martes, 29 de julio de 2014

El poeta Jorge Guillén y el tema de España en la poesía española contemporánea (XXXI)



Catedral de Nuestra Señora de la Asunción (Valladolid, Castilla y León)



¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso de términos tales como "pueblo, país, patria, gobierno, nación, España, estado"?... Al usarlos parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas no deberíamos avergonzarnos de reivindicar el uso del nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara, No es solo de ellos, es también nuestra. Y deberíamos hacerlo sin vergüenza alguna, sin ningún tipo de remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.

De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas contemporáneos, poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza. Y es que, en palabras de Walt Whitman, "el poeta es el instrumento por medio del cual las voces largamente mudas de los excluidos dejan caer el velo y son alcanzados por la luz".  

Hoy traigo hasta el blog al poeta y miembro de la Generación del 27, Jorge Guillén. Nace en Valladolid en 1893. Estudia Filosofía y Letras en las universidades de Madrid, alojándose en la Residencia de Estudiantes, y Granada. Se doctora en la de Madrid. Ejerce de lector de español en las universidades de la Sorbona de París y Oxford, y como catedrático de literatura en las de Murcia y Sevilla. Encarcelado al inicio de la guerra civil, se exilia en 1938 a norteamérica dando clases en Canadá, Estados Unidos (Harvard) y Puerto Rico. En 1976 recibe el Premio Cervantes. Muere en Málaga en 1984. Por su inclinación a la poesía pura es considerado el discípulo más directo de Juan Ramón  Jiménez. Les dejo con su poema "Despertar español", que se inicia con un verso de Federico García Lorca:


¡Oh blanco muro de España!
Federico García Lorca

I

¿Dónde estoy?
Me despierto en mis palabras.
Por entre las palabras que ahora digo,
A gusto respirando
Mientras con ellas soy, del todo soy
Mi nombre,
Y por ellas estoy con mi paisaje:
Aquellos cerros grises de la infancia.
O ese incógnito mar, ya compañero
Si mi lengua le nombra, le somete.

No estoy solo ¡Palabras!

Y merced a sus signos
Puedo acotar un trozo de planeta
Donde vivir tratando de entenderme
Con prójimos más próximos
En la siempre difícil tentativa
De gran comunidad.

A través de un idioma
¿Yo podría llegar a ser el hombre
Por fin humano a que mi esfuerzo tiende
Bajo este sol de todos?

II

Ay, patria,
Con malos padres y con malos hijos,
O tal vez nada más desventurados
En el gran desconcierto de una crisis
Que no se acaba nunca,
Esa contradicción que no nos deja
Vivir nuestro destino,
A cuestas cada cual
Con el suyo en un ámbito despótico...
Ay, patria,
Tan anterior a mí,
Y que yo quiero, quiero
Viva después de mí -donde yo quede
Sin fallecer en frescas voces nuevas
Que habrán que resonar hacia otros aires,
Aires con una luz
Jamás, jamás anciana.
Luz antigua tal vez sobre los muros
Dorados
Por el sol de un octubre y de su tarde:
Reflejos
De muchas tardes que no se han perdido,
Y alumbrarán los ojos de otros hombres
-Quien sabe- y sus hallazgos.

III

¡Fluencia!
Y nunca se interrumpe,
Y nunca llega al mar
Ni sabe de traiciones.
Río de veras fiel a su mandato,
A su fatal avance sesgo a sesgo,
Rumbo a la primavera con su estío,
Y en las agudas barcas
Las eternas parejas
De nuevo amor.

Y no hay más mundo que ese
Un mundo bajo soles
Y nuestra voluntad.

Paso ha de abrise por las nuevas sangres
Incógnito futuro
Libérrimo.

¿Vamos a él? Él es quien nos arrastra
Rehaciendo el presente
Fugaz
Mientras confluye todo por su curso
De cambio y permanencia.
España, España, España.

IV

Nuestra intervención y nuestro amor, España, 
Pese a los pusilánimes,
Pese a las hecatombes -bueyes muertos-
Sobre las tierras yermas,
Entre ruinas y fábulas
Con luces de ponientes
Hacia noches y auroras.

Y todo, todo en vilo,  
En aire
De nuestra voluntad.

Queremos más España.

Esa incógnita España no más fácil
De mantener en pie
Que el resto del planeta,
Atractiva entre manos escultoras
Como nunca lo es bajo los odios,
Creación sobre un trozo de universo
Que vale más ahondado que dejado.
¿Península? No basta geografía.
Queremos un paisaje con historia.

V

Errores y aflicciones.
¡Cuántas culpas!

Gran historia es así:
Realidad hay, compacta.

En el recuerdo veo un muro blanco,
Un sol que se recrea
Difundiéndose en ocio
Para el contemplativo siempre en obra.

¡Blanco muro de España!
No quiero saber más.
Se me agolpa la vida hacia un destino,
Ahí, 
Que el corazón convierte en voluntario.

¡Durase junto al muro!

Y no me apartarán vicisitudes
De la fortuna varia.

¡Tierno apego sin  término!
Blanco muro de España, verdadera:
Nuestro pacto es enlace en la verdad.


"Despertar español"
Jorge Guillén




Y mañana nos vemos con el poeta Luis Cernuda. Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




El poeta Jorge Guillén




Entrada núm. 2124
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Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri)

lunes, 28 de julio de 2014

El poeta Manuel Mantero y el tema de España en la poesía española contemporánea (XXX)





La Torre del Oro y la Giralda, al fondo (Sevilla, Andalucía)



¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso de términos tales como "pueblo, país, patria, gobierno, nación, España, estado"?... Al usarlos parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas no deberíamos avergonzarnos de reivindicar el uso del nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara, No es solo de ellos, es también nuestra. Y deberíamos hacerlo sin vergüenza alguna, sin ningún tipo de remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.


De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas contemporáneos, poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza. Y es que, en palabras de Walt Whitman, "el poeta es el instrumento por medio del cual las voces largamente mudas de los excluidos dejan caer el velo y son alcanzados por la luz".  

Hoy traigo hasta el blog al poeta Manuel Mantero (1930). Poeta, novelista y ensayista. Nace en Sevilla (Andalucía). Estudía con los jesuitas en su ciudad natal y Filosofía del Derecho en las universidades de Sevilla y Salamanca. Emigra a Estados Unidos en 1969, donde sigue residiendo ahora. Entiende la poesía como interpretación del mundo, con una visión propia que le aleja de cualquier perspectiva generacional. Ha obtenido el Premio Fastenrath y el nacional de Literatura. Les dejo con su poema "Tiempo del hombre. El viaje":



¿Todo está a punto? ¿Nave, marineros,
puerto lejano, estrellas conocidas,
aroma de una patria concebida
en soledad de azules derroteros?

¿Agua para los labios verdaderos,
naipes que acorten el penar, comida
de hermosura? Dispuesta está la vida,
a bordo capitán y pasajeros?

¿Todavía no entraste en la bodega,
oh joven polizón de la alegría?
¿Nos cogerá la muerte en tu tardanza?

¿Serás tú como Dios, que nunca llega,
que nunca llega al sitio que le había
preparado en secreto de esperanza? 

 "Tiempo del hombre. El viaje"
Manuel Mantero



Y mañana nos vemos con el poeta Jorge Guillén. Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





El poeta Manuel Mantero




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domingo, 27 de julio de 2014

El poeta Carlos Sahagún y el tema de España en la poesía española contemporánea (XXIX)





Palacio de los marqueses de Dos Aguas (Onil, Valencia)



¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso de términos tales como "pueblo, país, patria, gobierno, nación, España, estado"?... Al usarlos parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas no deberíamos avergonzarnos de reivindicar el uso del nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara, No es solo de ellos, es también nuestra. Y deberíamos hacerlo sin vergüenza alguna, sin ningún tipo de remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.


De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas contemporáneos, poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza. Y es que, en palabras de Walt Whitman, "el poeta es el instrumento por medio del cual las voces largamente mudas de los excluidos dejan caer el velo y son alcanzados por la luz".  

Hoy traigo hasta el blog al poeta Carlos Sahagún (1938). Nace en Onil (Alicante). Estudia Filología Románica en la Universidad Complutense de Madrid y ejerce como catedrático de lengua y literatura española en universidades de España e Italia. Como poeta se adscribe a la Generación de los 50. De construcción formal, su poesía adopta tonos elegíacos y de pesadumbre ante el paso del tiempo. Los temas de la infancia y la posguerra resultan recurrentes en su obra convirtiéndolos en metáfora de la orfandad existencial del hombre. Ha obtenido el premio Adonáis, el Boscán y el Nacional de Poesía. Les dejo con su poema "Cosas inolvidables":



Pero ante todo piensa en esta patria,
en estos hijos que serán un día
nuestros: el niño labrador, el niño
estudiante, los niños ciegos. Dime
qué será de ellos cuando crezcan, cuando
sean altos como yo y desamparados.
Por mí, por nuestro amor de cada día
nunca olvides, te pido que no olvides.
Los dos nacimos con la guerra. Piensa
lo mal que estuvo aquella guerra para
los pobres. Nuestro amor pudo haber sido
bombardeado, pero no lo fue.
Nuestros padres pudieron haber muerto
y no murieron. ¡Alegría! Todo
se olvida. Es el amor. Pero no. Existen
cosas iniolvidables: esos ojos
tuyos, aquella guerra triste, el tiempo
en que vendrán los pájaros, los niños.
Sucederá en España, en esta mala
tierra que tanto amé, que tanto quiero
que ames tú hasta llegar a odiarla. Te amo,
quisiera no acordarme de la patria,
dejar a un lado todo aquello. Pero
no podemos insolidariamente
vivir sin más, amarnos, donde un día
murieron tantos justos, tantos pobres.
Aun a pesar de nuestro amor, recuerda.


 "Cosas inolvidables"
Carlos Sahagún



Y mañana nos vemos con el poeta Manuel Mantero. Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





El poeta Carlos Sahagún




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sábado, 26 de julio de 2014

El poeta José Agustín Goytisolo y el tema de España en la poesía española contemporánea (XXVIII)




La Sagrada Familia. Barcelona (Cataluña)



¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso de términos tales como "pueblo, país, patria, gobierno, nación, España, estado"?... Al usarlos parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas no deberíamos avergonzarnos de reivindicar el uso del nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara, No es solo de ellos, es también nuestra. Y deberíamos hacerlo sin vergüenza alguna, sin ningún tipo de remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.

De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas contemporáneos, poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza. Y es que, en palabras de Walt Whitman, "el poeta es el instrumento por medio del cual las voces largamente mudas de los excluidos dejan caer el velo y son alcanzados por la luz".  

Hoy traigo hasta el blog al poeta José Agustín Goytisolo (1928-1999). Poeta, escritor y ensayista, perteneciente a la denominada Generación de los 50, que tiene en común su compromiso moral y político junto a una renovada atención a la lengua y la lírica. Hermano de los también escritores Juan y Luis Goytisolo, nace en Barcelona en el seno de una familia burguesa que queda traumatizada por la muerte de su madre en un bombardeo sobre la ciudad de la aviación franquista. Su poesía recrea el entorno personal, familiar y social con ironía y a veces sarcasmo. Murió en su casa de Barcelona en un extraño accidente nunca aclarado que algunos calificaron de suicidio dada su personalidad fuertemente depresiva. Les dejo con su poema: "Allí en el viejo país":



(75 Gover Street)

Allí, en el viejo país
de los campos de lúpulo,
entre la multitud acicalada y huera,
te imaginaba, España,
pobre y pura, maravillosa
como el agua, libre.

Odié el fulgor del oro,
su poder y su gloria, escupí
en el centro de todos los relojes,
abominé, como un palurdo, el aire
que aquellos respiraban.
Y pensando
en tus piedras, en tu sol
gastado, en tu luz de plata,
soy, me decía,
del país más hermoso de la tierra.


"Allí en el viejo país"
José Agustín Goytisolo




Y mañana nos vemos con el poeta Carlos Sahagún. Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




El poeta José Agustín Goytisolo




Entrada núm. 2120
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viernes, 25 de julio de 2014

El poeta Vicente Gaos y el tema de España en la poesía española contemporánea (XXVII)





La Albufera (Valencia)



¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso de términos tales como "pueblo, país, patria, gobierno, nación, España, estado"?... Al usarlos parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas no deberíamos avergonzarnos de reivindicar el uso del nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara, No es solo de ellos, es también nuestra. Y deberíamos hacerlo sin vergüenza alguna, sin ningún tipo de remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.

De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas españoles contemporáneos, poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza. Y es que, en palabras de Walt Whitman, "el poeta es el instrumento por medio del cual las voces largamente mudas de los excluidos dejan caer el velo y son alcanzados por la luz".  

Hoy traigo hasta el blog al poeta Vicente Gaos (1919-1980). Poeta, escritor y ensayista, nace en Valencia en el seno de una familia de artistas e intelectuales. Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Madrid, obtiene el doctorado en la UNAM de México y da clases de literatura en diversas universidades norteamericanas y europeas. Obtuvo el premio Adonais en 1943, el Ágora en 1963 y el nacional de Poesía el mismo año de su muerte en Valencia. Les dejo con su poema "Dos sonetos de España":

I

Magia de aquellas noches de verano.
-Estrellas y perfumes de mi España-.
Encendimiento azul de una montaña.
Amor, amor del corazón humano.

Ahora que media vida paso en vano
y que la noche contra mí se ensaña,
lejos del mar que, plateado, baña
mi edén nativo, aquel hermoso llano

-con luna grande, con profundo cielo-
que tanto amo y donde amé yo tanto;
ahora, cuando me anega el desconsuelo,

cuando mi corazón se anega en llanto,
hacia mi España va todo mi anhelo.
Tierra de mi tristeza y de mi encanto.


II

España eterna, madre de hermosura,
seno de noble cerrazón severa,
agreste valle de mi luz primera,
madre que me engendró en su viva hondura.

De piedra aunque celeste es tu ternura,
llena de humanidad tu primavera.
Déjame que, hijo tuyo yo, te quiera
con las razones de la sangre oscura.

Es mayo, mira, te corona el cielo
de ruiseñores.y en su luz te baña,
y con su brisa aspira a darte sueño.

¡Pájaros de la patria y brisa en vuelo,
besad la frente de mi triste España,
poned música y luz en su hosco ceño!

"Dos sonetos de España"
Vicente Gaos


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El poeta Vicente Gaos





Entrada núm. 2119
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jueves, 24 de julio de 2014

El poeta Dionisio Ridruejo y el tema de España en la poesía española contemporánea (XXVI)




Catedral de la Asunción (El Burgo de Osma, Castilla y León)



¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso de términos tales como "pueblo, país, patria, gobierno, nación, España, estado"?... Al usarlos parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas no deberíamos avergonzarnos de reivindicar el uso del nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara, No es solo de ellos, es también nuestra. Y deberíamos hacerlo sin vergüenza alguna, sin ningún tipo de remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.

De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas españoles contemporáneos, poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza. Y es que, en palabras de Walt Whitman, "el poeta es el instrumento por medio del cual las voces largamente mudas de los excluidos dejan caer el velo y son alcanzados por la luz".  

Hoy traigo hasta el blog al poeta Dionisio Ridruejo (1912-1975). Poeta, escritor y político. Nace en El Burgo de Osma (Soria). De educación religiosa y tradicional con 21 años se afilia a Falange Española. Durante la guerra civil ocupa el puesto de director general de Propaganda del régimen franquista. En 1940 funda junto a Pedro Laín Entralgo la revista de poesía Escorial. En 1941 marcha como soldado raso voluntario a luchar contra la Unión Soviética en la famosa División Azul.  Un año después rompe totalmente con el régimen lo que le ocasiona destierro y encarcelamiento temporal. En 1962 es uno de los españoles asistentes al IV Congreso del Movimiento Europeo que se celebra en Munich. Se exilia primero en Francia y más tarde en Estados Unidos, donde imparte clases de literatura en varias universidades. En 1974 funda el partido Unión Social Demócrata Española que al año siguiente se integra junto a la Democracia Cristiana y el PSOE en la plataforma Convergencia Democrática. Como poeta cultivó el estrofismo clásico de lengua pura y clara. Escribió numerosas obras en prosa, entre ellas su autobiografía, y una obra de teatro. En 1952 recibió el Premio Nacional de Poesía. Muere en Madrid en junio de 1975. Les dejo con su poema "España toda aquí":

España toda aquí, lejana y mía,
habitando, soñada y verdadera,
la duda y fe del alma pasajera,
alba toda y también toda agonía.

Hermosa sí, bajo la luz sin día
que me le entrega al mar sola y entera:
campo de la serena primavera
que recata su flor dulce y tardía.

España grave, quieta en la esperanza,
hecha del tiempo y de mi tiempo, España,
tierra fiel de mi vida y de mi muerte.

Esta sangre eres tú y esta pujanza
de amor que se impacienta y acompaña
la fe y la duda de volver a verte.


"España toda aquí"
Dionisio Ridruejo


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El poeta Dionisio Ridruejo




Entrada núm. 2118
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miércoles, 23 de julio de 2014

El poeta José Hierro y el tema de España en la poesía española contemporánea (XXV)




Puerta de Alcalá (Madrid)



¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso de términos tales como "pueblo, país, patria, gobierno, nación, España, estado"?... Al usarlos parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas no deberíamos avergonzarnos de reivindicar el uso del nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara, No es solo de ellos, es también nuestra. Y deberíamos hacerlo sin vergüenza alguna, sin ningún tipo de remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.

De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas españoles contemporáneos, poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza. Y es que, en palabras de Walt Whitman, "el poeta es el instrumento por medio del cual las voces largamente mudas de los excluidos dejan caer el velo y son alcanzados por la luz".  

Hoy traigo hasta el blog al poeta José Hierro (1922-2002). Nace en Madrid, pero muy niño se traslada a Cantabria donde va a transcurrir la mayor parte de su vida. Al finalizar la guerra civil, con tan solo 17 años, es encarcelado durante cinco años. Poeta de la llamada generación de la posguerra, fue exponente de la poesía desarraigada o existencial, siendo la suya una poesía evocativa e intimista influenciada por Gerardo Diego. Fundó la revista poética Proel y colaboró también con las de Espadaña y Garcilaso. Recibió el Premio Cervantes, el Nacional de Literatura y el Príncipes de Asturias de las Lertras. Murió en Madrid en 2002. Les dejo con su poema "Canto a España":

Oh España, que vieja y seca te veo.
Aun brilla tu entraña como una moneda plata cubierta
de polvo.
Clavel encendido de sueños de fuergo.
He visto brillar tus estrellas, quebrarse tu luna en las
aguas,
andar a tus hombres descalzos, hiriendo sus pies con
tus piedras ardientes.

¿En dónde buscar tu latido: en tus ríos
que se llevan al mar, en sus aguas, murallas y torres de
muertas ciudades?
¿En tus playas, con nieblas o sol, circundando de luz tu 
cintura?
¿En tus gentes errantes que pudren sus vidas por darles
dulzor a tus frutos?

Oh España, qué vieja y qué seca te veo.
Qusiera talar con mis manos tus bosques, sembrar de
ceniza tus tierras resecas,
arrojar a una hoguera tus viejas hazañas,
dormir con tu sueño y erguirme despues, con la aurora,
ya libre del peso que pone en mi espalda la sombra fatal
de tu ruina.

Oh España, que vieja y que seca te veo.
Quisiera asistir a tu sueño completo,
mirarte sin pena, lo mismo que a luna remota,
hachazo de luz que no hiende los troncos ni pone la llaga
en la piedra.

Qué tristes he visto a tus hombres.
Los veo pasar a mi lado, mamar en tu pecho la leche,
comer de tus manos el pan, y sentarse después a soñar
bajo un álamo,
dorar con el fuego que abrasa sus vidas, tu dura corteza.
Les pides que pongan sus almas de fiesta.
No sabes que visten de duelo, que llevan a cuestas el
peso de tu acabamiento,
que ven impasibles llegar a la muerte tocando sus graves
guitarras.

Oh España, qué triste pareces.
Quisiera asistir a tu muerte total, a tu sueño completo,
saber que te hundías de pronto en las aguas, igual que un
navío maldito.
Y sobre la noche marina, borrada tu estela,
España, ni en ti pensaría. Ni en mí. Ya extranjero de
tierras y días.
Ya libre y feliz, como viento que no halla ni rosa, ni mar,
ni molino.
Sin memoria, ni historia, ni edad, ni recuerdos, ni pena...

... en vez de mirarte, oh España, clavel encendido de
sueños de llama,
cofre de dura corteza que guarda en su entraña caliente
la vieja moneda de plata, cubierta de olvido, de polvo y
cansancio...

"Canto a España"
José Hierro


Y mañana nos vemos con el poeta Diniosio Ridruejo. Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





El poeta José Hierro




Entrada núm. 2117
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martes, 22 de julio de 2014

La poetisa Concha Zardoya y el tema de España en la poesía española contemporánea (XXIV)




Valparaíso (Chile)



¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso de términos tales como "pueblo, país, patria, gobierno, nación, España, estado"?... Al usarlos parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas no deberíamos avergonzarnos de reivindicar el uso del nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara, No es solo de ellos, es también nuestra. Y deberíamos hacerlo sin vergüenza alguna, sin ningún tipo de remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.

De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas españoles contemporáneos, poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza. Y es que, en palabras de Walt Whitman, "el poeta es el instrumento por medio del cual las voces largamente mudas de los excluidos dejan caer el velo y son alcanzados por la luz".  

Hoy traigo hasta el blog a la poetisa Concha Zardoya (1914-2004). Nacida en Valparaíso (Chile) de padres españoles, regresa con su familia a España con 17 años. Estudia Filosofía y Letras y Biblioteconomía en la Universidad de Madrid. En plena guerra civil comienza a publicar sus primeros poemas. En 1947 emigra a Estados Unidos, doctorándose en Filología Moderna e impartendo clase en universidades como Yale y Boston. En 1977 regresa definitivamente a España. Entre otras actividades literarias tradujo a Walt Whitman al español y fue autora de una biografía del poeta Miguel Hernández. Muere en Madrid, donde residía, el año 2004. Les dejo con su poema "Como una gran ciudad, España mía":

Como una gran ciudad, España mía,
te elevas en mis sueños, tras los aires.
Me llamas con tu luz y tu hermosura,
con el dulce misterio de tus campos.

Como una isla, tú vas por mi sangre
y buscas ese puerto de mi alma
donde un faro -tú misma- brilla siempre.
¡Sobrenadas aun en ese océano!

Y todos tus jardines se unifican
para ser uno solo ante mis ojos.
Y todas tus aldeas se han erguido
hasta llegar aquí, junto a mis sienes.

¡Se desbordan tus ríos, abrazándome!
(¿Los acrece mi llanto cada día?)
Los olivos me tienden su ramaje.
(¿Esa mano de plata iluminada?).

Y las cuatro estaciones, fugazmente,
ya las veo girar en tus paisajes.
Inefables acordes me revelan
el perdido secreto de tu nombre.

¿Más cenizas que luz, en mi memoria?
¿Más tristeza que amor, en este pecho?
Solo sé que el recuerdo es esperanza
que sobrevive en mí para salvarme.

"Como una gran ciudad, España mía"
Concha Zardoya


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La poetisa Concha Zardoya





Entrada núm. 2116
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lunes, 21 de julio de 2014

La Luna, 45 años después



http://www.javipas.com/wp-content/_amstrong.jpg
Neil Amstrong en la Luna (1969)



"Houston, aquí Base Tranquilidad. El Águila ha alunizado". Eran exactamente las 20:17:40 UTC (la hora de Canarias) del día 20 de julio de 1969. El módulo lunar del Apolo 11, tripulado por Neil Amstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins, se había posado en la Luna. A las 2:59 UTC del 21 de julio, Amstrong pisa la Luna. Poco después le sigue Aldrin. A la hora del regreso dejan sobre la superficie lunar una placa en inglés que dice: "Aquí, unos hombres procedentes del planeta Tierra, pisaron por vez primera la Luna en julio de 1969. Vinimos en son de paz en nombre de toda la humanidad".

Hoy hace 45 años. Lo vi por televisión, sentado en el suelo de la sala de estar de la casa de mis padres en Madrid. No dormí esa noche. Y a las 9 de la mañana de ese día entré de guardia en el Palacio de Buenavista, en Madrid, sede del Ministerio del Ejército, donde cumplía mi servicio militar en el Regimiento de Infantería "Inmemorial del Rey núm. 1", la más antigua unidad militar del mundo que aún persiste. Nunca olvidaré esa noche. No dejen de ver las fotos y vídeos que se reproducen en los enlaces externos de la página electrónica que reseño más arriba. Esa noche mágica de verano, emocionado y orgulloso, fui feliz hasta el llanto...

Y la Luna, cuarenta cinco años después de la visita pues sigue donde está desde hace unos cuantos miles de millones de años: en el firmamento... Igual de solitaria aunque con un poco más de basura terrestre... Igual de hermosa en su pleniluinio... Igual de enigmática para el común de los mortales, aunque haya perdido una cierta aura... 

La estación espacial de Maspalomas, en Gran Canaria, el lugar donde vivo y desde donde escribo, jugó un papel fundamental en esa hazaña. Y el diario "La Provincia" de Las Palmas de ayer, lo relataba en un interesante reportaje que pueden leer aquí.

Sean felices, por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





Luna llena sobre el cielo de Canarias




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Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri)

El poeta Javier de Bengoechea y el tema de España en la poesía española contemporánea (XXIII)





El museo Guggenheim de Bilbao (Vizcaya)



¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso de términos tales como "pueblo, país, patria, gobierno, nación, España, estado"?... Al usarlos parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas no deberíamos avergonzarnos de reivindicar el uso del nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara, No es solo de ellos, es también nuestra. Y deberíamos hacerlo sin vergüenza alguna, sin ningún tipo de remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.

De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas españoles contemporáneos, poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza. Y es que, en palabras de Walt Whitman, "el poeta es el instrumento por medio del cual las voces largamente mudas de los excluidos dejan caer el velo y son alcanzados por la luz". Digo 

Hoy traigo hasta el blog al poeta Javier de Bengoechea (1919-2009). Nacido en Bilbao (Vizcaya) estudió Derecho en la Universidad de Deusto. Fue crítico de arte y de teatro y dirigió el museo de Bellas Artes de Bilbao. En 1955 obtuvo el premio Adonais de poesía. Les dejo con su poema "Suene tu nombre":

Digo tu nombre, España.
(Sílabas rumorosas
temblanco entre mis labios,
corazón en la boca.

Nombre en desuso, bello
como una caracola.
España, resonancia
terca, maravillosa).

España, te pronuncio
y me suenas a sombra,
a campana en la niebla
cerrada de la historia.

España, España, España,
y otra vez, y otra, y otra,
toquemos a rebato
para que Dios nos oiga.

"Suene tu nombre"
Javier de Bengoechea


Y mañana nos vemos con la poetisa Concha Zardoya. Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





El poeta Javier de Bengoechea





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