martes, 25 de febrero de 2020

[ARCHIVO DEL BLOG] Hans Küng. (Publicada el 8 de agosto de 2009)




El teólogo Hans Küng



Creo que ya he comentado anteriormente que mis dos personajes favoritos de ficción, ambos femeninos, son los de Ifigenia (Eurípides: "Ifigenia en Áulide", Cátedra, Madrid, 2004), y el de Antígona (Sófocles: "Antígona", ibíd.). En cuanto a personajes de la vida real, entre mis contemporáneos más admirados, y por sólo citar dos, están la politóloga norteamericana de origen judeo-alemán, Hannah Arendt (1906-1975), y el teólogo suizo, católico, Hans Küng (1928).

De Küng estoy leyendo en estos días con inmenso placer el segundo tomo de sus memorias: "Verdad controvertida. Memorias" (Trotta, Madrid, 2009), que abarca el período 1968-2007, con episodios tan relevantes como su enfrentamiento con el Santo Oficio romano (la Inquisición actual), la prohibición de enseñar dictada contra él por el papa Juan Pablo II, y las relaciones primero amistosas y luego tirantes, pero siempre respetuosas, con su ex-compañero de cátedra en la Universidad de Tubinga, Josep Ratzinger, ahora papa con el nombre de Benedicto XVI.

No estoy intentando crear un paralelismo entre ellos, pero si el personaje de Ifigenia cautiva por su inocente voluntad de entrega a los dioses, hasta el sacrificio, los de Antígona, Arendt y Küng, son paradigmas de la voluntad de defender contra todos y frente a todos, su libertad de criterio y opinión, en búsqueda de la verdad.

Mi primera lectura de Hans Küng fue "Ser cristiano" (Cristiandad, Madrid, 1974), hace más de treinta años, que me impresionó sobremanera, y que devoré durante unas vacaciones familiares en Mallorca. Luego, más tarde, y a lo largo de estos años, vendrían las lecturas de otros libros suyos como "¿Existe Dios? Respuesta al problema de Dios en nuestro tiempo" (1978), "Proyecto de una ética mundial" (1990), "El judaísmo. Pasado, presente, futuro" (1991), "El cristianismo. Esencia e historia" (1994), "Libertad conquistada. Memorias" (2002), y "Credo. El símbolo de los apóstoles explicado al hombre de nuestro tiempo" (2007). También durante muchos años estuve suscrito y fui lector fiel de la edición española de la revista internacional de teología "Concilium", fundada por él.

Ninguna de estas lecturas, ni de otras muchas sobre el cristianismo y las religiones de la tierra, ha hecho tambalear mi falta de fe en Dios o la vida eterna. Sigo sin creer en ninguno de los dos, pero que nadie confunda falta de fe con falta de respeto por el fenómeno religioso, que no sólo no me es ajeno, sino que me interesa profundamente. Les recomiendo la lectura de estas memorias del gran teólogo suizo Hans Küng, estoy seguro de que disfrutarán de ellas y aprenderán lo que "vale un peine" cuando alguien se rebela contra la autoridad despótica de la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana en búsqueda y defensa de la verdad esencial del cristianismo.

Justo un mes después de su muerte, en febrero de 2006, la revista de filosofía "El Ciervo" publicaba un hermoso artículo del teólogo español Casiano Floristán, compañero de Hans Küng en la Universidad de Tubinga, en homenaje a su colega, titulado "Hans Küng, un teólogo muy generoso", que es un estupendo resumen de las vicisitudes teológicas, personales y vitales del gran teólogo suizo. Les dejo con él. HArendt



Portada de El Ciervo. Febrero, 2006


"Hans Küng, un teólogo muy generoso", por Casiano Floristán
Revista El Ciervo, febrero 2006


Vi por primera vez a Hans Küng en junio de 1960, en el patio del seminario católico Wilhelmstift de Tubinga con su pelo ondulado, tupé rubio, gafas “Truman”, tez curtida por los aires y soles del montañismo y la natación, mirada socarrona, sonriente y apuesto. Iba con sandalias sin calcetines, más parecido a un franciscano de Asís que a un jesuita de Roma. Sospecho que sus zapatos los dejó en el Colegium Germanicum et Hungaricum de Roma, donde cursó tres años de filosofía y cuatro de teología (1948-1955). Llamativo contraste: mientras que algunos españoles subíamos a Alemania a estudiar teología, un suizo-alemán bajaba a cursarla en la Gregoriana de Roma. Dice Küng en sus memorias con ironía: “La Roma católica me convirtió en un católico frente a la Roma de la curia”. Ejemplar conversión.

Hans se ordenó sacerdote diocesano el 9 de mayo de 1955 y celebró su primera misa en la cripta de San Pedro, debajo de la cúpula vaticana, sin que se conmovieran sus cimientos. Sin duda, hubo amigos y familiares sólidamente cristianos que rezaron para que el misacantano saliese airoso de sus futuros combates con los responsables de la curia romana. Ese día le rodearon sus padres y hermanos. Todos han hecho piña a su alrededor cuando ha recibido un premio académico o un monitum de la Congregación de la Doctrina de la Fe, otrora Santo Oficio, vigilado por los cardenales, Ottaviani primero, y Ratzinger después.

Al volver de estudiar en Roma y pasar por su casa familiar de Sursee, pueblo suizo donde había nacido en 1928, camino de París para obtener su doctorado, se puso unos zapatos ecuménicos del almacén de su padre, comerciante de calzados, con cuya compraventa se ganaba el pan y las salchichas para su familia numerosa.

En los dos años de París redactó brillantemente su tesis sobre la justificación en Karl Barth, teólogo protestante suizo, con quien trabó gran amistad. La publicación de su trabajo causó sensación, tanto en los medios teológicos católicos como en los protestantes. Empezó a ser conocido en toda Europa, a repensar la teología de arriba abajo y a ser vigilado por monseñores germanos y romanos. Los guardias suizos del Vaticano –por respeto a su paisano– quedaron al margen.

Entonces recibió la llamada de la Universidad de Tubinga. Se hizo cargo a sus 32 años de la cátedra de teología fundamental en la Facultad de Teología Católica. Justamente en enero de 1959, un año antes, había convocado Juan XXIII el Vaticano II. Casualmente yo había aprobado en diciembre de 1959 mi tesis sobre las relaciones entre la pastoral alemana y la sociología religiosa francesa, bajo la dirección del pastoralista Arnold. Por Arnold supe que el claustro de la Facultad católica de Tubinga había aceptado en 1959 a Hans Küng como catedrático en lugar de Urs von Balthasar, exquisito teólogo de la estética, la dramática y la música celestial.

Por cierto, yo regresé de Tubinga a mi diócesis de Pamplona con mi doctorado en pastoral. Al parecer era el primero que obtenía este título en España. Un cura navarro guasón, amigo mío, me presentó a los sacerdotes diocesanos así: este es Casiano, primer pastoralista de España y quinto de Alemania.

Volvamos a Tubinga. Los profesores Küng y Ratzinger, de la misma edad, coincidieron amigablemente tres años en la Facultad de Teología de esa preciosa ciudad, de 1965 a 1968. La revuelta estudiantil del 68 ahuyentó a Ratzinger de la Tubinga liberal a la Babiera conservadora y afianzó a Küng en su cátedra, tapizada de libertad y de verdad. Uno llegó a ser el vigilante de la fe y otro el vigilado. Ratzinger se apuntó a las decisiones inquisitoriales y Küng a las preguntas inquisitivas.

En poco tiempo se hizo Hans con el dominio de las principales lenguas europeas. Lo pude comprobar anualmente en las reuniones de la revista internacional Concilium, durante la semana de Pentecostés, a lo largo de dieciocho años, a partir de 1973, en cuyo consejo editorial ingresé con Gustavo Gutiérrez. La revista Concilium había sido fundada en 1964 por los teólogos Rahner, Congar, Schillebeeckx y Küng. Las discusiones de Küng con los colegas germanos, franceses y angloamericanos sobre cualquier tema, en cualquier idioma, eran admirables. En 1975 fui a la reunión anual de Concilium, aquel año en Nimega, con la encomienda –por parte de unos curas de Vallecas– de traer una buena suma de marcos o dólares para pagar las homilías multadas de aquellos clérigos inquietos y ayudar a los curas que estaban en la cárcel concordataria de Zamora jugando al mus. Pasé la gorra y obtuve el equivalente de lo que entonces costaba un Seat 600. No sólo fue Küng el más generoso, sino que me dijo: “Si no basta, me lo dices”.

Al final del encuentro nos predicaban Rahner o Congar –uno sordo y otro en silla de ruedas–, pero maestros espirituales indiscutibles de la eucaristía final, celebrada en gregoriano y en latín. Menos mal que nunca se asomó por allí un grupo de progres del 68 para increparnos de reaccionarios. Definitivamente quedé admirado de aquellos grandes teólogos: eran piadosos y cantaban bien el gregoriano. Hans Küng sabía más latín que los demás, ya que lo había perfeccionado en Roma a base de silogismos.

Soy testigo del cambio que, por influencia de Gustavo Gutiérrez y Leonardo Boff, hicieron los teólogos de Concilium respecto de la teología de la liberación, reconocida con magnanimidad. Hubo quienes aprendieron castellano para leer directamente los textos básicos latinoamericanos, editados en España, que yo me encargué de que los recibieran.

Las críticas de Küng sin pelos en la lengua a la curia romana han sido siempre claras y contundentes. “La nueva teología conciliar y posconciliar –afirma– apenas ha entrado en la curia”, en la que “se mantienen los privilegios y prerrogativas romanos usuales desde la Edad Media”. No cede Hans a los chantajes, huye de los aduladores y no se considera un “lobo solitario” ni un teólogo con “afecto antirromano”.

Nombrado en 1962 por Juan XXIII “perito conciliar”, trabajó activamente en el Vaticano II. Vivió paso a paso las cuatro sesiones conciliares, examinó los esquemas y los juzgó con lucidez singular. Como sabía escribir muy bien en latín, redactó muchas propuestas para que los obispos amigos renovadores las llevasen al aula conciliar. “No pongas mi intervención en un latín demasiado culto –le dijo una vez el cardenal belga Suenens– porque los obispos del Concilio no lo entienden. Hazlo en un latín macarrónico”.

Küng reconoce que el Concilio aceptó una serie de propósitos reformadores centrales. “A pesar de todas las decepciones –afirma–, el Concilio ha merecido la pena”.

Describe en el primer tomo de sus memorias los rasgos de los papas Pío XII, Juan XXIII y Pablo VI con vigor y sin acritud, con seriedad y una buena dosis de humor. Esperamos su juicio sobre Juan Pablo II en el segundo tomo. Retrata a los grandes teólogos que ha conocido, valora y pondera sus contribuciones, admira a los exégetas seriamente documentados y muestra sintonía con los métodos histórico-críticos, que conoce y utiliza. Perito oficial del Vaticano II, ha sido discutido por sus escritos. Propuesto en una consulta popular como candidato al obispado de Basilea, la Congregación de la Doctrina de la Fe le retiró en 1979 la misión canónica de enseñar en la Facultad de Teología de Tubinga. No podía ser considerado teólogo católico. Pienso que esto le ocurrió, no sólo por sus consideraciones teológicas, sino por sus desconsideraciones respecto del Papa y del Opus.

No obstante, siguió en esta prestigiosa universidad estatal como profesor interfacultativo de teología ecuménica por decisión del rectorado. Su lema es “decir una palabra clara, con franqueza cristiana, sin miedo a los tronos de los prelados”. Cuando le dicen “siempre fue así”, contesta: “¿Fue siempre así? ¿Y tiene que ser siempre así?” Le han acusado de que ha hecho todo “demasiado pronto”, como si esto fuera un desvarío. “Los teólogos –sentenció en una ocasión– no producen las crisis; simplemente las señalan”.

Al acabar la segunda sesión del Vaticano II en 1963, fue retirado de la circulación un libro suyo sobre el Concilio. Al terminar el Vaticano II provocaron muchas discusiones sus obras sobre la Iglesia y sus estructuras. En 1970 levantó una gran polvareda su reflexión sobre la infalibilidad. Son incisivos sus últimos libros sobre la Iglesia Católica y sobre la mujer. Permanentemente crítico frente al “sistema romano", ha mantenido con coraje su pertenencia activa a la Iglesia o –como él mismo señala–, a su “terruño espiritual”, que es el cristianismo.

Hans conoce los problemas culturales de nuestra época, la tradición cristiana, la situación espiritual de cada momento, el presente de las Iglesias y las grandes religiones hoy activas. Es maestro como expositor, tiene antenas para captar la modernidad y la posmodernidad, sintetiza investigaciones exegéticas e históricas y acuña brillantemente nuevas interpretaciones teológicas. Ha dado la vuelta al mundo por lo menos dos veces. Por eso escribe –como lo recalca él mismo– desde un “horizonte universal”.

Uno de los grandes temas que ha tratado Hans Küng es la esencia del cristianismo. Su respuesta es contundente: “No hay cristianismo sin Cristo”. Por eso el cristianismo como religión no es meramente una idea (justicia o amor, por ejemplo), ni unos dogmas (cristológicos o trinitarios), ni una cosmovisión (frente a visiones ateas), sino la persona de Cristo Jesús. Jesucristo es la figura básica viviente de los cristianos, el centro del cristianismo. Sin Jesucristo no hay historia del cristianismo, ni reunión de cristianos.

Creó la Fundación Ética Mundial, de la que es director desde 1995, dedicada al fomento del diálogo interreligioso sobre postulados éticos. Ha logrado en poco tiempo que su Proyecto de ética mundial se extienda por todo el mundo, traducido a quince idiomas.

Vino a Madrid en la primavera de 1957 a estudiar español, vivió en la Mutual del Clero y asistió a una corrida de toros y decidió no volver más. Como a mí me gustan los toros y estamos en España, me atrevo a decirle a Hans que sabe torear divinamente astados escolásticos, brinda desde el centro del ruedo a un gentío universal sentado democráticamente en la plaza, pone banderillas a miuras que saben latín, da naturales con la izquierda a victorinos curialistas y ejecuta la suerte de matar a la primera, después de haber recibido algunas volteretas y cornadas clericales. Al final, ovación, dos orejas, vuelta al ruedo y salida a hombros por la puerta grande conciliar.




El teólogo Casiano Floristán



La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt





Entrada núm. 5768
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[SONRÍA, POR FAVOR] Es martes, 25 de febrero





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Tengo un peculiar sentido del humor que aprecia la sonrisa ajena más que la propia, por lo que, identificado con la definición de la Real Academia antes citada iré subiendo cada día al blog las viñetas de mis dibujantes favoritos en la prensa española. Y si repito alguna por despiste, mis disculpas sinceras, pero pueden sonreír igual...



















La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt





Entrada núm. 5767
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

lunes, 24 de febrero de 2020

[A VUELAPLUMA] El tiempo y los cambios





"Una mujer agradable -comenta la psicóloga y escritora Remei Margarit en el A vuelapluma de hoy lunes- dijo una cosa que me ha hecho pensar: “Cuando tenemos cincuenta años, nos volvemos invisibles”. Eso lo decía refiriéndose a que por la calle no la miraba nadie. Y seguramente no era cierto, pero es lo que ella sentía. Lo que sí es verdad es que el paso del tiempo va reconfigurando a las personas, por dentro y por fuera, y siempre teniendo en cuenta que el organismo también hace su trabajo y también cambia, tal vez en esa evolución se pasa un tiempo en tierra de nadie, como pasa con la adolescencia, pero a la inversa.

Si en la adolescencia las hormonas tergiversan la infancia y traquetean la seguridad infantil, después de los cincuenta años, posmenopausia para las mujeres y posjuventud para los hombres, se entra en un terreno desconocido donde es necesario redefinir lo que uno es entonces y hacia dónde quiere ir. Porque las técnicas de seducción utilizadas hasta entonces ya no sirven e incluso la misma seducción ya no sirve para relacionarnos los unos con los otros. Se necesitan otros recursos y hay que inventarlos cada cual a su manera y de acuerdo con su carácter. No es cuestión de lamentarse sino de saber que es el tiempo quien manda y acoger esos cambios con lo que también tienen de liberación de presiones externas.

De cualquier manera, esta sociedad que hemos construido idolatra la juventud, este es uno de sus pies de barro; cierto que la juventud es sinónimo de vida con proyección de futuro, aunque más tarde, cuando el tiempo ya nos ha enseñado unas cuantas cosas más referentes al vivir en paz con uno mismo, lo más sensato es seguir lo que nos permite vivir con un cierto equilibrio entre lo que queremos ser y lo que en aquel momento somos. No hay otra si no se quiere caer en el patetismo de los retoques continuados en la piel exterior, cuestión que esconde las carencias y la falta de paz interior.

Quizás llegados a ese momento es cuando uno se puede sacar la careta que, sin saberlo, llevaba puesta de cara a la galería, y ser realmente como es. El tiempo, “el gran escultor”, como decía Marguerite Yourcenar, que nos va librando de lo que sobra y molesta para seguir viviendo más ligeros de equipaje".

A vuelapluma es una locución adverbial que el Diccionario de la lengua española define como texto escrito "muy deprisa, a merced de la inspiración, sin detenerse a meditar, sin vacilación ni esfuerzo". No es del todo cierto, al menos en mi caso, y quiero suponer que tampoco en el de los autores cuyos textos subo al blog. Espero que los sigan disfrutando, como yo, por mucho tiempo. 





La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt





Entrada núm. 5766
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[LORCA EN SU JARDÍN] Hoy, con "La casa de Bernarda Alba"



Una representación actual de La casa de Bernarda Alba



Federico García Lorca (1898-1936) fue un poeta, dramaturgo y prosista español, conocido por su destreza en muchas otras artes. Adscrito a la generación del 27, fue el poeta de mayor influencia y popularidad de la literatura española del siglo xx. Como dramaturgo se le considera una de las cimas del teatro español de ese mismo siglo, junto a Valle-Inclán y Buero Vallejo. Murió asesinado un mes después del golpe de Estado que dio origen a la Guerra Civil civil española.

Concluidas las entradas dedicadas a Miguel de Cervantes y Benito Pérez Galdós, durante los próximos meses voy a subiendo al blog, en la medida de lo posible, toda la extensa obra teatral, poetica y narrativa de ese otro genio de la literatura en español que fue Federico García Lorca. Espero que la disfruten.

Y continúo hoy la tarea con la obra teatral La casa de Bernarda Albaque pueden leer en este enlace de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes de la Universidad de Alicante, de 2017, basado en las "Obras completas" de Lorca (Madrid, Aguilar, 1954). También pueden ver la obra completa en este vídeo, representada en el Café Teatro Casa Blanca, de Arganda del Rey (Madrid), el 19 de Enero de 2019.

La casa de Bernarda Alba es una obra teatral en tres actos escrita en 1936. No pudo ser estrenada ni publicada hasta 1945, en Buenos Aires, gracias a la iniciativa de la actriz Margarita Xirgu. Expone la historia de Bernarda Alba, que tras haber enviudado por segunda vez a los 60 años, decide vivir los siguientes ocho años en el más riguroso luto. Lorca describe la 'España profunda' de principios del siglo XX, caracterizada por una sociedad tradicional muy violenta en la que el papel que la mujer juega es secundario. Otros rasgos destacados son el fanatismo religioso y el miedo a descubrir la intimidad. Con Bernarda viven sus cinco hijas (Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela), su madre y sus dos criadas. Entre estas últimas se encuentra Poncia, una criada que ha vivido muchos años al servicio de la anciana.





Monumento a Lorca en Madrid



La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




HArendt




Entrada núm. 5765
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[SONRÍA, POR FAVOR] Es lunes, 24 de febrero





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Tengo un peculiar sentido del humor que aprecia la sonrisa ajena más que la propia, por lo que, identificado con la definición de la Real Academia antes citada iré subiendo cada día al blog las viñetas de mis dibujantes favoritos en la prensa española. Y si repito alguna por despiste, mis disculpas sinceras, pero pueden sonreír igual...





















La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt





Entrada núm. 5764
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

domingo, 23 de febrero de 2020

[ESPECIAL DOMINICAL] El retrete en la estación de autobuses



Marina Abramovic en Rhythm 0 (Nápoles, 1974)


"Hace unos meses -comenta en el Especial dominical de hoy la escritora Jimina Sabadú- un amigo contrajo una enfermedad de transmisión sexual. Llamó a sus últimas parejas sexuales para contarles que tenía una enfermedad curable pero incómoda. Al otro lado recibió respuestas secas desentendiéndose de aquello. Ninguna palabra de agradecimiento. Esta experiencia le ha hecho apartarse de las apps para encontrar pareja (sexual o sentimental), porque se ha sentido “como una cosa”. Yo misma me he retirado porque me he sentido, literalmente, como un retrete en una estación de autobuses. El lugar secreto y socialmente aceptado en el que unos desconocidos descargan sus problemas sin atender a ningún tipo de regla ética elemental. Y no es por ser yo, no es por mí y no es por mi amigo, ni es por ti ni por tus amigos. Es porque son las reglas del juego tal y como nos las han enseñado y tal como jugamos con ellas.

Del pueblo donde siempre he veraneado es un exministro de Vivienda. Su padre lleva o llevaba la cara marcada, de arriba abajo, con un corte de cuchillo. En su juventud tuvo una pareja sexual que se quedó embarazada. Hablamos de los años cincuenta, en el interior de la España ahora vaciada. Una mujer se quedó encinta y un hombre no se responsabilizó. La culpa fue a parar íntegramente en ella (los niños como culpa; otro cantar), y el hombre, padre de este ministro, no quiso saber nada. Siguió con su vida. Ella le salió un día al paso con un cuchillo y le rajó la cara “para que sepas cómo es ir marcado”. Ella tuvo una hija que hoy es media hermana de aquel ministro. Él no se quitó nunca la barba porque la verdadera culpa estaba debajo.

La artista Marina Abramović realizó un performance en 1974 con un nefasto resultado. Rhythm 0 tuvo lugar en una galería de arte de Nápoles. “En la mesa hay setenta y dos utensilios que pueden usarse sobre mí como se quiera. Yo soy el objeto.” Durante unas horas el público asistente hizo lo que quiso con su cuerpo mientras ella permanecía inmóvil. Hubo gestos de cariño, pero la gran mayoría consistieron en vejaciones.

Puedo referir también otra historia grande en su mezquindad. Hace muchos años, cuando empezaban estas redes, un entonces amigo me habló de una chica con la que hablaba por Meetic. Le pidió fotos y en un momento dado se dio cuenta de que en todas aparecía sentada. “¿Por qué no me mandas una foto de pie?” “Es que soy paralítica.” Mi entonces amigo cerró la conversación, desentendiéndose así de aquella chica. Era paralítica y era una desconocida.

Todas estas cosas tienen la misma raíz: la impunidad. El mismo mecanismo social hace que consumamos pura explotación y que este ser dejase colgada a una chica porque era paralítica.

En la experiencia de todas las mujeres con las que he hablado sucede lo mismo: un hombre está muy interesado en conocerte. Pero mucho. Todo lo que dices le parece muy interesante. Todos los planes le parecen bien. Cuando quedas, si es que quedas, y hay sexo, si es que hay sexo, el cambio es radical sin importar la calidad del sexo. Ya no tiene interés. Entonces empieza un enfriamiento muy rápido en el que se le pregunta el porqué de su proceder. La ausencia de respuesta es invariable, pero nunca hay un bloqueo telemático. Tu número sigue guardado en su agenda, porque si falla otra, volverá. Ninguna mujer que yo haya conocido acepta esta segunda vuelta, pero todas la hemos vivido. Para el autor no hay ningún problema ya no en utilizar a otro ser humano en su propio beneficio, sino en demostrar que lo está haciendo. Esto es casi exclusivo de las nuevas formas de relación social.

El caso de un hombre fingiendo un interés humano para lograr un encuentro sexual no es algo nuevo. Pero son las redes sociales las que permiten deshumanizar al otro, si es que deshumanizar está en tu naturaleza. No ven –o no nos ven– como seres humanos de plena condición, sino como semovientes difíciles de burlar. Esto, dentro de un grupo de amigos, sería confrontado casi de inmediato. En un grupo universitario sería objeto de advertencias ya fuera por compañerismo o por chismorreo, pero en un entorno digital, con una arquitectura variable multipunto (se llama así, no es invento mío), nadie es responsable de nadie. Hemos aprendido a mirar por nosotros mismos y la diferencia entre el egoísmo y el protegerse de los demás se ha vuelto confusa para mucha gente; en concreto para la gente que era egoísta de antes y que ahora lee frases de motivación para asentarse aún más en lo suyo.

El siglo XXI se está perfilando (por ahora) como un terreno de formaciones frágiles, cambiantes y engañosas, algo parecido a los bordes de los riachuelos en la montaña. Si pisas mal, hundes el pie en el barro. Si llueve, la tierra se deshace. La deslocalización absoluta nos devuelve al rito y todo lo que hemos construido durante dos mil años se diluye hasta quedar en una frase fuera de contexto que se repite no en forma de texto, sino en forma de imagen. Carpe diem es una de las expresiones más repetidas en los perfiles de redes para encontrar pareja. ¿Pero qué quiere decir carpe diem? ¿Aprovechar el tiempo para qué, con qué fin? La historia interminable se divide en dos partes, y en la segunda hay un solo mandato: “Haz lo que quieras.” Bastian se convierte en un completo gilipollas –como pasa, por otro lado, en no pocas novelas juveniles una vez el héroe comienza a asumir su destino–, porque la frase “Haz lo que quieras” tiene mucha más profundidad de lo que él cree en un primer momento. Es el espíritu de la arquitectura variable multipunto, que no es sino una ramificación más de esa atención difusa que se nos está quedando. ¿Qué quieres hacer en este momento? ¿Qué es lo que realmente quieres hacer? Sabemos que queremos leer, o pasear, o darnos una ducha. En realidad miramos el móvil variando de dirección una y otra vez, convirtiéndonos en criaturas incapaces de hacerse responsables de su propio tiempo. Más solos que nunca. Somos más que nunca una turba manejable, hirviente y prescindible.

Pero hay también una facilidad de convertirse en el foco de atención de los demás. Es ahí cuando dejamos de ser turba para ser individuos solitarios. Solo estamos fuera de la turba cuando se nos señala como culpables de algo. Hagamos un breve repaso de algunos linchamientos recientes. Advierto que voy a mezclar culpables con inocentes, buenos con malos, malentendidos con exposición deliberada. Solo es una lista de linchamientos. Intentad no sacarla de contexto, a ver si esto es posible: Leticia Dolera, Laura Escanes, Camilo de Ory, Verónica (Iveco), Izal, Carla de La Lá. ¿Quién no ha participado alguna vez con un tuit, un meme, un reenvío, una opinión? Estos han sido casos que han prendido (he elegido todos los que no tienen ningún impacto en nuestra vida), pero por el camino se quedan un montón de historias que ya a nadie le importarán. Es posible que recuerde alguien el caso de dj Sito. Algunos años después de su exitoso cover lo busqué en YouTube y encontré un video en el que ataba a un mendigo con cinta aislante y le pintaba insultos con rotulador en la cara mientras se reía de él junto con otros salvajes. El video no tenía demasiadas visualizaciones y antes de pasárselo a nadie lo denuncié a YouTube, y fue retirado de la plataforma. Así que al final, además de los rumanos de su pueblo, le caía mal mucha más gente. Si ese video lo hubiera reenviado tal vez habría corrido la misma suerte que ReSet y, pensándolo bien, quizá debería haberlo reenviado para que tuviera que pagarle aquel dineral al pobre hombre.

Hacer pantallazos de Tinder es muchas veces más satisfactorio que conocer a alguien por Tinder. El pantallazo surge de la sorpresa, del asco, del horror o de la hilaridad. De sensaciones tan espontáneas como abundantes. Son el equivalente a respirar hondo. Oxigenan el cerebro y traen frescura al uso de la app. Sin embargo, no suelen ir unidos a la crueldad. Los pantallazos que veo compartidos tienen más que ver con el estupor que con ninguna otra cosa. Esa ingente masa de personas que ama estar con los amigos, viajar y tomar unas cerves (sic), ¿por qué no tiene pareja si son compatibles con prácticamente la totalidad de los seres humanos? ¿Por qué cuesta tanto hablar con ellos y extraer conversación? La respuesta, en el caso de Tinder, puede tener una explicación muy prosaica: la app está diseñada a la manera de un videojuego. Derecha, izquierda, match. Conversación. Funciona, WhatsApp. Ahí entra el juego real. Si no es satisfactorio o si lo es demasiado rápido, se vuelve a empezar. También en los videojuegos se muere más de una vez.

Hay gente prácticamente profesional de Tinder que colecciona contactos (y, según sus habilidades, sexo), añadiendo a su agenda de contactos un montón de personas apellidadas Tinder y que, a veces, tienen un segundo apellido. Y esto es invariable: no puedes apreciar a alguien que se apellida Tinder. Marisa Rockera Tinder, Elena Profe Tinder, Alicia Choni Tinder, Patricia Surfer Tinder, Pitufo Filósofo, Pitufo Bromista, Pitufo Gruñón. Personalidades compatibles con un test de la Nuevo Vale, de cuando las relaciones eran un juego de prueba y error. Entre medias, quince años de vida en los que, a tenor de esto, no has aprendido absolutamente nada.

Dentro del mundo de las apps de citas, las normas del juego definen lo que vas a poder encontrar. Por poner un caso opuesto, OkCupid se centra en la compatibilidad de las personas y tras un test moderadamente amplio te da un porcentaje que suele ser acertado, pero que no deriva necesariamente en una atracción real. The Inner Circle, por ejemplo, se basa en dar una imagen de distinción y cosmopolitismo cuyo único pie es gozar de una mayoría de usuarios practicando deportes de invierno (ni siquiera de agua). Entre OkCupid, The Inner Circle y Tinder hay diferencias de trato entre usuarios, aunque lo normal es que una misma persona sea usuaria en diferentes plataformas. Así que somos educados en tanto en cuanto la plataforma nos lo sugiere. Mi instagramera favorita (con diferencia) se llama HeyZulu y en uno de sus videos proponía una app que cortaba por ti cuando estabas harto de una relación recién comenzada. Sin culpa ni rencor, porque la app iría de eso. Esta chica sí que sabe. Espero que encuentre socio capitalista pronto.

¿Recuerdas 13, Rue del Percebe? Claro que sí, hombre. En el ático vivía un moroso que disfrutaba no pagando. Disfrutar no pagando. Qué concepto, ¿eh? Disfrutar por una nimia ventaja sobre otro. En los pisos inferiores sus vecinos se las veían negras para cubrir sus gastos y necesidades, aunque todos los que tenían una PYME casera lo hacían a base de estafas. En este crisol de trapisondistas el vecino del ático era el único que disfrutaba, a pesar de ser el que más difícil escapatoria tenía. Este personaje, como sabe cualquier aficionado al cómic, no era otro que Manuel Vázquez, el mejor dibujante que nos ha dado el tebeo español. Un tipo tan genial como vago, cuyo ingenio solía ir destinado a no trabajar. Muchas de sus grandiosas anécdotas están recogidas en el álbum Los profesionales, de Carlos Giménez, y son tan increíbles como ciertas. Porque lo son. Esta que voy a referir no viene en este tebeo, pero también es maravillosa: Vázquez se encuentra con uno de sus hijos en el bingo y la conversación viene a ser como sigue: “¿Tu madre sabe que estás aquí?” “No.” “Pues dame mil pesetas y no le digo nada.” En una entrevista en tve habla de cómo es su relación con las mujeres. La entrevista es graciosa como todo lo que él hacía, pero ¡ay! si lo miras del otro lado. Qué poca gracia tiene o tendría. Si tú o yo fuéramos las víctimas de sus estafas y engaños. Pero lo que quiera que llevemos dentro, ese confuso adn cultural, nos hace ponernos del lado del estafador. Mucho Quijote y mucho Cervantes pero somos mucho más el Lazarillo, que ni siquiera sabemos quién lo escribió.

Sin la gracia ni el talento de Vázquez, podemos recordar la surrealista entrevista de Ana Rosa Quintana con Pablo Iglesias en su excasa de su exbarrio. Pablo hablaba de su padre diciendo que era un ligón (sic) y que se llevó a su madre, que era la más guapa (sic). Nada que objetar porque, al fin y al cabo, cuando cortó con Tania Sánchez dijo que era “la mujer más valiente que he conocido nunca”, mientras que Pablo, para Tania, fue “el hombre que lo cambió todo”. Perdón por mi enfoque netamente femenino. Resulta que nunca he sido hombre y para esto somos bastante distintos porque la vida es así.

En términos de mayor igualdad, pero el mismo egoísmo, tenemos el malentendido mundo swinger. Esa gente que cambia de pareja sexual in situ (como diría Conchi Córdoba), en unos locales a precio de cotillón de Nochevieja. Una vez que el usuario ha soltado 35€ de media por entrar, decide no cambiar de preservativo de una mujer a otra porque son caros (esto por lo visto es lo normal) y porque mientras su polla esté protegida lo que pueda viajar de una entrepierna a otra le es indiferente. Difícilmente se puede encontrar una forma más física e inmediata de sacar un beneficio material de otra persona sin importar lo que venga después (para el otro, por supuesto). Otra costumbre que empieza a extenderse dentro y fuera del mundo swinger es retirar el preservativo a ver si la chica no se da cuenta. Esto, además de una canallada, es un poco del género tonto. Les deseo a todos los que lo hacen la gonorrea del primer párrafo.

Esto son las apps de citas: son nosotros. Son nosotros elevados a la n, son nuestra cultura concentrada en un solo hilo que une decepción con decepción. Puedo mencionar un perfil que vi una vez que casi me hace llorar. Un chico con una pequeña discapacidad decía: “No me importa si tienes traumas. Podemos superarlos juntos.” En tres años no he visto nunca una mano tendida de esa manera hacia el otro. Lo normal es no tener nada que ofrecer y pedir todo lo posible. En el otro extremo están los usuarios varones que no consiguen un solo match mientras lo usan. Por eso quizá los hombres suelen dar like a toda mujer, animal, ente u objeto que se encuentren, porque es un mercado y rigen unas leyes que traspasan las normas del juego. Y ahí es donde nos convertimos en los retretes de la estación de autobuses. Es cuando nos quedamos sucios, fríos, rotos y, por supuesto, llenos de mierda.

Sobre el performance citado al principio diré que pasadas algunas horas, cuando aquello llegó a su fin, Marina Abramović se movió hacia la mesa desnuda, ensangrentada, pintada y con la cara llena de lágrimas. El objeto desaparecía para que entrara la persona. Los asistentes se fueron evitando el contacto con ella. No puedo evitar pensar en un cuento de Elvira Navarro en el que, ante una violación, una niña en bicicleta le pregunta a su violador: “¿Por qué has hecho eso?” No recuerdo si, en el cuento, el violador respondía o no. No lo recuerdo. Pero de Rhythm 0 sí recuerdo haber leído que Marina Abramović descubrió esa noche que un mechón de su cabeza había encanecido".

El Especial de cada domingo no es un A vuelapluma diario más, pero se le parece. Con un poco más de extensión, trata lo mismo que estos últimos, quiza con mayor profudidad y rigor. Y lo subo al blog el último día de la semana pensando en que la mayoría de nosotros gozará hoy de más sosiego para la lectura.




La escritora Jimina Sabadú



La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt





Entrada núm. 5763
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)