sábado, 2 de agosto de 2025

DE LAS VIÑETAS DEL BLOG DE HOY SÁBADO, 2 DE AGOSTO DE 2025

 







































viernes, 1 de agosto de 2025

DE LAS ENTRADAS DEL BLOG DE HOY VIERNES, 1 DE AGOSTO DE 2025

 





Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz viernes, 1 de agosto de 2025. El escritor y cineasta israelí Etgar Keret reprocha a sus compatriotas la indiferencia ante el asesinato diario de decenas de civiles en Gaza en la primera de las entradas del blog de hoy: Mientras camino por las calles de Tel Aviv, dice, veo a la gente que se apresura de un lado a otro con expresión nerviosa y no me es fácil olvidar que estamos en guerra. En la segunda, un archivo del blog de abril de 2010, el escritor Félix de Azúa, habla de la bibliopatíA, Bella palabra, del griego "βιβλίον" (libro) y "πάθεια" (sufrir, experimentar), que podríamos definir como "pasión por los libros". El poema del día, en la tercera, se titula La princesa está triste, es del poeta nicaragüense Rubén Darío, y comienza con estos versos: La princesa está triste… ¿Qué tendrá la princesa?/Los suspiros se escapan de su boca de fresa,/que ha perdido la risa, que ha perdido el color./La princesa está pálida en su silla de oro,/está mudo el teclado de su clave sonoro,/y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor. Y la cuarta y última, como siempre, son las viñetas de humor, pero ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν" (toca marchar); volveremos a vernos mañana si las Euménides y la diosa Fortuna lo permiten. Sean  felices, por favor. Tamaragua, amigos míos. HArendt













DE LAS MUERTES DE GAZA VISTAS POR UN ISRAELÍ

 







El escritor y cineasta israelí Etgar Keret reprocha a sus compatriotas la indiferencia ante el asesinato diario de decenas de civiles en Gaza [La rutina de la muerte en Gaza vista desde Israel, El País, 27/07/2025]. Mientras camino por las calles de Tel Aviv, dice Keret, veo a la gente que se apresura de un lado a otro con expresión nerviosa y no me es fácil olvidar que estamos en guerra. Los aviones de combate que sobrevuelan nuestras cabezas nos lo recuerdan de vez en cuando, pero normalmente estamos preocupados por otras cosas. Un día, Trump suelta una predicción optimista sobre un alto el fuego entre Israel y Hamás y, al día siguiente, se acuerda de la guerra de Ucrania. Aquí, en Israel, nuestra atención oscila entre una encuesta que muestra que más del 80% de los israelíes quieren el fin inmediato de la guerra y la final de un reality show de cocina en horario de máxima audiencia. De forma periódica, nos sorprende el anuncio de que ha muerto otro soldado. Y, en medio de esta realidad tan contradictoria, hay algo que no deja de aparecer.

Hay días en los que nos aferramos a la esperanza de que los rehenes volverán pronto a casa y otros en los que no. Hay días en los que mueren soldados y otros en los que no. Hay días en los que la coalición de Netanyahu parece estar a punto de hundirse y otros en los que parece que este Gobierno nos va a perseguir durante toda la eternidad. Pero hay una constante: casi cada día de los últimos cuatro meses han muerto asesinados en Gaza decenas o centenares de civiles. En nuestros días más felices y en los más tristes; cuando llorábamos por un soldado caído y mientras nos reíamos con un sketch cómico en televisión; cuando nos fuimos de vacaciones a Grecia y cuando nos quedamos atrapados en el aeropuerto en el camino de vuelta a casa, cuando nos llamaron para cumplir el servicio militar como reservistas y cuando caímos enfermos de gripe; en cada uno de esos días, a menos de dos horas de coche de casa, murieron niños, hombres y mujeres, simples “daños colaterales”. Cada noche, cuando nos metemos en la cama y cerramos los ojos, unas personas a las que no conocemos, no muy lejos, están exhalando el último aliento. Familias enteras. Cuando abrimos los ojos por la mañana para ver el móvil, ya sea para leer que una delegación israelí se dirige a Qatar a reanudar las negociaciones o para informarnos sobre alguna nueva crisis política interna, no debemos olvidar que, ya antes de mirar la pantalla, hemos empezado otro día más en el que van a morir seres humanos. Nuestros vecinos.

Estas muertes no conmueven al mundo. No aparecen en los informativos del Canal 12 israelí, no tienen peso, apenas son noticia. Pero son persistentes, arbitrarias y asesinas y no tienen ningún propósito. La montaña de cadáveres de Gaza crece día a día, mientras va pasando el tiempo que les queda de vida a los rehenes y se determinan las futuras listas de soldados muertos. Y está ahí para recordarnos el abismo moral en el que hemos caído, un abismo en el que la muerte diaria de decenas, de cientos de seres humanos se ha convertido en rutina. Etgar Keret es escritor y director de cine israelí. Este artículo ha sido publicado también en el diario israelí Yedioth.












[ARCHIVO DEL BLOG] BIBLIOPATÍA. PUBLICADO EL 27/04/2010









Bella palabra "bibliopatía". Del griego "βιβλίον" (libro) y "πάθεια" (sufrir, experimentar). La podríamos definir como "pasión por los libros". La cita el escritor Félix de Azúa en un hermoso artículo en "El Boomeran(g)", titulado La letra ya no entra ni con sangre, que dice así: No le había visto en los últimos cinco años. Comparto con él la inicua pasión libresca, esa bibliopatía que nos ha llevado a acumular toneladas de libros cuya lectura ocuparía cinco largas vidas. Tenía muy buen aspecto y estaba sumamente simpático. Sólo en un momento de la conversación, justamente cuando tratamos sobre los libros, mostró cierta preocupación. Coincidimos en que nadie pone ya en duda que nuestras bibliotecas personales, conjuntos de diez, doce o quince mil volúmenes, son ya las últimas que podrá poseer un particular. En el futuro será cosa de locos o de millonarios reunir en casa más de mil libros. Mi generación es la última que ha logrado tener al alcance de la mano la totalidad del saber y de la literatura. La electrónica y el precio de la vivienda, aquí y en todo el mundo, matarán las grandes bibliotecas particulares.
Muy contrariado me dice que los libros le están costando mucho más caros que la familia que nunca tuvo. Una parte la guarda en el piso de su propiedad, pero ha tenido que alquilar otros dos para disponer el resto. Gasta todo lo que gana en su biblioteca. Otro amigo mío se vio obligado a alquilar su piso lleno de libros para poder seguir pagándolo. El inquilino convive con ellos, por cierto, muy a gusto. Otros amigos se han ido a vivir a lugares casi salvajes para poder disponer de espacio libresco.
Quienes padezcan esta pasión carísima y postrera se divertirán leyendo "Bibliotecas llenas de fantasmas" que ha editado Anagrama. Su autor, Jacques Bonnet, sufre la misma enfermedad y los mismos temibles conflictos. ¿Y por qué razón soportamos tan terrible losa? ¡Qué pregunta más ociosa! Cuenta Bonnet que en las carretas que llevaban a los nobles franceses a la guillotina, cierto testigo pudo observar a uno de ellos perfectamente ajeno a su muerte inmediata, apenas apoyado en las tablas laterales y leyendo absorto un libro en octavo. Y así subió al cadalso, sin dejar de leer y pasando página. ¡Lo que daríamos cualquiera de nosotros por tener ese libro en nuestra biblioteca!. 
El Boomeran(g) es un blog que les recomiendo encarecidamente como una de las lecturas más gratificantes y enriquecedoras que pueden encontrarse  en la red.  En él escriben algunas de las firmas más  interesantes del panorama literario en español, por ejemplo: Víctor Gómez Pin, Vicente Verdú, Yoani Sánchez, Vicente Molina Foix, Rafael Argullol, Basilio Baltasar, Javier Rioyo, o el propio Féliz de Azúa, entre otros.
Similar pasión por los libros padece la escritora norteamericana Anne Fadiman. Dejó constancia de ella en un precioso librito que ya he mencionado con anterioridad en el blog: "Ex Libris. Confesiones de una lectora" (Alba Editorial, Madrid, 2000). Lo leí por vez primera con inmenso placer hace ahora nueve años, y a él vuelvo con frecuencia. Les recomiendo lo lean si creen que padecen "bibliopatía". No se les curará, pero disfrutarán de su enfermedad doblemente.
Cuenta Anne Fadiman en su libro que hasta pasados cinco años de matrimonio, y ya con un hijo a cuestas, no se propusieron su marido (también escritor) y ella unir sus respectivas bibliotecas. Fue sólo entonces, comenta, una vez que lograron encontrar un sistema uniforme de clasificación de sus libros respectivos, que se consideró verdaderamente ligada a él... ¿Exageración? No lo creo... Lo digo por experiencia propia.
Mi modesta, caótica y abigarrada biblioteca familiar, de unos seis mil libros (cantidad calculada a ojo de buen cubero por las estanterías que ocupa) está repartida entre nuestras casas de Maspalomas, Las Palmas, las de mis hijas, ¡y hasta la de una cuñada! Ya casi he renunciado, por imposibilidad manifiesta, a su clasificación y catalogación, de la que sólo he llevado a cabo las de unos 2000 títulos. No me gustaría morirme sin llevarla a cabo, pero no se si lo conseguiré. Me faltan paz y sosiego para ello.
El escritor Félix de Azúa, en el artículo mencionado, comenta que en el futuro será cosa de locos o de millonarios reunir en casa más de mil libros; que su generación es la última que ha logrado tener al alcance de la mano la totalidad del saber y de la literatura; pero que la electrónica y el precio de la vivienda, aquí y en todo el mundo, matarán las grandes bibliotecas particulares. Creo que tiene toda la razón.
A las tres de la madrugada del 28 de abril, insomne, cuatro horas después de publicar esta entrada, me pongo a ojear de nuevo el blog "El Boomerán". Me encuentro en él una joya que no había visto hasta hoy. Un delicioso y sentimental artículo de la novelista cubana Zoe Valdés titulado "Libros clandestinos", publicado en 
https://www.elboomeran.com/upload/ficheros/noticias/bibliotecavaldes.pdf. Merece la pena hacerlo. A mí me ha emocionado, lo confieso sin pudor, porque en muchas de las cosas que dice me he visto reflejado. Creo que ahora me  va a resultar doblemente difícil volver a la cama y conciliar el sueño. Mal trago, porque mañana (hoy, miércoles ya) me espera un día bastante atareado de compromisos personales. Mi próxima entrada será la número 1300 del blog. Si tenemos en cuenta que lo inicié el 1 de agosto de 2006, hace 1365 días, salgo casi a un comentario diario. Demasiado, para algo que nació como un mero entretenimiento. Quizá haya llegado el momento de replantearse, ahora sí, su continuidad... Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt 



















EL POEMA DE CADA DÍA. HOY, LA PRINCESA ESTÁ TRISTE, DE RUBEN DARÍO

 






LA PRINCESA ESTÁ TRISTE


La princesa está triste… ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.

¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?

¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte,
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

¡Pobrecita princesa  de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste, la princesa está pálida)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe,
—la princesa está pálida, la princesa está triste—,
más brillante que el alba, más hermoso que abril!

—«Calla, calla, princesa —dice el hada madrina—;
en caballo, con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con un beso de amor».




RUBÉN DARÍO (1867-1916)
poeta nicaragüense





















DE LAS VIÑETAS DE HUMOR DE HOY VIERNES, 1 DE AGOSTO DE 2025