miércoles, 20 de abril de 2016

[Reedición] Sobre hombres y dioses



La creación del hombre (Miguel Ángel, Ciudad del Vaticano)



"Reedición" es una nueva sección del blog dedicada a reproducir antiguas entradas que tuvieron cierto predicamento en su momento entre los lectores de Desde el trópico de Cáncer. Estas entradas se publican diariamente, conservan su título, fecha y numeración original, y no cuentan en el cómputo general de entradas del blog. Disfrútenla de nuevo si lo desean. 

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Una de las entradas más leídas del blog en los últimos cuatro años es la titulada "¿Dios somos nosotros? Reflexiones en Domingo de Ramos". Exactamente ha sido leída 2350 veces. Al final de la misma confieso que mi mayor aproximación a aceptar una posible idea de la divinidad estaría en la que formulara a mediados del siglo XVII en Ámsterdam el filósofo portugués de origen sefardí Baruch Spinoza, que es la de que "Dios somos nosotros". ¿Podría definirse eso como panteísmo? Si nos atenemos a lo que dice el diccionario de la RAE como panteísmo, diría que sí: "Sistema de quienes creen que la totalidad del universo es el único dios". Si sustituimos la palabra dios, como ente abstracto, por la palabra azar, no me arredra declararme panteísta. 

Unos meses después de mi llegada a Canarias, en 1967, mis padres me enviaron un enorme cajón desde Madrid con la totalidad de los libros que componían mi juvenil e incipiente biblioteca. No creo que pasaran de trescientos. Entre ellos, uno que era para mí la "joya" de la misma: El fenómeno humano (Taurus, Madrid, 1965), de Pierre Teilhard de Chardin. No solo por su contenido, sino porque con él venía escrito a máquina un extenso comentario de mi padre sobre el libro; aún guardo ambos como un tesoro. Nunca había oído a mi padre mostrar preocupación alguna por el fenómeno religioso; por el contrario, era un ateo bonachón y simpático que acompañaba a su mujer todos los domingos y fiestas de guardar a misa, y que salía discretamente durante las homilías a echarse un cigarrillo escapando así al control estricto de mi madre sobre ellos. Murió sin sufrimiento, con 89 años, en paz consigo mismo, que supongo es la mejor manera de morir. 

Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) fue un famoso paleontólogo y filósofo francés que, además, era jesuita, y que aportó una muy personal y original visión de la evolución. Sobre todo en el libro citado más arriba: El fenómeno humano. Su concepción de la evolución pretendió formular una síntesis de equidistancia entre la ortodoxia religiosa y la científica a través del desarrollo y explicación de conceptos como el de "Noosfera" y el "Punto Omega". Libro y conceptos fueron descalificados, atacados e ignorados tanto por la jerarquía católica como por la ciencia, aunque durante los pontificados de Pablo VI y Benedicto XVI la posición oficial de la iglesia católica sobre su obra se suavizó bastante.  


La tesis central de su pensamiento, que expone en El fenómeno humano es la de que la tendencia evolutiva del universo concurre hacia un "Punto Omega" al que define como una colectividad armonizada de conciencias para formar un solo y amplio grado de pensamiento a escala universal. O en román paladino, que diría el poeta, que la humanidad llegará a tal grado de comunicación íntima en cuanto a pensamiento a lo largo del proceso evolutivo que acabará por convertirse en un único ente pensante y consciente con todo lo creado y existente en el universo, momento en el cual llegará el Punto Omega de la evolución en el que esa entidad se hará una con su Creador.   

Si eso no es panteísmo, se le parece bastante. En todo caso confieso sin pudor que a mí me encantó El fenómeno humano, libro que leí a los 19 años, que he releído numerosas veces desde entonces y que sigue siendo una obra capital en el intento de conciliar ciencia y religión que no deja indiferente al posible lector sea este creyente o no. Pueden descargárselo, El fenómeno humano, en el enlace anterior.  

Toda esta larga digresión previa para reconocer al final que la causante directa e inspiradora de esta nueva entrada ha sido una vez más mi hija Ruth. La culpa, el artículo de El Mundo que me envía titulado "Sapiens, el mono que se convirtió en dios", escrito por Pablo Jáuregui, que reseña el libro del historiador israelí Yuval Noah Harari titulado De animales a dioses. Breve historia de la humanidad (Debate/Edicion 62, Barcelona, 2014). Pueden descargar comentario y libro en sus enlaces respectivos. De nuevo les animo a enfrascarse en su lectura. ¿Qué mejor manera de pasar el último domingo del verano?   

De animales a dioses. Breve historia de la humanidad termina, en palabras de su comentarista, con una inquietante reflexión: "A pesar de las cosas asombrosas que los humanos son capaces de hacer, seguimos sin estar seguros de nuestros objetivos y parecemos estar tan descontentos como siempre. Somos más poderosos de lo que nunca fuimos, pero tenemos muy poca idea de lo que hacer con ese poder". Tengo la impresión de que sí, que estamos bastante perdidos: no hay nada más que asomarse a la televisión, la prensa, o asistir a las peleas de patio de vecinos de nuestros dirigentes políticos para darse cuenta de ello. 

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt 


Spinoza, Hariri y Teilhard de Chardin



Entrada núm. 2165
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)
Publicada originariamente con fecha 20 de septiembre de 2014

martes, 19 de abril de 2016

[Celebrando a Miguel de Cervantes] Hoy, con "El viejo celoso"



Representación de "El viejo celoso"


El próximo 23 de abril se conmemora el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes y de William Shakespeare. Como bien decía el editorial de El País del pasado 30 de enero, las comparaciones son odiosas, pero a veces pueden servir para valorar cómo distintos países gestionan desafíos parecidos. Tanto Miguel de Cervantes como William Shakespeare parece que murieron ese mismo día del año 1616, y tanto uno como otro son los mayores referentes de la lengua española y de la inglesa, respectivamente.   

A principios de año el primer ministro de Reino Unido, David Cameron, lanzaba al mundo un rotundo mensaje, que Shakespeare sigue vivo, y poco a poco se ha empezado a concretar la ofensiva internacional de propuestas con las que se pretende proyectar la obra del clásico en 141 países. En cuanto a Miguel de Cervantes, solo existe la vaga afirmación de que están en marcha 131 proyectos académicos, culturales, turísticos y educativos. No tiene sentido -sigue diciendo el editorial citado- medir la envergadura de los clásicos por la magnitud de los fastos que se programan para celebrar sus centenarios. Lo que importa es que sean leídos y representados y que su obra siga hablando en el presente. En ese sentido, El Quijote ha contado con prestigiosos valedores que lo llevan mimando desde que en 2005 se celebrara el cuarto centenario de la aparición de su primera parte. El año pasado, que recordaba el aniversario de la publicación de la segunda, hubo excelentes iniciativas que ayudaron a confirmar su grandeza. Pero fueron hechos puntuales, fruto muchas veces de la sociedad, a falta de un verdadero plan riguroso y bien articulado que cumpla con las expectativas que deben exigirse a cualquier Gobierno respecto al patrimonio cultural del que es responsable: convertirlo en pieza esencial de la educación de los menores, cuidarlo para que siga manteniéndose vivo y saber proyectarlo para sacar provecho de todo su potencial (también económico). 

De las tareas de la Comisión responsable del cuarto centenario de Cervantes poco se sabe. Y lo que se conoce hasta ahora no es como para tirar voladores (expresión del español de Canarias que no necesita traducción) y parece confirmar que no hay ningún plan claro.

"Desde el trópico de Cáncer" se suma con humildad y pasión contenida a la efeméride que conmemora el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes. Y para celebrarlo, asume el compromiso de ir subiendo al blog día a día, a lo largo de estas semanas que restan, la totalidad de su obra para disfrute de todos los lectores y amantes de la lengua española, lengua a la que él elevó a la máxima expresión literaria, hasta culminarlas los próximos 22 y 23 de abril con la publicación en el blog de las dos partes de El Ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha.

Miguel de Cervantes Saavedra (Alcalá de Henares, 29 de septiembre de 1547-Madrid, 22 de abril de 1616) fue un soldado, novelista, poeta y dramaturgo español, conocido con el sobrenombre de "Príncipe de los Ingenios". Está considerado como la máxima figura de la literatura española y es universalmente conocido por haber escrito Don Quijote de la Mancha, que muchos críticos han descrito como la primera novela moderna y una de las mejores obras de la literatura universal, además de ser el libro más editado y traducido de la historia, solo superado por la Biblia.

Continúo esta nueva sección del blog dedicada a la conmemoración del 400 aniversario de su muerte con la publicación de su entremés El viejo celosoen la edición de Florencio Sevilla Arroyo, que puede leerse en la página electrónica de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, de la Universidad de Alicante (España). Los escritos iniciales de Cervantes datan de los tiempos de su reclusión en Argel. Fue a su regreso a España, entre 1582 y 1587, cuando escribió sus primeras obras teatrales, que ya he traído hasta el blog. Tras ellas, dejó de escribir para la escena y solo al final de su vida publicó ocho comedias y ocho entremeses nuevos, nunca representados (1615). 

El viejo celoso es el octavo y último de los entremeses -pieza teatral de carácter cómico y de un solo acto que originalmente se representaba en el entreacto de una comedia- escritos por Cervantes. En este entremés Cervantes trata el tema de la avaricia y los celos a cuenta del marido de Lorenza, una joven casada con un hombre mucho mayor que ella, que no la deja salir de casa ya que tiene miedo de que se enamore de otro o de que cualquier otro hombre la vea... Pero mejor, disfrútenlo.



Miguel de Cervantes



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




Entrada núm. 2693
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[Reedición] A Gallardón le han hecho la petaca



Gallardón tras anunciar su dimisión


"Reedición" es una nueva sección del blog dedicada a reproducir antiguas entradas que tuvieron cierto predicamento en su momento entre los lectores de Desde el trópico de Cáncer. Estas entradas se publican diariamente, conservan su título, fecha y numeración original, y no cuentan en el cómputo general de entradas del blog. Disfrútenla de nuevo si lo desean. 


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No me las doy de adivino ni profeta ni tengo vocación de Casandra, pero lo dije en mi entrada del 14 de febrero pasado, día de los enamorados: "Tengo la convicción de que el proyecto de ley de reforma del derecho al aborto no va a prosperar. Y no porque lo tumben los parlamentarios de la oposición o las justificadas críticas de la sociedad española, sino porque el propio gobierno y el partido que lo sustenta, una vez salvada la cara del impresentable proyecto y de su ministro proponente en las Cortes ante lo más integrista de sus votantes lo va a dejar languidecer hasta el término de la legislatura para que decaiga por sí solo. ¿Apostamos?". Así, literalmente. 

En una sociedad democrática no debería haber lugar para los enemigos políticos, a lo sumo, para los adversarios. Para enemigos políticos nada más cercano que los propios compañeros de partido, como ya dijeran en su momento Disraeli, Gladstone o Churchill (no estoy muy seguro de cuál y por eso cito a los tres), políticos los tres y británicos los tres, que en cuestión de política y democracia se las saben todas. No como el pobre Gallardón, la gran esperanza blanca de la derecha española moderna, joven y democrática, al que le ha perdido su ambición nunca disimulada y esa "vocación de servicio" heredada del antiguo régimen que le llevó a suplicar al presidente del gobierno el puesto de vanguardia en la lucha por recuperar para la derecha española las señas de identidad seculares perdidas tiempo ha.

Al ministro de Justicia,  Alberto Ruiz-Gallardón, le han hecho la petaca su presidente, su gobierno y sus compañeros de partido. Da, ahora, impresión de ingenuidad su valentía al asumir como propios planteamientos integristas que nadie, ni sus más acendrados adversarios políticos se hubieran atrevido a achacarle nunca. 

En fin, descanse en paz. Al menos le honra el gesto de coherencia de su dimisión y de su apartamiento, ¿definitivo?, de la vida política. Los auténticos reaccionarios del PP se han quitado un enemigo político de encima.

Les dejo con dos artículos de muy distinta factura escritos días después de publicada esta entrada del blog sobre la dimisión del ministro Gallardón por la periodista Luz Sánchez-Mellado: "Gallardón, Q.E.P.D.", y la escritora Elvira Lindo: "Rajoy en China".


Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




La cúpula del PP


Entrada núm. 2168
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)
Publicada originariamente con fecha 24 de septiembre de 2014

lunes, 18 de abril de 2016

[Celebrando a Miguel de Cervantes] Hoy, con "La cueva de Salamanca"



La Cueva de Salamanca


El próximo 23 de abril se conmemora el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes y de William Shakespeare. Como bien decía el editorial de El País del pasado 30 de enero, las comparaciones son odiosas, pero a veces pueden servir para valorar cómo distintos países gestionan desafíos parecidos. Tanto Miguel de Cervantes como William Shakespeare parece que murieron ese mismo día del año 1616, y tanto uno como otro son los mayores referentes de la lengua española y de la inglesa, respectivamente.   

A principios de año el primer ministro de Reino Unido, David Cameron, lanzaba al mundo un rotundo mensaje, que Shakespeare sigue vivo, y poco a poco se ha empezado a concretar la ofensiva internacional de propuestas con las que se pretende proyectar la obra del clásico en 141 países. En cuanto a Miguel de Cervantes, solo existe la vaga afirmación de que están en marcha 131 proyectos académicos, culturales, turísticos y educativos. No tiene sentido -sigue diciendo el editorial citado- medir la envergadura de los clásicos por la magnitud de los fastos que se programan para celebrar sus centenarios. Lo que importa es que sean leídos y representados y que su obra siga hablando en el presente. En ese sentido, El Quijote ha contado con prestigiosos valedores que lo llevan mimando desde que en 2005 se celebrara el cuarto centenario de la aparición de su primera parte. El año pasado, que recordaba el aniversario de la publicación de la segunda, hubo excelentes iniciativas que ayudaron a confirmar su grandeza. Pero fueron hechos puntuales, fruto muchas veces de la sociedad, a falta de un verdadero plan riguroso y bien articulado que cumpla con las expectativas que deben exigirse a cualquier Gobierno respecto al patrimonio cultural del que es responsable: convertirlo en pieza esencial de la educación de los menores, cuidarlo para que siga manteniéndose vivo y saber proyectarlo para sacar provecho de todo su potencial (también económico). 

De las tareas de la Comisión responsable del cuarto centenario de Cervantes poco se sabe. Y lo que se conoce hasta ahora no es como para tirar voladores (expresión del español de Canarias que no necesita traducción) y parece confirmar que no hay ningún plan claro.

"Desde el trópico de Cáncer" se suma con humildad y pasión contenida a la efeméride que conmemora el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes. Y para celebrarlo, asume el compromiso de ir subiendo al blog día a día, a lo largo de estas semanas que restan, la totalidad de su obra para disfrute de todos los lectores y amantes de la lengua española, lengua a la que él elevó a la máxima expresión literaria, hasta culminarlas los próximos 22 y 23 de abril con la publicación en el blog de las dos partes de El Ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha.

Miguel de Cervantes Saavedra (Alcalá de Henares, 29 de septiembre de 1547-Madrid, 22 de abril de 1616) fue un soldado, novelista, poeta y dramaturgo español, conocido con el sobrenombre de "Príncipe de los Ingenios". Está considerado como la máxima figura de la literatura española y es universalmente conocido por haber escrito Don Quijote de la Mancha, que muchos críticos han descrito como la primera novela moderna y una de las mejores obras de la literatura universal, además de ser el libro más editado y traducido de la historia, solo superado por la Biblia.

Continúo esta nueva sección del blog dedicada a la conmemoración del 400 aniversario de su muerte con la publicación de su entremés La cueva de Salamanca, en la edición de Florencio Sevilla Arroyo, que puede leerse en la página electrónica de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, de la Universidad de Alicante (España). Los escritos iniciales de Cervantes datan de los tiempos de su reclusión en Argel. Fue a su regreso a España, entre 1582 y 1587, cuando escribió sus primeras obras teatrales, que ya he traído hasta el blog. Tras ellas, dejó de escribir para la escena y solo al final de su vida publicó ocho comedias y ocho entremeses nuevos, nunca representados (1615). 

La cueva de Salamanca, es el séptimo de los entremeses -pieza teatral de carácter cómico y de un solo acto que originalmente se representaba en el entreacto de una comedia- escritos por Cervantes. En este entremés Cervantes relata la historia de Pancracio, un burgués que debe partir para un viaje de negocios de cuatro días ante la aparente tristeza de su esposa, Leonarda, por su ausencia. En realidad, ella espera con entusiasmo los viajes de su esposo porque cuando él no está, ella puede entretener invitados. Poco después de la marcha de su esposo un desconocido aparece en la casa preguntando por un lugar para quedarse. Leonarda decide permitirle quedarse en la casa con ella. El viajero comenta que es un estudiante de Salamanca que está pasando por dificultades momentáneas. Cuando Pancracio regresa esa noche sin haber culminado su viaje... Mejor disfrútenlo.




Miguel de Cervantes



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




Entrada núm. 2692
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[Reedición] ¿Cómo se mide la calidad de una democracia?



El Partenón (Atenas, Grecia)


"Reedición" es una nueva sección del blog dedicada a reproducir antiguas entradas que tuvieron cierto predicamento en su momento entre los lectores de Desde el trópico de Cáncer. Estas entradas se publican diariamente, conservan su título, fecha y numeración original, y no cuentan en el cómputo general de entradas del blog. Disfrútenla de nuevo si lo desean. 

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"Y nuestra Constitución se llama Democracia 
porque el poder no está en manos 
de unos pocos sino de la mayoría" 
Tucídides: Historia de la Guerra del Peloponeso


A pesar de la horrísona algarabía política de los tiempo que vivimos reconozco que mi desapego por la mayor parte de los políticos de este país, sin distinción de colores partidistas, no supone desafección hacía la democracia que les da a ellos y a sus críticos amparo y cobijo. Es cierto que el sistema político español necesita retoques urgentes en cuanto a su funcionamiento, transparencia y accesibilidad ciudadana, pero son los políticos con su comportamiento los que hacen que el sistema chirríe, y ellos también los que denigran a la democracia y avergüenzan a los ciudadanos que aún creen en eso que se ha venido en llamar virtudes cívicas o republicanas de la política. 

En un famoso libro titulado La democracia y sus críticos (Paidós, Barcelona, 1993), escrito en 1989 por el politólogo estadounidense Robert A. Dahl, profesor de Ciencias Polìticas en la Universidad de Yale (EE.UU.) y presidente de la American Political Science Association, que leí por vez primera hace ya quince años, se exponía una visión claramente pesimista acerca de la "calidad" de las democracias que se autoproclamaban como tales, afirmando que ningún país podría alcanzar nunca el nivel ideal de democracia, y que esta seguiría siendo una utopía inalcanzable. No obstante, añadía, la concepción de que los pueblos pueden autogobernarse en un pie de igualdad política, dueños de todos los recursos e instituciones necesarios para ese fin, seguiría siendo a su modo de ver una pauta imperativa, aunque exigente, en el afán de establecer una sociedad donde las personas convivan en paz, respetando cada una la igualdad intrínseca de las demás y procurando entre todas alcanzar la mejor vida posible.

Alcanzar ese ideal, añadía, requiriría cinco criterios: Primero, participación efectiva: Los ciudadanos deben tener oportunidades iguales y efectivas de formar su preferencia y lanzar cuestiones a la agenda pública y expresar razones a favor de un resultado u otro. Segundo, igualdad de voto en la fase decisoria: Cada ciudadano debe tener la seguridad de que sus puntos de vista serán tan tenidos en cuenta como los de los otros. Tercero, comprensión informada: Los ciudadanos deben disfrutar de oportunidades amplias y equitativas de conocer y afirmar qué elección sería la más adecuada para sus intereses. Cuarto, control de la agenda: El "demos" (el pueblo) debe tener la oportunidad de decidir qué temas políticos se someten y cuáles deberían someterse a deliberación. Y quinto, inclusividad: La equidad debe ser extensiva a todos los ciudadanos del Estado. Todos tienen intereses legítimos en el proceso político. ¿Reúne la democracia española la totalidad o la mayoría de esas condiciones que definen, según Dhal, a una democracia auténtica? Dejo la respuesta al criterio de los lectores.

Al concluir la licenciatura en Geografía e Historia en la UNED me planteé seguir con los estudios de doctorado y la elaboración de varios proyectos de investigación con vistas a una posible tesis doctoral: El primero, un estudio demográfico sobre el origen y situación social de la población de Las Palmas de Gran Canaria; el segundo, sobre las repercusiones en Canarias de la independencia de las repúblicas hispanoamericanas en el primer tercio del siglo XIX; y el tercero y cuarto, que eran las opciones que más me atraían, sobre el papel del Senado en las democracias modernas, y el de las ciudades como sujeto y objeto de renovación democrática; en cierto sentido, una vuelta al ámbito originario de la democracia participativa, siguiendo la estela de mi admirada Hannah Arendt, una pensadora que, por cierto, nunca escribió ningún tratado sobre la democracia. 

Contacté para ello con varios profesores como Joaquín Leguina, demógrafo; Antonio Bethencourt y Santos Juliá, historiadores; y Faustino Fernández-Miranda, politólogo, con los que mantuve varias entrevistas al respecto, pero diversos avatares profesionales y personales hicieron que la cuestión no pasara nunca a fase de ejecución. Cuando me jubilé profesionalmente decidí hacerlo también de mis proyectos académicos y dedicarme en exclusiva a mi familia y mis aficiones más sencillas: la lectura y este blog. No me arrepiento de nada, aunque me quedó un pequeñísimo rescoldo de resquemor por no haberlo intentado.

Curiosamente, sobre una vuelta al protagonismo político de las ciudades escribió años más tarde el profesor Josep Ramoneda en su artículo "Hacia una Europa de las ciudades", en el que venía a decir que frente al carácter cerrado de la nación, el ámbito urbano es el lugar idóneo para forjar una identidad abierta, la que necesita la nueva conciencia europea, que sea políticamente solidaria y capaz de compartir la soberanía. La cultura nacional es una cultura cerrada y unitaria, dice en él, que se basa en la presunta homogeneidad de los ciudadanos que pueblan el Estado, pero que esta idea de comunidad está hoy completamente obsoleta, en sociedades que por su composición ya no pueden esconder su heterogeneidad. ¿No sería la hora de volver a este "lugar de una humanidad particular" que es la ciudad europea? Las ciudades son identidades abiertas frente a las naciones que son identidades cerradas. ¿No podrían ser éstas los nodos adecuados sobre los que tejer una red de identificación básica europea? Pero la ciudad -concluye- es sobre todo el lugar de una identidad abierta, es el lugar en que es posible encontrar un denominador común entre los extraños que la componen; una identidad mínima muy parecida a la que requiere la reconstrucción de la conciencia europea, una identidad basada en el reconocimiento al otro y en la defensa de un modelo europeo que tiene todos los elementos de la cultura urbana: la soberanía compartida entre extraños; la solidaridad política; la diversidad y el conflicto como portadores de oportunidades y de cambio, y la negociación y el diálogo, como manera de relacionarse. Sin necesidad de inclinarse ante ningún dios menor, sea la patria o la religión de turno.

Termino citando de nuevo al Robert A. Dahl y su La democracia y sus críticos. Dice en él que sea cual sea la forma que adopte en el futuro la democracia de nuestros sucesores no será ni puede ser igual a la de nuestros antecesores, y que tampoco debería serlo, ya que los límites y posibilidades de la democracia serán radicalmente distintos de los que existieron en otras épocas y lugares del pasado. La brecha existente entre el conocimiento de las élites de la política pública y el de los ciudadanos corrientes, añade, puede reducirse, pues ya es técnicamente posible que todos los ciudadanos puedan disponer de información sobre todas las cuestiones públicas accesible de inmediato. ¿Estaba pensando Dahl quizá en las posibilidades que abre hoy Internet?... Lo que parece claro es que el ámbito de la ciudad es quizá, o sin quizá, el idóneo para un ensayo de democracia participativa universal. Y las ciudades europeas, por su historia de libertad, el marco adecuado. ¿Por qué no intentarlo?

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt



El Panteón (Roma, Italia)



Entrada núm. 2169
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Publicada originariamente con fecha 25 de septiembre de 2014

domingo, 17 de abril de 2016

[Celebrando a Miguel de Cervantes] Hoy, "El Retablo de las Maravillas"



Representación de "El Retablo de las Maravillas"


El próximo 23 de abril se conmemora el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes y de William Shakespeare. Como bien decía el editorial de El País del pasado 30 de enero, las comparaciones son odiosas, pero a veces pueden servir para valorar cómo distintos países gestionan desafíos parecidos. Tanto Miguel de Cervantes como William Shakespeare parece que murieron ese mismo día del año 1616, y tanto uno como otro son los mayores referentes de la lengua española y de la inglesa, respectivamente.   

A principios de año el primer ministro de Reino Unido, David Cameron, lanzaba al mundo un rotundo mensaje, que Shakespeare sigue vivo, y poco a poco se ha empezado a concretar la ofensiva internacional de propuestas con las que se pretende proyectar la obra del clásico en 141 países. En cuanto a Miguel de Cervantes, solo existe la vaga afirmación de que están en marcha 131 proyectos académicos, culturales, turísticos y educativos. No tiene sentido -sigue diciendo el editorial citado- medir la envergadura de los clásicos por la magnitud de los fastos que se programan para celebrar sus centenarios. Lo que importa es que sean leídos y representados y que su obra siga hablando en el presente. En ese sentido, El Quijote ha contado con prestigiosos valedores que lo llevan mimando desde que en 2005 se celebrara el cuarto centenario de la aparición de su primera parte. El año pasado, que recordaba el aniversario de la publicación de la segunda, hubo excelentes iniciativas que ayudaron a confirmar su grandeza. Pero fueron hechos puntuales, fruto muchas veces de la sociedad, a falta de un verdadero plan riguroso y bien articulado que cumpla con las expectativas que deben exigirse a cualquier Gobierno respecto al patrimonio cultural del que es responsable: convertirlo en pieza esencial de la educación de los menores, cuidarlo para que siga manteniéndose vivo y saber proyectarlo para sacar provecho de todo su potencial (también económico). 

De las tareas de la Comisión responsable del cuarto centenario de Cervantes poco se sabe. Y lo que se conoce hasta ahora no es como para tirar voladores (expresión del español de Canarias que no necesita traducción) y parece confirmar que no hay ningún plan claro.

"Desde el trópico de Cáncer" se suma con humildad y pasión contenida a la efeméride que conmemora el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes. Y para celebrarlo, asume el compromiso de ir subiendo al blog día a día, a lo largo de estas semanas que restan, la totalidad de su obra para disfrute de todos los lectores y amantes de la lengua española, lengua a la que él elevó a la máxima expresión literaria, hasta culminarlas los próximos 22 y 23 de abril con la publicación en el blog de las dos partes de El Ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha.

Miguel de Cervantes Saavedra (Alcalá de Henares, 29 de septiembre de 1547-Madrid, 22 de abril de 1616) fue un soldado, novelista, poeta y dramaturgo español, conocido con el sobrenombre de "Príncipe de los Ingenios". Está considerado como la máxima figura de la literatura española y es universalmente conocido por haber escrito Don Quijote de la Mancha, que muchos críticos han descrito como la primera novela moderna y una de las mejores obras de la literatura universal, además de ser el libro más editado y traducido de la historia, solo superado por la Biblia.

Continúo esta nueva sección del blog dedicada a la conmemoración del 400 aniversario de su muerte con la publicación de su entremés El Retablo de las Maravillas, en la edición de Florencio Sevilla Arroyo, que puede leerse en la página electrónica de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, de la Universidad de Alicante (España). Los escritos iniciales de Cervantes datan de los tiempos de su reclusión en Argel. Fue a su regreso a España, entre 1582 y 1587, cuando escribió sus primeras obras teatrales, que ya he traído hasta el blog. Tras ellas, dejó de escribir para la escena y solo al final de su vida publicó ocho comedias y ocho entremeses nuevos, nunca representados (1615). 

El Retablo de las Maravillas, sexto de los entremeses -pieza teatral de carácter cómico y de un solo acto que originalmente se representaba en el entreacto de una comedia- escritos por Cervantes, es un gracioso episodio en el que el engaño, y la credulidad de las gentes, son el tema central. En un pueblo se presentan unos individuos con un "famoso retablo", llamado de "Las Maravillas" cuya magia se encierra en que fue construido por un gran sabio llamado Tontonelo, que lo había confeccionado gracias a la ayuda de las estrella y los astros, y al hecho de que solo aquellas personas que fueran cristianos viejos, es decir, que sus cuatro abuelos fueran cristianos, y que fueran nobles, es decir, que no fueran hijos ilegítimos, podrían ver lo que en él se mostraba. Tan solo las personas que reunieran esos requisitos serían capaces de percibir las grandiosidades de este magnífico retablo. Las que no lo fueran, no verían nada, y quedaría probado que no era de buen parecer. Los dueños del retablo hablan primero con las autoridades del lugar y quedan para mostrárselo, solo a ellos, antes que al resto de las gentes del pueblo, tras el pago de un estipendio... Disfrútenlo.




Miguel de Cervantes



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




Entrada núm. 2691
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[Humor en domingo] Hoy, sin palabras por descanso del personal y con las viñetas de Morgan






Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




Entrada núm. 2690
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[Reedición] Historias de la II República y la Guerra Civil




Ángel Viñas



"Reedición" es una nueva sección del blog dedicada a reproducir antiguas entradas que tuvieron cierto predicamento en su momento entre los lectores de Desde el trópico de Cáncer. Estas entradas se publican diariamente, conservan su título, fecha y numeración original, y no cuentan en el cómputo general de entradas del blog. Disfrútenla de nuevo si lo desean. 

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La Historia como notaria del pasado sigue gozando de respetable salud. Y eso que hace ya 2500 años que dos griegos ilustres, mediado el siglo IV a.C., la iniciaron como disciplina científica: Heródoto, con su Historia (Círculo de Lectores, Barcelona, 1996), y Tucídides, con su Historia de la Guerra del Peloponeso (Círculo de Lectores, Barcelona, 1997), hermosas lecturas que les recomiendo con especial énfasis.

De esa misma respetable salud sigue gozando la historia de la Guerra Civil Española (1936-1939), y por extensión, la de la II República española (1931-1939). Uno de los historiadores que más y mejor ha escrito sobre la guerra civil española ha sido el profesor e hispanista estadounidense Gabriel Jackson, y entre los españoles, el economista, diplomático e historiador Ángel Viñas, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid.

Al profesor Viñas le conocí, aunque no tuve el placer de tratarle personalmente, durante mi paso por la UNED, cuando cursaba la licenciatura de Geografía e Historia. Fue a mediados de los 80, creo recordar, durante la celebración del Congreso Internacional de Historia sobre "La oposición al régimen de Franco", organizado en Madrid por mi universidad, bajo la dirección de los profesores Tuñón de Lara y Javier Tusell, al que asistí como alumno becario. Le recuerdo con su sempiterna corbata de pajarita, prenda típica y casi de uniformidad oficial del profesorado de la Universidad de Princeton, en Nueva Jersey, Estados Unidos; la universidad también de Albert Einstein y Hannah Arendt, y perdónenme la petulante digresión, los cinematográficos y televisivos doctores Indiana Jones y House.

De él reseñé en mi entrada del pasado día 2, con motivo del 75º aniversario del inicio de la II Guerra Mundial, un artículo suyo titulado "Un tiempo de sangre y fuego", que dilucidaba algunas de las falsedades creadas por la historia en torno al pacto Stalin-Hitler, que en gran manera favoreció el paso a dicha conflagración. 

En el mes de octubre de 2009 Revista de Libros publicó una extensa y documentada reseña crítica del profesor Jackson, bajo el título de "Una trilogía histórica magistral", de tres de los últimos libros del profesor Viñas: La soledad de la República, El escudo de la República y El honor de la República, todos ellos editados por Crítica, Barcelona.

Decía en su reseña el profesor Jackson que los tres libros comentados constituían sin duda alguna los estudios archivísticos más detallados y más exhaustivamente documentados de las reacciones diplomáticas y militares al estallido de la Guerra Civil española; y también de los esfuerzos de los sucesivos gobiernos republicanos para vencer la hostilidad político-económica de las grandes potencias democráticas –Inglaterra, Francia y Estados Unidos– y contrarrestar la masiva ayuda militar ofrecida desde el principio por Italia, Alemania y Portugal a las fuerzas comandadas por el general Franco.

En pos de su investigación documental, añadía, el autor había viajado a París, Londres, Moscú y a muchos otros lugares específicos en que se encuentran archivos relevantes. Ha proporcionado detalladas notas al pie para todas sus interpretaciones controvertidas. Ha preparado una lista de los acrónimos de docenas de archivos, preparado una bibliografía ingente, ofrecido al lector una extensa lista de "dramatis personae" y aportado copias de documentos importantes. Para conseguir su objetivo crítico e historiográfico ha citado y refutado, seguía diciendo, cientos de contundentes afirmaciones de personas e instituciones que aparecen citadas con sus nombres.

En los párrafos finales de su comentario decía el profesor Jackson que había intentado señalar en su artículo lo que le parecían énfasis ocasionales que distraían de la tarea principal, y que había destinado mucho espacio a ello porque quería que el lector conociera los juicios del autor más que simplemente las valoraciones que el reseñista hacía de esos juicios, pero que ello -añadía- no había de entenderse en absoluto como una evaluación negativa. Nadie, decía, ha rastreado los archivos más exhaustivamente que Viñas; nadie ha estado más dispuesto que él a compartir información; nadie se ha mostrado más deseoso de comparar interpretaciones con colegas.

Como conclusión de la reseña, Gabriel Jackson expresaba su convencimiento de que la trilogía publicada por el profesor Viñas se manifestaría como una combinación excepcionalmente rica de historias basadas en archivos y de debates que cuestionan deliberadamente ideas establecidas en la lucha por alcanzar un entendimiento objetivo de la Guerra Civil española.

A mí me gustaría terminar la entrada de hoy, aparte de animarles a leer el artículo del profesor Jackson, con una reflexión del también historiador y profesor Josep Fontana en su libro La historia después del fin de la historia (Crítica, Barcelona, 1992) en la que apela a la necesidad de recuperar las señas de identidad de una historiografía crítica que proponga aprender a pensar el pasado en términos de encrucijada (y no solo de una vía única), que incite a los historiadores a situar el presente en el centro de sus preocupaciones y que ayude a las nuevas generaciones a mantener viva la capacidad de razonar, preguntar y criticar para cambiar el presente y construir un futuro mejor. 

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





El historiador Gabriel Jackson



Entrada núm. 2170
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)
Publicada originariamente con fecha 26 de septiembre de 2014