viernes, 9 de mayo de 2014

Cinco años sin Mario



Mario Benedetti



Dentro de unos día se cumplen cinco años de la muerte de Mario Benedetti en la ciudad de Montevideo, Uruguay. Espero que la tierra de la capital más al sur de América, a él, uno de los más grandes poetas del Sur, le haya sido leve. Un sur que existe y que vive. Mi amigo Alberto Atienza, un escritor argentino, de la Mendoza andina, me lo recuerda muy a menudo en sus mensajes: "Acuérdate, Carlos, de que el sur también existe", me dice citando los versos de Benedetti. Imposible olvidarlo. Yo soy Sur de nacimiento, de vivencia, por elección. Como Canarias, de donde eran los primeros pobladores y fundadores de la ciudad de Montevideo.

Sí, porque Canarias es también Sur: el sur profundo, atlántico, de España. Sur que es tanto una realidad física como un estado anímico rodeado de agua por todas partes, un sur que tiene los pies que le sostiene en África y la cabeza que lo rige en Europa, pero el corazón, sobre todo el corazón, lo tiene en América... Siempre en América.

Joan Manuel Serrat cantó con amor profundo a ese sur de los versos de Benedetti que pueden leer más adelante. Les dejo con ellos. 

Y ahora sean felices, por favor, y como decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt



Con su ritual de acero
sus grandes chimeneas
sus sabios clandestinos
su canto de sirenas
sus cielos de neón
sus ventas navideñas
su culto de dios padre
y de las charreteras
con sus llaves del reino
el norte es el que ordena

pero aquí abajo abajo
el hambre disponible
recurre al fruto amargo
de lo que otros deciden
mientras el tiempo pasa
y pasan los desfiles
y se hacen otras cosas
que el norte no prohibe
con su esperanza dura
el sur también existe

con sus predicadores
sus gases que envenenan
su escuela de chicago
sus dueños de la tierra
con sus trapos de lujo
y su pobre osamenta
sus defensas gastadas
sus gastos de defensa
con sus gesta invasora
el norte es el que ordena

pero aquí abajo abajo
cada uno en su escondite
hay hombres y mujeres
que saben a qué asirse
aprovechando el sol
y también los eclipses
apartando lo inútil
y usando lo que sirve
con su fe veterana
el Sur también existe

con su corno francés
y su academia sueca
su salsa americana
y sus llaves inglesas
con todos su misiles
y sus enciclopedias
su guerra de galaxias
y su saña opulenta
con todos sus laureles
el norte es el que ordena

pero aquí abajo abajo
cerca de las raíces
es donde la memoria
ningún recuerdo omite
y hay quienes se desmueren
y hay quienes se desviven
y así entre todos logran
lo que era un imposible
que todo el mundo sepa
que el Sur también existe

"El Sur también existe", por Mario Benedetti 





Joan Manuel Serrat cantando a Benedetti



Entrada núm. 2065
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Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri)

4 comentarios:

Mark de Zabaleta dijo...

Simplemente genial !

Gracias

HArendt dijo...

Gracias de nuevo a ti, amigo Mark.

Ernesto Puertas dijo...

Gracias, Carlos, por recordar a esa gran persona que fue Mario Benedetti. Yo tuve la oportunidad y sobre todo la suerte de verlo 3 veces en mi vida, una de ellas aprovechando un viaje a Madrid para una reunión de alumnos de la UNED, y nos recibió en su piso con una generosidad y afabilidad increíbles. Hace poco lo recordaba con unos amigos hablando de su cuento "Las borras del café", en un "marco incomparable": tomando café frente a la Mezquita Azul mientras me leían las borras del café al estilo turco; fue como si estuviera con nosotros. He tenido la enorme fortuna de conocer a gente maravillosa como tú mismo, Carlos, a quien estoy descubriendo en una faceta para mí desconocida en este blog (el otro día intenté publicar un comentario pero no pude). Te sigo y aunque no suelo tener tiempo para comentar, que sepas que me encanta lo que escribes, como lo escribes y que comparto la mayoría de las opiniones que defiendes,
Ernesto Puertas.
PD: Yo fui de los incautos que abrió el archivo en "tu" mensaje de Facebook, pero afortunadamente todavía no ha afectado al ordenador. Eso sí, el verdadero virus que me destrozó fue tu anterior mensaje en Facebook, el que me enviaste cuando Rosa...

HArendt dijo...

Si no fuera tan mayor como soy ya me sonrojaría como una doncella ante los inmerecidos halagos que me hacéis los amigos. Afortunadamente ya se me pasó la edad del pavo. Pero los agradezco igual, que conste. Lamento lo del Facebook: hay mucho cabrón suelto por el mundo virtual en el que el anonimato y las ganas de joder a los demás campa a sus anchas.
Un abrazo.