy presente», cuenta Alonso Zamora Vicente en su Historia de la Real Academia Española.

Hierro nació en Madrid, pero a los dos años su familia se trasladó a Santander, ciudad en la que transcurrió su niñez, su adolescencia y gran parte de su juventud. Al poco de terminar la Guerra Civil, fue detenido por pertenecer a una organización de ayuda a presos políticos y a la Unión de Escritores y Artistas Revolucionarios, y estuvo encarcelado durante cinco años, hasta 1944.

Tras salir de prisión y pasar una temporada en Valencia, regresó a Santander. Ahí desempeñó el cargo de redactor jefe de la revista Tierras del Norte y, más adelante, trabajó en otra, Economía Montañesa. En esa época se relacionó con el renovador grupo Proel, editor de la revista poética del mismo nombre en la que publicó, en 1947, su primer libro, Tierra sin nosotros. Con el segundo, Alegría, obtuvo el Premio Adonais. En ellos, en palabras de Zamora Vicente, «recoge la experiencia carcelaria y de la guerra».

Tal y como explica Joaquín Benito de Lucas en el Diccionario biográfico español (DBE, 2011), Hierro se trasladó a Madrid en 1952. Comenzó a trabajar en la Editora Nacional y en la sección del Instituto Cervantes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, además de colaborar en numerosos periódicos y revistas de literatura y arte. Al año siguiente, en 1953, recibió el Premio Nacional de Literatura.  Desde 1966 hasta su jubilación, en 1987, trabajó en Radio Nacional de España.

Según Alonso Zamora Vicente, tras la publicación, en 1950, de Con las piedras, con el viento, en donde el desamor es el protagonista, Hierro «comienza una introspección poética que le lleva a encontrar nuevos mecanismos diferentes a los del realismo poético que triunfaba en la poesía española del mmento. Ejemplo de ello son Cuanto sé de mí (1957, Premio de la Crítica 1958 y Premio Juan March 1959) y su culminación, El libro de las alucinaciones (1964, Premio de la Crítica 1965), donde la poesía se vuelve más irracional».

Tras este libro, «vendrá una larga temporada de silencio —explica Zamora Vicente— que se romperá con Agenda (1991) y con su última obra, Cuaderno de Nueva York (1998), considerada uno de los mejores libros de la poesía contemporánea».

Entre los numerosos galardones que recibió José Hierro destacan el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1981), concedido «por el intenso valor lírico de su obra, que supone a la vez un testimonio histórico y una actitud ética merecedores de público reconocimiento»; el Premio de las Letras Españolas (1990); el Premio Reina Sofía de la Poesía Hispanoamericana (1995), y el Premio Cervantes (1998). Fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (1995) y la de Turín (2001).

En 2003 se creó en Getafe (Madrid) la Fundación Centro de Poesía José Hierro, «una institución cultural sin ánimo de lucro y dedicada por completo a la creación, difusión y fomento tanto de la tradición poética como de las nuevas promociones literarias».







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[SONRÍA, POR FAVOR] Al menos hoy lunes, 26 de agosto





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Tengo escaso sentido del humor, así que aprecio la sonrisa ajena, por lo que, identificado con la definición de la Real Academia antes citada, iré subiendo cada día al blog las viñetas de mis dibujantes favoritos en la prensa española. Y si repito alguna por despiste, mis disculpas sinceras, pero pueden sonreír igual...

















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domingo, 25 de agosto de 2019

[ESPECIAL DOMINGO] Érase una vez...



El rapero C. Tangana


No olvidemos, volviendo a Tangana, que el arte es una finalidad sin fin y no un catecismo para la educación de almas bellas, escribe Manuel Arias Maldonado, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Málaga, comentado el acoso mediático al tenor Plácido Domingo y al rapero C. Tangana.
La novena película de Quentin Tarantino, que acaba de llegar a las salas, comienza diciendo el profesor Maldonado, se sitúa en un momento decisivo del pasado siglo: aquél en que el sueño de la contracultura hippie se da de bruces con una realidad brutal. Tras el asesinato de Sharon Tate y sus amigos a manos de la secta de Charles Manson, pudo afirmarse con propiedad que la fiesta ha terminado. Todavía durante los años 70 se mantuvo algo del espíritu emancipador de la segunda posguerra, pero cuando Antonioni filma la destrucción de la civilización americana en los desiertos californianos de Zabriskie Point no sabe hasta qué punto se trata del ocaso de su propio credo marcusiano: las cosas iban a cambiar.

Ahora bien: que cambiarían hasta el punto de que la izquierda aplauda la cancelación del concierto de C. Tangana en Bilbao invocando razones de moralidad pública o, en la misma semana, se lance a la yugular de Plácido Domingo a partir de un frágil conjunto de denuncias en su mayor parte anónimas, eso en cambio no podría haberlo anticipado nadie. Salta a la vista que en estos casos, al igual que en los precedentes y en los que puedan seguirles, se ponen en entredicho dos principios esenciales de la sociedad liberal-democrática: el ejercicio de la libertad de expresión y la vigencia de la presunción de inocencia. ¡Ahí es nada! Pero nótese que la libertad de palabra que se niega al cantante, so pretexto de su sobrenatural capacidad para pervertir a los jóvenes al modo de un Sócrates que hubiera aprendido a cantar trap, es entregada sin filtros periodísticos ni judiciales a un puñado de denunciantes anónimas que carecen de prueba alguna y sin embargo poseen la facultad de arruinar reputaciones.

Quien esto escribe ignora si Plácido Domingo es culpable de algo, pero se niega a aceptar que la manera de averiguarlo sea una campaña pública sin mediación judicial. Por desgracia, el debate sereno sobre estos asuntos es imposible y además será hipócrita mientras no aceptemos que el poder -¡también el poder de la belleza!- no solo puede abusar sino que también atrae: no hay famoso que duerma solo. Es sin duda benéfico que cambien algunas de las normas no escritas que venían regulando las relaciones hombre-mujer; no lo es que sustituyamos el imperio de la ley por la difamación anónima. Ni que olvidemos, volviendo a Tangana, que el arte es una finalidad sin fin y no un catecismo para la educación de almas bellas.






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[TRIBUNA DE PRENSA] Lo mejor de la semana. Agosto, 2019 (IV)





Les dejo los artículos de opinión de la  prensa diaria que durante toda la semana he ido subiendo al blog en la columna 'Tribuna de prensa'. Dicen que elegir es descartar, así que asumo la responsabilidad de su elección. Como dijo Hannah Arendt, espero que les inviten a pensar para comprender y comprender para actuar. Se los recomiendo encarecidamente.

Diversos pero convergentes, por Rafael Moyano
Denuncias anónimas, por Ignacio Bermúdez de Castro
La superioridad de la izquierda, por Lola García
Contra el partidismo para poder pensar, por Jordi Mir
¿Podría empeorar la universidad?, por J.M. de Azcárraga (et al)
Todo será maravilloooso, por Arcadi Espada
Rigidez democrática, por Joan Subirats
Tarantino, Charles Manson y nosotros, por Berna González-Harbour
Contra el silencio y el olvido, por Sergio Ramírez
Los rescoldos del Califato, por Javier Lesaca
Nueva centralidad, por José María Lasalle
La farsa trágica, por David Ttueba
Agua y fuego, por Víctor Lapuente
Regreso a Grecia, por Mario Vargas Llosa
La crisis climática resucita a los mamuts, por Guillermo Altares
Queremos hechos, no relatos, por Fernando Vallespín
Antes, aquí, no había nada, por Íñigo Domínguez
Ni ellos son tan Plácidos ni ellas tan Serenas, de Ana Abelenda
Sin complejos, por Cristina Monge
Las políticas del miedo, por Elisa de la Nuez
Golfos y terraplanistas con subvención, por César Rodríguez
Cuando los pueblos aman a sus propios ladrones, por Francisco Rosell
Teoría totalitaria de la literatura, por Daniel Gascón
Presumir de constitucionalista, por José Antonio Martín Pallín
El rey busca novia, por Ignacio Martínez de Pisón
¿Qué hay detrás de las matanzas en Estados Unidos?, por Elizabeth Drew
Habemus praeses, por Ernesto S. Pombo

Desde los enlaces de más abajo puede acceder a algunos de los diarios y revistas más relevantes de España, Europa y el mundo, actualizados permanentemente:
NRC 
Time 
Life 

Y como siempre, para terminar, las mejores fotos de la semana de los corresponsales en todo el mundo del diario El País. 



Macron y Johnson en El Elíseo



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