lunes, 9 de septiembre de 2013

Filosofía, vida, lectura...





El profesor Emilio Lledó




"La lectura debe servir para desarrollar los sentidos, y no para negar y evadirse de las contingencias de la vida. El Ulises predilecto de Lledó -dice el profesor Ramón del Castillo-, el que prefiere volver a su casa y seguir siendo hombre en vez de permanecer inmortal al lado de Calipso, también es el lector que antepone todas las dificultades de la amistad a la luz y las promesas de la vida contemplativa. No debemos buscar al texto por sí mismo, sino para ser más felices".

Este hermoso párrafo introductorio de la entrada de hoy está escrito por el profesor de Filosofía de la UNED, Ramón del Castillo, al final de un artículo suyo en el número de abril de 1999 de Revista de Libros, titulado "De la amistad a la lectura", reseñando el libro de Emilio Lledó "Imágenes y palabras" (Taurus, Madrid, 1998). Les recomiendo su lectura, que estoy seguro les resultará gratificante, en el enlace de más arriba.

Leer para ser más felices en nuestra relación con los demás, en esencia: para vivir mejor la vida. No es mala filosofía. Del profesor Emilio Lledó ya he hablado en numerosas ocasiones en este blog. Fue profesor mio en la Facultad de Geografía e Historia de la UNED. Asistí a uno de sus Seminarios sobre Historia de la Filosofía Antigua y Medieval en el centro asociado de Las Palmas, que versaba sobre Platón, Aristóteles y San Agustín, y esa experiencia académica resultó ser, sin exageración alguna, lo más gratificante que me ha pasado en los muchos años que he estado vinculado a la universidad. En ese Seminario aprendí algo tan elemental, y por eso, quizá, tantas veces olvidado, como que la Historia de la Filosofía no es nada más (y nada menos) que la historia de lo que han dicho y escrito los filósofos a lo largo de los siglos. Quizá fuera la razón de que contara la anécdota del alumno que se dirigió a Xavier Zubirí pidiéndole orientación para estudiar Filosofía; la lacónica respuesta del maestro fue: "aprenda griego antiguo y alemán y luego vuelva por aquí".

La visión de Lledó viene a ser la misma que la del también filósofo Julián Marías, citado por José Luis Abellán en su "Historia crítica del pensamiento español. Tomo 8", que define la Filosofía como "visión responsable" en la que el filósofo es hombre antes que filósofo, inmerso en la realidad para desde ella poder comprender su situación. 

Situación que Marías, en su "Introducción a la Filosofía" (1967), enumera a título descriptivo como basada en:

1. La apetencia desmesurada de placeres y la aspiración a tener una vida de placer.

2. El deseo de riqueza y el derecho que todos creen tener a ella.

3. La apetencia generalizada de acción, muy especialmente sobre las cosas.

4. La apetencia de dominación de unos hombres sobre otros -más que un estricto afán de poder- que adopta sutiles formas mediante los que "de hecho son subordinados" creen que ejercen su dominio.

5. El predominio de la "decisión" sobre lo "decidido", que oculta el vacío de creencias y provoca un estado generalizado de agresividad.

Es por eso, añade, porque el hombre hace siempre lo que hace por algo y para algo, y esos motivos son ingredientes esenciales del hacer, por lo que la filosofía viene calificada intrínsecamente por ellos; es decir, que no solo es circunstancial porque el hombre que filosofa se encuentra en una circunstancia determinada y su perspectiva funciona como un ingrediente de lo real, sino que la filosofía, en cuanto hacer humano, se nutre de circunstancialidad. Es, decir, de historia y realidad, de vida, en suma. Hermosa lección: leamos para vivir, no vivamos para leer.

Sean felices, por favor. Y como decía Sócrates: "Ιωμεν", vámonos. Tamaragua, amigos. HArendt





El profesor Julián Marías (1914-2005)





Entrada núm. 1962
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Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri)

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