lunes, 10 de junio de 2019

[GALDÓS EN SU SALSA] Hoy, con "Electra"






Si preguntan ustedes a cualquier canario sobre quién es su paisano más universal no tengan duda alguna de cual será su respuesta: el escritor Benito Pérez Galdós. Para conmemorar su nacimiento, del que ya se han cumplido 175 años, estoy subiendo al blog a lo largo de los últimos meses su copiosa obra narrativa. 

Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, en las islas Canarias, el 10 de mayo de 1843 y fallecido en Madrid el 4 de enero de 1920, Benito Pérez Galdós fue un novelista, dramaturgo, cronista y político español, uno de los mejores representantes de la novela realista del siglo XIX y un narrador esencial en la historia de la literatura en lengua española, hasta el punto de ser considerado por especialistas y estudiosos de su obra como el mayor novelista español después de Cervantes. Galdós transformó el panorama novelístico español de la época, apartándose de la corriente romántica en pos del realismo y aportando a la narrativa una gran expresividad y hondura psicológica. En palabras de Max Aub, Galdós, como Lope de Vega, asumió el espectáculo del pueblo llano y con su intuición serena, profunda y total de la realidad, se lo devolvió, como Cervantes, rehecho, artísticamente transformado. De ahí, añade, que desde Lope, ningún escritor fue tan popular ni ninguno tan universal, desde Cervantes. Fue desde 1897 académico de la Real Academia Española y llegó a estar propuesto al Premio Nobel de Literatura en 1912. 

Traigo hoy al blog su obra teatral Electra : drama en cinco actos, en la edición digital de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, basada en la de Madrid, Tipografia de la Viuda e Hijos de M. Tello, de 1901. 

Estrenada el 30 de enero de 1901, Electra plantea la personal versión del escritor del mito llevado a tragedia sucesivamente por Esquilo, Sófocles y Eurípides, y recuperado en numerosas ocasiones a lo largo de la historia de la cultura. Su planteamiento, comenta Pedro Ortiz-Armengol –presidente de la Asociación Internacional de Galdosistas desde 1990 hasta su muerte–, fue un "duro alegato contra los poderes de la Iglesia y contra las órdenes religiosas que la servían" en un momento histórico en el que en España, tras los avances liberales del periodo 1868-1873, crecía de nuevo la influencia de los intereses políticos del Vaticano.

El propio autor, Galdós, se explicaba en una entrevista publicada en el Diario de las Palmas del 7 de febrero de 1901 con estas palabras: "En Electra puede decirse que he condensado la obra de toda mi vida, mi amor a la verdad, mi lucha constante contra la superstición y el fanatismo, y la necesidad de que olvidando nuestro desgraciado país las rutinas, convencionalismos y mentiras, que nos deshonran y envilecen ante el mundo civilizado, pueda realizarse la transformación de una España nueva que, apoyada en la ciencia y la justicia, pueda resistir las violencias de la fuerza bruta y las sugestiones insidiosas y malvadas sobre las conciencias."

La reacción de la España tradicionalista y conservadora, para asombro del propio Galdós, fue mucho más sonora de lo que él había esperado, provocando lo que se ha analizado y entendido como una conspiración ultramontana orquestada desde la Santa Sede para conseguir que el genio literario de Galdós no fuera reconocido con el Premio Nobel de Literatura.





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




HArendt






Entrada núm. 4965
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

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