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jueves, 26 de julio de 2018

[GALDÓS EN SU SALSA] Hoy, con "Torquemada en el Purgatorio"



Estatua de Galdós (Pablo Serrano, Las Palmas GC)


Si preguntan ustedes a cualquier canario sobre quien en es su paisano más universal no tengan duda alguna de cual será su respuesta: el escritor Benito Pérez Galdós. Para conmemorar su nacimiento, del que acaban de cumplirse 175 años, estoy subiendo al blog a lo largo de los últimos meses su copiosa obra narrativa. Comencé con el primero de sus Episodios Nacionales, colección de cuarenta y seis novelas históricas escritas entre 1872 y 1912 que tratan acontecimientos de la historia de España desde 1805 hasta 1880, aproximadamente. Sus argumentos insertan vivencias de personajes ficticios en los acontecimientos históricos de la España del XIX como, por ejemplo, la guerra de la Independencia Española, un periodo que Galdós, aún niño, conoció a través de las narraciones de su padre, que la vivió. 

Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, en las islas Canarias, el 10 de mayo de 1843 y fallecido en Madrid el 4 de enero de 1920, Benito Pérez Galdós fue un novelista, dramaturgo, cronista y político español, uno de los mejores representantes de la novela realista del siglo XIX y un narrador esencial en la historia de la literatura en lengua española, hasta el punto de ser considerado por especialistas y estudiosos de su obra como el mayor novelista español después de Cervantes. Galdós transformó el panorama novelístico español de la época, apartándose de la corriente romántica en pos del realismo y aportando a la narrativa una gran expresividad y hondura psicológica. En palabras de Max Aub, Galdós, como Lope de Vega, asumió el espectáculo del pueblo llano y con su intuición serena, profunda y total de la realidad, se lo devolvió, como Cervantes, rehecho, artísticamente transformado. De ahí, añade, que desde Lope, ningún escritor fue tan popular ni ninguno tan universal, desde Cervantes. Fue desde 1897 académico de la Real Academia Española y llegó a estar propuesto al Premio Nobel de Literatura en 1912. 

Subo hoy al blog su novela Torquemada en el Purgatorio, en la edición digital (2001) de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes de la Universidad de Alicante, basada en la de la Imprenta y Litografía de La Guirnalda, Madrid, de 1894.

La tetralogía de Torquemada es un conjunto de cuatro novelas publicadas entre 1889 y 1895. La que abre el grupo, titulada Torquemada en la hoguera (1889), se enmarca aún dentro del "ciclo de la materia", el primero del conjunto de las novelas españolas contemporáneas. Ya dentro del "ciclo espiritualista", Galdós escribió a partir de 1893, en tres años sucesivos, Torquemada en la cruz (1893), Torquemada en el purgatorio (1894), que es la subo hoy al blog, y Torquemada y San Pedro (1895). Su protagonista, Francisco Torquemada, es un prestamista que ejerciendo la usura prospera en el Madrid isabelino de los primeros años de la Restauración. La crítica lo considera "uno de los grandes avaros de la literatura universal". En el fino hilo argumental de la serie sobre el Torquemada triunfador cosido en las carnes de la plutocrática familia Águila, los golpes de efecto de la trama esperpéntica se irán sucediendo. Rafael, el hermano ciego y clarividente, se suicida. La unión de Fidela, la hermana sacrificada (mitad venta, mitad inversión), engendra como fruto de su matrimonio con Torquemada, un triste fruto, un pobre anormal al que sus creadores tratan de "salvaje, bruto, monstruo, etc." —un precedente, como recurso literario y golpe de efecto, similar al que cien años más tarde utilizará Gabriel García Márquez en Cien años de soledad. Galdós concluyó Torquemada en el Purgatorio en junio de 1894 su casa de La Magdalena, en Santander. En las últimas páginas, poco antes de que Rafael Águila se tire por la ventana, el ciego —que en ausencia de su criado se deja desvestir con la ayuda de Torquemada— le comenta en voz alta a su adinerado y amable yerno esta sumaria reflexión: "...La Monarquía es una fórmula vana, la Aristocracia una sombra. En su lugar, reina y gobierna la dinastía de los Torquemadas, vulgo prestamistas enriquecidos. Es el imperio de los capitalistas, el patriciado de estos Médicis de papel mascado... No sé quién dijo que la nobleza esquilmada busca el estiércol plebeyo para fecundarse y poder vivir un poquito más."







Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




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lunes, 25 de junio de 2018

[GALDÓS EN SU SALSA] Hoy, con "Tormento"



Estatua de Galdós (Pablo Serrano, Las Palmas GC)


Si preguntan ustedes a cualquier canario sobre quien en es su paisano más universal no tengan duda alguna de cual será su respuesta: el escritor Benito Pérez Galdós. Para conmemorar su nacimiento, del que acaban de cumplirse 175 años, estoy subiendo al blog a lo largo de los últimos meses su copiosa obra narrativa. Comencé con el primero de sus Episodios Nacionales, colección de cuarenta y seis novelas históricas escritas entre 1872 y 1912 que tratan acontecimientos de la historia de España desde 1805 hasta 1880, aproximadamente. Sus argumentos insertan vivencias de personajes ficticios en los acontecimientos históricos de la España del XIX como, por ejemplo, la guerra de la Independencia Española, un periodo que Galdós, aún niño, conoció a través de las narraciones de su padre, que la vivió. 

Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, en las islas Canarias, el 10 de mayo de 1843 y fallecido en Madrid el 4 de enero de 1920, Benito Pérez Galdós fue un novelista, dramaturgo, cronista y político español, uno de los mejores representantes de la novela realista del siglo XIX y un narrador esencial en la historia de la literatura en lengua española, hasta el punto de ser considerado por especialistas y estudiosos de su obra como el mayor novelista español después de Cervantes. Galdós transformó el panorama novelístico español de la época, apartándose de la corriente romántica en pos del realismo y aportando a la narrativa una gran expresividad y hondura psicológica. En palabras de Max Aub, Galdós, como Lope de Vega, asumió el espectáculo del pueblo llano y con su intuición serena, profunda y total de la realidad, se lo devolvió, como Cervantes, rehecho, artísticamente transformado. De ahí, añade, que desde Lope, ningún escritor fue tan popular ni ninguno tan universal, desde Cervantes. Fue desde 1897 académico de la Real Academia Española y llegó a estar propuesto al Premio Nobel de Literatura en 1912. 

Subo hoy al blog su novela Tormento, en la edición digital de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes de la Universidad de Alicante, basada en la de Imprenta y Litografía de La Guirnalda, Madrid, 1884.

Tormento es una de las novelas que abren el ciclo de las "Novelas españolas contemporáneas", compartiendo personajes con El doctor Centeno, que la precede, y la posterior La de Bringas, circunstancia que ha llevado a suponer que el autor tuviera intención de crear una trilogía que se desarrolla en el que ha llegado a definirse como el Madrid galdosiano. La novela transcurre en Madrid durante los meses finales de 1867 y los primeros de 1868, en el periodo que precedió al destronamiento de la reina Isabel II y el inicio del período denominado Sexenio Democrático.​ En ese marco histórico narra Galdós, con tono casi humorístico en su presentación literaria y cierto ritmo de folletín con final feliz, las desventuras del trío esperpéntico formado por una joven huérfana (Amparo Sánchez Emperador, alias "Tormento"), asediada por la "pasión sacrílega" de un sacerdote sin vocación (Pedro Polo Cortés), y salvada por un indiano y pícaro redimido (Agustín Caballero). El triángulo amoroso/tormentoso se complementa con la presencia de un cuarto personaje, Rosalía Pipaón, más conocida como "la de Bringas" por ser esposa del modesto empleado y "aspirante a canonjía" Francisco de Bringas, representantes del "quiero y no puedo" de la burguesía madrileña de la época. En la estructura engañosamente folletinesca de la novela, Rosalía de Bringas oficiará como "mala del cuento", intentando seducir al indiano Agustín para una de sus hijas, y "empujando al arroyo" a las hermanas Amparo y Refugio (Sánchez Emperador).​ 

El crítico Joaquín Casalduero identifica a Amparo-Tormento con una alegoría de España, "arrastrada a la indignidad y la miseria" por el eclesiástico renegado (Pedro Polo) y salvada por un hombre de origen humilde (Agustín Caballero) que con el esfuerzo de su trabajo en las Américas ha conseguido una pequeña fortuna. Amparo Sánchez Emperador —«con el Imperio tras el Sánchez»—, de alma noble e inocente pero 'atormentada' por el secreto pecado que Polo usa como chantaje, y piadosa hasta la torpeza, enamorada de Agustín pero desconfiada e indecisa hasta convertir sus dudas en objeto de la crispación de la trama, necesitará todas las páginas de la novela para dar un paso hacia la libertad que le asegura el indiano frente a los sueños imposibles del eclesiástico renegado.





Versión cinematográfica de Tormento, de Pedro Olea (1974)


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lunes, 21 de mayo de 2018

[GALDÓS EN SU SALSA] Hoy, con "Realidad: Novela en cinco jornadas"



Estatua de Galdós (Pablo Serrano, Las Palmas GC)


Si preguntan ustedes a cualquier canario sobre quien en es su paisano más universal no tengan duda alguna de cual será su respuesta: el escritor Benito Pérez Galdós. Para conmemorar su nacimiento, del que acaban de cumplirse 175 años, estoy subiendo al blog a lo largo de los últimos meses su copiosa obra narrativa. Comencé con el primero de sus Episodios Nacionales, colección de cuarenta y seis novelas históricas escritas entre 1872 y 1912 que tratan acontecimientos de la historia de España desde 1805 hasta 1880, aproximadamente. Sus argumentos insertan vivencias de personajes ficticios en los acontecimientos históricos de la España del XIX como, por ejemplo, la guerra de la Independencia Española, un periodo que Galdós, aún niño, conoció a través de las narraciones de su padre, que la vivió. 

Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, en las islas Canarias, el 10 de mayo de 1843 y fallecido en Madrid el 4 de enero de 1920, Benito Pérez Galdós fue un novelista, dramaturgo, cronista y político español, uno de los mejores representantes de la novela realista del siglo XIX y un narrador esencial en la historia de la literatura en lengua española, hasta el punto de ser considerado por especialistas y estudiosos de su obra como el mayor novelista español después de Cervantes. Galdós transformó el panorama novelístico español de la época, apartándose de la corriente romántica en pos del realismo y aportando a la narrativa una gran expresividad y hondura psicológica. En palabras de Max Aub, Galdós, como Lope de Vega, asumió el espectáculo del pueblo llano y con su intuición serena, profunda y total de la realidad, se lo devolvió, como Cervantes, rehecho, artísticamente transformado. De ahí, añade, que desde Lope, ningún escritor fue tan popular ni ninguno tan universal, desde Cervantes. Fue desde 1897 académico de la Real Academia Española y llegó a estar propuesto al Premio Nobel de Literatura en 1912. 

Subo hoy al blog su novela Realidad: Novela en cinco jornadas, edición digital de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, de la Universidad de Alicante, basada en la de Madrid, Imprenta La Guirnalda, 1890, localizada en la Biblioteca de la Universidad de Castilla-La Mancha, en Ciudad Real.

Realidad cierra el ciclo de las "Novelas españolas contemporáneas" junto con La incógnita, escrita en 1889. Ambas obras conforman un microcosmos planteando el mismo problema desde puntos de vista diferentes y con recursos narrativos distintos. Podría decirse que Realidad es la opción teatralizada o dialogada del argumento que, presentado en forma epistolar, trata La incógnita

Presentada como novela en cinco jornadas (sinónimo de 'cinco actos') y ambientada en el Madrid burgués de finales del siglo XIX, protagonizan la trama el matrimonio formado por Tomás Orozco y Augusta Cisneros y la sombra de su adulterio con Federico Viera.

El biógrafo de Galdós, Pedro Ortiz-Armengol ha señalado las posibles connotaciones autobiográficas del asunto tratado en Realidad: los amores clandestinos de una rica dama de alcurnia —y reconocido estatus social en la capital de España— con un soltero "voluble e inteligente" que alterna esta relación de alto nivel y en secreto con una no menos secreta compañía, la de una prostituta elegante. La tesis del biógrafo apunta hacia una posible relación entre la condesa de Pardo-Bazán y Galdós, que pudo tener su punto más íntimo y subsiguiente desenlace en la primavera de 1888. Tras lo cual, la Pardo-Bazán inició una estrecha amistad con el mago de las finanzas José Lázaro Galdiano.

Queda en el aire dirimir si Galdós escribió La incógnita y su complementaria Realidad como humorístico despecho. También anota y refiere Ortiz-Armengol lo mucho que le gustó y le 'intrigó' a Emilia Pardo-Bazán la lectura de La incógnita, tal y como lo dejó escrito en su correspondencia con Galdós en las primeras semanas de 1889. Otra hipótesis del biógrafo y crítico es la de la posible resonancia entre Lázaro Galdiano y la irresistible ascensión social y económica del personaje Torquemada a lo largo de las novelas que protagoniza.

Galdós emprendió la construcción de Realidad entre febrero y marzo de 1889, casi 'a uña de caballo' y nada más dar por cerrada La incógnita, concluyendo el manuscrito de la versión dialogada en julio de ese año. Es interesante el pasaje de La incógnita, en una de cuyas cartas, el protagonista, ya cerca de descubrir el truco final introduce con un gesto casi teatral la existencia inminente de Realidad"Tafetán me entrega un grueso paquete, que me parece, al pasar de sus temblorosas manos a las mías, una caja de bizcochos borrachos. Y he aquí que me digo: «¡Por dónde se le ocurre a este tonto ahora mandarme bizcochos borrachos! ¡Ah! ¡Es que necesito medicina dulce y narcótica! ¡Qué talento tiene este Equis!...». Pues señor, abro el mamotreto y me encuentro que contiene papeles. ¡Ajajá! Cinco cuadernos manuscritos, de igual tamaño próximamente, y muy cosiditos con hilo encarnado. Los hojeo con febril curiosidad. Lo primero que me llama la atención es la letra. Yo conozco esta letra... Pero, señor, ¿de quién es esta condenada letra? De Equis no es, y sin embargo me es familiar, familiarísima... Y de una sorpresa grande pasamos a otra mayor. Figúrate cuál sería mi asombro al ver los nombres de Augusta, Orozco, Federico, Malibrán, corriendo en medio de las hojas, pasadas velozmente por mis dedos. Lo que más me maravilla es que la disposición de los nombres a la cabeza de trozos más o menos largos de texto, parece indicar que el contenido de los cuadernos está en diálogo dramático. Me fijo en el encabezamiento de uno de ellos, y veo que dice: Jornada tercera. La portada del primero es lo que remata mi estupor, y desconfío de mis ojos cuando leo: REALIDAD, novela en cinco jornadas. Abro tanta boca que el mismo Tafetán, haciendo un paréntesis en su consternación de cesante con nueve hijos, se ríe de mí.". Disfrútenla.



Emilia Pardo Bazán y Benito Pérez Galdós (Real Academia Española)



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jueves, 12 de abril de 2018

[GALDÓS EN SU SALSA] Hoy, con "Nazarín"



Estatua de Galdós (Pablo Serrano, Las Palmas GC)


Si preguntan ustedes a cualquier canario sobre quien en es su paisano más universal no tengan duda alguna de cual será su respuesta: el escritor Benito Pérez Galdós. Para conmemorar su nacimiento, del que van a cumplirse 175 años, he ido subiendo al blog a lo largo de los últimos meses su copiosa obra narrativa, que comencé con el primero de sus Episodios Nacionales, colección de cuarenta y seis novelas históricas escritas entre 1872 y 1912 que tratan acontecimientos de la historia de España desde 1805 hasta 1880, aproximadamente. Sus argumentos insertan vivencias de personajes ficticios en los acontecimientos históricos de la España del XIX como, por ejemplo, la guerra de la Independencia Española, un periodo que Galdós, aún niño, conoció a través de las narraciones de su padre, que la vivió. 

Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, en las islas Canarias, el 10 de mayo de 1843 y fallecido en Madrid el 4 de enero de 1920, Benito Pérez Galdós fue un novelista, dramaturgo, cronista y político español, uno de los mejores representantes de la novela realista del siglo XIX y un narrador esencial en la historia de la literatura en lengua española, hasta el punto de ser considerado por especialistas y estudiosos de su obra como el mayor novelista español después de Cervantes. Galdós transformó el panorama novelístico español de la época, apartándose de la corriente romántica en pos del realismo y aportando a la narrativa una gran expresividad y hondura psicológica. En palabras de Max Aub, Galdós, como Lope de Vega, asumió el espectáculo del pueblo llano y con su intuición serena, profunda y total de la realidad, se lo devolvió, como Cervantes, rehecho, artísticamente transformado. De ahí, añade, que desde Lope, ningún escritor fue tan popular ni ninguno tan universal, desde Cervantes. Fue desde 1897 académico de la Real Academia Española y llegó a estar propuesto al Premio Nobel de Literatura en 1912. 

Subo hoy al blog su novela Nazarín, publicada por Imprenta La Guirnalda de Madrid el año 1895, en la versión electrónica de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes de la Universidad de Alicante.

La novela forma parte del denominado ciclo "espiritualista" del escritor canario. Se narra en ellas las aventuras y filosofía del sacerdote visionario Nazario Zaharín, el primero en la 'trilogía' de personajes-héroes movidos por un cristianismo elemental y utópico, junto a la Catalina de Halma y la Benina de Misericordia, galería que puede completarse —tras su conversión— con Ángel GuerraLa mayoría de los críticos coinciden en relacionar esta novela con la lectura que de la obra de Tolstoi hizo Galdós en la última década del siglo XIX. La interpretación que el escritor ruso hizo de los textos de los evangelistas Mateo y Lucas —y que le valieron ser excomulgado por el Santo Sínodo—, aparece asimilada ya en 1893-94 en dos de las novelas de Torquemada, aunque otros críticos opinan que por encima de Tolstoi y los Evangelios pesó sobre Galdós la tradición mística española, en especial de Juan de la Cruz y Teresa de Jesús, cuya vida y obra parecen el modelo de contemplación-acción que mueve los actos de Nazarín.

En Nazarín, su protagonista, el padre Nazario —un manchego oriundo de Miguelturra— abandona su cómoda vida sacerdotal en Madrid para echarse a los caminos. En su vagabundeo por los arrabales del sur de Madrid lo acompañan dos fieles discípulas, Ándara y Beatriz, personajes mezcla del Sancho Panza cervantino (son muy populares y malhabladas) con las Marta y María evangélicas. Nace así una mixtificación de Don Quijote y Jesús de Nazaret.​ Del primero conserva Nazarín su idealismo, su nomadismo y su incapacidad (o resistencia voluntaria) para adaptarse a la realidad; del segundo, su misticismo, su pacifismo, su entrega al prójimo e incluso un cierto mesianismo. Apóstol de la resignación, Nazarín —entre la santidad y la locura— se ofrece como ejemplo y precursor del nuevo sentimiento religioso que acabará desenmascarando el engaño oculto en el ideal del progreso.






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jueves, 15 de marzo de 2018

[GALDÓS EN SU SALSA] Hoy, con "Misericordia"



Estatua de Galdós (Pablo Serrano, Las Palmas GC)


Si preguntan ustedes a cualquier canario sobre quien en es su paisano más universal no tengan duda alguna de cual será su respuesta: el escritor Benito Pérez Galdós. Para conmemorar su nacimiento, del que van a cumplirse 175 años, he ido subiendo al blog a lo largo de los últimos meses su copiosa obra narrativa, que comencé con el primero de sus Episodios Nacionales, colección de cuarenta y seis novelas históricas escritas entre 1872 y 1912 que tratan acontecimientos de la historia de España desde 1805 hasta 1880, aproximadamente. Sus argumentos insertan vivencias de personajes ficticios en los acontecimientos históricos de la España del XIX como, por ejemplo, la guerra de la Independencia Española, un periodo que Galdós, aún niño, conoció a través de las narraciones de su padre, que la vivió. 

Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, en las islas Canarias, el 10 de mayo de 1843 y fallecido en Madrid el 4 de enero de 1920, Benito Pérez Galdós fue un novelista, dramaturgo, cronista y político español, uno de los mejores representantes de la novela realista del siglo XIX y un narrador esencial en la historia de la literatura en lengua española, hasta el punto de ser considerado por especialistas y estudiosos de su obra como el mayor novelista español después de Cervantes. Galdós transformó el panorama novelístico español de la época, apartándose de la corriente romántica en pos del realismo y aportando a la narrativa una gran expresividad y hondura psicológica. En palabras de Max Aub, Galdós, como Lope de Vega, asumió el espectáculo del pueblo llano y con su intuición serena, profunda y total de la realidad, se lo devolvió, como Cervantes, rehecho, artísticamente transformado. De ahí, añade, que desde Lope, ningún escritor fue tan popular ni ninguno tan universal, desde Cervantes. Fue desde 1897 académico de la Real Academia Española y llegó a estar propuesto al Premio Nobel de Literatura en 1912. 

Subo hoy al blog su novela Misericordia, en la edición digital de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, de la Universidad de Alicante, basada en la de la Tipografía e Imprenta de la Viuda e Hijos de Tello, de Madrid, de 1897. Galdós refleja en esta novela la vida de las clases más humildes del Madrid de finales del siglo XIX, narrando la historia de Benina, mujer de una humanidad admirable que sirve en una casa de la burguesía madrileña en decadencia y se ve obligada a mendigar para ayudar económicamente a sus amos. El orgullo y la importancia de las apariencias que caracterizan a estos contrastan con la bondad de Benina, condenada a sobrevivir en un entorno hostil sin perder ni un solo instante su dignidad. Misericordia es una novela emblemática sobre la marginación social y una crítica intemporal a la sociedad y a los valores que la sustentan.




Representación teatral de "Misericordia", de Galdós



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martes, 6 de marzo de 2018

[GALDÓS EN SU SALSA] Hoy, con "Miau"



Estatua de Galdós (Pablo Serrano, Las Palmas GC)


Si preguntan ustedes a cualquier canario sobre quien en es su paisano más universal no tengan duda alguna de cual será su respuesta: el escritor Benito Pérez Galdós. Para conmemorar su nacimiento, del que van a cumplirse 175 años, he ido subiendo al blog a lo largo de los últimos meses su copiosa obra narrativa, que comencé con el primero de sus Episodios Nacionales, colección de cuarenta y seis novelas históricas escritas entre 1872 y 1912 que tratan acontecimientos de la historia de España desde 1805 hasta 1880, aproximadamente. Sus argumentos insertan vivencias de personajes ficticios en los acontecimientos históricos de la España del XIX como, por ejemplo, la guerra de la Independencia Española, un periodo que Galdós, aún niño, conoció a través de las narraciones de su padre, que la vivió. 

Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, en las islas Canarias, el 10 de mayo de 1843 y fallecido en Madrid el 4 de enero de 1920, Benito Pérez Galdós fue un novelista, dramaturgo, cronista y político español, uno de los mejores representantes de la novela realista del siglo XIX y un narrador esencial en la historia de la literatura en lengua española, hasta el punto de ser considerado por especialistas y estudiosos de su obra como el mayor novelista español después de Cervantes. Galdós transformó el panorama novelístico español de la época, apartándose de la corriente romántica en pos del realismo y aportando a la narrativa una gran expresividad y hondura psicológica. En palabras de Max Aub, Galdós, como Lope de Vega, asumió el espectáculo del pueblo llano y con su intuición serena, profunda y total de la realidad, se lo devolvió, como Cervantes, rehecho, artísticamente transformado. De ahí, añade, que desde Lope, ningún escritor fue tan popular ni ninguno tan universal, desde Cervantes. Fue desde 1897 académico de la Real Academia Española y llegó a estar propuesto al Premio Nobel de Literatura en 1912. 

Subo hoy al blog su novela Miau, en la edición digital de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, de la Universidad de Alicante, basada en la de Madrid, Imprenta de La Guirnalda, de 1888, que se encuentra en la Biblioteca Nacional de España, en Madrid.

La novela, dentro del ciclo de las "Novelas españolas contemporáneas", se encuadra en el género realista, satirizando el Madrid burocrático de finales del siglo XIX a partir de las vicisitudes vitales de su protagonista, Ramón Villaamil, un competente exempleado del Ministerio de Hacienda, al que una serie de intrigas han dejado cesante. Escrita en cinco semanas, Galdós redactó dos versiones y aún realizaría abundantes cambios ante las galeradas de las pruebas de imprenta. El autor canario la describe como "obra ligera y de poca piedra". Sin embargo, tanto Pereda como «Clarín» la valoraron y reconocieron. 

En el escenario del Madrid galdosiano de la segunda mitad del siglo XIX,​ ya restaurada la monarquía borbónica, dos familias del entorno de la Administración del Estado comparten éxitos y fracasos. El pulso narrativo, el mismo que en la historia de la literatura europea se hará angustioso con Dostoievski y alucinante con Kafka, palpita en Miau siguiendo el péndulo vital de un reloj anclado en un piso madrileño de la baja burguesía "con sus olores, sus ruidos —la sartén, la escoba, el canto de las mujeres—, sus ventanas y balcones por donde entra la luz de Madrid, que eleva todo a rango de arte". En ese escenario doméstico entran y salen, además de Villaamil: Doña Pura, la mujer del cesante, que despilfarra el menguante presupuesto y forma coro de inútiles con Milagros, hermana de Villaamil, y Abelarda, la apocada e inestable hija del protagonista. El contrapunto lo ponen dos varones antitéticos, Víctor Cadalso —el malo de esta tragicomedia—, viudo, funcionario en ascenso gracias a sus vicios personales, y su hijo, nieto de Villaamil, Luisito.






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viernes, 23 de febrero de 2018

[GALDÓS EN SU SALSA] Hoy, con "La loca de la casa"



Estatua de Galdós (Pablo Serrano, Las Palmas GC)


Si preguntan ustedes a cualquier canario sobre quien en es su paisano más universal no tengan duda alguna de cual será su respuesta: el escritor Benito Pérez Galdós. Para conmemorar su nacimiento, del que van a cumplirse 175 años, he ido subiendo al blog a lo largo de los últimos meses su copiosa obra narrativa, que comencé con el primero de sus Episodios Nacionales, colección de cuarenta y seis novelas históricas escritas entre 1872 y 1912 que tratan acontecimientos de la historia de España desde 1805 hasta 1880, aproximadamente. Sus argumentos insertan vivencias de personajes ficticios en los acontecimientos históricos de la España del XIX como, por ejemplo, la guerra de la Independencia Española, un periodo que Galdós, aún niño, conoció a través de las narraciones de su padre, que la vivió. 

Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, en las islas Canarias, el 10 de mayo de 1843 y fallecido en Madrid el 4 de enero de 1920, Benito Pérez Galdós fue un novelista, dramaturgo, cronista y político español, uno de los mejores representantes de la novela realista del siglo XIX y un narrador esencial en la historia de la literatura en lengua española, hasta el punto de ser considerado por especialistas y estudiosos de su obra como el mayor novelista español después de Cervantes. Galdós transformó el panorama novelístico español de la época, apartándose de la corriente romántica en pos del realismo y aportando a la narrativa una gran expresividad y hondura psicológica. En palabras de Max Aub, Galdós, como Lope de Vega, asumió el espectáculo del pueblo llano y con su intuición serena, profunda y total de la realidad, se lo devolvió, como Cervantes, rehecho, artísticamente transformado. De ahí, añade, que desde Lope, ningún escritor fue tan popular ni ninguno tan universal, desde Cervantes. Fue desde 1897 académico de la Real Academia Española y llegó a estar propuesto al Premio Nobel de Literatura en 1912. 

Subo hoy al blog su novela La loca de la casa, en edición digital de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, de la Universidad de Alicante, basada en la de Madrid, Imprenta de La Guirnalda, de 1893.

La loca de la casa, dentro del ciclo "espiritualista" de las novelas españolas contemporáneas, está concebida como una novela dialogada en cuatro jornadas, que el autor la adaptó a pieza dramática en cuatro actos y fue estrenada en el Teatro de la Comedia de Madrid el 16 de enero de 1893. Su publicación casi pasó inadvertida, prestando el público de Galdós más atención a su estreno teatral. La esencia de la historia puede resumirse en el juicio que expresó Leopoldo Alas «Clarín», comparándola con Ángel Guerra, como historia de "la fiera amansada por el amor" (siendo la fiera el rudo y activo "Pepet" y la artífice del milagro amoroso, Victoria, la loca de la casa); en palabras del crítico, escritor y amigo de Galdós, Victoria "joven mística, en el sentido vulgar y corriente de la palabra, emprende la conquista de un alma rebelde y fuerte, como el cristianismo emprendió la conquista de los bárbaros". La paralela lectura crítica de Joaquín Casalduero y su mirada global de la obra de Galdós, definirá al indiano José María Cruz como representante del ciclo de la materia y a Victoria como personaje en triunfo del ciclo del espíritu.

José María Cruz, alias "Pepet", emigrante enriquecido en California y México regresa a Barcelona, donde había nacido de unos humildes criados de los poderosos Moncada, industriales textiles. En la Ciudad Condal, donde espanta a la burguesía catalana con su rudeza y su presunción de indiano, "Pepet" visita el hogar de sus antiguos amos; en él, el viejo Juan de Moncada, que casi arruinado había intentado casar a su hija mayor, Victoria (la loca de la casa) con un noble catalán, y ante la negativa de ella y la amenaza de meterse en un convento, ve ahora la oportunidad de salvarse casando a la otra hija, Gabriela, con el indiano enriquecido. Por su parte, "Pepet" siente satisfecho su orgullo al sumar a su poder económico el abolengo, prestigio y nombre de los Moncada. Pero la trama se enreda cuando Victoria decide abandonar su idea de hacerse monja para casarse con el indiano "Pepet"; y se enredará aún más cuando Daniel, el despechado pretendiente de la nobleza catalana, comience a frecuentar el hogar de "Pepet" y Victoria, despertando el fantasma de los celos en el indiano...



Representación de La loca de la casa (Finales siglo XIX)



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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

miércoles, 14 de febrero de 2018

[GALDÓS EN SU SALSA] Hoy, con "Lo prohibido"



Estatua de Galdós (Pablo Serrano, Las Palmas GC)


Si preguntan ustedes a cualquier canario sobre quien en es su paisano más universal no tengan duda alguna de cual será su respuesta: el escritor Benito Pérez Galdós. Para conmemorar su nacimiento, del que van a cumplirse 175 años, he ido subiendo al blog a lo largo de los últimos meses su copiosa obra narrativa, que comencé con el primero de sus Episodios Nacionales, colección de cuarenta y seis novelas históricas escritas entre 1872 y 1912 que tratan acontecimientos de la historia de España desde 1805 hasta 1880, aproximadamente. Sus argumentos insertan vivencias de personajes ficticios en los acontecimientos históricos de la España del XIX como, por ejemplo, la guerra de la Independencia Española, un periodo que Galdós, aún niño, conoció a través de las narraciones de su padre, que la vivió. 

Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, en las islas Canarias, el 10 de mayo de 1843 y fallecido en Madrid el 4 de enero de 1920, Benito Pérez Galdós fue un novelista, dramaturgo, cronista y político español, uno de los mejores representantes de la novela realista del siglo XIX y un narrador esencial en la historia de la literatura en lengua española, hasta el punto de ser considerado por especialistas y estudiosos de su obra como el mayor novelista español después de Cervantes. Galdós transformó el panorama novelístico español de la época, apartándose de la corriente romántica en pos del realismo y aportando a la narrativa una gran expresividad y hondura psicológica. En palabras de Max Aub, Galdós, como Lope de Vega, asumió el espectáculo del pueblo llano y con su intuición serena, profunda y total de la realidad, se lo devolvió, como Cervantes, rehecho, artísticamente transformado. De ahí, añade, que desde Lope, ningún escritor fue tan popular ni ninguno tan universal, desde Cervantes. Fue desde 1897 académico de la Real Academia Española y llegó a estar propuesto al Premio Nobel de Literatura en 1912. 

Subo hoy al blog su novela Lo prohibido en la edición electrónica de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, de la Universidad de Alicante, basada en la edición original publicada por Imprenta y Litografía La Guirnalda, de Madrid, en 1885.

Lo prohibido fue publicada en dos tomos, en noviembre de 1884 y marzo de 1885, dentro del ciclo de las "Novelas españolas contemporáneas". Se trata de una de las obras menos conocidas de Galdós, cuya acción, casi contemporánea a su publicación (comienza en 1880 y concluye en 1884), transcurre en el Madrid de goce y especulación que acompañó los últimos años del reinado de Alfonso XII. Una insólita incursión en el mundo de las finanzas en "la capital del reino sometida al capital".​ Un Madrid que impregna la narración a través del núcleo familiar de su protagonista José María Bueno de Guzmán.

Galdós recurre en Lo prohibido a uno de los recursos heredados de Balzac, incluir en la trama personajes de otras novelas suyas. Así aparecen, una vez más: La de Bringas, (ambiciosa hasta el adulterio); la Marquesa de San Salomó ("ultracatólica y adúltera"), salida de las páginas de La familia de León Roch; el avispado y ambicioso Manolito Peña, alumno de Manso, aquí convertido ya en personaje político; o Constantino Miquis, tardío vástago de la familia que sostiene la trama de El doctor Centeno. Personajes secundarios, corales y un tanto descabalados y antojadizos, pero ocupando con su presencia el escenario de la capital española hasta casi hacerla desaparecer.​ Como telón de fondo de sus idas y venidas se ven panorámicas del Barrio de Salamanca, la Puerta del Sol, el Retiro o Atocha. Se callejea, poco, por la calle Montera para visitar el viejo edificio del Ateneo, a punto de ser relevado por el nuevo de la calle del Prado; entran y salen los personajes de la Chocolatería La Colonial, Lhardy, "La Pajarita", "Bolsín", el Café de Santo Tomás o el establecimiento de "Abanicos Sierra" en la Plazuela de Matute. Y como en un escenario metido dentro de otro, Juana Bueno, verá pasar desde su balcón la procesión del Doscientos Aniversario de Calderón de la Barca.4​

En este "teatro del mundo" instala Galdós, una vez más, a su castiza heroína, la joven Camila, en un pulso de la naturaleza humana contra el cerco social, una lucha desigual y en esencia muy cervantina que luego repetirá en su siguiente novela Fortunata y Jacinta elevándola al límite de lo genial.






Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt





Entrada núm. 4285
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