El artículo en el diario El Mundo del profesor en Ciencia Política de la Universidad de Málaga, Manuel Arias Maldonado, sobre las "emociones nacionales", justo un día antes de la votación de censura en el Congreso de los Diputados que abriría las puertas a la presidencia del gobierno de España a Pedro Sánchez, adelanta un debate que se estima necesario entre las concepciones de lo que se denomina "patriotismo cívico", por unos, y "España ciudadana", por otros, o las diferencias, nada semánticas, entre "Nación" y "Estado" o "Estado nación" y "Estado plurinacional". Por el bien de los españoles, convendría aclararlas cuanto antes.
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miércoles, 18 de junio de 2025
[ARCHIVO DEL BLOG] LAS EMOCIONES NACIONALES. PUBLICADO EL 09/06/2018
El artículo en el diario El Mundo del profesor en Ciencia Política de la Universidad de Málaga, Manuel Arias Maldonado, sobre las "emociones nacionales", justo un día antes de la votación de censura en el Congreso de los Diputados que abriría las puertas a la presidencia del gobierno de España a Pedro Sánchez, adelanta un debate que se estima necesario entre las concepciones de lo que se denomina "patriotismo cívico", por unos, y "España ciudadana", por otros, o las diferencias, nada semánticas, entre "Nación" y "Estado" o "Estado nación" y "Estado plurinacional". Por el bien de los españoles, convendría aclararlas cuanto antes.
DEL POEMA DE CADA DÍA. HOY, 《岁末》/ FIN DE AÑO, DEL POETA CHINO-ESTADOUNIDENSE BEI DAO
《岁末》
从岁首到岁末
我走了这么多年
让时间弯成弧形
到处是退休的鞋
个人的尘土
公共的垃圾
这是平平淡淡的一年
我的锤子歇着,
而我 向未来的
日子借取光明
仅仅凭眺白金的尺度 在
我自己的铁砧上
***
FIN DE AÑO
Desde el inicio hasta el final del año
he caminado tantos años
dejando al tiempo curvarse como un arco
por todas partes zapatos de los jubilados
polvo particular
basura pública
ha sido un año sin mayores acontecimientos
mi martillo descansa, pero yo
le pido prestada a los días futuros su luz
atisbo apenas la medida de platino
aquí sobre mi yunque.
***
BEI DAO (1949)
poeta chino
martes, 17 de junio de 2025
DE LAS ENTRADAS DEL BLOG DE HOY MARTES, 17 DE JUNIO DE 2025
Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz martes, 17 de junio de 2025. ¿Qué hace que una vida valga la pena? ¿Por qué, aun gozando de salud y comodidades materiales, muchas personas no logran sentirse satisfechas? Bertrand Russell trató de dar respuesta a estas preguntas entre la lógica y la sensibilidad, comenta en la primera de la entradas del blog de hoy el filósofo Alejandro Villamor. En la segunda, un archivo del blog de junio de 2020, el escritor Jordi Ibáñez Fanés comentaba que la lógica de las normas nos deja una incontrastable verdad: que las medidas para combatir la pandemia fueron concebidas para una ciudadanía que ignora el autocontrol, proclive a la inconsciencia cuando no a la picaresca, y más amante de dar voces que de pensar. El poema del día, en la tercera, se titula L'attente/La espera, es de la poetisa argelina-canadiense Nassira Belloula, lo publico en francés y español, y comienza con estos versos: Allá el invierno avanza/Allá, el frío bufa/Sin embargo un susurro/surge en el centro. Y la cuarta y última, como siempre, son las viñetas de humor, pero ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν" (toca marchar); volveremos a vernos mañana si las Euménides y la diosa Fortuna lo permiten. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos míos. HArendt
DE BERTRAND RUSSELL Y LA FELICIDAD
¿Qué hace que una vida valga la pena? ¿Por qué, aun gozando de salud y comodidades materiales, muchas personas no logran sentirse satisfechas? Bertrand Russell trató de dar respuesta a estas preguntas entre la lógica y la sensibilidad, comenta en la revista Ethic [Bertrand Russell y la felicidad, 06/06/2025] el filósofo Alejandro Villamor. ¿Qué hace que una vida valga la pena? ¿Por qué, aun gozando de salud y comodidades materiales, muchas personas no logran sentirse satisfechas?, comienza preguntándose Villamor. Estos interrogantes nos han rondado desde siempre, pero el filósofo y matemático británico Bertrand Russell (1872-1970), con un cóctel de lógica y sensibilidad, se atrevió a enfrentarlas sin tapujos. En un siglo herido por las grandes guerras, este premio Nobel osó escribir un pequeño opúsculo llamado La conquista de la felicidad (1930). Más que una receta, en él ofrece un mapa que nos guía a través del laberinto emocional del ser humano moderno.
Russell no pretende cambiar la condición humana, pero sí estima que viviremos mejor si logramos ser más honestos con nosotros mismos. Para él, la felicidad no es un ideal inalcanzable ni una meta espiritual esotérica –a decir verdad, a lo largo de su obra se distingue un enfoque marcadamente secular–. Es, más bien, una construcción cotidiana, una virtud al alcance de cualquiera que aprenda a mirar hacia la dirección correcta.
Lo primero que salta a la vista en el pensamiento de Russell es su rechazo del dramatismo. No considera que el sufrimiento sea glorioso ni que la felicidad sea una ilusión. Simplemente, muchas personas viven enredadas en malentendidos emocionales, todos ellos anclados en una excesiva mirada al propio ombligo: nos obsesionamos con el éxito o, por poner otro ejemplo, nos comparamos sin tregua.
Según el pensador inglés, buena parte del malestar contemporáneo no proviene de tragedias inevitables, sino de errores cotidianos. Nos desgastamos en preocupaciones banales, y hete aquí la fuente de infelicidad que merma la capacidad –presente en cualquiera– de conquistar la dicha.
Uno de los rasgos más originales de su propuesta es la idea de que la felicidad depende, en gran medida, de dónde pongamos nuestra atención. Mientras más tiempo pasemos girando alrededor de nuestras propias frustraciones, más nos alejaremos del bienestar. Así, las personas que logren dirigirse hacia el mundo externo –sea, por ejemplo, a través del arte o del amor– hallarán con mayor facilidad un estado de equilibrio.
Russell no idealiza la vida contemplativa al estilo aristotélico ni promueve la actitud evasiva del ermitaño. Lo que sugiere es salir del encierro mental. Para él, el entusiasmo auténtico –ese interés casi infantil por aprender o descubrir– es uno de los motores más potentes de la felicidad. En lugar de preguntarnos si somos felices, propone que nos preguntemos: ¿qué me ayuda a olvidarme de mí mismo? Hacia allí hemos de remar. Se trata de sustituir la introspección por un juego en el mundo.
Aunque podría parecer que aboga por una vida simple, no cae en el simplismo. Sabe que la felicidad no es una línea recta. No se trata de evitar el dolor ni de mantener una (falsa) sonrisa perpetua. De hecho, Russell reconoce que ciertas formas de infelicidad son inevitables y, en algunos casos, incluso valiosas. Lo que critica es la desdicha innecesaria, aquella que creamos nosotros mismos obsesionándonos, vaya por caso, con la incógnita de si somos felices. Para él, vivir bien no es suprimir el conflicto, sino aprender a relacionarse con él.
No catequiza sobre mandamientos inscritos en piedra, pero en su obra sí sugiere tres grandes pilares sobre los que se puede construir una vida satisfactoria: el amor, el trabajo y el ocio. El amor entendido, por supuesto, no como ideal romántico, sino como vínculo emocional auténtico, como un afecto generoso, sin ansia de posesión. El trabajo como fuente de propósito y expresión de nuestras facultades. Y el ocio como espacio vital para la creatividad y la diversión.
Estas tres dimensiones, de cultivarse con libertad y equilibrio, pueden sostener una existencia sumamente rica. No garantizan la felicidad permanente, pero la hacen posible. La idea es ampliar nuestro abanico de quehaceres cotidianos de tal forma que nuestra vida no caiga en una pobre monotonía pendular.
Resulta innegable que el aura que envuelve a La conquista de la felicidad nos es hoy bien conocida. Un sinfín de libros de autoayuda colonizan las listas de las obras más vendidas cada semana. Todos ellos recalcan, como otrora hizo Russell, las causas de la infelicidad, así como los tips para avanzar hacia el camino de la ventura.
A pesar de la antecedencia cronológica de Russell, no cabe duda de que el tono es parejo. Y, no obstante, nótese que la propuesta del matemático no se sostiene sobre ninguna fórmula mágica. Con una inocencia de la que carece buena parte de los libros de autoayuda, solamente ofrece consejos –como antaño hicieron estoicos o epicúreos– para aproximarse a lo que él considera la buena vida. Su finalidad, posiblemente, no fue la de dominar el top de ventas, sino la de brindar la visión de todo un premio Nobel sobre la felicidad.
[ARCHIVO DEL BLOG] CONDUCTAS. PUBLICADO EL 21/06/2020
DEL POEMA DE CADA DÍA. HOY, L'ATTENTE/LA ESPERA, DE LA POETISA ARGELINA-CANADIENSE NASSIRA BELLOULA
L’ATTENTE
Là l’hiver s’avance
Là le froid s’ébroue
Cependant un murmure
chute dans le centre
de la pièce
Offre-moi tes bras
que je puisse enlacer
ces pays lointains
Cette saison
qui nait avec le rire
des enfants.
***
LA ESPERA
Allá el invierno avanza
Allá, el frío bufa
Sin embargo un susurro
surge en el centro
del cuarto
Ofréceme tus brazos
con los que puedo abrazar
estas tierras lejanas
Esta temporada
que nace con la risa
de los niños
***
NASSIRA BELLOULA (1961)
poetisa argelino-canadiense