Jane Novak
El corresponsal de El País en Beirut, Robert F. Worth, relata hoy en el periódico una de esas historias, una de esas leyendas urbanas sobre Internet que circulan por la red, que resultan tan difíciles de creer, que ni viéndolas por nosotros mismos, acabamos convenciéndonos de que son reales, que ocurren de verdad.
Que un ama de casa de Nueva Jersey, en Estados Unidos, llamada Jane Novak, 46 años, madre de dos hijos, armada de un simple portátil instalado en el salón de su casa y de un "blog", haya hecho causa de honor el defender a un periodista yemení acusado de traición en su país, al que no conocía de nada, de un país que no ha visitado jamás y del que nada sabía siquiera donde estaba en el mapa hasta embarcarse en esta aventura, esté logrando la solidaridad y el apoyo de gentes de todo el mundo, pero especialmente de los propios yemeníes en la defensa de Abdul Karim Al Jaiwani, que así se llama el periodista detenido, no ocurre todos los días. Desde luego que no. Les dejo con la noticia. A mi me ha conmovido y recordado en cierto modo la aventura de la cubana Yoani Sánchez y su blog, quizá menos dramática pero no menos valerosa en defensa de la libertad de expresión de los cubanos, del que ya hice comentario anterior en "Desde el Trópico de Cáncer". Espero que visiten sus "blogs", sus instrumentos de trabajo... Sean felices. HArendt
Abdul Karim Al Jaiwani
"Lucha por la libertad de prensa desde el salón de casa", por Robert F. Worth
Jane Novak, de 46 años, ama de casa y madre de dos niños de Nueva Jersey, nunca ha estado en Yemen. No habla árabe, y admite abiertamente que hasta hace algunos años no sabía nada de ese país del sur de Arabia.
Pero Novak se ha hecho tan popular en Yemen que los directores de periódicos afirman que venden más ejemplares si su fotografía —rubia y sonriente— aparece en la portada. Su blog, un boletín informativo sobre asuntos yemeníes muy franco, está prohibido allí.
El más grave de sus muchos delitos es su obstinada campaña en defensa de un periodista yemení, Abdul Karim Al Jaiwani, que incurrió en la cólera de su Gobierno al escribir sobre una rebelión en el extremo norte del país. Se le juzgapor un delito de sedición por el que podría ser condenado a muerte.
Novak, que trabaja desde un portátil en el salón de su casa en el centro de Nueva Jersey "mientras los chicos están en el colegio", halanzado una petición por Internet para liberar a Jaiwani.
Ha reclutado a políticos yemeníes, periodistas, activistas de los derechos humanos y más personas por todo el planeta. Su blog va más allá del caso de Jaiwani y se ha convertido en una válvula de escape crucial para periodistas de la oposición y personalidades políticas que le proporcionan pistas sobre la intriga política yemení.
Novak explica que su campaña es una cuestión de principios: "Es un país que deja a la gente de Al Qaeda actuar a sus anchas y lleva a juicio a un periodista por hacer su trabajo". Y remacha: "Es una auténtica locura".
Algunos arabistas profesionales hablan con cierto desdén del blog de Novak; parecen considerarla una aficionada con la típica actitud patriotera estadounidense y que desconoce por completo el mundo árabe. Novak admite sin reparos que no es una experta. Pero calcula que más de 2.000 yemeníes han contactado con ella desde que empezó a escribir en 2004.
Trabajaba no muy lejos de las Torres Gemelas de Nueva York, y empezó a interesarse por el mundo árabe a raíz de los atentados terroristas del 11-S. "Se me ocurrió que sería una buena idea escribir en la prensa árabe de lengua inglesa sobre asuntos en los que todos pudiéramos estar de acuerdo, como la libertad de prensa, la igualdad y otros temas por el estilo", explica.
En 2004 abrió su blog, www.armiesofliberation.com, y pronto escribió un artículo en defensa de Jaiwani, que estaba en la cárcel. Él le escribió una carta de agradecimiento y la envió a nombre de "Jane Novak, periodista y analista política estadounidense".
"Los líderes de nuestra región se creen dioses", le escribió. "Incluso llegan a creer en su falsa santidad, que nosotros intentamos echar por tierra, porque saben que son seres humanos como nosotros. La democracia y la libertad no son concesiones del líder de un régimen. Es un logro humano mundial de toda la gente libre de la Tierra".
Conmovida por la carta, Novak lanzó su primera petición en defensa de Jaiwani. Ambos empezaron a cartearse, con la ayuda de traductores. "Es una persona muy agradable", dice Novak. "Cree realmente en la democracia, y está pagando por ello".
Pasaron meses antes de que Novak se atreviera a decirle a Jaiwani que ella no era periodista y tampoco una analista política. Jaiwani le respondió diciendo que esas noticias hacían que se sintiera más orgulloso si cabe de ella y de su trabajo.
Una de las acusaciones contra Jaiwani es el haber recibido un mensaje de Jane Novak por móvil, como parte de un presunto plan (que él niega) para ayudar a los rebeldes de Huti, en el norte de Yemen.
"La pena por este crimen es generalmente la muerte", contaba Jaiwani durante una entrevista realizada en enero en su hogar en Sana, la capital de Yemen. Es un hombre larguirucho de 42 años, con unos ojos grandes y penetrantes y un oscuro sentido del humor, al que las autoridades ya han encarcelado cuatro vece por asuntos relacionados con su periodismo.
El año pasado fue secuestrado y golpeado por hombres que según él eran policías. Jaiwani agregaba con una sonrisa: "Si a esto se le añade mi relación con Jane Novak, la pena de muerte está cantada".
Jane Novak ha escrito numerosos artículos en la prensa yemení en defensa de Jaiwani. Contactar con gente como Jaiwani le ha dado una nueva vocación, afirma. "Algunos dicen que no hay progreso en Oriente Próximo", dice. "Pero tendrían que ver a esta gente; son auténticos héroes de hoy en día". (El País, 14/06/08)
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