miércoles, 26 de junio de 2019

[CLÁSICOS DE SIEMPRE] Hoy, con "Asinaria", de Plauto





En la mitología griega Talía era una de las dos musas del teatro, la que inspiraba la comedia y la poesía bucólica o pastoril. Divinidad de carácter rural, se la representaba generalmente como una joven risueña, de aspecto vivaracho y mirada burlona, llevando en sus manos una máscara cómica como su principal atributo y, a veces, un cayado de pastor, una corona de hiedra en la cabeza como símbolo de la inmortalidad y calzada de borceguíes o sandalias. Era hija de Zeus y Mnemósine, y madre, con Apolo, de los Coribantes.

Les pido disculpas por mi insistencia en mencionar a los clásicos, de manera especial a los griegos, y de traerlos a colación a menudo. Me gusta decir que casi todo lo importante que se ha escrito o dicho después de ellos es una mera paráfrasis de lo que ellos dijeron mucho mejor. Con toda seguridad es exagerado por mi parte, pero es así como lo siento. Deformación profesional como estudioso y amante apasionado de una época y unos hombres que pusieron los cimientos de eso que llamamos Occidente.

Continúo con esta entrada la sección dedicada a las obras de autores grecolatinos, subiendo al blog la comedia Asinaria, de Plauto, que pueden leer en el enlace inmediatamente anterior en versión bilingüe latino-española.

Tito Maccio Plauto (254–184 a. C.) fue un comediógrafo latino. Se trasladó a Roma de joven y allí fue soldado y comerciante. El amplio conocimiento del lenguaje marinero que atestiguan sus obras confirma este último dato, y posiblemente también realizó viajes por el Mediterráneo. Escribió comedias palliatas adaptadas del griego con enorme éxito. A decir de los antiguos, tanta fue su estimación durante todo el Imperio, que algunos autores llegaron a afirmar que si las Musas hablaran latín lo harían con el estilo de Plauto. Su rico y vistoso lenguaje de nivel coloquial no elude la obscenidad y la grosería entre retruécanos, chistes, anfibologías, parodias idiomáticas y neologismos, usando un vocabulario muy abundante de una gran variedad de registros. Es un psicólogo penetrante en obras que anuncian ya la comedia de carácter o comedia de figurón, como es el caso de Aulularia sobre el tipo universal del avaro o Miles gloriosus sobre otro tipo eterno, el fanfarrón; la mezcla de dos acciones en una sola obra hizo de él el primer creador de la técnica del imbroglio o enredo, que tanto juego ofrecerá en la comedia. Algunos personajes como el esclavo liante, desvergonzado y diabólicamente astuto, presagian ya el personaje del gracioso en la comedia del Siglo de Oro español, y otros, como el parásito, derivarán en el del pícaro. Muchas de estas comedias terminan con una feliz anagnórisis o agnición o con la burla a un viejo. La obra de Plauto influyó en la comedias medievales de la monja Hrostsvita y en las comedias humanísticas que se componían en latín en las universidades como trabajo de fin de curso y en el Renacimiento. Hay mucho de Plauto, por ejemplo, en El avaro de Molière, en Giovanni Boccaccio y en las comedias de Shakespeare.

Asinaria (literalmente la Comedia de los asnos) es una obra cómica escrita por el comediógrafo latino Tito Maccio Plauto, que se ha convertido en una de las grandes obras de la literatura universal antigua y de la comedia romana. La datación de la obra es incierta y puede ubicarse entre el 206 o 211 a. C. y nos ha llegado con algunos vacíos que han creado problemas de reconstrucción. El tema, argumento y personajes coincide con los elementos pertenecientes a la nueva comedia. Esta obra contiene la frase «Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit» («Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro»).

El autor con la ayuda del heraldo, que da un sonido de trompeta, atrae la atención del público y explica el origen del título de la comedia y deja claro que se trata de un espectáculo divertido y su deseo de que sea favorable al dios Marte. La acción se desarrolla en Atenas, cerca de la casa del anciano Deméneto y de la alcahueta Cleéreta. El viejo Deméneto, que vive sumiso a la voluntad de su acaudalada mujer, pretende ayudar económicamente a su hijo Argiripo que, enamorado de la joven Filenia, hija de Cleéreta, desea recibir sus favores; aunque Deméneto tiene el propósito de gozar de su favor. Con la ayuda del esclavo Leónidas se apodera de lo producido en la venta de unos asnos, pero Diábolo, un joven libertino, desengañado porque Filenia no le hace caso, denuncia el complot a Artemona, la rica esposa de Deméneto y madre de Argiripo, que los sorprende en un banquete en casa de la alcahueta.




Imagen de una representación actual de "Asinaria", de Plauto



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt 



HArendt






Entrada núm. 5016
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

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