lunes, 22 de enero de 2018

[A VUELAPLUMA] La forja de un rey (en seis minutos)






362 segundos fue el tiempo que duró el discurso de Felipe VI el 3 de octubre, su particular 23-F. Moncloa pensó que se precipitaba, pero lo cierto es que su alegato fiero de seis minutos marca ya su reinado, comentaba hace unos días en El Mundo la periodista y escritora Ana Romero, especialista en los asuntos de la Casa Real. Un relato completo de cómo ha marcado ya su camino el discurso 'catalán', el papel jugado por el 'sanedrín' de Zarzuela, y 'la burbuja' de Madrid de la que el rey se siente muy distante

Ese martes, comienza diciendo Ana Romero, el rey se levantó temprano y desayunó con su mujer y sus hijas en el complejo de La Zarzuela, como siempre que está en Madrid durante la semana. La historia, al final, es una mezcla de rutina doméstica y de hechos extraordinarios. El 3 de octubre de 2017 no fue distinto de otros días. Las niñas se marcharon al colegio y el calor siguió apretando en el monte de El Pardo, pero la decisión que tomó Felipe VI esa mañana determinará su reinado para bien o para mal.

«Yo he jurado bandera dos veces», llegó a afirmar el rey en la recepción del 12 de octubre en el Palacio Real para justificar el discurso fiero de seis minutos que pronunció dos días después del referéndum ilegal en Cataluña, cuando España se asomó al abismo de la desintegración. Se refería a su primera jura en la Academia Militar de Zaragoza en 1985 y a la llamada rejura en la Academia General del Aire de San Javier (Murcia) en 2014. A esta segunda vez, apenas seis semanas antes de convertirse en rey, acudieron la reina Letizia y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Así, convencido profundamente de su obligación como jefe del Estado y como capitán general de los tres ejércitos de España, repasó el discurso escrito por última vez con el círculo más íntimo de su sanedrín, tres hombres venidos de distintos rincones del país y que llevan media vida en palacio.

Jaime Alfonsín Alfonso, el abogado del Estado gallego de 62 años que suma 22 al servicio de Felipe VI, el jefe de la Casa, su mano derecha y su más directo asesor. Un hombre introvertido y discreto, muy a tono con el hermetismo que el nuevo rey ha impuesto en torno a su vida personal y profesional. Domingo Martínez Palomo, de 63 años, andaluz criado en Murcia, el teniente general de la Guardia Civil que entró en Zarzuela de escolta del príncipe niño hace 36 años. Además de secretario general y número dos de la Casa, es la memoria histórica de la monarquía reciente, el hombre que todo lo sabe en palacio y todo lo intuye. Meticuloso hasta la extenuación, Palomo es un servidor leal cuya única ambición es no defraudar nunca al rey. Alfonsín y Palomo, como son conocidos en la Casa, aparecen sentados en la foto detrás del rey durante el desfile militar el pasado 12 de octubre. En esa ocasión, Palomo no vistió uniforme militar, como hace a veces en su afán por pasar lo más desapercibido posible. Nada querrían más estos dos hombres, posiblemente dos de los que más poder atesoran en este país, que ser invisibles para dejar que todo el foco brille sobre el rey, al que han entregado su vida.

El tercero es el periodista catalán Jordi Gutiérrez Roldán, 58 años, que trabajó en TV3 antes de entrar en Zarzuela hace 24 años en el gabinete de Comunicación que ahora dirige. Todos contribuyen con sus ideas al discurso, de la misma manera que lo hicieron al de proclamación el 19 de junio de 2014. En Zarzuela se escribe a varias manos, esta vez también. No hay nadie que haga de Rudyard Kipling, el redactor del primer mensaje navideño de la historia para el rey Jorge V de Inglaterra en 1932. Todo, también las palabras elegidas y el orden de inclusión, es fruto del trabajo de equipo. Pero el rey es el alma de este discurso de apenas dos folios, más breve de lo normal. Alfonsín fue el encargado de enviárselo a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, su interlocutora habitual, abogada del Estado como él. Con ella como enlace del Gobierno está Alfonsín en continuo contacto desde mediados de agosto, cuando se produjo el atentado yihadista en Barcelona. Hubo varios borradores.A última hora de la mañana, el documento está listo para el visto bueno final, el que le da el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sentado ya frente al rey en el despacho oficial en el palacio de La Zarzuela propiamente dicho, a un kilómetro escaso del edificio donde vive Felipe VI con su familia, el llamado Pabellón del Príncipe. Al igual que Soraya, Rajoy no cambia absolutamente nada. Pasadas las seis de la tarde trabajan en ese mismo despacho las cámaras de Televisión Española de la mano del equipo de institucionales, los mismos que tres años antes fueron conducidos en secreto a grabar el discurso de abdicación de Juan Carlos I. Se graba rápido, el rey tiene interiorizado el discurso desde hace días. Ha pasado la tarde repasándolo y trabajándolo antes de que llegaran los técnicos. Hay partes que se sabe casi de memoria.Finalmente, a las nueve de la noche de ese martes 3 de octubre de 2017, Felipe VI se asoma a la pantalla, como llevan haciendo los reyes más de medio siglo para felicitar la Navidad o hacer una declaración excepcional. La de Felipe VI fue la primera de su reinado, y muy mal tendría que irle a España para que tuviera que volver a intervenir de esa manera un par de veces en su vida. Con el discurso del 3 de octubre puso fin a un mes de cavilaciones. La línea roja la marcaron las leyes de desconexión del Parlamento catalán, pero Zarzuela estaba en modo 24 horas desde el atentado yihadista en Barcelona el 17 de agosto. La manifestación contra el terrorismo el 26 de agosto, con su abucheo organizado contra el rey, les dio la medida de lo que se avecinaba.

Todo el mes de septiembre lo pasó el rey consultando con su sanedrín, que en su totalidad incluye además de los tres mencionados al general José Manuel Zuleta, duque de Abrantes con avenida propia en su Jerez de la Frontera natal y secretario de la reina Letizia, y al diplomático Alfredo Martínez, asturiano como la reina, jefe de protocolo de la Casa. Desde agosto Felipe VI habla a diario con el presidente Rajoy, a veces hasta dos veces. Sabe a lo largo de todo el mes que va a hacer esta intervención y así se lo comunica a algunas personas de fuera de Zarzuela que re reunieron con él a petición suya. Pero no sabe cuándo será el día exacto.Las imágenes del domingo 1-O en Cataluña -unos españoles, civiles, intentando votar ilegalmente para separarse de España y otros españoles, policías, intentando evitarlo- le helaron el corazón. Como jefe del Estado, «símbolo de su unidad y de su permanencia» según la definición que de él hace la Constitución, y como capitán general de los tres ejércitos, supo que había llegado el momento de intervenir. Era lo único que podía hacer: defender el país tal como lo conocemos ahora y todo lo que él mismo y su apellido representan en España desde 1700. Todo eso peligraba seriamente esa primera semana de octubre.«Moncloa pensó que se precipitaba, pero él insistió en hacerlo. El discurso se escribió en Zarzuela y se mostró a Moncloa, que dio luz verde», explican fuentes solventes. El rey guardó las formas institucionales durante 48 horas: dejó que hablara primero el presidente del Gobierno el domingo por la noche, cuando Rajoy negó la existencia del referéndum que todos pudimos ver en directo en las televisiones, y al día siguiente esperó a que el líder del Ejecutivo consultara con sus oponentes políticos, Pedro Sánchez y Albert Rivera.

Aunque el discurso ya estaba listo, el rey pagó un precio por esa espera de 48 horas transcurridas entre el referéndum y el discurso: las redes lo ridiculizaron por su inacción, y con el apodo del Escondido se convirtió en trending topic en Twitter. Sus clientes naturales, la derecha y los pocos monárquicos que hay en España, estaban exasperados. Por WhatsApp mandaron imágenes poco apreciativas. ¿Para qué un rey? ¿Este era el Preparado? Desprecios del tipo «ya lo decía yo» tan típico del Madrid pequeño formado por periodistas, políticos, funcionarios, asesores y correveidiles. Lo que en Zarzuela se denomina «la burbuja» y de la que el rey se siente tan distante. Una Almendra Central que abarca todo lo que ocurre dentro de la M-30, el cinturón que separa a la capital del reino, la de los coches oficiales y los restaurantes caros, de la España normal. Un territorio físico y mental parecido al cinturón que existe en Washington DC, el famoso beltway del que se nutrió el populismo de Trump.

En las horas previas al 3-O, ardía la Almendra Central con indignación. Felipe VI es un hombre prematuramente envejecido con barba cana y patas de gallo. Algunos dicen que su aspecto se debe al enorme esfuerzo que realiza por no levantar la voz, por tragarse sapos con deportividad, por ganarse a pulso el sobrenombre del Paciente, como su abuelo materno, Pablo. En esta corte hermética que es la nueva Zarzuela, Felipe VI muestra además el perfil de un hombre frío que evita las decisiones en caliente. También se achaca a su mujer, la reina Letizia, la capacidad de tomar nota y no olvidar. Cuenta diez antes de estallar, dicen, pero cuando toca lo hace. Como el martes 3 de octubre, cuando en seis minutos acabó con la caricatura de el Quieto, el Ausente, el Falto de Carácter, el Hombre en Manos de su Mujer. Se hizo con otra, la del Rey de Bastos que le han colocado la izquierda más radical, los independentistas catalanes y los nacionalistas vascos. Pero esa es otra historia cuyo final aún no está escrito.

Dos discursos marcan los últimos años de la monarquía española: el de la abdicación de Juan Carlos I el lunes 2 de junio de 2014 y el catalán de Felipe VI el martes 3 de octubre de 2017. Los dos causaron sorpresa. Nadie esperaba que el padre fuera a abdicar. Tampoco que el hijo mostrara tan pronto el hierro del que está hecho. «Es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional... y el normal funcionamiento de las instituciones, la vigencia del Estado de derecho y el autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de Autonomía», dijo Felipe VI, vestido de oscuro, a juego con el ambiente sombrío de su despacho. Nada de ramas de olivo o de palabras en catalán, un idioma que domina, como hará también su hija Leonor, la heredera.«No se habla con quien se ha saltado un semáforo. Primero se le multa, y luego se pregunta por qué lo ha hecho», explican en su entorno. «No se renuncia de golpe a un tercio de la población», afirman lejos de su entorno en referencia a esos independentistas catalanes, nacionalistas vascos, izquierdistas y escépticos, los del Rey de Bastos, que a partir de ese momento se sintieron un poco más lejos de esa Corona que Felipe VI lucha por institucionalizar. A falta de encuestas fiables, se estima que en Cataluña el 80% de la población sintió rechazo a sus palabras. Eso incluye a unionistas o constitucionalistas. El resto de España lo aplaudió en proporción similar, a la inversa. «En Madrid se lee mal Cataluña», afirma un empresario catalán cuya compañía ha abandonado el territorio por miedo a la independencia y que lo último que querría es ver una Cataluña independiente. Pero esa misma persona sabe que tiene que convivir con la mitad de la población que no piensa como él: «Desde Madrid se ve todo muy fácil. Desde Barcelona es distinto».Felipe VI no ha variado su posición. El discurso de Navidad incluye un cambio en el tono pero no en el fondo. El Estado español que representa el rey sufrió un disgusto el 21 de diciembre porque los independentistas volvieron a revalidar la mayoría absoluta. El problema político y constitucional es de largo recorrido, pero Felipe VI ya fijó su posición el 3 de octubre: las autoridades catalanas no podrán volver a repetir esa «deslealtad inadmisible».

Fuera de Cataluña, el discurso ha hecho subir enteros la figura del rey. Los más entusiastas lo comparan con el que pronunció el 3 de septiembre de 1939 del rey Jorge VI, padre de la actual reina de Inglaterra, al declarar la guerra a Alemania. Es conocido por la frase «Con la ayuda de Dios prevaleceremos», pero sobre todo por la película El discurso del Rey (2010) sobre el monarca tartamudo, hermano del abdicado duque de Windsor. España no está en guerra con Cataluña, que sigue sin ser una nación extranjera, y el único parecido entre Jorge VI y Felipe VI es el esfuerzo que pone el monarca español en la buena dicción. A base de trabajo, ha conseguido evitar los molestos quiebros de voz.Dentro de dos semanas cumplirá 50 años, esa edad que supuestamente corona la madurez personal y profesional. Felipe VI, el primer rey verdaderamente constitucional de la historia de España, es un hombre discreto, desconfiado y frío que separa con mano de hierro su vida profesional de la personal. Ha aprendido la lección: cometerá otros, pero no los errores que aprendió de su padre. Ese martes, como todos los días entre semana que está Madrid, acabó como empezó: en casa, con su familia.





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: vámonos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt






HArendt






Entrada núm. 4216
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[PARLAMENTO] XII Legislatura de las Cortes Generales. Enero, 2018 (III)






Las Cortes Generales representan al pueblo español y están conformadas por el Congreso de los Diputados y el Senado. Ambas Cámaras ejercen la potestad legislativa del Estado, aprueban sus Presupuestos, controlan la acción del Gobierno y tienen las demás competencias que les atribuye la Constitución. 

En los Diarios de Sesiones de las Cámaras se reflejan literalmente los debates habidos en los plenos y las comisiones respectivas y las resoluciones adoptadas en cada una de ellas. Los demás documentos parlamentarios: proyectos de ley, proposiciones de ley, interpelaciones, mociones, preguntas, y el resto de la actividad parlamentaria, se recogen en los Boletines Oficiales del Congreso de los Diputados y del Senado. 

Desde este enlace pueden acceder a toda la información parlamentaria de la presente legislatura, actualizada diariamente. Les recomiendo encarecidamente que la exploren con atención si tienen interés en ello. Y desde estos otros a las páginas oficiales de la

Casa de S.M. el Rey

Congreso de los Diputados
Senado
Presidencia del Gobierno
Tribunal Constitucional
Tribunal Supremo y Consejo General del Poder Judicial
Consejo de Estado
Boletín Oficial del Estado

Parlamento Europeo

Consejo Europeo y Consejo de la Unión Europea
Comisión Europea
Tribunal de Justicia de la Unión Europea
Tribunal Europeo de Derechos Humanos
Diario Oficial de la Unión Europea

Parlamento de Canarias
Gobierno de Canarias
Cabildo de Gran Canaria
Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria

Se reanuda la actividad parlamentaria tras las vacaciones navideñas. Estas son las reuniones celebradas la pasada semana. 

MARTES, 16 DE ENERO
Comisión de Investigación de la Crisis Financiera en España del Congreso

MIÉRCOLES, 17 DE ENERO
Comisión para la Evaluación y Modernización del Estado Autonómico del Congreso 
Comisión de Empleo y Seguridad Social del Senado
Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo del Senado

JUEVES, 18 DE ENERO
Comisión de Interior del Senado
Comisión de Energía, Turismo y Agenda Digital del Senado

Desde los enlaces anteriores pueden acceder a los Diarios de sesiones respectivos.  

Esta es la agenda de trabajo de las Cortes Generales prevista para esta semana tanto en el Congreso como en el Senado.

Desde este enlace pueden acceder al programa semanal que RTVE ofrece sobre la actividad parlamentaria.

Y desde este otro a la página oficial de las Cortes Generales, permanentemente actualizada, dedicada a la Conmemoración del 40º aniversario de la Constitución de 1978.







Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 4215
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[HUMOR EN CÁPSULAS] Para hoy lunes, 22 de enero





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Yo no soy humorista, así que me quedo con la primera acepción.

En la medida de lo posible iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos en Canarias7, El Mundo, El País y La Provincia-Diario de Las Palmas. Disfruten de ellas. 





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: vámonos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt






HArendt






Entrada núm. 4214
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

domingo, 21 de enero de 2018

[A VUELAPLUMA] El hundimiento del catalanismo





Artur Mas es el máximo responsable de la derrota y destrucción del catalanismo político, afirma el periodista Lluís Bassets, director adjunto del diario El País. Lo tuvo todo y todo lo ha perdido, comienza diciendo. Lo quiso todo y nos ha dejado sin nada. Hasta ahora, los grandes políticos de este país habían hecho mucho con muy poco, a veces sólo con un gesto o una palabra. Este político que ahora dice que se va, en cambio, es exactamente el caso contrario. Teniendo en sus manos el poder más extraordinario que nunca se haya concentrado en las manos de un partido catalán, lo ha dilapidado y destruido, destruyendo además otras muchas cosas, empezando por su propia carrera y la de numerosos compañeros de partido y de alianzas, siguiendo por la estructura entera del sistema de partidos catalanes, y terminando, incluso, por las ideas y los valores de la ideología y de la cultura política central en Cataluña que es la del catalanismo político.

Todo esto es obra de Artur Mas. Con colaboraciones numerosas y con complicidades abundantes, con responsabilidades compartidas ampliamente en el mundo periodístico, intelectual, artístico, deportivo, mediático y empresarial. Pero tratándose de quien quería ser un líder, el líder supremo, el que mantenía más altas las apuestas y aseguradas las posibilidades de negociación y de victoria, suya es la responsabilidad máxima y la mayor de todas, y a él le corresponde responder ante sus conciudadanos, los catalanes, con independencia de las deudas que tenga que resolver ante la justicia, y responder exactamente por el hundimiento al que nos ha llevado con sus políticas y sus decisiones concretas, por la derrota de dimensiones históricas a la que él y los suyos nos han abocado a todos.

Quiso organizar la 'casa grande del catalanismo' y el catalanismo se ha encogido y cuarteado hasta quedarse ahora sin casa. Planteó una 'transición nacional', y nos encontramos ahora con una regresión nacional: en lugar de la independencia, una marcha acelerada hacia la pre-autonomía. Pretendió organizar Cataluña como un Estado propio dentro de Europa y Europa no quiso saber nada del nuevo Estado que se le anunciaba. Quiso internacionalizar el conflicto y ha conseguido el más alto nivel de desprestigio y de enemistad con que haya contado Cataluña dentro de España y de Europa en toda su historia. Quiso hacer más pequeña y más débil a España y ha conseguido hacer más pequeña y más débil a Cataluña. Todo lo confió al ejercicio del derecho a la autodeterminación, presentado como derecho a decidir, ejercido unilateralmente, y ahora ni siquiera mantiene vigencia y futuro la idea de una consulta o de un referéndum legal y acordado. Hizo de la independencia un objetivo creíble y al alcance de la mano y ha quemado la idea de independencia probablemente para décadas.

Cataluña se ha visto confrontada, gracias a los errores del independentismo, que son los errores de Artur Mas, a la cruda realidad de su peso, su fuerza y su dimensión geopolítica dentro de España y dentro de Europa. Mas es responsable máximo de los tres errores más importantes cometido por el independentismo a la hora de enfrentarse con su proyecto. Un primer error de análisis irrealista de la correlación de fuerzas, un segundo error de tergiversación de cara a los ciudadanos respecto a las posibilidades reales de alcanzar los objetivos propuestos y un tercer error, el más grave, de sustitución del método posibilista del catalanismo de probada eficacia historia por un experimento rupturista y de confrontación con España y con el mundo entero si era necesario.

La realidad de España era mucho más sólida y seria de lo que Mas había explicado. La economía y las empresas no tenían simpatía alguna, como Mas pretendía, con un proyecto que fabricaba inseguridad jurídica y resultaba en una inestabilidad hostil a las leyes del mercado. La diversidad de la sociedad catalana era incompatible con un proyecto que no ha dudado en acogerse finalmente a una idea de identidad de carácter etno-nacionalista, despertando en consecuencia reflejos nacionalistas de signo contrario. La Constitución española era mucho más firme y eficaz de lo que había pensado Mas con sus frívolas astucias para esquivar o impugnar el marco legal.

Pero todas estas responsabilidades son plurales y compartidas, y forman parte de ‘la confabulación de los irresponsables’, que tan bien ha explicado Jordi Amat en su libro del mismo título, y que afecta a todos los partidos y a un buen puñado de dirigentes, no únicamente a Artur Mas. Dentro de estas irresponsabilidades encabezadas por Mas, hay algunas decisiones pertenecen directamente a la persona que las tomó, como son las convocatorias electorales o las disoluciones de los Parlamentos, atribuciones específicas del presidente de la Generalitat. Y también aquí las equivocaciones de Mas son desgraciadamente memorables: disolvió cuando no lo tenía que hacer y no lo hizo cuando era necesario, respectivamente en 2012 y 2015, por lo que cae sobre sus hombros la responsabilidad de entregar la llave de la estabilidad parlamentaria a la CUP, una fuerza desestabilizadora por definición y que sólo le interesa participar en mayorías que se dediquen a desestabilizar y vulnerar la legalidad constitucional.

Que lo hiciera el hombre vocacionalmente señalado para dirigir la centralidad sociológica del país, para representar a la burguesía y a las clases medias y asegurar la prosperidad y la buena marcha de la economía, para pactar con Madrid y con Bruselas, es el mayor y el más imperdonable de los pecados. Ungido como el presidente de la continuidad pactista y posibilista, Artur Mas se convirtió en el líder populista y rupturista, capaz de dividir a los catalanes, enfrentarlos con España y arrancarlos si hacía falta del marco europeo. La designación de Puigdemont como sucesor es la culminación del disparate y de las cumbres de desprestigio a los que nos ha llevado esta ‘confabulación de irresponsables’.

Nada de positivo hay en su legado. Si la historia tiene algo de piedad de su paso por la máxima responsabilidad política catalana, le dejará en el olvido de una nota al pie insignificante. Si es un poco más atenta y rigurosa, le dedicará uno de los capítulos más negativos de la historia de Cataluña, el que corresponde a quien ha dilapidado la herencia espléndida que han recibido y solo ha dejado tras de sí una casa en ruinas.






Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: vámonos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt






HArendt






Entrada núm. 4213
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[TRIBUNA DE PRENSA] Lo mejor de la semana. Enero, 2018 (III)





Dicen que elegir es descartar. Estoy de acuerdo, y asumo la responsabilidad que me quepa por mi elección. Aquí les dejo los Tribuna de prensa que durante la pasada semana he ido subiendo a Desde el trópico de Cáncer. Tres, como máximo, cada día. Como dijo Hannah Arendt espero que les inviten a pensar para comprender y comprender para actuar. La vida, a fin de cuentas, no va de otra cosa que de eso. Se los recomiendo encarecidamente. Creo que merecen la pena.

DOMINGO, 14 DE ENERO
Descrédito, por Manuel Vicent
Anacronismos en serie, por Álex Grijelmo
Proceso, deshecho, por Arcadi Espada

LUNES, 15 DE ENERO
El prestigio de lo hispano, por Jesús Andreu
La gran revolución, por Antonio Navalón
Derechos civiles, por Ana Merino

MARTES, 16 DE ENERO
Hacer ver, por David Trueba
Federalismo: unión o desintegración, por Joaquim Coll
Elemental, por Félix de Azúa

MIÉRCOLES, 17 DE ENERO
El coste de la identidad, por Armando Fernández Steinko
Mujeres liberan otra voz, por Catherine Millet (et alii)
El cerco a la ley, por Antonio Elorza

JUEVES, 18 DE ENERO
Obsolescencia, por Javier Sampedro
Ellas, puritanas; ellos, galantes, por Gabriela Cañas
Mujeres, francesas, por Arcadi Espada

VIERNES, 19 DE ENERO
La solución política funciona, por Félix Ovejero
Clarke, Kubrick y la hipótesis de la panspermia, por Jesús Mota
Mientras Alemania dormía, por Helmut K. Anheier

SÁBADO, 20 DE ENERO
Patada a seguir, por Manuel Arias Maldonado
Mal, por Fernando Savater
No es solo sexo, por Máriam Martínez-Bascuñán

Y desde los enlaces de más abajo pueden acceder a algunos de los diarios y revistas más relevantes de España y del mundo, actualizados continuamente. Espero que los disfruten:

The Washington Post (EUA)
El País (España)
Le Monde (Francia)
The New York Times (EUA)
The Times (Gran Bretaña)
Le Nouvel Observateur (Francia)
Chicago Tribune (EUA)
El Mundo (España)
La Vanguardia (España)
Los Angeles Times (EUA)
Canarias7 (España)
El Universal (México)
Clarín (Argentina)
L'Osservatore Romano (Vaticano)
La Voz de Galicia (España)
NRC (Países Bajos)
La Stampa (Italia)
Frankfurter Allgemeine Zeitung (Alemania)
Le Figaro (Francia)
Tages Anzeiger (Suiza)
Komsomolskaya Pravda (Rusia)
Excelsior (México)
Die Welt (Alemania)
El Nuevo Herald (EUA)
Revista de Libros (España)
Letras Libres (España)
Claves de Razón Práctica (España)
Cuadernos para el diálogo (España)
Litoral (España)
Jot Down (España)
Real Instituto Elcano (España)
Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (España)
Der Spiegel (Alemania)
The New Yorker (EUA)
Política Exterior (España)
Cidob (España)
Concilium (España)
Le Monde Diplomatique (Francia)
Le Nouvel Afrique (Bélgica)
Time (EUA)
Life (EUA)
Revista Española de Ciencia Política (España)
Cambio16 (España)
Jeune Afrique (Francia)
Tiempo (España)
Historia y Política (España)
Newsweek (Estados Unidos)
Nature (Estados Unidos)
Historia National Geographic (España)
Paris Match (Francia)
Instituto Nacional de Estadística (España)
Y desde estos otros a los especiales sobre:




Bautizo ortodoxo en el río Jordán (Jericó, Palestina)


Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 4212
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[HUMOR EN CÁPSULAS] Para hoy domingo, 21 de enero





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Yo no soy humorista, así que me quedo con la primera acepción.

En la medida de lo posible iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos en Canarias7, El Mundo, El País y La Provincia-Diario de Las Palmas. Disfruten de ellas. 





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: vámonos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt






HArendt






Entrada núm. 4211
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

sábado, 20 de enero de 2018

[POLÍTICA] Un horizonte compartido






Eduardo Madina, exdiputado socialista en el Congreso, distanciado con la dirección actual de su partido, y víctima de un atentado de la ETA en el que perdió una pierna en su juventud, escribía hace unos días en El País sobre la necesidad de crear un horizonte compartido de país, y que es ahora, cuando se cumplen 40 años de la aprobación de la Constitución, cuando es un buen momento para que las fuerzas políticas acuerden un objetivo común en un proyecto para legar a quienes nacen ahora otros 40 años que merezcan la pena

Se cumplen 40 años de la aprobación de la Constitución, el instante originario de la recuperación democrática en España tras cuatro décadas de dictadura, comenzada diciendo. El año 2018 será probablemente un año de balances sobre el resultado de este recorrido democrático.

Es innegable que, desde la perspectiva histórica el balance solo puede ser positivo. El sistema nacido en el año 1978 y las decisiones que tanto la sociedad española como sus diferentes Gobiernos —con aciertos y errores— han ido tomando en estas cuatro décadas han llevado a nuestro país a la mejor situación de toda su historia.

España es hoy un Estado destacado dentro del mejor marco político existente en toda la geografía y la historia humana, la Unión Europea. Está situado entre los 20 mejores de la OCDE en calidad democrática y calidad de vida y entre los 30 más avanzados del mundo en el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas. Es un país que ha experimentado incrementos notables de esperanza de vida (de 74,5 años de media en 1978 a 83 en 2017), que ha mejorado sustancialmente sus indicadores de igualdad, que ha alcanzado cotas de desarrollo y cohesión social, de derechos y libertades públicas que no eran siquiera imaginables en los comienzos de la democracia.

El recorrido realizado en estas cuatro décadas se puede equiparar perfectamente al que iniciaron 33 años antes la mayoría de los Estados de Europa Occidental con la victoria aliada en la II Guerra Mundial.

Es por tanto evidente que en la evaluación de estos 40 años hay muchas más luces que sombras. Y en ese sentido, resultan llamativas las apelaciones despectivas contra eso que algunos denominan sombríamente “el régimen del 78”. Apelaciones realizadas precisamente por miembros de la generación nacida a las puertas de la democracia o en la democracia misma, la principal beneficiada por aquel acuerdo político, la que mejores condiciones y oportunidades ha tenido de cuantas haya habido en España. Ninguna lo tuvo mejor antes. Ninguna recorrió 40 años así —paz y desarrollo, democracia ininterrumpida, derechos y libertades— como los que han vivido quienes nacieron a partir de los años setenta.

De dicha generación —la mía— se esperaría algo más que un torrente de críticas al pasado. En primer lugar, se esperaría la demostración de alguna capacidad para relatar un proyecto completo de país. En segundo lugar, capacidad para llevarlo al campo del acuerdo político y, finalmente, voluntad de consenso de un horizonte común para la España de los próximos 40 años. ¿Es mucho pedir a nuestras fuerzas políticas un horizonte compartido? ¿Tienen capacidad para relatar cada uno el suyo para después ponerse de acuerdo en uno común?

Porque establecido el objetivo de país, la deliberación política queda para lo que debe, para el debate de cuáles son los mejores caminos para alcanzarlo, cuáles las mejores medidas, los marcos regulatorios y las leyes más eficaces, la distribución fiscal y la presupuestaria. Es decir, discutir sobre los distintos retos, sobre las distintas materias y los distintos asuntos, pero sabiendo para qué.

Sin embargo, es precisamente eso lo que más se echa en falta, un horizonte hacia el que apuntar. Y mientras lo echamos en falta, España va acumulando retos suficientes como para plantearse además si está centrando el debate político en sus propias prioridades.

El país se la juega en retos que, en algunos casos, son compartidos con los países de nuestro entorno y en otros son problemáticas propias producto de dinámicas endógenas negativas. Y de la resolución de los mismos dependerá que las generaciones futuras tengan otros 40 años de desarrollo y avances como los vividos en España en las últimas cuatro décadas.

La competitividad por valor añadido de la economía y la calidad del empleo. La sostenibilidad medioambiental de nuestro modelo de desarrollo. La transformación robótica y digital de la cuarta revolución tecnológica y sus inmensos desafíos éticos y jurídicos en las relaciones humanas. El reto migratorio y demográfico de una España envejecida y la sostenibilidad de un funcionamiento eficaz de los servicios públicos. La cohesión social que, en parte, se deriva de ello. La cohesión territorial. La brecha creciente entre la realidad urbana y la realidad rural. La definición de nuestra ciudadanía, su significado y sus límites, nuestros derechos y obligaciones, nuestras libertades públicas. La igualdad plena de las mujeres en una sociedad libre de asesinatos machistas y violencia de género.

Son sólo algunos ejemplos. Indudablemente, hay muchos más. Ejemplos de todo lo que se trata, en la conversación pública española, mucho menos y con menos profundidad de lo que debería. No son temas con quizá tanto atractivo como el que sorprendentemente ha tenido la cabalgata de Vallecas, pero son los retos donde el país se la juega. Es probable que merezcan más demanda y más atención.

Quizá el déficit de contenidos que vivimos obedezca, en parte, a que carecemos de un horizonte compartido de país que delimite y ordene las prioridades de la deliberación política y la conversación pública.

En 1978, las diferentes formaciones políticas consiguieron definir, pactar e implementar un objetivo de país al que supieron llevar a la gran mayoría de la sociedad española; una democracia asentada y un estado social y de derecho modernizado en una España que funcionara dentro del marco de la Unión Europea.

En el año 2018 también se podría plantear un horizonte compartido, un país con una economía altamente competitiva por valor añadido, formación y tecnología, con niveles elevados de cohesión social y de igualdad, donde la condición de ciudadanía fuera la más avanzada del mundo en derechos, obligaciones y libertades públicas.

Cuando se cumplen 40 años de la aprobación de la Constitución, ese sería el mejor compromiso de las principales fuerzas políticas con el futuro de la sociedad española; acordar un horizonte compartido de país. Un objetivo común en el que los principales dirigentes políticos podrían demostrar que son capaces de encontrarse y de hacer que nos encontremos. Una idea hacia la que caminar. Una idea que ordene y oriente el debate público. Un proyecto de país para legar a quienes están naciendo ahora otros 40 años que merezcan la pena. Cuatro décadas más. Mejores, incluso, que las últimas cuatro.




Dibujo de Eulogia Merle para El País



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: vámonos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt






HArendt






Entrada núm. 4209
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)