Comienzo un nuevo capítulo de entradas de la sección Clásicos de siempre del blog subiendo al mismo los Diálogos de Platón. Lo inicio con el titulado El banquete, que pueden leer en el enlace anterior, y los sucesivos los iré subiendo con la periodicidad habitual de uno al mes, esperando que merezcan su interés.
El banquete o El simposio es uno de los diálogos más trabajados, apreciado tanto por su contenido filosófico como por su contenido literario. Versa sobre el amor, y junto al Fedro, conformó la idea de amor platónico. Ambas son obras clásicas tanto en filosofía como en literatura, tratan el asunto desde un punto de vista que hace que sean complementarias totalizando el pensamiento platónico.
El banquete rememora una cena en la que se han dado cita un grupo de comensales para mantener un discurso franco sobre el amor y Eros, acompañados de música, bebidas, bailes y recitales. La narración la inicia Apolodoro, que en conversación con un amigo rememora una historia que el amigo supone reciente. Apolodoro le comenta que dichos diálogos en los que participó Sócrates ocurrieron en otro momento histórico, cuando ellos eran niños, en un banquete organizado por el poeta trágico Agatón para celebrar su victoria en las fiestas Leneas del 416 a. C. Tras la comida, Erixímaco propone pasar el tiempo en mutuos discursos en alabanza del Amor, de Eros, y debatir un tema que Fedro ha tenido en mente. Erixímaco pide que cada uno de los invitados improvise un elogio a Eros pues, según comentarios de Fedro, siendo este dios uno de los más importantes, rara vez es encomiado como merecería.
El diálogo se cierra con la bulliciosa entrada en la celebración de un ebrio Alcibíades que habla sobre Sócrates, del que dice que es un sátiro burlón y descarado que se burla de todos haciéndose el ignorante, y que dice que nada sabe aunque hay muchos tesoros en él. A continuación, Alcibíades elogia la figura de Sócrates alabando su templanza y su apego a la verdad, a cuya búsqueda vive consagrado. De esta forma se muestra al lector cómo el propio Sócrates es la encarnación perfecta de los preceptos que él mismo expuso en su discurso. Para ejemplo, Alcibíades narra cómo, a pesar de que entonces toda Atenas reconocía su belleza física, Sócrates rehusó el trato sexual con él.
Cinco comensales discuten antes de que le toque hablar al filósofo Sócrates, que comienza con un irónico exordio en el que advierte de que no elogiará a Eros faltando a la verdad sobre él, sino que contará lo que sabe del amor sin ocultar lo que no sea hermoso. Sócrates explica que fue instruido en asuntos amorosos por Diotima, la verdadera protagonista del relato, aunque no esté presente en el banquete. Fedro y Pausanias intervienen como expertos en la práctica del oficio amoroso, y Erixímaco, como físico, contribuye con un punto de vista científico; del cómico se encarga Aristófanes; y del trágico, Agatón; aportan así estos dos últimos un punto de vista artístico y de fantasía literaria.
Platón (427-347 a.C.) fue un filósofo griego seguidor de Sócrates y maestro de Aristóteles. Su nombre original parece haber sido Aristocles, y nace en el seno de una familia aristocrática ateniense que por línea paterna se decía descendiente del mítico rey Codro, y por línea materna estaba emparentada con Solón, el gran reformador político de la ciudad y poeta. En 387 fundó la Academia de Atenas, institución que continuaría a lo largo de más de novecientos años, a la que Aristóteles acudiría desde Estagira a estudiar filosofía alrededor del 367, compartiendo unos veinte años de amistad y trabajo con su maestro.
Participó activamente en las enseñanzas de la Academia y escribió sus obras, siempre en forma de diálogos sobre los más diversos temas, tales como filosofía política, ética, psicología, antropología filosófica, epistemología, gnoseología, metafísica, cosmogonía, cosmología, filosofía del lenguaje y filosofía de la educación. A diferencia de sus contemporáneos, casi todo el trabajo de Platón ha sobrevivido intacto.
Mediante mitos y alegorías Platón desarrolló sus doctrinas filosóficas. En su teoría de las formas o ideas, sostuvo que la realidad sensible es solo una "sombra" de otra más real, perfecta e inmutable. De ese mundo proviene el alma humana y todos los conceptos universales (formas), los cuales son innatos en ella. El alma es inmortal, pero ésta se encuentra "encarcelada" en el cuerpo. Platón es considerado como uno de los fundadores de la filosofía política al considerar que la ciudad justa estaría gobernada por filósofos reyes. Intentó también plasmar en un Estado real su original teoría política, razón por la cual viajó dos veces a Siracusa, Sicilia, con intenciones de poner en práctica allí su proyecto, pero fracasó en ambas ocasiones y logró escapar penosamente y corriendo peligro su vida debido a las persecuciones que sufrió por parte de sus opositores.
Su influencia como autor y sistematizador ha sido incalculable en toda la historia de la filosofía, de la que se ha dicho con frecuencia que alcanzó identidad como disciplina gracias a sus trabajos. Sus ideas fueron la base del llamado neoplatonismo de filósofos como Plotino y Porfirio, que influyeron en San Agustín y, por lo tanto, en el cristianismo.
El banquete o El simposio es uno de los diálogos más trabajados, apreciado tanto por su contenido filosófico como por su contenido literario. Versa sobre el amor, y junto al Fedro, conformó la idea de amor platónico. Ambas son obras clásicas tanto en filosofía como en literatura, tratan el asunto desde un punto de vista que hace que sean complementarias totalizando el pensamiento platónico.
El banquete rememora una cena en la que se han dado cita un grupo de comensales para mantener un discurso franco sobre el amor y Eros, acompañados de música, bebidas, bailes y recitales. La narración la inicia Apolodoro, que en conversación con un amigo rememora una historia que el amigo supone reciente. Apolodoro le comenta que dichos diálogos en los que participó Sócrates ocurrieron en otro momento histórico, cuando ellos eran niños, en un banquete organizado por el poeta trágico Agatón para celebrar su victoria en las fiestas Leneas del 416 a. C. Tras la comida, Erixímaco propone pasar el tiempo en mutuos discursos en alabanza del Amor, de Eros, y debatir un tema que Fedro ha tenido en mente. Erixímaco pide que cada uno de los invitados improvise un elogio a Eros pues, según comentarios de Fedro, siendo este dios uno de los más importantes, rara vez es encomiado como merecería.
El diálogo se cierra con la bulliciosa entrada en la celebración de un ebrio Alcibíades que habla sobre Sócrates, del que dice que es un sátiro burlón y descarado que se burla de todos haciéndose el ignorante, y que dice que nada sabe aunque hay muchos tesoros en él. A continuación, Alcibíades elogia la figura de Sócrates alabando su templanza y su apego a la verdad, a cuya búsqueda vive consagrado. De esta forma se muestra al lector cómo el propio Sócrates es la encarnación perfecta de los preceptos que él mismo expuso en su discurso. Para ejemplo, Alcibíades narra cómo, a pesar de que entonces toda Atenas reconocía su belleza física, Sócrates rehusó el trato sexual con él.
Cinco comensales discuten antes de que le toque hablar al filósofo Sócrates, que comienza con un irónico exordio en el que advierte de que no elogiará a Eros faltando a la verdad sobre él, sino que contará lo que sabe del amor sin ocultar lo que no sea hermoso. Sócrates explica que fue instruido en asuntos amorosos por Diotima, la verdadera protagonista del relato, aunque no esté presente en el banquete. Fedro y Pausanias intervienen como expertos en la práctica del oficio amoroso, y Erixímaco, como físico, contribuye con un punto de vista científico; del cómico se encarga Aristófanes; y del trágico, Agatón; aportan así estos dos últimos un punto de vista artístico y de fantasía literaria.
Platón (427-347 a.C.) fue un filósofo griego seguidor de Sócrates y maestro de Aristóteles. Su nombre original parece haber sido Aristocles, y nace en el seno de una familia aristocrática ateniense que por línea paterna se decía descendiente del mítico rey Codro, y por línea materna estaba emparentada con Solón, el gran reformador político de la ciudad y poeta. En 387 fundó la Academia de Atenas, institución que continuaría a lo largo de más de novecientos años, a la que Aristóteles acudiría desde Estagira a estudiar filosofía alrededor del 367, compartiendo unos veinte años de amistad y trabajo con su maestro.
Participó activamente en las enseñanzas de la Academia y escribió sus obras, siempre en forma de diálogos sobre los más diversos temas, tales como filosofía política, ética, psicología, antropología filosófica, epistemología, gnoseología, metafísica, cosmogonía, cosmología, filosofía del lenguaje y filosofía de la educación. A diferencia de sus contemporáneos, casi todo el trabajo de Platón ha sobrevivido intacto.
Mediante mitos y alegorías Platón desarrolló sus doctrinas filosóficas. En su teoría de las formas o ideas, sostuvo que la realidad sensible es solo una "sombra" de otra más real, perfecta e inmutable. De ese mundo proviene el alma humana y todos los conceptos universales (formas), los cuales son innatos en ella. El alma es inmortal, pero ésta se encuentra "encarcelada" en el cuerpo. Platón es considerado como uno de los fundadores de la filosofía política al considerar que la ciudad justa estaría gobernada por filósofos reyes. Intentó también plasmar en un Estado real su original teoría política, razón por la cual viajó dos veces a Siracusa, Sicilia, con intenciones de poner en práctica allí su proyecto, pero fracasó en ambas ocasiones y logró escapar penosamente y corriendo peligro su vida debido a las persecuciones que sufrió por parte de sus opositores.
Su influencia como autor y sistematizador ha sido incalculable en toda la historia de la filosofía, de la que se ha dicho con frecuencia que alcanzó identidad como disciplina gracias a sus trabajos. Sus ideas fueron la base del llamado neoplatonismo de filósofos como Plotino y Porfirio, que influyeron en San Agustín y, por lo tanto, en el cristianismo.
La Escuela de Atenas, Rafael (1512). Museos Vaticanos
La reproducción de artículos firmados por otras personas en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)
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