El cuento, como género literario, se define por ser una narración breve, oral o escrita, en la que se narra una historia de ficción con un reducido número de personajes, una intriga poco desarrollada y un clímax y desenlace final rápidos. Durante los próximo meses voy a traer hasta el blog algunos de los relatos cortos más famosos de la historia de la literatura universal. Obras de autores como Philip K. Dick, Franz Kafka, Herman Melville, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, Alberto Moravia, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Lovecraft, Jack London, Anton Chejov, y otros... Espero que los disfruten.
Hoy continúo la serie con "El príncipe feliz", de Oscar Wilde. Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde (1854-1900) fue un escritor, poeta y dramaturgo irlandés. Está considerado uno de los dramaturgos más destacados del Londres victoriano tardío; además, fue una celebridad de la época debido a su gran y aguzado ingenio. Hoy en día, es recordado por sus epigramas, sus obras de teatro y la tragedia de su encarcelamiento, seguida de su temprana muerte. Como portavoz del esteticismo, realizó varias actividades literarias. Conocido por su ingenio mordaz, su vestir extravagante y su brillante conversación, Wilde se convirtió en una de las mayores personalidades de su tiempo. En la década de 1890 refinó sus ideas sobre la supremacía del arte en una serie de diálogos y ensayos, e incorporó temas de decadencia, duplicidad y belleza en su única novela, "El retrato de Dorian Gray". La oportunidad para desarrollar con precisión detalles estéticos y combinarlos con temas sociales le indujo a escribir teatro. En París, escribió "Salomé" en francés, pero su representación fue prohibida debido a que en la obra aparecían personajes bíblicos. Produjo cuatro comedias de sociedad a principios de la década de 1890, convirtiéndose en uno de los más exitosos dramaturgos del Londres victoriano tardío. Murió indigente en París, a la edad de cuarenta y seis años. "Escribí cuando no conocía la vida. Ahora que entiendo su significado, ya no tengo que escribir. La vida no puede escribirse; sólo puede vivirse", dejó dicho.
Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt
Hoy continúo la serie con "El príncipe feliz", de Oscar Wilde. Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde (1854-1900) fue un escritor, poeta y dramaturgo irlandés. Está considerado uno de los dramaturgos más destacados del Londres victoriano tardío; además, fue una celebridad de la época debido a su gran y aguzado ingenio. Hoy en día, es recordado por sus epigramas, sus obras de teatro y la tragedia de su encarcelamiento, seguida de su temprana muerte. Como portavoz del esteticismo, realizó varias actividades literarias. Conocido por su ingenio mordaz, su vestir extravagante y su brillante conversación, Wilde se convirtió en una de las mayores personalidades de su tiempo. En la década de 1890 refinó sus ideas sobre la supremacía del arte en una serie de diálogos y ensayos, e incorporó temas de decadencia, duplicidad y belleza en su única novela, "El retrato de Dorian Gray". La oportunidad para desarrollar con precisión detalles estéticos y combinarlos con temas sociales le indujo a escribir teatro. En París, escribió "Salomé" en francés, pero su representación fue prohibida debido a que en la obra aparecían personajes bíblicos. Produjo cuatro comedias de sociedad a principios de la década de 1890, convirtiéndose en uno de los más exitosos dramaturgos del Londres victoriano tardío. Murió indigente en París, a la edad de cuarenta y seis años. "Escribí cuando no conocía la vida. Ahora que entiendo su significado, ya no tengo que escribir. La vida no puede escribirse; sólo puede vivirse", dejó dicho.
Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt
Entrada núm. 2361
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"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
2 comentarios:
Genial....
Carlos: Wilde nos presenta con su cuento la dura realidad de la vida en Inglaterra a finales del siglo XIX. En esa época había diferencias entre la nobleza, rodeada de lujos y le pueblo que sufría hambre….más o menos como ocurre hoy en nuestro país. Para mí el cuento es triste, pero como todos los cuentos…tiene un final feliz. Con éste cuento se podría trabajar muy bien en las escuelas y enseñarles a los jóvenes de hoy valores como la solidaridad, el amor hacia los demás, la justicia social, que tanta falta nos hace y que la persona está más allá de su aspecto exterior. Un beso y feliz fin de semana.
“Querida Golondrinita -dijo el Príncipe-, me cuentas cosas maravillosas, pero más maravilloso aún es lo que soportan los hombres y las mujeres. No hay misterio más grande que la miseria. Vuela por mi ciudad, Golondrinita, y dime lo que veas…..”
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