miércoles, 27 de septiembre de 2017

[Desde la RAE] Hoy, con el académico Miguel Sáenz







La Real Academia Española (RAE) se creó en Madrid en 1713, por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga (1650-1725), octavo marqués de Villena, quien fue también su primer director. Tras algunas reuniones preparatorias realizadas en el mes de junio, el 6 de julio de ese mismo año se celebró, en la casa del fundador, la primera sesión oficial de la nueva corporación, tal como se recoge en el primer libro de actas, iniciado el 3 de agosto de 1713. En estas primeras semanas de andadura, la RAE estaba formada por once miembros de número, algunos de ellos vinculados al movimiento de los novatores. Más adelante, el 3 de octubre de 1714, quedó aprobada oficialmente su constitución mediante una real cédula del rey Felipe V. 

La RAE ha tenido un total de cuatrocientos ochenta y tres académicos de número desde su fundación. Las plazas académicas son vitalicias y solo ocho letras del alfabeto no están representadas —ni lo han estado en el pasado— en los sillones de la institución: v, w, x, y, z, Ñ, W, Y.

En esta nueva sección del blog, que espero tengo un largo recorrido, voy a ir subiendo periódicamente una breve semblanza de algunos de esos cuatrocientos ochenta y tres académicos, comenzando por los más recientes, hasta llegar a la de su fundador, don Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga. Pero sobre todo, en la medida de lo posible, pues creo que será lo más interesante, sus discursos de toma de posesión como miembros de la Real Academia Española.

Continúo hoy con el académico Miguel Sáenz, elegido el 22 de noviembre de 2012, tomó posesión de su silla en la Real Academia, la "b" minúscula, el  el 23 de junio de 2013 con el discurso titulado Servidumbre y grandeza de la traducción, al que respondió en nombre de la corporación, Luis Goytisolo.
  
Miguel Sáenz Sagaseta de Ilúrdoz, nació en Larache (Marruecos), el 7 de agosto de 1932. Doctor en Derecho y licenciado en Filología Alemana por la Universidad Complutense de Madrid, es traductor, jurista y militar. Experto en derecho aeronáutico y del espacio, es general auditor del Cuerpo Jurídico Militar, procedente del Ejército del Aire, y ha sido fiscal de la Sala Quinta del Tribunal Supremo (1989-1992). Ha pertenecido al equipo de traductores de Naciones Unidas, en cuyas sedes de Nueva York, Ginebra y Viena ha desarrollado gran parte de su labor profesional. En la actualidad es traductor literario y de organismos internacionales. También ha ejercido como profesor de Derecho Aéreo y de Teoría de la Traducción.



Miguel Sáenz en su toma de posesión como académico



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: vámonos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 3865
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)