Notas:
http://farm3.static.flickr.com/2117/2457168410_1cfa76398b.jpg?v=0
(2) Fotografía de la escritora española Elvira Lindo en:
http://telaviv.cervantes.es/FichasCultura/Imagenes/FOTOELVIRA1.jpg
La escritora española Elvira Lindo"PARTIDITIS", por Elvira Lindo
EL PAÍS - Última - 17-06-2009
Tras la insufrible campaña para las elecciones europeas los partidos se encontraron en la inevitable Tercera Fase: ese momento de ciencia ficción en el que tratan de explicar que han salido ganando aunque no hayan conseguido los votos que esperaban. A esto, que siempre tiene su gracia, se añadía en esta ocasión el hecho de que debían interpretar la abstención.
La visión optimista fue la norma. Todos los partidos afirmaron que, en comparación con otros países, España no podía quejarse del nivel de participación. Luego añadieron que el electorado aún no acaba de entender el verdadero significado de las instituciones europeas. Desde luego. ¿Y ellos?, ¿entendían de qué iba la cosa? Porque dio la impresión de que trataban de esquivar la razón por la que se convocaba a los ciudadanos. Esa táctica elusiva me trajo a la memoria una antigua artimaña escolar: "Me preguntaron por Roma y contesté con Grecia, que era lo que me sabía".
Para rematar la lectura de los resultados, nuestro presidente optó por felicitar a los responsables de su campaña, y la oposición, tras anunciar que está a un paso de La Moncloa, se sintió refrendada hasta en sus más sonoros disparates, como esa chiripitifláutica Educación para la Ciudadanía en inglés que tanto le gusta al señor Camps. A partir de ahí, la vida sigue igual: los telediarios son previsibles partidos de pinpón entre Rajoy y Pajín, y la mayoría de los contertulios políticos (salvo honrosas excepciones) muerden si es necesario por defender al partido para el que parecen trabajar. Los supuestos defensores de la izquierda aseguran que detrás de un independiente siempre hay un derechista, y los defensores de la derecha afirman que detrás de un independiente hay un miedoso. Y a nadie se le ocurre pensar que a cuenta de la partiditis se está acabando con la política.
Alegoría de la política española
La visión optimista fue la norma. Todos los partidos afirmaron que, en comparación con otros países, España no podía quejarse del nivel de participación. Luego añadieron que el electorado aún no acaba de entender el verdadero significado de las instituciones europeas. Desde luego. ¿Y ellos?, ¿entendían de qué iba la cosa? Porque dio la impresión de que trataban de esquivar la razón por la que se convocaba a los ciudadanos. Esa táctica elusiva me trajo a la memoria una antigua artimaña escolar: "Me preguntaron por Roma y contesté con Grecia, que era lo que me sabía".
Para rematar la lectura de los resultados, nuestro presidente optó por felicitar a los responsables de su campaña, y la oposición, tras anunciar que está a un paso de La Moncloa, se sintió refrendada hasta en sus más sonoros disparates, como esa chiripitifláutica Educación para la Ciudadanía en inglés que tanto le gusta al señor Camps. A partir de ahí, la vida sigue igual: los telediarios son previsibles partidos de pinpón entre Rajoy y Pajín, y la mayoría de los contertulios políticos (salvo honrosas excepciones) muerden si es necesario por defender al partido para el que parecen trabajar. Los supuestos defensores de la izquierda aseguran que detrás de un independiente siempre hay un derechista, y los defensores de la derecha afirman que detrás de un independiente hay un miedoso. Y a nadie se le ocurre pensar que a cuenta de la partiditis se está acabando con la política.
Alegoría de la política españolaEntrada núm. 1171 (.../...)
3 comentarios:
Tal vez superaríamos la partiditis si una promoción de políticos valientes se atrevieran a llevar a cabo lo que creo es un clamor callado entre la ciudadanía: las listas abiertas o al menos, desbloqueadas.
Supongo que los aparatos de los partidos no firmarían esa sentencia de muerte propia ya que una buena parte de su poder (la decisión sobre quién sale o no en la foto, según la famosa sentencia de Alfonso Guerra) se esfumaría y la recobraríamos los votantes.
En fin, tal vez lo veamos.
Saludos.
Se ha discutido mucho, y en serio, sobre las bondades de las listas abiertas, y aunque no sea la panacea, sería, sin duda, un buen comienzo... No creo que ninguno de los partidos políticos españoles esté por la labor.
Muy agradecido por su amable comentario.
El partido de Rosa Diez (Unión Progreso y Democracia)lo incluye en su programa. Por curiosidad lo comprobé cuando vi que mi antiguo profesor de Derecho Administrativo, Sosa Wagner, era el candidato a las elecciones europeas.
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