sábado, 12 de octubre de 2024

Homenaje a mi patria en el día de su fiesta nacional. [Archivo del blog, 12/10/2016]









Oda a Espanya

Escolta, Espanya, - la veu d'un fill
que et parla en llengua - no castellana:
parlo en la llengua - que m'ha donat
la terra aspra:
en 'questa llengua - pocs t'han parlat;
en l'altra, massa.

T'han parlat massa - dels saguntins
i dels que per la pàtria moren:
les teves glòries - i els teus records,
records i glòries - només de morts:
has viscut trista.

Jo vull parlar-te - molt altrament.
Per què vessar la sang inútil?
Dins de les venes - vida és la sang,
vida pels d'ara - i pels que vindran:
vessada és morta.

Massa pensaves - en ton honor
i massa poc en el teu viure:
tràgica duies - a morts els fills,
te satisfeies - d'honres mortals,
i eren tes festes - els funerals,
oh trista Espanya!

Jo he vist els barcos - marxar replens
dels fills que duies - a que morissin:
somrients marxaven - cap a l'atzar;
i tu cantaves - vora del mar
com una folla.

On són els barcos. - On són els fills?
Pregunta-ho al Ponent i a l'ona brava:
tot ho perderes, - no tens ningú.
Espanya, Espanya, - retorna en tu,
arrenca el plor de mare!

Salva't, oh!, salva't - de tant de mal;
que el plo' et torni feconda, alegre i viva;
pensa en la vida que tens entorn:
aixeca el front,
somriu als set colors que hi ha en els núvols.

On ets, Espanya? - no et veig enlloc.
No sents la meva veu atronadora?
No entens aquesta llengua - que et parla entre perills?
Has desaprès d'entendre an els teus fills?
Adéu, Espanya!

Joan Maragall (1860-1911)


***


SALUTACIÓN DEL OPTIMISTA

Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda,
espíritus fraternos, luminosas almas, ¡salve!
Porque llega el momento en que habrán de cantar nuevos himnos
lenguas de gloria. Un vasto rumor llena los ámbitos; 
mágicas ondas de vida van renaciendo de pronto; 
retrocede el olvido, retrocede engañada la muerte,
se anuncia un reino nuevo, feliz sibila sueña,
y en la caja pandórica de que tantas desgracias surgieron 
encontramos de súbito, talismánica, pura, riente,
cual pudiera decirla en sus versos Virgilio divino,
la divina reina de luz, ¡la celeste Esperanza!

Pálidas indolencias, desconfianzas fatales que a tumba 
o a perpetuo presidio, condenasteis al noble entusiasmo, 
ya veréis el salir del sol en un triunfo de liras,
mientras dos continentes, abandonados de huesos gloriosos,
del Hércules antiguo la gran sombra soberbia evocando, 
digan al orbe: la alta virtud resucita,
que a la hispana progenie hizo dueña de siglos.

Abominad la boca que predice desgracias eternas, 
abominad los ojos que ven sólo zodíacos funestos, 
abominad las manos que apedrean las ruinas ilustres
o que la tea empuñan o la daga suicida.
Siéntense sordos ímpetus en las entrañas del mundo,
la inminencia de algo fatal hoy conmueve la tierra; 
fuertes colosos caen, se desbandan bicéfalas águilas,
y algo se inicia como vasto social cataclismo
sobre la faz del orbe. ¿Quién dirá que las savias dormidas
no despierten entonces en el tronco del roble gigante
bajo el cual se exprimió la ubre de la loba romana? 
¿Quién será el pusilánime que al vigor español niegue músculos
y que al alma española juzgase áptera y ciega y tullida? 
No es Babilonia ni Nínive enterrada en olvido y en polvo 
ni entre momias y piedras, reina que habita el sepulcro,
la nación generosa, coronada de orgullo inmarchito,
que hacia el lado del alba fija las miradas ansiosas,
ni la que, tras los mares en que yace sepulta la Atlántida, 
tiene su coro de vástagos, altos, robustos y fuertes.

Únanse, brillen, secúndense, tantos vigores dispersos: 
formen todos un solo haz de energía ecuménica.
Sangre de Hispania fecunda, sólidas, ínclitas razas, 
muestren los dones pretéritos que fueron antaño su triunfo.
Vuelva el antiguo entusiasmo, vuelva el espíritu ardiente 
que regará lenguas de fuego en esa epifanía.
Juntas las testas ancianas ceñidas de líricos lauros
y las cabezas jóvenes que la alta Minerva decora,
así los manes heroicos de los primitivos abuelos,
de los egregios padres que abrieron el surco prístino, 
sientan los soplos agrarios de primaverales retornos
y el rumor de espigas que inició la labor triptolémica.

Un continente y otro renovando las viejas prosapias, 
en espíritu unidos, en espíritu y ansias y lengua,
ven llegar el momento en que habrán de cantar nuevos himnos.
La latina estirpe verá la gran alba futura:
en un trueno de música gloriosa, millones de labios 
saludarán la espléndida luz que vendrá del Oriente, 
Oriente augusto, en donde todo lo cambia y renueva
la eternidad de Dios, la actividad infinita.
Y así sea Esperanza la visión permanente en nosotros, 
¡ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda!

Rubén Darío (1867-1916)


***


EN EL NOMBRE DE ESPAÑA, PAZ

En el nombre de España, paz.
El hombre
está en peligro, España.
España, no te aduermas.
Está en peligro, corre,
acude. Vuela
el ala de la noche
junto al ala del día.
Oye.
Cruje una vieja sombra,
Vibra una luz joven.
Paz
para el día.
En el nombre
de España, paz.

Blas de Otero (1906-1979)


***


A ESPAÑA

Labio, ézpañá, paladeo tu nombre, rosa carnosa,
fresco y rojo de cereza, y agua se me hace la boca.
Es tu saliva batido, de tu lengua, la española,
tomé el pan de la palabra, un pichón de la paloma.
Nuestras lenguas se mezclaron, España, y sentí la ola
de brasa, desde la nuca en mis entrañas ahonda.
Mordí en tus labios, España, del paraíso en la poma,
y al darte mi blanca sangre, me diste tu sangre roja.
Me siento padre del pueblo, por ti perdura en mi obra,
me desmayo en el arrobo de hacerte, España, señora.

Miguel de Unamuno (1864-1936)


***


EL MAÑANA EFÍMERO

La España de charanga y pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y del alma inquieta,
ha de tener su mármol y su día,
su infalible mañana y su poeta.
El vano ayer engendrará una mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero.
Será un joven lechuzo y tarambana,
un sayón con hechuras de bolero;
a la moda de Francia realista,
un poco al uso de París pagano,
y al estilo de España especialista
en el vicio al alcance de la mano.
Esa España inferior que ora y bosteza, 
vieja y tahúr, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embiste,
cuando se digna usar de la cabeza, 
aun tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas tradiciones
y de sagradas formas y maneras; 
florecerán las barbas apostólicas,
y otras barbas en otras calaveras
brillarán, venerables y católicas.
El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero,
la sombra de un lechuzo tarambana,
de un sayón con hechuras de bolero,
el vacuo ayer dará un mañana huero.
Como la náusea de un borracho ahíto
de vino malo, un rojo sol corona
de heces turbias las cumbres de granito;
hay un mañana estomagante escrito
en la tarde pragmática y dulzona.
Mas otra España nace,
la España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se hace
del pasado macizo de la raza.
Una España implacable y redentora,
España que alborea
con un hacha en la mano vengadora,
España de la rabia y de la idea.

Antonio Machado 1875-1939)


***











El poema de cada día. Hoy, Epitafio, de Miguel de Cervantes (1547-1616)










EPITAFIO


Aquí el valor de la española tierra,             

aquí la flor de la francesa gente,                

aquí quien concordó lo diferente,               

de oliva coronando aquella guerra;             

aquí en pequeño espacio veis se encierra  

nuestro claro lucero de occidente;             

aquí yace enterrada la excelente                

causa que nuestro bien todo destierra.                 

Mirad quién es el mundo y su pujanza,             

y cómo, de la más alegre vida,           

la muerte lleva siempre la victoria;             

también mirad la bienaventuranza          

que goza nuestra reina esclarescida           

en el eterno reino de la gloria.



Miguel de Cervantes (1547-1616)

Escritor español














De las viñetas de humor de hoy sábado, 12 de octubre de 2024

 





















viernes, 11 de octubre de 2024

De las entradas del blog de hoy viernes, 11 de octubre de 2024

 







Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz viernes, 11 de octubre de 2024. Habitamos un mundo que difiere radicalmente en sus mentalidades políticas, perspectivas emocionales y estructuras económicas del mundo que existía hace apenas dos décadas, se comenta en la primera de las entradas del blog de hoy, y comenzamos a ver el mundo como una agonía. En la segunda de ellas, un archivo del blog de noviembre de 2011, el autor nos hablaba de algunas de sus pasiones. El poema de hoy, en la tercera, es del poeta español Ramón Bascuñana. Y la cuarta, como siempre, son las viñetas de humor del día. Espero que todas ellas les resulten de  interés. Y ahora, como decía Sócrates, nos vamos. Nos vemos de nuevo mañana si la diosa Fortuna lo permite. Sean felices, por favor, aun contra todo pronóstico. Tamaragua, amigos míos. HArendt








Del mundo de ayer como agonía

 








“Habitamos un mundo que difiere radicalmente en sus mentalidades políticas, perspectivas emocionales y estructuras económicas del mundo que existía hace apenas dos décadas”. Sabe mucho Pankaj Mishra, quien nos habla de la Historia como un choque entre historias que aspiran a reconocerse, escribe en El País [La memoria de Birmingham, 06/10/2024], la politóloga Máriam Martínez-Bascuñán. Ese choque lo vive estos días Birmingham, ciudad por donde paseo, cuyos ciudadanos muestran orgullosos como la cuna de la Revolución Industrial. Esta semana, también acoge el congreso anual de los tories, y a muy poca distancia de los furiosos delirios de los cuatro candidatos que aspiran a liderar a los conservadores británicos, en la esquina de Inge Street y Hurst Street, resiste un peculiar conjunto de casitas. Empequeñecidas por las grandes moles de acero y cristal que las rodean, aún cuentan una historia valiosa: la suya, que es la de Birmingham.

El número 15 de Inge Street es uno de los últimos corredores de casas adosadas conservados en el Reino Unido, la forma más común de vivienda de la clase obrera durante el siglo XIX y parte del XX. Un solo patio interior constituía el espacio compartido para jugar, lavar, tender o ir al baño de las 60 personas que podían llegar a habitar sus apenas 11 diminutas casas. Lo cuenta Jane, la elegante dama de 70 años que lidera la visita. Ella misma creció en una de estas casas y mezcla el orgullo con la nostalgia en su esfuerzo por mantener vivos los recuerdos de muchas vidas y de la propia identidad de Birmingham. Hoy, cuando la mentira campa a sus anchas, Jane sabe que los hechos que forman parte de la experiencia vivida dependen de la memoria para existir. La mayoría de guías tienen entre 60 y 80 años, y reivindican lo vivido por la gente común como algo tan digno de contarse como la historia de los gobernantes y las élites. Mientras los conservadores chapotean en las fantasías de grandeza imperial como viejos zares, prometiendo mano dura contra la inmigración, Jane nos habla de la ciudad de los mil oficios, de su mestizaje. Aún hoy sigue siendo una de las ciudades más multiculturales del Reino Unido, pero Birmingham ya lo era a mediados del siglo XIX, cuando recibía a gente del sur de Italia, Rusia, Polonia o Irlanda, y más tarde desde el Caribe, la India, China y otras partes del mundo.

Mientras la candidata conservadora señala con sus uñas pintadas a las minorías sexuales, étnicas o raciales como origen de todos los males de Occidente, muy cerca, en este mismo corredor convertido en lugar de recuerdos, Jane cuenta cómo en 1851 en estas casas vivía ya una comunidad mezclada. Sin demasiado apego por su origen nacional o de clase, este grupo de abuelos, padres e hijos que decidieron rescatar la hilera de casitas del 15 de Inge Street, ha colocado con naturalidad en su fachada una bandera en apoyo de la comunidad trans. Los caóticos cambios de la ciudad los sitúan hoy en pleno centro del Gay Village, en el mismísimo corazón del barrio chino. Viajar al pasado nos orienta en el presente, nos da un lugar desde el que mirar al mundo. Hoy, en Birmingham, unos y otros cuentan historias, pero mientras Jane y los suyos lo hacen con honestidad, procurando comprender los cambios drásticos que ha vivido su propia calle, hay quien miente para seguir viviendo la inevitable transformación del mundo de ayer como una insoportable agonía. Máriam Martínez-Bascuñán es politóloga.











Pasiones. [Archivo del blog, 27/11/2011]











Ya he dejado dicho en alguna anterior ocasión que la política, o mejor la Teoría política, es una de mis pasiones… En mi anterior digresión íntima me tomé el atrevimiento de entrar en ese viejo debate que se suscita tan a menudo entre si debe primar la libertad sobre la seguridad o la seguridad sobre la libertad… Un falso debate en el que es posible que si entramos sin las debidas cautelas acabemos por perder ambas: libertad y seguridad… Así que comencé a escribir sobre los últimos retortijones judiciales y el bochornoso espectáculo de esa cosa denominada Consejo General del Poder Judicial y del impresentable de su presidente, pero no me gustó lo que salió. Me animé entonces con el PP, pero no pude seguir porque me quedaba sin argumentos ante la brillantez de exposición de los suyos. Bueno, pensé, vamos a meternos un poquito con el sector reaccionario de la Conferencia Episcopal y su oposición a la asignatura de Educación para la Ciudadanía, pero la verdad es que me salió un comentario bastante chusco que los venerables “Padres” quizá no se merezcan… Y justo en ese momento, cuando la sequía mental y la desesperación ante la pantalla en blanco hacían presa de mi recordé una frase que había leído ayer, y que también habla de pasiones… Mucho más nobles que la teoría política, por supuesto. La tomo del último número de Revista de Libros, página 50, que trae un artículo de Fernando R. Lafuente, profesor de Crítica Literaria en la UCM, titulado “Las máscaras del tiempo”,  comentando el libro de Mario Vargas Llosa “Travesuras de la niña mala”. La frase es de Kierkegaard, uno de esos grandes moralistas ateos que la humanidad nos depara de vez en cuando -gracias a Dios, y a pesar de los curas- y, pienso, no tiene desperdicio: “Quien se pierde por su pasión pierde menos que quien pierde su pasión”. Y no se porqué me ha venido inmediatamente a la memoria la ejemplar sentencia de Agustín, otro gran pecador, éste sí, reconvertido: “Ama y obra como quieras”. Y es que el amor, aun equivocado, siempre nos salva…
Complemento la reedición de la entrada con un hermoso vídeo que recrea con la música y voz de Joan Manuel Serrat los inolvidables versos de Mario Benedetti en homenaje a la mujer, a todas las mujeres, y mejor, desnudas y en lo oscuro... Espero que lo disfruten. Y sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt











El poema de cada día. Hoy, El puente, de Ramón Bascuñana (1963)

 






EL PUENTE


Escapando de la ciudad en llamas

–símbolo de un ayer que ya no vuelve–

has llegado a la mitad del viaje,

a ese puente del medio del camino

que marca una frontera sin retorno.

Empiezas a cruzarlo lentamente.

Estás cruzando el puente que separa

las dos mitades que han de ser tu vida.

No es un puente consistente ni robusto.

Se compone de dudas razonables

y temores que nunca hemos vencido;

mas hemos de cruzarlo si queremos

vivir el resto de lo que nos queda.

Miras atrás para ver qué has dejado

en los bordes oscuros del camino,

qué has perdido al tiempo que avanzabas:

la inocencia, la infancia, los amigos,

algunas ilusiones, mil proyectos,

cosas sin importancia, bagatelas

que al final son lo único importante.

Pero en este momento, mientras cruzas

el puente que separa del pasado

el futuro, sientes cómo la angustia

pesa como un castigo y que bajo

su peso este puente de invencibles

temores y dudas razonables

podría derrumbarse sin esfuerzo.

Pero tú ya sabías que era un riesgo

que había que asumir y así lo has hecho.

Si logras alcanzar el otro lado

podrás cantar victoria. De momento

no mires más atrás, por si las moscas,

que siempre arde Sodoma a nuestra espalda

y resulta difícil resistirse

al brillo portentoso de sus llamas

y vivir con la vista en el pasado.


Ramón Bascuñana (1963). Poeta español














De las viñetas de humor de hoy viernes, 11 de octubre de 2024

 


























jueves, 10 de octubre de 2024

De las entradas del blog de hoy jueves, 10 de octubre de 2024

 







Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz jueves, 10 de octubre de 2024. La actual guerra en Oriente Próximo es, se dice en la primera de las entradas de hoy en el blog, en el sentido más cabal de la palabra, un círculo vicioso, una guerra eterna entre Caín y Abel. Por su parte, en la segunda de ellas, un archivo del blog de octubre de 2017, se habla de las subjetividades, que son infinitas, y de que siempre habrá a quien ofenda cualquier cosa. La tercera, con el poema del día, son hoy unos versos satíricos, un fragmento, de la obra más popular de Pedro Muñoz Seca. Y la cuarta, como siempre, son las viñetas de humor del día. Espero que todas ellas les resulten de interés. Y ahora, como decía Sócrates, nos vamos. Nos vemos de nuevo mañana si la diosa Fortuna lo permite. Sean felices, por favor, aun contra todo pronóstico. Tamaragua, amigos míos. HArendt









De la eterna guerra entre Caín y Abel

 






La actual guerra en Oriente Próximo es, en el sentido más cabal de la palabra, un círculo vicioso, comenta en El País [La guerra eterna, 05/10/2024] el escritor Alberto Manguel. ¿Dónde comienza un círculo? ¿Cuál es el punto de partida? Netanyahu respondería que el conflicto nace con el sangriento ataque de Hamás el 7 de octubre 2023 donde murieron 1.195 personas, israelíes y extranjeros. Según Hamás, el conflicto comienza mucho antes, con la creación del Estado de Israel en 1948, cuando 750.000 palestinos fueron desalojados de sus tierras para establecer una nueva nación. Los historiadores pueden elegir una u otra de esas fechas para intentar explicar esta guerra fratricida. Los teólogos podrían elegir una anterior, cuando el divisionario Jehová ordena a Abraham quedarse con Sarah, madre de Isaac, de quien descenderán los hebreos, y echar de casa a su compañera Hagar junto con su hijo Ismael, quien, según la tradición, es el padre de los árabes. La Biblia nos enseña que, empezando por Caín y Abel, Jehová está siempre sembrando cizaña entre hermanos, ignorando el consejo que algún tiempo después el viejo Vizcacha le dará a Martín Fierro como ley primera: que los hermanos sean unidos porque “si entre ellos pelean/ los devoran los de afuera”. Así está sucediendo ahora.

Los griegos conocían estas sangrientas historias de nunca acabar. Para cortar sus círculos viciosos (la maldición de la Casa de Atreo, por ejemplo), los griegos inventaron el deus ex machina. En el caso de La Orestíada es una dea, la diosa Atenea, quien transforma las implacables Furias vengadoras en las Euménides, las benévolas, y acaba así con los asesinatos en serie. El público griego exigía resolución.

Pero en nuestro siglo XXI las cosas no pueden ser resueltas con tal elegancia. Un coro de intereses creados está implacablemente en escena para impedir que las Furias se vuelvan benévolas y que el conflicto llegue a su fin. Los políticos cuya ambición depende de ser vistos como ganadores, los comerciantes de armas que acumulan fortunas con sus ventas, los pequeños inversores que reciben intereses de ese comercio infame, los poderes extranjeros que buscan mantener sus posiciones dejando que los otros se destrocen entre sí, todos ellos no quieren que el círculo vicioso se interrumpa. La Codicia y la Ambición (con perdón por el uso de estas banales alegorías) se creen inmortales y más allá de todo perjuicio. No quieren entender que la ley del talión, que exige “ojo por ojo,” inevitablemente resulta, como dijo Gandi, en una ceguera mundial.

Assaf Orion, ex general de brigada israelí, comentando la situación presente, observó que no podemos prever la conclusión del conflicto porque “aún estamos en la mitad de la película”. Por lo que estamos viendo, el público no está apostando a un final feliz.

Eurípides quiso que Atenea hiciese entrar a las Euménides a la ciudad para radicar la benevolencia en el seno mismo de la sociedad en conflicto. Con idéntico objetivo, los místicos ponen su fe en la intrínseca (y necesaria) coherencia del mundo. El cabalista Isaac Luria habló de ciertas chispas de luz (nitsutsot) atrapadas dentro de nódulos malignos (klippot) que son liberadas mediante nuestros actos benéficos (mitsvot), iluminando así un universo que se ha vuelto diabólicamente oscuro. El credo musulmán dice lo mismo. “Un acto benévolo (sadaqah) extingue el pecado como el agua extingue el fuego”, reza un dicho del Profeta. Permitir la entrada de la benevolencia (la buena voluntad) en una sociedad en conflicto es posible solo a través del diálogo. Y eso es lo que los artífices de esta guerra no quieren: no quieren que Caín se siente a conversar con Abel.Atenea no es solo una diosa capaz de transformar a las Furias en seres benévolos. Varias veces en su ajetreada carrera, Atenea misma actúa como una Furia salvaje, sin bondad ni compasión, para alentar la guerra. En Ayax, una obra temprana de Sófocles, la diosa le anuncia a su protegido Ulises que Áyax, su enemigo, ha caído víctima de innumerables desgracias. Entonces Ulises da una respuesta que de pronto convierte al rey griego en un ser mucho más noble que la diosa guerrera: “El desdichado bien fue mi enemigo,” dice Ulises, “y, sin embargo, me compadezco de él cuando lo veo agobiado por las desgracias. Viéndolo, es en mí mismo más que en él que pienso, pues me doy cuenta que somos, todos los que vivimos sobre esta tierra, nada más que míseros fantasmas y sombras ingrávidas”. Atenea no sabe sentir la empatía que siente Ulises. Cómo los gobernantes de hoy, la diosa solo piensa en términos de victoria o derrota, y nunca en crear un diálogo entre supuestos enemigos. En su mundo, en el mundo de la codicia política, lo que cuenta es la victoria, por más imposible o ilusoria que parezca. Alberto Manguel es escritor.