El cuento, como género literario, se define por ser una narración breve, oral o escrita, en la que se narra una historia de ficción con un reducido número de personajes, una intriga poco desarrollada y un clímax y desenlace final rápidos. Durante los próximo meses voy a traer hasta el blog algunos de los relatos cortos más famosos de la historia de la literatura universal. Obras de autores como Philip K. Dick, Franz Kafka, Herman Melville, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, Alberto Moravia, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Lovecraft, Jack London, Anton Chejov, y otros.
Continúo hoy la serie de Cuentos para la edad adulta con el titulado La metamorfosis, de Franz Kafka (1883-1924), escritor de lengua alemana y origen judío nacido en Bohemia, en la actual República Checa. Su obra está considerada una de las más influyentes de la literatura universal y está llena de temas y arquetipos sobre la alienación, la brutalidad física y psicológica, los conflictos entre padres e hijos, personajes en aventuras terroríficas, laberintos de burocracia, y transformaciones místicas. Fue autor de tres novelas: El proceso, El castillo y El desaparecido; la novela corta La metamorsis y un gran número de relatos cortos. Dejó una abundante correspondencia y escritos autobiográficos. Su peculiar estilo literario ha sido comúnmente asociado con la filosofía artística del existencialismo —al que influenció— y el expresionismo. Estudiosos de Kafka discuten sobre cómo interpretar al autor, algunos hablan de la posible influencia de alguna ideología política antiburocrática, de una religiosidad mística o de una reivindicación de su minoría etnocultural, mientras otros se fijan en el contenido psicológico de sus obras. Sus relaciones personales también tuvieron gran impacto en su escritura. Albert Camus, Jean-Paul Sartre, Jorge Luis Borges y Gabriel García Márquez se encuentran entre los escritores influenciados por los escritos de Kafka. El término kafkiano se usa en el idioma español para describir situaciones insólitas, por lo absurdas y angustiosas, como las que se encuentran en sus libros y tiene sus equivalentes en otros idiomas. Solo unas pocas de sus obras fueron publicadas durante su vida. La mayor parte, incluyendo trabajos incompletos, fueron publicados por su amigo Max Brod, quien ignoró los deseos del autor de que los manuscritos fueran destruidos.
Espero que disfruten del relato. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
Franz Kafka
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"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
El profesor de la argentina Universidad Nacional de Tucumán, David Lagmanovich, dice sobre los microrrelatos que la noción de brevedad ronda siempre las consideraciones sobre la minificción. Aunque la brevedad no sea, ni con mucho, el único rasgo que es necesario observar en estas brillantes construcciones verbales, resulta lógico que para el lector común, e inclusive en cierta medida para el escritor, resalte de manera especial. Fue, en efecto, la primera característica que llamó la atención de lectores y críticos de esta forma literaria: la que primero produjo desconcierto y, a partir de allí, admiración. Ocurre, sin embargo, sigue diciendo, que tal noción es eminentemente subjetiva. Se puede considerar breve un relato de ocho o diez páginas, pero también lo será uno de un par de páginas, e igualmente, y con mayor razón, algún texto de extensión aún menor, que podremos describir en función de un determinado número máximo de líneas o de palabras, y no de páginas ni de párrafos. Pesan en este sentido la tradición de una literatura, y también la implícita comparación -casi instintiva, casi subconsciente- que formulamos con otros textos que conocemos, o bien con lo que se considera cuento o relato en nuestra propia literatura o en una distinta de ella. ¿Habremos de aceptar, se pregunta, una categoría nueva, la del microrrelato brevísimo o hiperbreve, aunque el nombre resulte redundante? ¿O bien entenderemos que hay casos en que el escritor extrema alguna de las características que también tienen otros textos de este tipo, y ese hecho es percibido por el lector como un factor de diferenciación? Ustedes deciden.
Continúo hoy esta sección de Cápsulas literarias con el microrrelato titulado El melómano, de Eusebio Ruvalcaba (1951), escritor, narrador, poeta, periodista y dramaturgo mexicano. Con el paso del tiempo se ha consolidado no solo como uno de los escritores más representativos de la literatura contemporánea en México, sino también como uno de los más queridos. Su muy particular estilo de concebir e interpretar el mundo le ha ganado adeptos de muy diversas generaciones, teniendo entre los adolescentes a sus seguidores más asiduos; ejemplo de ello, es su participación activa en la revista mensual especializada en música rock "La Mosca en la pared". El cuento de Ruvalcaba tiene treinta y tres palabras, y dice así:
EL MELÓMANO
Compra discos, lee biografías de músicos,
colecciona programas de mano.
Por sus venas circula música.
Y muchas veces ama aún más la música que los propios músicos.
Pero llora en vez de tocar.
Espero que disfruten del relato. Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
Eusebio Ruvalcaba
Entrada núm. 2542
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"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
Portada de Diálogo de mujeres, de Cristóbal de Castillejo
Es muy posible que a algún purista le parezca una blasfemia lo que pretendo hacer durante unas semanas: unir en la misma entrada algunos de los más bellos sonetos de amor y a mis viñetistas cotidianos preferidos. Bien, pues lo siento por los puristas, pero un servidor piensa que hay pocas cosas en la vida más serias que el amor y el humor, así pues, ¿por qué no juntarlos? Todo ello sin mayores pretensiones, aun reconociendo que meter en el mismo envoltorio un soneto de amor y unas viñetas humorísticas, por muy preñadas que estén de crítica social y realidad cotidiana, puede no resultar una fórmula afortunada. En cualquier caso, espero que sean de su agrado.
El soneto es una composición poética compuesta por catorce versos de arte mayor, endecasílabos en su forma clásica, que se organizan en cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos. En el primer cuarteto suele presentarse el tema de la composición, tema que el segundo cuarteto amplifica. El primer terceto reflexiona sobre la idea central expresada en los cuartetos. El terceto final, el más emotivo, remata con una reflexión grave o con un sentimiento profundo desatado por los versos anteriores. De Sicilia, el soneto pasó a la Italia central, donde fue también cultivado por los poetas del "dolce stil nuovo" (siglo XIII). A través de la influencia de Petrarca, el soneto se extiende al resto de literaturas europeas.
Continúo hoy la serie de sonetos de amor con el titulado Garcilaso y Boscán siendo llegados, de Cristóbal de Castillejo (1490-1550). Poeta español, representante máximo en la primera fase del Renacimiento de la reacción tradicionalista frente a la adaptación de los metros italianos que llevaron a cabo Garcilaso de la Vega, Juan Boscán y Diego Hurtado de Mendoza. A los quince años fue llevado a la Corte de Fernando el Católico, donde sirvió como paje al archiduque Fernando de Habsburgo, nieto segundo del rey y hermano del emperador. Profesó como monje cisterciense pero en 1525 dejó su retiro para encargarse de la secretaría de su antiguo señor, quien en 1526 se convertiría en rey de Hungría, al año siguiente en rey de Bohemia, y quien en 1531 accedería a la corona alemana con el título de rey de romanos como lugarteniente de su hermano imperial. Viajó por toda Europa. En Viena, aunque monje, llevó una vida disoluta y tuvo amoríos y un hijo natural, y pasó por dificultades económicas, ya que malgastó todos los beneficios y prebendas que sus cargos le proporcionaban. Su poesía pertenece a la lírica cancioneril del siglo XV y escribe predominantemente en versos de arte menor. Su espíritu y temática y géneros son plenamente renacentistas.
Acompañan la entrada una selección de viñetas de los dibujantes habituales en el blog.
Espero que disfruten de poema y viñetas. Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
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GARCILASO Y BOSCÁN SIENDO LLEGADOS
Garcilaso y Boscán siendo llegados
al lugar donde estan los trovadores
que en esta nuestra lengua y sus primores
fueron en este siglo señalados,
los unos a los otros alterados
se miran con mudanza de colores,
temiéndose que fueran corredores
espías o enemigos desmandados.
Y juzgando primero por el traje
paresciéronles ser, como debía,
gentiles españoles caballeros;
y oyéndoles hablar nuevo lenguaje,
mezclado de extranjera poesía,
con ojos les miraron de extranjeros.
Cristóbal de Castillejo
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VIÑETAS
Entrada núm. 2540
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"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
Les pido disculpas por mi insistencia en mencionar de nuevo a los clásicos, de manera especial, a los griegos. Me gusta decir que casi todo lo importante que se ha escrito o dicho después de ellos es una mera paráfrasis de lo que ellos dijeron mucho mejor. Con toda seguridad es exagerado por mi parte, pero es así como lo siento. Deformación profesional como estudioso de la Historia y amante apasionado de una época y unos hombres que pusieron los cimientos de eso que llamamos Occidente.
Hoy traigo hasta el blog, en el apartado de Un clásico de vez en cuando, el texto de Las Bacantes, del gran trágico griego Eurípides, que también pueden ver representada en este enlace o en el vídeo de más abajo, en una producción del Teatro Circo de Murcia-La Nave Argo.
Eurípides (480-406 a. C.) fue uno de los tres grandes poetas trágicos griegos de la antigüedad, junto con Esquilo y Sófocles. Nació en Salamina, Ática central, de donde pronto tuvieron que emigrar a Atenas a causa de la Segunda Guerra Médica siendo él aún un niño. Fue alumno de Anaxágoras, Protágoras, Arquelao, Pródico y Diógenes de Apolonia. Odiaba la política y era amante del estudio. Su biblioteca privada fue una de las más completas de toda Grecia. Fue amigo de Sócrates, el cual, según la tradición, sólo asistía al teatro cuando se representaban obras de Eurípides. En 408 a. C., decepcionado por los acontecimientos de su patria, implicada en la interminable Guerra del Peloponeso, se retiró a la corte de Arquelao I de Macedonia, en Pela, donde murió dos años después. Se cree que escribió 92 tragedias, conocidas por los títulos o por fragmentos, pero se conservan sólo 19 de ellas. Su concepción trágica está muy alejada de la de Esquilo y Sófocles. Sus obras tratan de leyendas y eventos de la mitología de un tiempo lejano, muy anterior al siglo V a. C. de Atenas, pero aplicables al tiempo en que escribió, sobre todo a las crueldades de la guerra. Eurípides reformó la estructura formal de la tragedia ática tradicional mostrando mujeres fuertes y esclavos inteligentes, y satirizando a los héroes de la mitología griega. Sus obras parecen modernas en comparación con los de sus contemporáneos, centrándose en la vida interna y las motivaciones de sus personajes de una forma antes desconocida para el público griego. La sociedad ateniense de la época se debatía entre dos opciones: la estabilidad de los valores conservadores, representada por Esquilo y Aristófanes, y el revisionismo racionalista, representado por Eurípides, Sócrates y los sofistas. La larga Guerra del Peloponeso contribuyó a la derrota de la primera opción, al comprobar que las viejas recetas de antaño no servían ya para el futuro. Fue notoria la animadversión de Aristófanes contra Eurípides, al que ataca en sus comedias con chistes y alusiones de intención malévola. Las razones de esta animadversión podrían ser su antagonismo ideológico con el pensamiento avanzado de Eurípides y el retrato que hace Eurípides de las mujeres en sus tragedias, muy alejado del modelo tradicional estereotipado de la comedia antigua helena. Las Bacantes pone en escena las dificultades del dios Dioniso para que su culto fuera aceptado en su ciudad natal, Tebas, gobernada por su primo Penteo, y la intención del dios de castigarle a él y su familia por poner en duda su divinidad. Dioniso hace salir de sus casas a las mujeres tebanas y las conduce en pleno delirio hasta el Citerión. Penteo se enfada por ello, a pesar de que los ancianos Tiresias y Cadmo le invitan a sumarse a las alegres prácticas del culto dionisíaco, y manda detener a Dioniso, que se ha presentado en Tebas con forma humana como profeta extranjero del dios, pero este logra convencerle para que asista al desenfreno orgiástico de las tebanas en el bosque, vestido de mujer y subido a un árbol. Pero al ser descubierto por estas, en su frenesí orgiástico, enajenadas, le despedazan. La propia madre del rey Penteo, Ágave, vuelve a Tebas con la cabeza de su hijo en las manos, inconsciente de lo que acaba de hacer. Se ha dicho que obcecación, resentimiento y envidia son los sentimientos que protagonizan Las Bacantes, materializando un conflicto entre la religión tradicional, representada por Penteo, Cadmo y Tiresias, con una concepción del mundo como algo reglamentado, y el nuevo culto de Dioniso, en el que lo mágico y lo irracional son elementos fundamentales. Espero que disfruten de esta gran obra clásica, una de las últimas de su autor, representada en Atenas poco después de su muerte. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
Entrada núm. 2539
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"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
El cuento, como género literario, se define por ser una narración breve, oral o escrita, en la que se narra una historia de ficción con un reducido número de personajes, una intriga poco desarrollada y un clímax y desenlace final rápidos. Durante los próximo meses voy a traer hasta el blog algunos de los relatos cortos más famosos de la historia de la literatura universal. Obras de autores como Philip K. Dick, Franz Kafka, Herman Melville, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, Alberto Moravia, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Lovecraft, Jack London, Anton Chejov, y otros. Continúo hoy la serie de Cuentos para la edad adulta con el titulado Mecánica popular, de Raymond Clevie Carver, Jr. (1938-1988), escritor estadounidense adscrito al llamado realismo sucio. Su padre trabajaba en un aserradero y su madre como camarera. Estudió bajo la tutela del escritor John Gardner y publicó un sinnúmero de relatos en revistas y periódicos, incluyendo el New Yorker y Esquire, que en su mayoría narran la vida de obreros y gente de las clases desfavorecidas de la sociedad estadounidense y que han sido incluidas en las más prestigiosas compilaciones estadounidenses. Alcohólico, cuyos efectos se manifiestan en algunos de sus personajes, permaneció sobrio los últimos diez años de su vida. Era un gran amigo de Tobias Wolff y de Richard Ford, escritores también del realismo sucio. En 1988, fue investido como miembro de la Academia Americana de Artes y Letras. Los críticos asocian los escritos de Carver al minimalismo y le consideran el padre de la citada corriente del realismo sucio. En la época de su muerte Carver era considerado un escritor de moda, un icono que América "no podría darse el lujo de perder", según Richard Gottlieb, entonces editor de New Yorker. Sin duda era su mejor cuentista, quizá el mejor del siglo junto a Chéjov, en palabras del escritor chileno Roberto Bolaño. Su editor en Esquire, Gordon Lish, desempeñó un papel decisivo en concebir el estilo de la prosa de Carver. Diez años después de su muerte un artículo en la revista New York Times Magazine suscitó polémica al alegar que su editor, Gordon Lish, no sólo dio consejos a Carver, sino que reescribió párrafos enteros de sus cuentos, hasta el punto de cambiar el final innumerables veces. Espero que disfruten del relato. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
Raymond Carver
Entrada núm. 2538
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"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
Hoy, 12 de diciembre, se cumplen cien años del nacimiento de Francis Albert Sinatra, más conocido como Frank Sinatra (1915-1998), cantante y actor estadounidense, apodado «La Voz», y una de las figuras más importantes de la música popular del siglo XX. Dejó a través de sus discos y actuaciones en directo un legado canónico en lo que respecta a la interpretación vocal masculina de esa música. Su popularidad llegó a ser inmensa y prácticamente constante a lo largo de toda su vida, aunque fueron especialmente exitosos los años cuarenta y cincuenta, siendo esta última década, con su producción discográfica para la compañía Capitol, la considerada como su etapa de mayor calidad como cantante.
Su repertorio se basó en la obra de los más importantes compositores populares estadounidenses, como Jimmy Van Heusen, Cole Porter, Sammy Cahn o George Gershwin, y su estilo sintetizó, ya en sus orígenes, quince años de influencias mutuas entre la música de inspiración jazzística y la música pop que empezaba a difundirse a través de la radio.
Sinatra construyó su estilo sobre la base de una comprensión natural de la música popular, tal como la habían entendido Bing Crosby, Fred Astaire, Benny Goodman y Louis Armstrong, explotando la idea de que esta, en todas sus vertientes, debería ser una extensión de la conversación.
Técnicamente se caracterizó por su cuidada precisión en el fraseo y su dominio del control de la respiración, pues el rango de su voz estaba próximo al de bajo-barítono. En cuanto a su categoría artística, radicó en su capacidad interpretativa para transmitir las emociones y sentimientos implícitos en las letras de las canciones.
En Sinatra, cualquier tipo de consideración vocal e, incluso, musical, resulta secundaria respecto de la que es su misión principal: contar una historia de la forma más expresiva posible.
A Sinatra se le reconoce el haber sido el primer cantante que hace un uso consciente de los medios de amplificación del sonido con el objeto de situar su voz por encima del sonido de la orquesta (dominadora de la música popular estadounidense de principios del siglo XX) y para aproximarla a la intimidad del oído del oyente.
Como actor, Sinatra fue un artista de tipo intuitivo, reacio a someterse a los ensayos y repeticiones habituales en una grabación, por lo que sus interpretaciones fueron emocionalmente intensas al tiempo que irregulares. La importancia en su vida de su trabajo como actor fue capital; por ejemplo fue precisamente a través de su papel en De aquí a la eternidad como logró salir de un bache personal y artístico en el tránsito de los años cuarenta a los cincuenta para encumbrarse en lo más alto de la popularidad, además de ganar por su interpretación el Óscar al mejor actor secundario.
A lo largo de su carrera profesional, Sinatra grabó más de 1300 canciones y participó en más de cincuenta películas. Recibió multitud de premios y homenajes, entre los que se cuentan diez premios Grammy, otorgados por la Academia de Artes y Ciencias de la Grabación, y la Medalla de la Libertad del gobierno estadounidense.
Como no podía ser menos, les dejo con su mítica e icónica My way (A mi manera). Disfrútenla, que se lo merece.
Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
Entrada núm. 2536
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"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)