sábado, 27 de diciembre de 2008

Cuento de Navidad

Si hay algo que "me pone de los nervios" es la ignorancia pedante trufada de fanatismo. Y sí, reconozco que hay mucho gilipollas (1) suelto (lo digo sin ánimo injurioso alguno, sino en el coloquial sentido que da al adjetivo la Real Academia Española) que piensa que los no-creyentes en dioses trinos y unos somos seres arreligiosos, carentes de espiritualidad y personas de moral relajada, por no decir amorales absolutos... Lo siento por ellos, pero se equivocan.

Por citar un solo ejemplo, el de Simone Weil (2), la joven filósofa y mística francesa, muerta en 1943 a los 34 años de edad. Quizá la pensadora europea que mejor ha sabido entender la esencia del cristianismo en el siglo XX; un cristianismo que no necesita la existencia de un Dios para convertirse en el centro de la existencia humana, y cuyas raíces (3) se hunden en los mitos más antiguos de la humanidad y del pensamiento filósofico y teológico de la antigua Grecia.

A mi el mito cristiano de la Navidad me parece bellísimo, y lo sigo celebrando cada año con mi familia, con mis hijas y mis nietos, y perdónenme la irreverencia si alguien se siente ofendido, con mis gatos, que también son animalitos de Dios. Y todo ello, con independencia de que el mito no se sostenga en realidad alguna, y que tenga precedentes claros en otros mitos (4) mucho más antiguos como los de Isis, en el antiguo Egipto, o el del dios Mitra (también nacido en una cueva, de madre virgen, un 25 de diciembre, y adorado por magos y pastores que le traen regalos un 6 de enero). Líquido, blanco y en botella... Vale: pues sí, leche.

Los mitos son "una forma de pensar el mundo". Lo dice el antropólogo francés Claude Levy-Strauss (5) en un erudito y bellísimo libro del que ya he hablado en ocasiones anteriores en el blog: "Mitológicas. Lo crudo y lo cocido" (6), editado por el Fondo de Cultura Económica, de México, en 1968; mitos que construyen una explicación total del mundo en toda su riqueza, y en los que toda realidad -física, biológica y espiritual- está determinada por ellos y en ellos.

El escritor castellano-leonés Gustavo Martín Garzo (7) publicaba ayer en El País un hermoso artículo, "El buey y los ángeles", rememorando las navidades de su infancia, que comparto plenamente. Y como a él, a mi me resulta imposible desprenderme de esas figuras maltrechas por los años, los hijos, los nietos y los gatos, que configuran nuestro Belén en el mejor rincón de nuestro hogar; celebración anual de la Navidad, tan Navidad como la de los creyentes, y con la misma fe y esperanza en un mundo, aquí, ahora y en el futuro, mucho mejor que el que nosotros heredamos de nuestros padres. Y eso. sin dejar de reconocer que no es más que un mito, pero un mito central para poder comprender lo que es y significa occidente y su forma de pensar. Feliz Navidad. Tamaragua. (HArendt)





http://www.burg-klempenow.de/veranstaltungen/Ausstellungen08/bilder/Simone_Weil.jpg
Simone Weil (1909-1943)




Notas:

(1) http://buscon.rae.es/draeI/SrvltObtenerHtml?LEMA=gil%C3%AD&SUPIND=0&CAREXT=10000&NEDIC=No#0_1
(2) http://www.antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=561
(3) http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/amela50.pdf
(4) http://antecedentes.wordpress.com/2007/12/19/el-origen-de-la-navidad-las-raices-paganas-de-una-fiesta-cristiana/
(5) http://es.wikipedia.org/wiki/Claude_L%C3%A9vi-Strauss
(6) http://biblioweb.unam.mx/valores_distantes/C1LEVI.htm
(7) http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/garzo/home.htm

Fotos:
(1) Simone Weil:
http://www.burg-klempenow.de/veranstaltungen/Ausstellungen08/bilder/Simone_Weil.jpg
(2) Claude Levy-Strauss:
http://portal.unesco.org/culture/fr/files/37347/12126701431levi-strauss_260.jpg/levi-strauss_260.jpg
(3) Fresco de la Natividad, Giotto (Padua):
http://alenar.files.wordpress.com/2007/12/fig8-natividadadoracionpastoresgiotto1310sanfranciscoasis.jpg





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Claude Levy-Strauss (1908)




"El buey y los ángeles", por Gustavo Martín Garzo

En uno de sus poemas más hermosos, Thomas Hardy evoca un recuerdo de su infancia. Es Nochebuena y alguien, al hablar de los bueyes del portal, exclama: "Ahora estarán todos de rodillas". Pasa el tiempo, y el poeta, que tiene ahora 75 años y se ha convertido en uno de los escritores más grandes de la lengua inglesa, escribe (utilizo la traducción de Joan Margarit): "Todavía / si alguien dijese en Nochebuena, 'vamos a ver a los bueyes de rodillas, / dentro de la cabaña solitaria / de aquel valle lejano que solíamos visitar en la infancia', con él iría por la oscuridad / esperando encontrármelos así".

También Jules Supervielle, el poeta uruguayo francés, escribió un relato sobre los animales del portal. Se titula El buey y el asno del pesebre, y es una delicada muestra de amor a esas criaturas inocentes cuyas figuras de barro tantas veces pusimos en nuestra infancia junto a la cuna del Niño. Supervielle nos cuenta esa historia desde los ojos de un narrador imprevisto: el buey que vive en el portal. Es un relato de un extraño lirismo, pues lo que nos conmueve del buey es esa capacidad para relacionarse con lo no revelado todavía, con ese ámbito de lo invisible que constituye la esencia de la poesía. El buey de Supervielle asiste asombrado a lo que tiene lugar a su alrededor. Ve al Niño que acaba de nacer y se pone a calentarle con su aliento. Todo se vuelve maravillosamente difícil para él. Los ángeles no paran de ir y venir, y acude gente humilde cargada de regalos. Cuando sale al campo se da cuenta de que hasta las piedras y las flores saben lo que ha pasado, y están nimbadas de luz. Y el pobre se pasa las noches en vela, arrodillado junto al niño, viendo aquel mudo celeste que penetra en el establo sin ensuciarse. Esa dicha le conduce al agotamiento más extremo y cuando por fin María, José y el Niño se alejan con el asno, en busca de un lugar más seguro, no puede seguirles, y se queda solitario en el establo, donde muere, sin llegar a entender nada de lo que le ha pasado. José Ángel Valente, al comentar este relato, y lamentándose de que tantos hombres hayan llegado a perder el sentimiento de lo poético, escribe: "Ignoran tanto hasta qué punto los rodea lo invisible, que ni siquiera tienen la prudencia de aquel buey de un delicioso cuento de Jules Supervielle, que en el colmo del júbilo 'temía aspirar un ángel', tan denso está el aire de espirituales criaturas".

Es la misma atmósfera de los frescos que el Giotto pintó en la capilla de los Scrovegni, en Padua. En uno de ellos, María permanece en el lecho y tiende sus manos para tomar agotada a su hijo, y a su lado están el buey y la mula mirándoles. Muy cerca, junto a un san José, misteriosamente ausente, adormecido, hay un rebaño de ovejas y dos pastores, que miran hacia el cielo, donde varios ángeles revolotean sobre el techado de madera como si hubiera tomado alguna sustancia psicotrópica. Todo está detenido y, a la vez, ardiendo, lleno de luz, como si hombres, animales y ángeles fueran presas del mismo hechizo. Una de las cosas que más me conmueve de esta historia, la más hermosa del universo cristiano, es este extraño protagonismo de los animales: que las pobres bestias estén al lado de los hombres y los ángeles participando en un plano de igualdad de la misma revelación.

Coleridge pensaba que la verdadera poesía debía transmutar lo familiar en extraño y lo extraño en familiar, y es justo a eso a lo que asistimos aquí. James Joyce llamó epifanías a estos instantes de comunicación profunda con las cosas, y es esa capacidad para transformar el detalle trivial en símbolo prodigioso la que transforma esta ingenua y antigua historia en verdadera poesía. Eso es una epifanía, una pequeña explosión de realidad que hace del mundo el lugar de la restitución. Miles de niños nacen en el mundo a cada instante y no todos tienen, por desgracia, la misma suerte; pero basta con que sean recibidos con amor para que algún buey aturdido ande cerca y exista el peligro de aspirar alguna criatura invisible al menor descuido.

Un viejo anarquista de un pueblo minero leonés acostumbraba a poner todos los años el belén. Era un belén peculiar, en el que estaban ausentes el castillo de Herodes y el portal, pues, según él, sólo el pueblo merecía figurar en él por ser lo único sagrado. Pero basta acercarse a cualquier niño que nace para saber que ese portal y ese castillo deben estar ahí, pues dan cuenta de la belleza, el misterio y el temor que acompañan su nacimiento. El mundo de los recién nacidos es el mundo de la adoración, de los pastores y los bueyes, de los peregrinos conducidos por señales errantes; pero también el de la muerte de los inocentes y el de la incierta huida a Egipto. No es posible ver la crianza de un niño separada de un humilde portal, de la luz de una estrella, de las innumerables visitas y las calladas atenciones; pero tampoco de la fuga en la noche y de la persecución injustificable y cruel. El mundo de la adoración tiene su contrafigura en ese otro en el que el niño cuanto más querido más vulnerable nos parece, y en que toda vigilancia es poca para preservarle de los peligros que le aguardan en la vida.

Recuerdo ahora los belenes de mi infancia y la emoción que sentíamos cuando, al llegar las navidades, se sacaban las figuras de barro del cajón en que descansaban para montarlos. El río hecho de papel de plata; el musgo, que había que ir a coger al pinar; la escoria, que quedaba en la caldera tras la combustión del carbón; y el serrín, que nos regalaban en una tienda de telas que, por una mágica coincidencia, se llamaba Sederías de Oriente. Pero la casa estaba llena de niños que inevitablemente cogían las figuras de barro al menor descuido para jugar con ellas. Además, de tanto guardarlas y volverlas a sacar de su cajón, era inevitable que muchas se rompieran. Algunas se reponían, pero otras nos daba pena tirarlas, y así el belén se fue poblando de lavanderas con un solo brazo, burros sin orejas, ovejas que habían perdido una pata y campesinos cojos.

Años después escribí una novela en que aparecía una María manca. Cuando me preguntaban por qué, yo solía decir que esa imperfección me permitía arrancarla de aquel mundo de retablos llenos de racimos dorados, vidrieras iluminadas e iconos de oro en que María solía estar, para devolverla al mundo, entre las muchachas reales. Ésta era la explicación que daba, pero creo que la virgen de mi libro venía directamente de ese belén de mi infancia, de ese pequeño pueblo de tullidos, que bien mirado es el que mejor habla de lo que somos. Aquellas figuras rotas y amadas representaban las penas y dolores de la vida, pero también su hondo e incomprensible misterio. El misterio de la belleza y de lo inexplicable, que tan bien representa ese buey del relato de Supervielle que no sabemos si muere de dicha o de tristeza. Aquí termina mi cuento. Ahora sólo me queda desearle una feliz Navidad, querido lector. (El País, 26/12/08)





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La Natividad. Capilla Scrovegni (Padua, Italia). Giotto (1267-1337)





jueves, 25 de diciembre de 2008

S.O.S. por El Museo Canario



Ídolo de Tara (Museo Canario, Las Palmas, Islas Canarias)



Una profunda tristeza me ha provocado la lectura de sendos artículos en "Canarias Ahora", escritos por los periodistas José Antonio Alemán y Juan García Luján, sobre la más que probable desaparición a corto plazo de El Museo Canario de Las Palmas ante la impasibilidad y desidia -al alimón- de las corporaciones locales de la ciudad, la isla y el archipiélago.


Fundado en 1879 por el doctor Gregorio Chil y Naranjo, El Museo Canario (1) es, sin duda alguna, la más importante institución cultural y cientifica privada de Canarias, albergando en sus salas la mayor colección del mundo de momias y restos aborígenes canarios, una impresionante hemeroteca y una colección bibliográfica y documental fundamental e imprescindible para conocer la Historia de Canarias.



Ahora, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, el gobierno de Canarias le retira el cincuenta por ciento de la subvención que le otorgaba anualmente, y el Cabildo de Gran Canaria, la máxima institución de gobierno de la isla, para no ser menos, el veinticinco por ciento de la suya.



Desde que llegué a Gran Canaria, en 1967, he llevado a El Museo Canario a todos los peninsulares, familiares, amigos y simples conocidos, que tenían la fortuna de recalar por aquí, aunque fuera de paso. Ninguno de ellos quedaba decepcionado de la visita, y se marchaban prendados de la reproducción de la inigualable Cueva Pintada (2) de Gáldar, enamorados del famoso ídolo de Tara (3), la más importante pieza arqueológica del archipiélago, y fascinados por las momias aborígenes en él depositadas. Todo eso está ahora en peligro de muerte. Quizá, como dice José Antonio Alemán es que esta sociedad no se merece una institución como El Museo Canario, pero yo pienso que lo que no nos merecemos los canarios es la pandilla de incompetentes que tenemos en los distintos ámbitos de gobierno de Canarias. Sean felices a pesar de todo. Tamaragua. (HArendt)




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Ídolo de Tara (El Museo Canario, Las Palmas, Gran Canaria)


Notas:
(1) http://www.elmuseocanario.com
(2) http://www.cuevapintada.org/portal/home.cueva
(3) http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%8Ddolo_de_Tara

Fotos:
(1) El ídolo de Tara:
http://www.visitacanarias.com/mm/16482.jpg
(2) La Cueva Pintada:
http://www.lacoctelera.com/myfiles/jarutaco/cueva-pintada-3.jpg
(3) Sala de El Museo Canario:
http://www.grancanaria.com/patronato_turismo/fileadmin/imagenes/fotos/102.jpg



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La Cueva Pintada (Gáldar, Gran Canaria)


"El Museo Canario", por José A. Alemán

Quienes crecimos en las inmediaciones de El Museo Canario y pasamos horas de la niñez, de la adolescencia y la juventud entre sus colecciones arqueológicas y de Ciencias, en su hemeroteca y biblioteca, no le dábamos esa mayor trascendencia. Formaba parte de nuestras vidas, del entorno en que nos movíamos, estaba tan dentro de lo cotidiano como ir al colegio, jugar al fútbol, a piola, a calimbre, participar en las "guirreas" a pedrada limpia, realizar incursiones por las plataneras de la Vega de San José o acercarnos al castillo de San Cristóbal.

Con el paso del tiempo, a medida que comenzábamos a percibir la realidad de la dictadura franquista, el Museo adquirió connotaciones que ya eran evidentes la tarde lejana en que el padre claretiano Martín Sarmiento se plantó en unas jornadas sobre darwinismo. Fue dispuesto a reventarlas con lo que hoy llamaríamos "creacionismo" y argumentos como el de si fue primero el huevo o la gallina para dejar sentado que la sucesión ovípara, por mucho que se pierda en la noche de los tiempos, acabaría en el primer huevo o la primera gallina tras los que estaría necesariamente Dios Creador. Como advirtiera en la réplicas Martín Sarmiento cierta ironía, montó en cólera y cogió puerta bramando que sí, que algo de razón tendría Darwin pues al menos era seguro que los participantes en el acto descendían directamente del mono. Fue el Museo la primerísima "zona" de libertad para muchos de nosotros.

Tras su fundación, en 1879, El Museo Canario se convirtió en la principal referencia cultural de la ciudad de Las Palmas y de su isla. Irradiaba al resto del archipiélago y adquirió notable proyección en el mundo científico internacional. A bote pronto, recuerdo el congreso del Cro Magnon del que fuera aglutinante. No es preciso ponderar sus fondos documentales entre los que figura la mayor parte de cuanto se ha escrito en Canarias; con lo que eso significa. Bien lo saben los investigadores, los historiadores, los profesores, los periodistas y cuantos han realizado tesinas y tesis doctorales imposibles de no estar ahí el Museo, a falta de Universidad. Como lo saben también los colegiales que acudían a realizar sus trabajos. O los simples curiosos enganchados por algún tema. Todos tenían a su disposición la biblioteca y la hemeroteca que sólo cierran el día de Navidad y Año Nuevo. Presta, pues, el Museo un servicio público gracias no a sus miserables presupuestos y al desvelo de las autoridades sino al entusiasmo de los empleados que participan de los mismos móviles de los directivos que sacrifican su tiempo en el esfuerzo no retribuido que ha hecho el milagro de que el Museo siga entre nosotros.

Pero puede dejar de existir. El Gobierno ha rebajado un 50% su aportación en los presupuestos que acaba de aprobar; el Cabildo grancanario la ha reducido un 26% en los suyos. Si se comprende que la condición canariona de la institución baste a ATI para golpearlo, se entiende menos que el Cabildo grancanario ponga de su parte al intento de dinamitarlo.

Da vergüenza. Un bochorno para la ciudad, para la isla y los gestores culturales con visa oro por cuenta de la Consejería. Se ha tratado en ocasiones de justificar el desinterés de la Administración por la institución en el hecho de que es institución privada. Pobre excusa que inhabilita el carácter público de sus prestaciones y el hecho de que si el Museo dependiera de los políticos necesitaría una legión de funcionarios a sueldo para sustituir al puñado de empleados que lo mantienen hoy. Sería, eso sí, un nuevo lugar donde colocar los políticos a su gente a quemar presupuestos.

Hay peligro cierto de que El Museo Canario cierre. El destino de sus colecciones arqueológicas y documentales y de sus fondos impresos es incierto. Podrían "perderse" no pocos y acabar los demás desperdigados entre instituciones públicas que, paradójicamente, dificultarán el libre y fácil acceso a ellos que ha venido garantizando el Museo. Claro que, mirando otros casos y considerando la indiferencia social ante la reiterada destrucción de tantos referentes, habría que plantearse si esta sociedad se merece realmente tener El Museo Canario. (Canarias Ahora, 23/12/08)





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Sala de El Museo Canario (Las Palmas, Gran Canaria)


El desprecio al Museo Canario, por Juan García Luján

Don Gregorio Chil y Naranjo fue un patriota, en el sentido más profundo y auténtico de la palabra. En contra de la voluntad de su tío y padrino Gregorio Chil Morales, prefirió ir a estudiar a París que convertirse en sacerdote. En la capital francesa Chil y Naranjo pudo aprender de un país que construía un futuro y cuidaba su pasado. Uno de sus rincones favoritos era el Museo de Paleontología y Anatomía. Cuenta su biógrafo Juan Bosch Millares que seguramente Gregorio Chil y su amigo Juan Padilla Padilla fueron testigos y animadores del París revolucionario de 1848. Cuando regresó a su isla abrió una consulta como médico en su casa de la calle Los Balcones, allí atendió a los que podían y a los que no podían pagarle la consulta. Además de curar a los enfermos, su otra pasión fue la investigación sobre nuestra historia.

La vinculación de Chil y Naranjo a varias sociedades de científicos de Francia, España e Italia le sirvió para intercambiar conocimientos y poder investigar la vida y costumbres de los canarios prehispánicos. Le gustaba a Gregorio Chil y Naranjo coleccionar piezas de los antiguos canarios y conocer todas sus costumbres. Después de visitar bibliotecas, ateneos, archivos y sociedades antropológicas e históricas para conocer todo lo escrito sobre la población canaria, el doctor Chil y Naranjo escribió 'Estudios históricos, climatológicos y patológicos de las islas Canarias'.

En su obra el Dr. Chil apoya las teorías darwinistas de la evolución humana, lo que provocó que el obispo de Canarias José María Urquinaona la sentenciase como sacrílega, Chil fue excomulgado y su obra denunciada en todas las parroquias. Tuvo la excomunión mayor, lo que equivalía al aislamiento social. Pero los científicos canarios y europeos apoyaron a Gregorio Chil. Una de las muestras más claras fue la respuesta que recibió a su proyecto de crear el Museo Canario. El 2 de septiembre de 1879 se reunieron en la casa de Amaranto Martínez de Escobar de la calle López Botas Andrés Navarro, Juan Padilla Padilla, Domingo J. Navarro, Víctor Grau Brassas, Diego Ripoche, Mariano Sancho y Emilio Álvarez del Cueto. Deciden fundar la sociedad del Museo Canario presidida por Domingo J. Navarro y que tiene como director a Gregorio Chil y Naranjo. La primera sede fue la tercera planta de las Casas Consistoriales en la Plaza Santa Ana.

Así han pasado 130 años. El Museo Canario es una referencia imprescindible para el conocimiento del pasado canario. Miles de estudiantes, profesores, científicos, curiosos tienen acceso a sus fondos documentales, a su biblioteca, su hemeroteca, sus exposiciones. En los últimos 11 años han subido los presupuestos del gobierno canario, del cabildo y del ayuntamiento capitalino, pero las cantidades destinadas al Museo Canario no se han incrementado ni una peseta, ni un euro. El gobierno canario venía aportando 255000 euros, el cabidlo 420.000 y el ayuntamiento 60.000. En tiempos de bonanzas no aumentaron el apoyo, pero en tiempo de crisis quieren recortarlo de forma drástica. Según los trabajadores del Museo Canario el ejecutivo autónomo recortará un 50% el apoyo económico, el cabildo lo reducirá un 26 % y el ayuntamiento mantiene el mismo presupuestito.

El gobierno que tanto presume de lo nuestro, de nuestra gente, dedicará el próximo año 127.500 euros al Museo Canario. Por compararlo con otros gastos de Cultura de este mismo año, el ejecutivo de Paulino Rivero gastó 3 millones de euros en el Festival de Música de Canarias, hubo 65 conciertos en todas las islas, incluída la Graciosa. Esto significa que un presidente de “nuestra gente, nuestra historia, nuestra cultura” dará al Museo Canario lo mismo que pagó para patrocinar este año 3 conciertos de música clásica. El cabildo de Gran Canaria aportará el año que viene 90000 euros menos que en 2008 . La corporación insular que preside un historiador y cuyo vicepresidente se define como nacionalista, aportará al Museo Canario en un año 310.000 euros, 100.000 euros menos del presupuesto de la celebración de la Gala de los premios Max que patrocinará el cabildo en el 2009. Dicen los trabajadores del Museo Canario que con estos presupuestos no se podrán mantener todos los servicios que aporta la institución centenaria. Pero no pasa nada. En el 2009 podremos disfrutar de la música de la Bach Colegium Japan en el Festival de Música de Canarias y el próximo 30 de marzo nos podremos reír mucho con los cómicos españoles en la gala de los premios Max. Ya no quedan patriotas como Chil y Naranjo. Ahora sufrimos las consecuencias de tener unos políticos que padecen lo que Manuel Alemán definió como "el complejo del colonizado” en su libro "Sicología del hombre canario". (Canarias Ahora, 24/12/08)



sábado, 20 de diciembre de 2008

El Mito de Europa

Me resisto como gato "panza arriba" a comentar las "cosas" de nuestros políticos. Se de lo que hablo, pues convivo con cinco gatos en casa... Mi decepción es tan profunda con la clase política, con toda, aunque con unos más que otros, que he tenido que esperar toda una semana completa para ponerme al teclado. No voy aburrirles con un catálogo de las chorradas e incongruencias que se han dicho unos a otros en estos días. Por mencionar una: aquí, en Canarias, todo un presidente del gobierno se permite amenazar con "acciones penales, civiles y de todo tipo" (y lo dice en sede parlamentaria, con el rictus desencajado por la ira) a quienes acusen a su gobierno de manipulación en la concesión de emisoras de TDT en la isla de Tenerife. Lo curioso del caso es que lo suelta después de que el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, el máximo órgano judicial de la Comunidad Autónoma, en sentencia firme, pusiera a caer de un burro a su gobierno por la concesión de las susodichas licencias a sus amiguetes... Son como niños, no nos follan pero nos joden un montón... De los políticos nacionales, ni les hablo, pues les supongo al tanto; lo mismo que de los avatares europeos, un poco más lejanos. Si el ciclón Obama no aporta aires nuevos, lo veo todo muy negro... Y no es un juego de palabras...

Hoy escribe Pasqual Maragall (1) en El País un interesante artículo titulado "Los Estados Unidos de Europa, reinventados". Mítico ex alcalde de Barcelona, ex presidente del Comité de las Regiones Europeas, ex presidente del gobierno catalán, Maragall lanza un ilusionado mensaje en favor de esos Estados Unidos de Europa que pocos tienen interés en alcanzar, y menos aún en momentos de una generalizada crisis financiera, económica y social; sí, y lo que es peor, también de confianza en las instituciones de la Unión.

No se trata de reelaborar el "Mito de Europa" (2). La Unión Europea no es un mito: es una realidad y está presente en nuestras vidas a pesar de sus muchas carencias... Yo nací a los nueve meses justos del término de la II Guerra Mundial en Europa, y me pregunto: ¿alguien de los que vivieron ese momento (el fin de la guerra, y mi nacimiento...), afortunadamente muchos aún, podría tan siquiera imaginar que las fronteras desaparecerían de Europa, que podríamos pasar sin detenernos de Francia a Alemania, de España a Portugal, de Italia a Austria, que la mayor parte de los países europeos tendrían una moneda en común, un parlamento europeo y unas instituciones políticas comunes? Piensen en ello. No se si llegaré a ver esos Estados Unidos de Europa que yo también deseo fervientemente, quizá la única meta política por la que siento verdadera ilusión; ni tan siquiera estoy seguro que la vean mis hijas, pero se que la verán mis nietos y que ellos vivirán con orgullo su condición de canarios y españoles, pero sobre todo de europeos... Sean felices. Tamaragua (HArendt)





http://www.turismodevigo.org/images/c_monumentos/m_e_europa.jpg
"El rapto de Europa", escultura en la ciudad de Vigo (Galicia, España)




Notas:
(1) http://es.wikipedia.org/wiki/Pasqual_Maragall
(2) http://es.wikipedia.org/wiki/Europa_(mitolog%C3%ADa)

Fotos:
(1) El Rapto de Europa, escultura en la ciudad de Vigo (Galicia, España):
http://www.turismodevigo.org/images/c_monumentos/m_e_europa.jpg
(2) Pasqual Maragall:
http://www.eitb24.com/archivos/imagenes/eitb24/politica/2007/10/19/Pasqual-Maragall-2007101918121911hg2.jpg




http://www.eitb24.com/archivos/imagenes/eitb24/politica/2007/10/19/Pasqual-Maragall-2007101918121911hg2.jpg
El político español Pasqual Maragall




"Los Estados Unidos de Europa, reinventados", por Pasqual Maragall i Mira

Hace 25 años, en diciembre de 1983, el periódico francés Le Monde publicó una entrevista con el historiador Fernand Braudel sobre la identidad europea. Llevaba por título "Il faut réinventer les Etats-Unis d'Europe". España aún tardaría tres años en ingresar en la Unión, entonces compuesta por diez Estados miembros: Alemania, Bélgica, Dinamarca, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Reino Unido y Grecia. Yo llevaba un año de alcalde y miraba hacia Europa con las mismas esperanzas que Braudel evocaba. Mi amigo norteamericano residente en Brasil, Norman Gall, al frente hoy de la Fundación Braudel, y casado con una catalana, me sigue informando por Internet aún hoy de lo que por el mundo sucede. Gall, como el propio Braudel, es uno de los pocos humanistas globales que no hacen simplemente el ridículo, sino que, como decimos en catalán, hi toquen: que entienden de qué va la cosa. Braudel en 1983 explicaba la identidad europea desde la cultura europea, entendida como una y plural, como hecho compartido.

Lo ejemplificaba diciendo que un francés situado en Italia, Rusia, Polonia o Alemania, no se siente extranjero; que las sensaciones experimentadas son reconocibles y con referentes histórico-culturales comunes. A diferencia de lo que le ocurriría en países como la India o China, donde te sientes desorientado, distinto de verdad.

Cada país europeo representa una Europa particular, decía Braudel. En aquel momento describía la Unión como únicamente económica, y por tanto muy beneficiosa, fundamental, pero no aún la Europa unida que él, yo y sin duda mucha gente soñamos. La Europa unida y popular (del pueblo) necesitaba una base donde desarrollarse. Era preciso que sus gentes viviesen y circulasen libres por el continente. Para ello, concluía en su reflexión, para construir la Europa cultural y ciudadana, hacían falta varias cosas: una estructura política, un Gobierno Europeo, un Parlamento Europeo con mayores poderes y una defensa europea común. Ya entonces decía que un país europeo solo no podía hacer frente a los retos que se le presentaban. Hacía falta reinventar los Estados Unidos de Europa. ¿Qué ha pasado desde entonces, dónde estamos, hacia dónde vamos como Europa?

La Unión Europea la formamos 27 Estados miembro y aún aspiran a entrar más países europeos. Tenemos un Parlamento Europeo e instituciones comunitarias que representan, res-pectivamente, a los ciudadanos y a los Estados miembro. Tenemos un Mercado Único y una Unión Económica y Monetaria, con la adopción en 2002 del euro como moneda única, realidad consolidada ya hoy. Tenemos moneda, bandera y un himno, la parte coral de la Novena sinfonía, de Beethoven, cuya letra, de Schiller, tradujo mi abuelo Joan Maragall al catalán: "Joia que ets dels cels guspira / engendrada dalt del cel". Tenemos la libre circulación. Tenemos incluso un Comité de las Regiones, que me honré en presidir durante dos años y vicepresidir otros dos.

¿Qué más hace falta para ser realmente los Estados Unidos de Europa? Quizás una selección nacional europea de fútbol, que podría ganar incluso a Brasil (sobre todo si nos dejaran poner a Messi en el equipo, aunque con Henry y algún otro de sus compañeros tendríamos bastante). Hemos intentado establecer una Constitución, pero las dificultades propias de ser tantos y tan distintos a la hora de ponernos de acuerdo la han frustrado, llevándonos al Tratado de Lisboa. A pesar del no irlandés, de momento.

Son grandes y notables éxitos comunes. Pero seguimos lejos de los Estados Unidos de Europa que Braudel defendía 25 años atrás. Hace un año un mandato del Consejo Europeo, encargó un informe sobre el rumbo y los objetivos de la Unión de cara al horizonte de los años 2020 a 2030 a un Consejo de Sabios o grupo de reflexión sobre el futuro, formado por personalidades de reconocido prestigio político y académico y presidido por Felipe González. El informe debe estar listo en junio de 2010 (aunque Felipe ya ha anunciado que intentará que sea antes), pero el mandato citado especifica que el grupo no deberá abordar cuestiones institucionales, sino trabajar en el marco que establece el nuevo Tratado de Lisboa. 2010, 2020, 2030... Europa es compleja y por ello lenta. El mundo no va al mismo ritmo. El mundo va rápido, los ritmos económicos exigen respuestas inmediatas. Los conflictos internacionales y sus víctimas no pueden esperar más.

Como subrayaba Lluís Bassets hace unos días, cada Gobierno se ha vuelto hacia su Estado. La Alemania de Merkel parece paralizada a nivel europeo por sus problemas internos. Si el país del himno no está por la labor, ya me dirán. Quizás haya también un problema de liderazgo, en el mundo y en Europa. Sanguinetti publicaba, también en este periódico, un artículo en ese sentido. Falta un liderazgo al servicio de una idea, la idea de la Europa Común, donde los ciudadanos, recuperando a Braudel, seamos libres e iguales, cada cuál con su acento y sus manifestaciones culturales, hermanas y distintas.

Hacia esta dirección remaba el plan de Bolonia para conseguir un espacio europeo de educación superior único y homologable, con universitarios y después profesionales europeos de verdad, circulando y ejerciendo libremente por toda Europa. Animo a nuestros líderes y pensadores a que aceleren el ritmo de la construcción europea. A Felipe y su grupo de reflexión a que no espere a 2010, a que levante la bandera europea bien alta y proponga medidas de presente. La crisis puede ser una muy buena oportunidad.

Recientemente me he adherido, junto al mismo Felipe González, Prodi, Santer y otros destacados líderes europeos, a una declaración promovida por una asociación de la que formo parte, Nôtre Europe, fundada por mi maestro europeo, Jacques Delors. Se titula Face à la crise, un besoin d'Europe. En ella se apela a la necesidad de más Europa para afrontar la crisis económica. Al final de la declaración proponemos que para las próximas elecciones al Parlamento Europeo (junio de 2009) cada familia política europea presente un candidato a presidente de la Comisión Europea, y que estos candidatos debatan entre sí, ofreciendo directamente a los ciudadanos europeos la oportunidad de conocer sus visiones e ideas y dando mucha más visibilidad y proximidad a los que nos representan en Europa. Sería un paso más. Decisivo. (El País, 20/12/08)





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El Parlamento europeo (Estrasburgo, Francia, U.E.)





sábado, 13 de diciembre de 2008

Sobre libros y reinas

Mi amiga Ana es una guapa gallega afincada en Ámsterdam, compañera de fatigas académicas en la UNED, que comparte también conmigo pasión común por la buena literatura. Es ella la que me ha enviado un artículo de Incitatus, publicado en El Cultiberio del pasado 1 de noviembre, sobre el último libro del periodista y escritor Jesús Bastante (1) ("Cisma", Ediciones B, 2008).

Ignoro si los elogios de Incitatus a la novela de Jesús Bastante son merecidos o exagerados. No he leído nada de este autor, y lo confieso con cierto pudor, ni siquiera había oído hablar de él con anterioridad. Lo cual no es óbice para que las referencias del crítico a otros novelas del género "histórico" a las que alude, como "Memorias de Adriano", de Marguerite Yourcenar (para mi la más hermosa novela que he leído nunca) o el "Yo, Claudio", de Robert Graves, me hayan animado a leer "Cisma" en la primera ocasión que tenga.

Pero el artículo de Incitatus trae más cosas, que comparto plenamente con él. Me refiero en concreto a la "metedura de pata" de los comentarios puestos en boca de la reina Sofía por parte de la periodista Pilar Urbano. Como Incitatus, y como ya comenté en su día en este mismo blog, estoy convencido de que la reina ha sido engaña en su buena fe, independientemente de las responsabilidades que en el seno de la Casa del Rey haya que dilucidar sobre la manifiesta incompetencia de los responsables de la misma. Lo que tengo claro es que, aun engañada, la reina no va a pleitear como una verdulera sobre, quién sí o quién no, dice la verdad. Una ejecutoria de treinta y tres años de ejercicio irreprochable como persona y como reina la avalan lo suficiente como para presumir de que lado está la verdad.

Sobre la personalidad de Incitatus, el seudónimo bajo el que se esconde un reconocido periodista y escritor, que publica su columna semanal, El Cultiberio (2), en el periódico digital El Confidencial,mi amiga Ana y yo hace unos meses realizamos una exhaustiva investigación que nos llevo a su descubrimiento, pero no seremos nosotros los que la demos a la publicidad... Mójense ustedes si lo desean. Sean felices. Tamaragua. (HArendt)


Notas:
(1) http://blogs.periodistadigital.com/elbaronrampante.php/2008/11/02/incitatus-el-caballo-de-caligula
(2) http://www.elconfidencial.com/cache/2008/12/13/cultiberio_35_hombre_quiso_reinar.html

Fotos:
(1) Retrato de Lutero, por Lucas Cranach:
http://www.fuenterrebollo.com/Heraldica-Piedra/Trento/martin-lutero-8.jpg
(2) Foto oficial de la reina Sofía:
http://www.casareal.es/sm_reina/images/alta_resolucion/rnac-d_hr.jpg





http://www.fuenterrebollo.com/Heraldica-Piedra/Trento/martin-lutero-8.jpg
Martín Lutero, por Lucas Cranach




"Ya hay cisma Bastante", por Incitatus


Cada día tengo más claro que los buenos libros reconfortan. Eh, no me miren así, no es una simple perogrullada. Reconfortan, quiero decir, porque se están volviendo escasos y porque brillan como diamantes en medio de un cada vez más extenso basural de malos libros. Y encontrar diamantes, estarán ustedes de acuerdo conmigo, no sólo reconforta sino que estimula, aguijonea el pensamiento y le devuelve a uno la fe en cosas que creía olvidadas.

Jesús Bastante acaba de ver publicada, en Ediciones B, su primera novela, que se titula Cisma. Jesús es periodista y lleva escribiendo desde que comprendió cómo funcionaba el alfabeto: ha producido libros-reportaje interesantísmos, como Los curas de ETA o aquel sartenazo que se tituló Setién, un pastor entre lobos; no se me enfadará si digo aquí que el título que él quería poner, y que fue rápidamente descafeinado por la editorial, era Setién, un pastor de lobos, mucho más correcto y respetuoso con la realidad de ese hombre desdichado y de aquellos a quienes sirve. También ha escrito una biografía apresurada –pero brillante– del actual Papa y una semblanza viajera, muy hermosa, del padre Ángel García, fundador de la ONG Mensajeros de la Paz.

Pero otra cosa es una novela. En el reportaje, el periodista debe escribir como sabe y contar, con todo el rigor posible, aquello que el lector desea saber. Algo que puede resultar trabajoso –hay que buscar y encontrar, para contarlas luego, cosas que el lector no conoce– pero, a la hora de sentarse al teclado, no es demasiado difícil. En la novela, sin embargo, lo que manda es el lenguaje: el escritor debe hallar la magia que logra transportar al lector a un tiempo y a un espacio lejanos o imaginarios, y envolverlo de modo tal que, desde el primer párrafo, el lector esté allí, crea lo que se le cuenta, se encuentre cómodo; que huela los olores que huelen los personajes, sienta su mismo frío, o miedo, o hambre, y se enganche con el transcurso de los acontecimientos. Que no son sólo la acción, lo que pasa, sino ese mismo frío, ese pavor o soledad o fiebre o lo que sea. Eso se hace con el uso de las palabras. En el periodismo, lo que manda es la información. En la literatura manda el arte de escribir.

Pero no sólo, eso es evidente. Jesús Bastante propone al lector que se traslade a un momento muy difícil de la historia de Europa: el año 1521, cuando tres personas de carácter muy marcado –el emperador Carlos V, el fraile agustino alemán Martín Lutero y el papa León X– se disponen a romper, unos con más voluntad que otros, la unidad cristiana: el cisma que relata Bastante es el nacimiento de la Reforma protestante. Estamos, pues, ante una novela de las que hoy se llaman, simplificando mucho, históricas.

Yo creo que las novelas históricas pueden clasificarse en tres grandes apriscos. Uno es el de aquellos libros que narran las cosas como fueron, con datos y fechas y personajes auténticos, sin salirse más que lo imprescindible de la historia verdadera, pero relatando los hechos con la fuerza de la literatura; esto es, dejando mandar a los mecanismos alquímicos del lenguaje. Ejemplos que a mí me parezcan soberbios hay pocos: Amor es rey tan grande, de Ignacio Merino, es el último que he leído; Yo Claudio, de Robert Graves, e incluso el inmortal Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, son algunos de los que más amo.

El segundo apartado es el de las novelas que toman como punto de partida unos hechos ciertos o unos personajes auténticos y que, a partir de ahí, construyen una ficción –pero sin salirse del marco general de la realidad histórica– que lleva al lector por vericuetos que son, pero que jamás deben parecer, inventados. Ahí sí que hay joyas inmensas, y sigo dando mi opinión personal. Recuerde el alma dormida no ya las tragedias del Ciclo Nacional de Shakespeare (ya, ya sé que es teatro; ¿qué más da eso?) sino el inmenso Sihuhé el egipcio, de Mika Waltari; Espartaco, de Howard Fast; más cerca de nuestros días, El hereje, de Miguel Delibes; esa diminuta joya que es Crónica del rey pasmado, de Torrente Ballester; Ladrones de tinta, de Alfonso Mateo Sagasta, o, y los cito con toda intención, El manuscrito carmesí y El pedestal de las estatuas, de Antonio Gala. Hay cientos.

El tercer grupo es el más numeroso y, sin duda, patético. El de quienes toman por las orejas un personaje o un hecho y luego escriben lo que les sale de los cojones, con perdón. Suelen ser éstas las novelas que nos martirizan con archirrepetidas y complejísimas búsquedas de griales, de tediosos pergaminos cátaros, de druidas o de lo que sea menester; o que convierten a Isabel II en una lesbiana, a Maribárbola en una intelectual o a María Magdalena en una especie de sudoku para consumidores de hamburguesas literarias. Prefiero no dar nombres. Mire cada cual lo que tiene en su biblioteca.

Jesús Bastante se ha lanzado como un halcón al más difícil de los grupos, el primero. Debo decirles que da gloria leerlo. Uno, que además de caballo y senador romano es historiador, y que ya se sabía no sólo el final sino numerosos episodios intermedios de la narración, ha disfrutado como un ratón hambriento en una librería de viejo descubriendo que la inmensa mayoría de los diálogos son auténticos: eso fue lo que dijeron, con esas palabras o muy parecidas, los asistentes a la Dieta de Worms, o el nuncio Aleander, o el más que harto Papa Adriano, o el César Carlos, o el canalla de Gattinara, o el brillante y sinuoso Federico de Sajonia.

Uno se encuentra –y al principio no se lo puede creer, pero ¡es verdad!– que Jesús Bastante se ha leído todo lo que se puede leer en este mundo sobre lo que pasaba en aquel tiempo crucial. Se lo sabe todo. Hasta el color de las calzas del emperador. Hasta el olor de los regüeldos del cabronazo de León X, de soltera Giovanni Medici. La cantidad de información auténtica es tan abrumadora que uno la goza como un verderón al toparse con las escasísimas escenas inventadas. Y lo siento: no les voy a decir cuáles son porque están tan bien inventadas, son tan verosímiles, que a este caballo, que se sabía bien la historia, le ha costado verdadero esfuerzo distinguir lo vivo de lo pintado, lo que fue de lo que pudo ser. Pocas veces se ha vuelto tan real el viejo proverbio italiano: Si non è vero, è ben trovato.

Porque esa es la segunda parte. El cómo está contado. Es verdad que uno, que es un pejiguero y un poco bastante puñeterín, se leyó Cisma con el boli en la mano buscando anacronismos, errores, lugares comunes… en fin, buscando vicios de periodista. Algunos hallé: siempre se encuentra lo que se va buscando. Pero qué asombro de escritura, caramba. Qué habilidad, qué talento para meterle a uno, de hoz y coz, en el siglo XVI; qué talento para la narración, para la escritura, para la magia del lenguaje.

Qué final, que no debo contar; qué regusto en la boca, en los oídos, en el alma, al cerrar por fin el libro. Y qué ganas de correr a este teclado y decirles a ustedes, como dijo Howard Carter cuando halló la tumba de Tut-ank-Amon: "Creo que he encontrado un gran tesoro…" Qué hermosura poder recordar algo que, últimamente, no es fácil tener siempre presente: que los buenos libros, tan escasos, reconfortan. Y cuánto.

Con todo respeto, Señora: Creo que, una de dos: o habéis metido la pata, algo que sería completamente nuevo en V. M., u os habéis fiado de una bruja determinada a traicionaros. Debo creer, y sinceramente creo, esto segundo. Habéis puesto vuestra noble confianza y vuestras palabras –esto es muchísimo más peligroso– en una persona fanática que, desde hace muchos años, sólo ve lo que le dejan ver las orejeras de su mular y tridentina concepción del catolicismo. Esa mujer no consiente otra concepción del mundo sino la que le imponen desde su comunidad cristiana, el Opus Dei, y no tengo más remedio que suponer que, fiel a sus gurús como ha sido siempre, ha "metido los dedos" en la boca de V. M. (es frase de la jerga periodística) hasta haceros decir, Señora, cosas que no pensabais, o que sin la menor duda no pensabais con tan tremendas palabras como las que hemos leído. Palabras que me ofenden a mí, que os tengo verdadero aprecio desde hace décadas; que ofenden a mi hijo, felicísimamente casado con su esposo según las leyes de la nación en que reináis, y que ofenden y escandalizan a muchos cientos de miles de españoles que, hasta ayer, os guardaban el respeto y el afecto que lleváis, Majestad, cuarenta años mereciéndoos, día por día.

La ciudadana Sofía de Grecia puede tener la opinión que quiera sobre los gays, el aborto, la eutanasia y sobre cualquier asunto. Eso es cosa suya. Pero la Reina de España no puede, Señora, contradecir y desautorizar las leyes que ha aprobado el Parlamento del Reino al que sirve. Me consta que V. M. sabe esto mejor, mucho mejor que nadie. Por eso tengo que creer –y, repito, creo de verdad– que V. M. ha sido engañada, utilizada, manipulada y, moralmente al menos, traicionada por una "periodista" sectaria que no ha dudado en usar los más viejos trucos del oficio hasta lograr que en su magnetófono quedasen registradas palabras que, sin duda V. M. ni en realidad piensa de ese modo ni debió decir jamás. Si es que las dijo.

Cuando termino de escribir estas líneas veo que llega a Internet algo que me disponía ahora mismo a pediros, Señora: unas palabras de aclaración, un "yo no he dicho eso". Iba a rogaros que os apresuraseis en ello, por bien de todos. Pero os habéis adelantado a mi ruego: ya lo ha hecho V. M. Esta es mi Reina, sí señor. Vuelvo a sonreír: la bruja ha quedado donde siempre estuvo: subida en su escribaniana escoba. Y Vos, Señora, también donde siempre: en el afecto y el respeto de todos. Así que, antes de irme a dormir, ya tranquilo, beso, tan cordial y tan lealmente como siempre, la mano de V. M. (El Cultiberio, 01/11/08)





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La reina Sofía de España





miércoles, 10 de diciembre de 2008

Zafón y Brown no son Esquilo y Virglio







Ya lo dicho en ocasiones anteriores, pero no me importa repetirme a mí mismo: en Occidente, después de la cultura greco-latina, casi todo lo demás es mera paráfrasis de ésta... La frase es mía y la cedo gustoso sin copy-right. No soy el único que lo piensa... Por ejemplo, el poeta y escritor Luis Antonio de Villena (1), se pregunta en El País de hoy el porqué Rajoy o Zapatero nunca citan a Séneca, Cicerón, Platón o Herodoto, que tanto tienen que enseñar al hombre de nuestros días... No da ninguna respuesta a su pregunta, pero si adelanta una conclusión que comparto: estamos creando una sociedad "en la que hay una minoría cultural muy alta y una inmensa mayoría cada vez más inculta (.../...) con una democracia empobrecida en la que los ciudadanos no tienen capacidad de respuesta".

Si la literatura que consumimos es un índice del grado de cultura de una sociedad, creo percibir presagios de tormenta. Permítaseme un símil, y no es nada personal pues he leído con gusto tanto "La sombra del viento" (2) como "El Código Da Vinci" (3), pero comparar a Carlos Ruíz Zafón o Dan Brown, sus autores respectivos, con Esquilo o Virgilio, es como comparar el "tachum-tachum" de la música "bacalao" con el "Don Giovanni" de Mozart. Desde luego, en un sentido lato lo que hacen los Zafón y Brown son tan literatura como las obras inmortales de Esquilo y Virgilio, y tan música es el "tachum-tachum" como la ópera más excelsa... Y claro está que siempre será preferible leer un super-ventas a no leer nada; o escuchar el "tachum-tachum" a no disfrutar del placer de la música, pero en ambos casos, ese debería ser sólo el primer paso en la búsqueda y encuentro de la excelencia literaria y musical. Aunque sobre gustos no haya nada escrito... Disfruten del artículo de Villena. Es bastante más serio que mi digresión, un tanto a vuela pluma y con cierta dosis de mala leche, producto del desencanto... Sean felices. Tamaragua. (HArendt)



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El poeta y escritor Luis Antonio de Villena




Notas:

(1) http://www.luisantoniodevillena.es/
(2) http://www.lasombradelviento.net/
(3) http://www.codigo-da-vinci.com.ar/

Fotos:
(1) Luis Antonio de Villena:
http://www.alfaguara.santillana.es/upload/autores/2005/351.jpg
(2) Zapatero y Rajpy:
http://eiron2k.files.wordpress.com/2008/02/rajoy_vs_zapatero.jpg




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Rajoy y Zapatero, a lo suyo...




"¿Por qué Rajoy o Zapatero nunca citan a Cicerón?", por Luis Antonio de Villena


El poeta y ensayista recopila una selección del saber grecolatino en 'Biblioteca de clásicos para uso de modernos'.

El escritor Luis Antonio de Villena, que ha recogido en una especie de "diccionario personal" el fértil mundo de la Antigüedad de griegos y latinos, ha confesado hoy su inquietud porque Rajoy o Zapatero nunca citan a Séneca o a Cicerón. "¡Quizás sea pudor para exhibir su inmensa cultura!", señala con sorna el poeta (Madrid, 1951), autor de un sugestivo título: Biblioteca de clásicos para uso de modernos, un encargo de la editorail Gredos, el sello más prestigioso sobre la literatura grecolatina.

"El objetivo es suplir en lo posible la pérdida del estudio de los clásicos, incentivar la investigación de ese mundo, que es la base de toda la cultura occidental", explica el escritor, convencido de que sin esos clásicos "seríamos muy otra cosa de lo que somos. Ya de colegial, De Villena se interesaba por la Antigüedad, y ahora destaca la "genuina modernidad y ancho humanismo" de esos grecorromanos, cuya "gran pluralidad moral" recalca, que nos ayudaría a construir "un futuro más hedonista y feliz".

Época de libertad moral. "Entonces, quien quería suicidarse hasta recibía ayuda, y el caso más conocido es el de Séneca. La eutanasia, la libertad sexual, la libertad de religiones y de opciones funcionaron muy bien en la Antigüedad clásica, y es bueno saberlo", sostiene. Precisa que, si "en política no había libertad, porque sobre todo en Roma mandaba el Emperador, en moral sí la había, con muchas religiones hasta que irrumpió el cristianismo, rama herética del judaísmo que derivó en el ataque a los paganos, los otros, hasta la idea de unir Estado y religión".

De Villena cree que "se conocen poco los casos de mártires paganos", como cuando en la Alejandría del siglo IV d. C. un obispo muy bruto lanzó a la calle a una masa de cristianos, que mataron a la filósofa Hipatia sólo porque enseñaba neoplatonismo y matemáticas". Recuerda la "saña especial" de los cristianos contra Epicuro, porque enseñaba placer, "pero lo entendieron mal, porque él hablaba de una forma de vida, del placer como sentimiento oculto de la vida". "Solo vieron placer sexual a secas y se pusieron como energúmenos", explica de Villena, que reclama "el alma" de Platón.

Que los políticos lean a los griego. En su opinión, "los modernos son los que mejor debieran conocer a los clásicos", y por eso le inquieta "la incultura de los políticos", a los que culpa del "gravísimo atraso" que sufre España en el terreno cultural. "Esperanza Aguirre está contentísima porque aprendió inglés y cree que con eso puede ir por el mundo como una viajera", recrimina guasón a la presidenta de la Comunidad de Madrid, entre otros gobernantes, a los que aconseja buscar fundamento en la Antigüedad y orientarse "leyendo a los griegos".

En su diccionario abundan los escritores, pero hay filósofos, historiadores, militares, políticos, poetas y dramaturgos, hasta más de medio centenar de nombres, desde el emperador Adriano, nacido el año 76 de nuestra era, hasta el poeta Virgilio, cuya llegada al mundo se sitúa en el año 70 a.C., aunque su lectura no requiere ni ése ni otro orden. El libro incluye otras entradas temáticas como "Biblioteca de Alejandría", "Biógrafos e Historiadores latinos", "Grafitos pompeyanos", "Mimos y pantomimas" y hasta un apartado sobre "Homosexualidad griega".

"Es curioso que los griegos antiguos consideraron la pederastia como una institución típicamente helénica", escribe, y recuerda que Herodoto en Los nueve libros de la Historia declaró que los persas copiaron a los griegos "las relaciones amorosas con muchachos". De Villena no duda de qué personajes se traería a la situación actual: a Platón y a Cicerón. "Los dos eran grandes escritores y pensadores y sería interesante verlos reaccionar, con sus distintas perspectivas, ante nuestro complicado y empobrecido mundo contemporneo".

Porque la multiplicación de conocimientos, "el que uno invente el ordenador y el resto lo use sin saber cómo funciona", ha derivado -señala- en "una minoría cultural muy alta y una inmensa mayoría cada vez más inculta". "Un problema que va unido a la libertad -recalca-, a la capacidad de protestar, de rebelarse o hacer oposición, porque sin generar ideas, sin saberlas argumentar, defender, ni enriquecer, el resultado es estar sometido". "Y esto es lo que tenemos -concluye-, una democracia empobrecida en la que los ciudadanos no tienen capacidad de respuesta".
(El País, 10/12/08)




La Declaración Universal de los Derechos Humanos cumple 60 años

Vilipendiada por muchos, ignorada por más, y violada por los poderosos, la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1), aprobado tal día como hoy de hace sesenta años por la Asamblea General de las Naciones Unidas, sigue siendo el referente ético y moral de la Humanidad por encima de fracasos, desaciertos e incomprensiones. Son sus antecedentes directos la Declaración de Derechos de Virginia (2), de 1776, y la Declaración de Derechos del Hombre y el Ciudadano (3), de 1789, en plena revolución francesa. Naciones Unidas celebra su 60 aniversario con una página electrónica (4) cuya visita y recorrido recomiendo encarecidamente por su gran interés. Disfrútenla. Tamaragua. (HArendt)





http://www.ecuadorciencia.org/images/biografias/jefferson-independencia.jpg
Firma de la Declaración de Derechos de Virginia (1776)




Notas:
(1) http://www.un.org/spanish/aboutun/hrights.htm
(2) http://es.wikisource.org/wiki/Declaraci%C3%B3n_de_Derechos_de_Virginia
(3) http://www.monografias.com/trabajos46/declaracion-derechos-hombre/declaracion-derechos-hombre2.shtml
(4) http://www.un.org/spanish/events/humanrights/udhr60/


Fotos:
(1) Firma de la Declaración de Derechos de Virginia:
http://www.ecuadorciencia.org/images/biografias/jefferson-independencia.jpg
(2) Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano:
http://www.geocities.com/ResearchTriangle/Thinktank/4492/articulos/imagenes/lhomme.jpg
(3) Anagrama Oficial del 60 Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:
https://www.cruzroja.es/pls/portal30/portal.canal_2006_0_cre.pintar_imagen?p_codigo=933




http://www.geocities.com/ResearchTriangle/Thinktank/4492/articulos/imagenes/lhomme.jpg
Declaración de Derechos del Hombre y el Ciudadano (1789)




Declaración Universal de los Derechos humanos (10/12/1948)


Adoptada y proclamada por la Resolución de la Asamblea General 217 A (iii) del 10 de diciembre de 1948

El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos, cuyo texto completo figura en las páginas siguientes. Tras este acto histórico, la Asamblea pidió a todos los Países Miembros que publicaran el texto de la Declaración y dispusieran que fuera "distribuido, expuesto, leído y comentado en las escuelas y otros establecimientos de enseñanza, sin distinción fundada en la condición política de los países o de los territorios".

Preámbulo
Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana;

Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias;

Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión;

Considerando también esencial promover el desarrollo de relaciones amistosas entre las naciones;

Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad;

Considerando que los Estados Miembros se han comprometido a asegurar, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas, el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre, y

Considerando que una concepción común de estos derechos y libertades es de la mayor importancia para el pleno cumplimiento de dicho compromiso;

La Asamblea General

proclama la presente

Declaración Universal de Derechos Humanos como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción.

Artículo 1
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Artículo 2
1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

2. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.

Artículo 3
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

Artículo 4
Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.

Artículo 5
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Artículo 6
Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.

Artículo 7
Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.

Artículo 8
Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.

Artículo 9
Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.

Artículo 10
Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.

Artículo 11
1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.

2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito.

Artículo 12
Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.

Artículo 13
1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.

2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.

Artículo 14
1. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.

2. Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente originada por delitos comunes o por actos opuestos a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.

Artículo 15
1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.

2. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad.

Artículo 16
1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.

2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el matrimonio.

3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.

Artículo 17
1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente.

2. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.

Artículo 18
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.

Artículo 19
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Artículo 20
1. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.

2. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación.

Artículo 21
1. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos.

2. Toda persona tiene el derecho de accceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país.

3. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto.

Artículo 22
Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.

Artículo 23
1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.

2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.

3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.

4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.

Artículo 24
Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.

Artículo 25
1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.

2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.

Artículo 26
1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.

2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.

3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.

Artículo 27
1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.

2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.

Artículo 28
Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos.

Artículo 29
1. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad.

2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática.

3. Estos derechos y libertades no podrán, en ningún caso, ser ejercidos en oposición a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.

Artículo 30
Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración.














Anagrama Oficial del 60 Aniversario de la Declaración Universal de 1948





lunes, 8 de diciembre de 2008

Genética española

El territorio que hoy conocemos como la península ibérica, en el extremo sudoeste de Europa, ha sido colonizado y habitado por pueblos diversos a lo largo de los siglos, pueblos que han dado a su nueva patria nombres también diversos. Tras sus primeros pobladores conocidos, los iberos y los celtas, fenicios y cartaginenses la conocieron como Ispani; los griegos la dieron el nombre de Iberia; romanos y visigodos el de Hispania; los judíos, que llegaron a ella en el siglo III a.C., le dieron el nombre de Sefarad; y por último, los musulmanes, el de Al-Andalus. A partir del siglo XIII d.C. los reinos cristianos del norte de la península, en contraposición a los musulmanes del sur, considerándose herederos directos del reino visigodo, le dan ya el nombre de España.

Todos ellos se fueron asentando e integrando en el territorio peninsular y mezclándose con la poblaciones anteriores. Así ocurrió entre romanos e iberos, y entre visigodos e hispanorromanos. La invasión musulmana propicia una conversión masiva de la población aborigen al islam, quedando como únicos reductos cristianos la cornisa cantábrica y los pirineos.

Aunque los historiadores no se han puesto de acuerdo en el número de los judíos españoles, se supone que a finales del siglo XV podían ser unos 400.000. Es el momento en que los reyes católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, decretan la conversión forzosa de los judíos al catolicismo, y la expulsión inmediata para los que no lo hagan, con confiscación de todos sus bienes y propiedades. Aproximadamente la mitad del total de los judíos españoles optan por el exilio.

Cien años más tarde, Felipe III orden la expulsión tajante y definitiva de los moriscos de todo los territorios de la Corona. Los moriscos eran los cristianos de origen musulman que se habían convertido al catolicismo durante el período de la reconquista. Aproximadamente otros 300.000 españoles son obligados a exiliarse sin opción contraria alguna.

Cientos de miles de españoles desarraigados, desterrados, exiliados por la voluntad de otros españoles... La historia se ha repetido después en numerosas ocasiones; la última hace apenas 70 años. La pregunta es: ¿Cuántos judíos conversos y moriscos quedaron en la península y cuantos son sus descendientes? Hasta ahora no había forma de dar una respuesta concreta, pero el estudio genético de los españoles realizado por la American Journal of Human Genetics, que estos días presenta sus datos en Madrid, viene a confirmar que unos ocho millones de nuestros compatriotas son descendientes directos de judíos conversos (aproximadamente el 20 por ciento de la población total de España), y unos cuatro millones y medio lo son de moriscos (el 10 por ciento del total). Lo cuenta Javier Sampedro en un interesante artículo ("Sefardíes y moriscos siguen aquí", El País, 05/12/08), que reproduzco más adelante. No deja de ser curioso en un país en el que el antisemitismo campa a sus anchas, que uno de cada cinco de sus pobladores sea descendiente directo de aquellos a los que detesta, es decir de sus antepasados, sus padres y sus abuelos. Y uno de cada diez, descendiente de esos "moros" que le atemorizan, pero necesita...

En el otoño de 1956 yo tenía 10 años y acababa de comenzar los estudios de primero de bachillerato en el colegio "Infanta María Teresa" de Madrid. Era el primer día de clase de la asignatura de Historia de la Música, que impartía un joven profesor muy atildado,al que siempre conocí vestido de riguroso traje negro, con corbata de colores chillones y camisa blanca. Podría tener unos cuarenta y pocos años, y lamento no recordar su nombre. Lo que no voy a olvidar nunca fue ese primer día de clase, pues nada más comenzar la misma se dirigió a mi, me preguntó mi nombre y apellidos, y me soltó: "Usted es de origen judío, ¿verdad, señor Campos?". Me quedé tan sorprendido, -era la primera vez que alguien me mencionaba tal cosa-, que le respondí con sinceridad que no tenía la menor idea, pero que pensaba que no, puesto que yo, mis padres, mis hermanos y toda mi familia eran católicos. Me contestó que los rasgos de mi cara y mi apellido paterno decían que sí, y que se lo preguntara a mis padres. Nunca lo hice. Mucho más tarde vine a confirmar que formo parte, orgullosa, de ese veinte por ciento de españoles de origen judeo-converso. Y que Américo Castro, y no Sánchez Albornoz, tenía razón en cuanto a la famosa polémica sobre el "Ser de España". Sean felices. Tamaragua. (HArendt)





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Sinagoga de Santa María la Blanca, Toledo





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Patio de Los Leones, La Alhambra, Granada




"Sefardíes y moriscos siguen aquí", por Javier Sampedro

El 30% de los españoles tiene huella genética de su origen judío o magrebí. Los historiadores no creen que España albergara a más de 400.000 judíos sefardíes en 1492, y encima los Reyes Católicos expulsaron ese año a casi la mitad. También en 1609 fueron desterrados cientos de miles de moriscos, a los que se suponía últimos herederos de los siete siglos de reinado musulmán en la península. Pero los cromosomas cuentan otra historia. Nada menos que el 20% de la población ibérica actual desciende de sefardíes. Y otro 11%, de norteafricanos. Si ambos siguen aquí, es que nunca se marcharon.

Los estudios genéticos se han aplicado hasta ahora a los grandes flujos migratorios prehistóricos, pero aún hay mucho margen para ampliar su resolución -estudiando a más personas en cada zona geográfica- e iluminar episodios más recientes, como las invasiones, migraciones y otros movimientos de población registrados en la historia. En la Península han coincidido durante largos periodos históricos dos poblaciones, los musulmanes norteafricanos y los judíos sefardíes, que tienen unos orígenes geográficos muy distintos, y que por ello pueden rastrearse fácilmente con marcadores genéticos como los asociados al cromosoma Y. Como sólo se transmite por línea paterna, su rastro no se diluye con el paso de los milenios. Un consorcio de científicos británicos, españoles, portugueses, franceses e israelíes ha analizado a 1.140 hombres de 18 poblaciones de la península y las Islas Baleares. El resultado es una proporción más alta de lo esperado de personas con ancestros norteafricanos (11%), y sobre todo de judíos sefardíes (20%). Estos datos revelan, según los autores, "un alto nivel de conversión, voluntaria o forzosa, impulsada por episodios históricos de intolerancia social y religiosa, y que condujo a la integración de los descendientes". Los resultados se presentan hoy en el American Journal of Human Genetics. Los 15 kilómetros de agua del Estrecho de Gibraltar nunca han sido un buen aliado de la pureza racial ibérica. El primer contacto registrado históricamente fue el cruce desde Marruecos de un ejército árabe y bereber en el 711. Los ocupantes conquistaron la mayor parte de la península en cuatro años y la controlaron durante más de cinco siglos. La población de la península antes del 711 era de unos siete u ocho millones de personas, y unos 200.000 visigodos constituían la clase dominante. Las fuerzas invasoras no sumaban más de 10.000 o 15.000 personas inicialmente. La islamización fue rápida, pero la tendencia de los historiadores ha sido atribuirla a la conversión de los pobladores anteriores. Los judíos ya estaban en la península antes del 711. Muchos llegaron desde Oriente Próximo, como ciudadanos libres o esclavos romanos, tras la derrota de Judea en el año 70. Su población se estimaba en unos 400.000 en 1492, cuando 160.000 fueron expulsados por los Reyes Católicos. Se supone que la población actual de sefardíes en todo el mundo es de unos dos millones de personas. Pero sólo los descendientes españoles de sefardíes, según los nuevos datos, suman ocho millones. No hay evidencia de un gradiente sur-norte en los cromosomas norteafricanos. Más bien hay una divisoria entre el oeste (alta frecuencia) y el este (baja): la ascendencia norteafricana va de 0% en los Pirineos al 20% en Galicia y el 22% en Castilla noroccidental. Andalucía tiene uno de los índices más bajos. Esto cuadra con las expulsiones de moriscos ordenadas por Felipe III en 1609, que diezmaron los guetos de Valencia y Andalucía, pero poco pudieron hacer contra las dispersas e integradas poblaciones de Extremadura y Galicia. Los cromosomas de origen sefardí, siendo de una época más remota, aparecen distribuidos por el territorio de forma homogénea, con la excepción del noreste de Castilla, Cataluña y los Pirineos, donde su frecuencia es muy baja. (El País, 05/12/08)




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Catedral de Santa María, León





sábado, 6 de diciembre de 2008

30 años de Constitución

Hoy, 6 de diciembre, se cumplen treinta años de la aprobación en referéndum por los españoles de la Constitución de 1978, la de más larga duración entre nosotros si exceptuamos la de 1869. Me sumo a la conmemoración de la efeméride con alegría, y aparte del enlace más arriba reseñado al texto de la misma, en la página electrónica de la Presidencia del Gobierno, les dejo aquí el de la página electrónica del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, en Madrid, donde pueden ver si lo desean los textos constitucionales de 1812, 1834, 1837, 1845, 1856, 1869, 1876 y 1931. ¡Felicidades, Constitución! Tamaragua.(HArendt)




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Promulgación de la Constitución de 1978





miércoles, 3 de diciembre de 2008

Fundido en negro. In memóriam: Ignacio Uría
















La Libertad está de luto. ¡No a ETA! (HArendt)






Bananaria

Por desgracia para nosotros los canarios, Bananaria, no es sólo ese país imaginario creado por Eduardo Galeano al que alude el también escritor Juan García Luján en su artículo de Canarias Ahora de hoy, titulado "Corrupción, presunta, en Bananaria". Es un territorio real y dramático poblado por más de dos millones de personas que gozan de la triste fortuna de ser gobernados al alimón por una pandilla de incompetentes, aportados por ATI-CC, y de sinvergüenzas, añadidos por el PP, que han convertido a Canarias en una auténtica y real, ahora sí, república bananera. ¿Hasta cuándo? Ni Dios, si existe, creo que lo sepa con certeza dado que el sistema electoral imperante en las islas impide que gobierne el partido que más votos obtiene en el conjunto del archipiélago. En todo caso, y dado que con el gobierno actual vamos absolutamente "de proa al marisco", como se dice por aquí, esperemos que no se alargue mucho nuestra agonía... Y en la calle Génova, de Madrid, no se ponen, no saben, no contestan... Otros que tal bailan... Sean felices. Tamaragua. (HArendt)




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José Manuel Soria, vicepresidente del gobierno canario




"Corrupción, presunta, en Bananaria", por Juan García Luján

Bananaria era un lugar ideal para que Eduardo Galeano abriera la escuela del mundo al revés, la que describió en su libro "Patas Arriba". Los mismos que querían más policías ponían las manos en el fuego por los presuntos ladrones. En el Parlamento de Bananaria el zorro se dedicaba a cuidar las gallinas y el conde Drácula custodiaba la llave del banco de sangre. Bueno, la verdad es que la cosa era mucho más grave: el responsable de Hacienda pedía una moratoria para que los empresarios no pagaran sus impuestos, y un diputado de la Comisión de Medioambiente cobraba dinero de una empresa por defender la multiplicación del cemento sobre el territorio, y presionar para conseguir licencias irregulares.

En Bananaria había un mago que no usaba chistera, hacía trucos a base de escupir frases racistas por su boca. Mientras el mago nos asustaba con la llegada del moro y la gente miraba para la costa, en el aeropuerto aterrizaba el avión privado del anciano nórdico acompañado de la joven rusa, la rubia no era tonta, al contrario, era capaz de aprender la lengua española a la velocidad del recorrido que iba desde la entrada del Palacio de Justicia al despacho de la jueza. El político Humilde le había enseñado que a los periodistas había que hablarles en inglés, porque eran unos miserables que siempre estaban injuriando, y desde que el Caudillo no habitaba entre nosotros no había forma de meterlos en la cárcel. Sí, la cárcel y los calabozos, esos lugares por donde pasaban tantos subordinados de el Humilde.

En Bananaria estaba permitido mentir, el Humilde mentía en los tribunales y en el Parlamento, en las ruedas de prensa y en las de reconocimiento, en las comisiones de investigación y en la investigación de las comisiones. El Humilde era un hombre frío, por eso gustaba de los países de bajas temperaturas. Aquel verano que la isla ardió el Humilde prefirió buscar cielos más fríos y dejó al malísimo Zapatero solo en medio de las cenizas de las cumbres y se montó en el avión de su amigo. El Humilde era el máximo responsable del gobierno de la isla, pero no quiso pasar por ese sufrimiento de ver los pinos convertidos en cenizas, por eso fue a evadir sus penas escuchando la música de otro amigo en Austria y disfrutando de los saltos de los alegres salmones en un río de Noruega.

El viaje comenzó mal porque el dueño del avión se quedó dormido, como era un jet privado y no daban ambrosías Tirma ni nada, pues el viejo (que en paz descanse) se aburría y se echó una cabezadita entre Gran Canaria y Austria y otra sobadita entre Austria y Noruega. El colega del Humilde era un hombre de sueños largos, por eso necesitaba 3600 camas para dormir. Pero, según confensó el Humilde a la jueza, el viejo no se lo contó a su amigo. El Humilde se aburrió mucho en el jet privado, mientras el viejo dormía, la joven rubia leía una novela de un compatriota, "Crimen y castigo", y la procuradora se estudiaba el Código Penal, en concreto los artículos que recogían como atenuantes la recopilación de facturas y estractos bancarios en los amistosos viajes de placer. Así que como todo el mundo pasaba de él, el Humilde se puso a leer las noticias económicas en la prensa color salmón, que le relajaba mucho más que los periódicos digitales.

En Bananaria la ortografía cambiaba los significados. Hoy te veto a un periodista, hoy te veto a una diputada. Pero si lo decías con "b" entonces Tebeto se transformaba en una montaña muy rentable. Y aparecía un tío del Humilde trabajando para una empresa privada, valorando la montaña en una millonada. Oye, tío, pide por esa boquita que si pierdo las elecciones me darán la llave de la lata del gofio y les pago luego. La familia del Humilde merodeaba en los momentos más místicos, en las experiencias más enriquecedoras. Al hermano lo nombraban un día en una conversación donde hablaban de regalarle 100.000 eurillos de nada por defender un supermercado ante un alcalde, otro día el hermano aparecía en un puesto de mando y nombraba a un señor para negociar con los que iban a ganar un concurso que pararon los tribunales. Así eran algunos familiares del Humilde, que no quería que le nombraran a su familia, pero él era el que la nombraba primero: hoy te nombro consejero, hoy te nombro procuradora, hoy pides una indemnización para que una empresa privada asalte las arcas del gobierno.

En Bananaria éramos todos muy felices. Nos contaban las noticias a medias. A los cronistas de la Corte se les prohibía decir que el Humilde formaba parte del gobierno el día que visitaba los pasillos de los tribunales, pero el día que tocaba inaugurar alguna tontería entonces lo sacaban en los titulares con el título de Virrey o Rey sustituto si la tensión estaba alta. En los medios cortesanos los únicos sucesos los protagonizaban hombres con furgonetas blancas, los hombres que iban en oscuros coches oficiales nunca eran malos, ni siquiera los días que debían sentarse en el banquillo de los acusados. Así era Bananaria. Yo vivía allí y me convertí en un miserable el día en que me atreví a contarlo. (Canarias Ahora, 03/12/08)




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Parlamento de Canarias (Santa Cruz de Tenerife)




P.S.: El "Humilde", citado por Juan García Luján, no es otro que el vicepresidente del gobierno canario y líder indiscutible e indiscutido del PP regional, don José Manuel Soria. Lo digo para los amables lectores de este blog no residenciados en este desafortunado territorio de Bananaria. (HArendt)