Françoise Hardy, hoy. (Sigue bellísima...)
A estas alturas de la vida sería bastante tonto negar todo lo que mi educación sentimental le debe a Francia. En lo literario: Colette y Françoise Sagan leídas en su idioma a los diecisiete años resultan imposibles de olvidar. Y por supuesto, en lo musical: no hay ninguna lengua como el francés para la canción de amor...
No tengo la menor idea de quién es ese Carlos Galilea que firmaba hace unos años el reportaje titulado "Los elegidos. La memoria sentimental del siglo XX" en la revista Babelia, uno de los suplementos semanales de El País. Da lo mismo quién fuera: me emocionó con el recorrido sentimental que hizo por la canción francesa de la última mitad del pasado siglo: Brel, Gainsbourg, Brassens, Gréco, Ferré, Hardy (mi musa), Piaf, Nougaro..., siempre comprometida (con la vida, el amor, el arte...), y siempre hermosísima.
Ante tantos hechos y tantas gentes que profanan diariamente la vida, nada como la música para reconciliarnos con nosotros mismos, con la existencia, con los demás y con cuanto nos une como humanos... Y gracias especialísimas a Francoise Hardy: ella, su voz y su "Tous les garçons et les filles" encandilaron y encendieron mi juventud... Nunca la olvidaré...
Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt
Tous les garçons et les filles... (F. Hardy)
Entrada núm. 2283
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)
Entrada publicada originariamente el día 27 de mayo de 2015
1 comentario:
Siempre interesante...
Publicar un comentario