sábado, 28 de septiembre de 2024

De las entradas del blog de hoy sábado, 28 de septiembre de 2024

 





Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz sábado, 28 de septiembre de 2024. El Plan de Acción por la Democracia presentado por el Gobierno, se comenta en la primera de las entradas del blog de hoy, bien puede entenderse como un inventario de deberes pendientes, con mínimas novedades, poca concreción, escasa ambición y nula participación. En la segunda, un archivo del blog de septiembre de 2015, se hablaba del mito de la vida eterna y de como ha sido tratado literariamente en numerosas ocasiones, con mayor o menor fortuna, con rigor científico y sin él. La tercera es hoy el poema titulado A una joven rica, de la filósofa francesa Simone Weil. Y la cuarta, como todos los días, son las viñetas de humor. Espero que sean de su interés. Y ahora, como decía Sócrates, nos vamos, y nos vemos de nuevo mañana si la diosa Fortuna lo permite. Y sean felices, por favor, aun contra todo pronóstico. Tamaragua, amigos míos. HArendt











 


De la democracia española

 






El Plan de Acción por la Democracia presentado por el Gobierno bien puede entenderse como un inventario de deberes pendientes, con mínimas novedades, poca concreción, escasa ambición y nula participación, escribe en El País [Las tareas pendientes de la democracia española, 24/09/2024] la socióloga española Cristina Monge.

Es cierto que este plan partía con una dificultad notable, la de estar a la altura del anuncio que de él hizo el presidente del Gobierno: “un antes y un después de la legislatura”, dijo cuando puso fin en mayo a una crisis aún no explicada. Cuando las expectativas son tan altas es muy fácil decepcionar. Con el fin de huir de valoraciones apresuradas, conviene analizar en detalle.

El Plan de Acción por la Democracia bebe de su homólogo en Europa aprobado en 2020 y desarrollado en 2023. Sus 31 medidas se articulan en tres ejes: ampliar y mejorar la calidad de la información gubernamental; fortalecer la transparencia, pluralidad y responsabilidad de nuestro ecosistema informativo, y reforzar la transparencia del poder legislativo y del sistema electoral. La atención se fija en dos de los tres poderes del Estado —el legislativo y el ejecutivo—, obviando al judicial, e incorpora al denominado “cuarto poder”, los medios de comunicación.

Una lectura atenta de las medidas permite comprobar que forman parte del repertorio habitual que distintos gobiernos, expertos y profesionales recomiendan para hacer frente a los desafíos que las democracias tienen hoy ante sí. No parece, a priori, y a la espera de su concreción, que ninguna de estas cuestiones puedan suponer un retroceso ni una merma de la calidad de la democracia, como se apunta desde las filas conservadoras.

Dicho lo cual, conviene hacerse algunas preguntas. ¿Son estas 31 medidas lo que España necesita para abordar los desafíos de desconfianza institucional y desafección que minan la democracia? ¿Aporta este plan algo nuevo que haga pensar que estamos ante una apuesta estratégica? Cuesta creerlo. De las 31 medidas que el plan contiene, prácticamente la mitad son compromisos ya adquiridos previamente —como las referentes a Gobierno Abierto— o derivan de obligaciones europeas, en concreto del Reglamento Europeo sobre la Libertad de Medios de Comunicación. Algunas incluso están fuera de plazo, como la aprobación del Real Decreto por el que se desarrolla una estrategia para combatir la corrupción contemplada en la Ley 2/2023, que el Gobierno tenía que haber presentado durante este mes de septiembre. En otros casos, se trata de obligaciones legales que llevan tiempo esperando a ser ejecutadas, como la creación de la Autoridad Independiente de Protección del Informante, que deriva de la misma ley.

Entre aquellos compromisos que pueden considerarse nuevos, hay algunos de notable importancia, como la creación de dos nuevas unidades contra la corrupción en la Fiscalía General del Estado, la obligación para todas las administraciones públicas de rendir cuentas cada seis meses, la celebración de debates electorales o la publicación de los microdatos de las encuestas. Otras cuesta calificarlas de innovadoras, cuando se trata de reivindicaciones históricas como la reforma de la ley de secretos del Estado, de compromisos electorales como lo que afecta a la ley mordaza, de prácticas que se han ido perdiendo como la celebración de un Debate anual sobre el estado de la nación en sede parlamentaria, o el enésimo intento de regular los grupos de interés, tras el último anteproyecto de 2022 que no llegó a ver la luz.

Visto en perspectiva, este Plan de Acción por la Democracia es más bien un inventario, un plan de deberes pendientes. Habrá quien vea en esto un avance y no le faltará razón. Sin embargo, dada la preocupación por el deterioro de la democracia que existe en Occidente, teniendo en cuenta el espacio que ha ocupado en el debate público, y considerando la solemnidad con que fue anunciado, cabía esperar mucho más.

Este plan adolece, al menos, de tres carencias, y no son menores. En primer lugar, el plan adolece de falta de concreción, lo que permite ver fantasmas a quien quiere verlos y decepciona a quien, esperanzado, esperaba encontrar una propuesta de valor. Por otro lado, carece de toda ambición. No encontrarán en sus páginas ni una visión proactiva ni propuestas innovadoras. Se trata más bien de medidas defensivas que buscan ir tapando vías de agua, cuando la crisis, a tenor de todos los indicadores, es mucho más profunda. Finalmente, y quizá aquí se encuentre una de las causas de lo anterior, el plan nace sin ninguna participación, aspecto en el que, por cierto, tampoco incorpora nada. Que un plan por la calidad de la democracia nazca sin las aportaciones de las personas que, desde su ámbito profesional, académico o de organizaciones de la sociedad civil, llevan años pensando y trabajando en estos asuntos, indica, cuando menos, una escasa ambición y poca habilidad para la generación de alianzas, claves a la hora de afrontar desafíos como este.

Algunas de las medidas anunciadas están en el tejado del Gobierno, y deberá rendir cuentas de ellas, como ya venían haciendo en el programa Cumpliendo. Otras necesitan de un trámite parlamentario que se antoja tortuoso, si bien puede ser un momento para su enriquecimiento y mejora. Si tanto el Ejecutivo como los grupos parlamentarios ven en este plan alguna posibilidad de afrontar los desafíos que las democracias tienen ante sí, deberían paliar estas carencias. Cristina Monge es socióloga.









De la vida eterna. [Archivo del blog, 22/09/2015]









El mito de la vida eterna ha sido tratado literariamente en numerosas ocasiones, con mayor o menor fortuna, con rigor científico y sin él. Entre las obras señeras que han tratado el tema de la búsqueda de la inmortalidad por parte del hombre podemos leer el "Fausto" de Goethe, el "Drácula" de Bram Stoker o el "Frankenstein" de Mary Shelley. Personalmente, la que más me ha gustado es la de Mary Shelley, pero reconozco la insuperable calidad literaria de la obra de Goethe. Y en el "Génesis", ya podemos encontrar el primer relato sobre la búsqueda de la inmortalidad por parte del hombre...
Ficción y literatura son términos sinónimos. Ciencia e investigación científica no pueden moverse en ese terreno de la ficción, pues parten siempre de la realidad. Y la realidad es que más o menos tarde, todo lo existente envejece y muere. ¿Merece la pena invertir en la búsqueda científica de la eternidad? Hace unos años el físico y profesor de la Universidad de Barcelona, director del Área de Ciencia y Medio Ambiente de la Fundación La Caixa, Jorge Wagensberg, se planteaba en un artículo en El País, titulado "La eternidad no tiene futuro", el interrogante de si es posible superar la inevitabilidad del envejecimiento y de la muerte desde un plano científico y de los "costes" que ello supondría para la especie. La idea de eternidad me parece aterradora. Dice el emperador Marco Aurelio (siglo II d.C.) en sus "Meditaciones": "Cuando hagas alguna cosa, reflexiona y pregúntate si la muerte es terrible porque te priva de ella". No tiene objeto alguno preocuparse por lo que es inevitable. Y la muerte lo es. "La muerte es el precio que tenemos que pagar por haber vivido. Es un precio razonable", dice Hannah Arendt en su "Diario filosófico, 1950-1973". Y pienso que tiene razón. 
En cuanto a las viñetas que hoy traigo hasta el blog se trata de una selección de las más recientes de mis dibujantes favoritos: Forges, Gallego y Rey, Idígoras y Pachi, Montecruz, Morgan, Padylla, Ros y El Roto. Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt 





































Del poema de cada día. Hoy, A una joven rica, de Simone Weil (1909-1943)

 







A UNA JOVEN RICA


Climena, con el tiempo quiero ver en tus encantos

Cómo mana de día a día y brota el don de las lágrimas.

Tu belleza no es aún más que una armadura de orgullo,

Que los días transcurridos convertirán en ceniza;

No se te verá [más], exultante, descender,

Orgullosa y sin máscara en la noche del sepulcro.

¿Hacia qué destino prometido, en tu flor pasajera,

Te deslizas? ¿Hacia qué destino? ¿Qué gélida miseria

Vendrá a oprimir tu corazón hasta hacerle gritar?

Nada se elevará para salvar tanta gracia;

Los cielos permanecen mudos a la espera del día que borre

Las facciones puras, una tez dulce que un día se vio brillar.

Un día puede hacer palidecer tu rostro, un día puede retorcer

Tus flancos bajo un hambre punzante; un escalofrío muerde

Tu frágil carne, recién salida de las cavidades de la tibieza;

Un día y serás un espectro en ese corro exhausto

Que sin respiro por la prisión del mundo

Corre, corre, con el hambre en el vientre por motor.

La noche perseguida por los bancales como un rebaño,

¿Dónde encontrar en lo sucesivo tu mano fina y delicada,

Tu compostura, tu frente, tu boca con su gesto altivo?

El agua brilla. ¿Te estremeces? ¿Por qué esa mirada vacía?

Demasiado muerta para morir, queda pues, carne lívida,

¡Montón de andrajos postrados en el gris de la mañana!

La fábrica abre. ¿Irás tú a penar ante la cadena?

Renuncia al gesto lento de tu gracia de reina.

Deprisa. Más deprisa. ¡Vamos! Deprisa. Más deprisa.

Por la tarde al marchar, miradas apagadas, rodillas rotas, sumisa,

Sin una palabra; en tus labios humildes y pálidos se leen

La obediencia al duro orden y el esfuerzo sin esperanza.

¿Irás tú en las tardes, con los rumores de la ciudad,

A dejar mancillar por unos céntimos tu carne servil,

Tu carne muerta, transformada en piedra por el hambre?

Ella no se estremece más que cuando una mano la acaricia;

Los retrocesos, los sobresaltos han sido borrados de tu vida.

Las lágrimas son un lujo [allí] donde son aspiradas en vano.

Pero tú sonríes. Para ti las desgracias son fábulas.

Tranquila y lejos de la suerte de tus hermanas miserables,

No les otorgas siquiera el favor de una mirada.

Tú puedes, cerrados los ojos, prodigar las limosnas;

Tu sueño incluso se mantiene puro de estos lúgubres fantasmas

Y tus días transcurren claros bajo el abrigo de una fortaleza.

Trozos de papel más duros que las murallas te protegen.

Que se quemen, y tu corazón, tus entrañas,

Serán entonces golpeados hasta quebrar tu ser.

Mas este papel te asfixia, él esconde el cielo y la tierra,

Esconde a los mortales y a Dios. Sal de tu invernáculo,

Desnuda y temblorosa envuelta en los vientos de un universo

           helado.


Simone Weil (1909-1943)

Filósofa francesa

















De las viñetas de humor de hoy sábado, 28 de septiembre de 2024

 



















viernes, 27 de septiembre de 2024

De las entradas del blog de hoy viernes, 27 de septiembre de 2024

 





Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz viernes, 27 de septiembre de 2024. Muchos constitucionalistas definen España como un “Estado casi Federal”, se dice en la primera de las entradas de hoy, expresión que pone en evidencia que se trata de una obra inacabada, pero no se puede ser “casi algo” sine die, en algún momento se debe alcanzar la condición plena. En la segunda entrada del día, un archivo del blog de julio de 2015, se hablaba del PP en Cataluña y de su escasez de candidatos y exceso de cinismo, y venía acompañada de varias viñetas de humor. La tercera, con el poema de cada día, es hoy de la mística Teresa de Jesús. Y la cuarta, como siempre, son las viñetas de humor del día. Espero que sean de su interés. Y ahora, como decía Sócrates, nos vamos, y nos vemos de nuevo mañana si la diosa Fortuna lo permite. Y sean felices, por favor, aun contra todo pronóstico. Tamaragua, amigos míos. HArendt






De una España federal

 







Muchos constitucionalistas definen España como un “Estado casi Federal”, expresión que pone en evidencia que se trata de una obra inacabada. No se puede ser “casi algo” sine die, en algún momento se debe alcanzar la condición plena. Lo dice el historiador José María Barreda en El País [De la España federal, 24/09/2024]. La historia explica las reservas de los constituyentes. El Estado-Nación que surgió a partir de las Cortes de Cádiz, y desarrollaron los liberales a lo largo del siglo XIX, se organizó según el modelo jacobino francés, pero no tuvo su capacidad de modernización y cohesión, ni consideró la diversidad y pluralidad de España. No obstante, la división en provincias de 1833, en torno a la cual se organizó el centralismo, cristalizó y se potenció, sobre todo con Primo[ de Rivera y Franco. En todo caso, cuando se aprobó la Constitución se mantuvieron las provincias, convertidas además en circunscripciones electorales, lo que produjo una problemática superposición del nuevo modelo sobre el antiguo.

La derecha siempre temió al federalismo. La Primera República, inmersa en revoluciones sociales y cantonales, inoculó la vacuna contra él, sinónimo de caos en la mentalidad conservadora. Su hegemonía ideológica consiguió que “república y federalismo” fueran sinónimos de desorden y desmembración nacional. En el llamado Sexenio Democrático el federalismo vino de la mano de la democracia y en democracia el poder se reparte.

Cánovas impuso en 1876 una monarquía basada en la concepción unitaria de la nación que solo permitió la Mancomunidad catalana en 1914 como toda modificación territorial. Los regionalismos del siglo XIX recelaron del federalismo por el poder central de cohesión inherente en el “pacto” federativo. La II República ofreció una alternativa al estado unitario y al federal con la formulación del Estado Integral , “compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones”. Los republicanos intentaron reorganizar el Estado y optaron por un proceso de descentralización gradual, comenzando por Cataluña, cuya autonomía se concedió en 1932; el Estatuto vasco empezó en el 36, iniciada ya la guerra, y el gallego no pudo entrar en vigor. Pero esta política descentralizadora, que mantenía las capacidades del Estado, resultó inadmisible para la mentalidad unitaria y centralista que provocó el golpe del 18 de julio.

Muerto el dictador, en un contexto difícil, con los aparatos del franquismo intactos, la generación que protagonizó la Transición tuvo el coraje cívico y la valentía de abordar el secular problema de la complejidad de “la España diversa”. Todo ello con una correlación de fuerzas políticas precarias y una débil democracia que se encontraba amenazada y parecía reversible.

Pasar del modelo unitario y centralizado al principio político del “derecho a la autonomía” era difícil. Los constituyentes, en aras del consenso y temerosos de las consecuencias, dejaron la Constitución abierta y ambigua. El añorado Tomás y Valiente explicó cómo el Artículo 2 condensa la tensión entre una fuerza centrípeta (“la indisoluble unidad de la Nación española”) y otra centrífuga (“el derecho a la autonomía de nacionalidades y regiones”). En él se contiene la dualidad (“nacionalidades y regiones”) que ha supuesto el mayor problema de interpretación y aplicación práctica. Condensa la dialéctica de la unidad en la pluralidad que anima a la sociedad federal. Su concreción política e institucional es el Título VIII . La necesidad condujo al pacto, pero pronto surgieron discrepancias. El consenso permitió aprobar una Constitución que evitó el error del llamado “exclusivismo de partido” y pudo conseguirse un texto que podía ser de todos porque no era de ninguno en concreto. Hubiese sido necesario que ese consenso, y una mínima lealtad constitucional, se hubieran mantenido como una “cuestión de Estado” vital para el desarrollo del modelo.

En 1981, con la resaca del 23-F, se intentó retomar el consenso para desbloquear el desarrollo autonómico paralizado desde el referéndum de Andalucía, que finalmente se concretó en la LOAPA, suscrita entre la UCD y el PSOE, en un intento de armonizar y controlar las tensiones centrífugas de las Comunidades Autónomas ya constituidas, en las que ni PSOE ni UCD eran mayoritarios.

Ahora, desgraciadamente, el ambiente político para abordar el desarrollo federal no es más propicio que en la Transición. El punto de partida necesita un acuerdo mayoritario sobre el concepto de nación española y la legitimidad, límites y alcance, de las nacionalidades del Artículo 2. Y temo que eso desata los demonios ideológicos.

El modelo de la Constitución es complejo pero lo suficientemente claro para excluir otros: el centralista y el de los que propugnan el derecho de autodeterminación como vía para la independencia, que supone el rechazo frontal de la Constitución. Por eso los independentistas no contemplan un desarrollo federal del Estado de las Autonomías. Como el federalismo supone un reparto del poder, el equilibrio constitucional exige la primacía de la Constitución ―interpretada por un Tribunal imparcial― sobre todos los poderes. Los independentistas no se sienten parte del todo, reclaman relaciones bilaterales, que es el principio de la confederalización y niegan que haya una única soberanía. En el federalismo no se plantea solo “qué hay de lo mío” sino que exige ocuparse del proyecto común, que es España.

Hay nacionalismos que no reclaman explícitamente la independencia pero sostienen que la reivindicación del derecho de autodeterminación cabe en la Constitución, omitiendo los efectos que tendría su salida de la Unión Europea y dando alas al independentismo. Lo mismo ocurre con cierta izquierda que parece ignorar su carácter reaccionario. Por su lado, los nostálgicos del antiguo modelo simplemente niegan las autonomías.

Para avanzar en un sentido federal, sería imprescindible un pacto entre el PSOE y el PP que pasara por la descentralización de los aparatos del Estado y el funcionamiento de instrumentos de cooperación y de participación de las comunidades en las cuestiones generales y de la Unión Europea.

Para construir el federalismo es importante que la izquierda defensora de este proyecto lo aborde con claridad y determinación para que su invocación no sea solo una reivindicación retórica.

La cooperación es requisito del federalismo y necesita espacios de encuentro (el Senado, las Conferencias de presidentes y sectoriales…) que permitan el diálogo y los pactos. El caso del Senado es paradigmático: debería ser la Cámara de las Autonomías pero la mayoría de los senadores son elegidos en circunscripciones provinciales y es una Cámara de segunda lectura.

Solé Tura planteó la posibilidad de un federalismo “de hecho” sin modificar la Constitución. Ello implicaría reconocer a las comunidades autónomas la representación normal del Estado; la disminución de su Administración periférica; fortalecer la cooperación y coordinación a nivel administrativo, legislativo y ejecutivo; definir con claridad el modelo territorial y delimitar las competencias, las funciones y los servicios. Y, por supuesto, garantizar la autonomía financiera de las Comunidades, cuestión que tampoco quedó resuelta, pese a que el artículo 156 de la Constitución la establece y permite a las CCAA “actuar como delegados o colaboradores del Estado para la recaudación, la gestión y la liquidación de los recursos tributarios”. Así mismo el artículo 158 establece el Fondo de Compensación Interterritorial. Todas estas generalidades se especifican en la Ley Orgánica de la Financiación de las Comunidades Autónomas de 1980 que necesita una revisión que, tratándose de una Ley Orgánica, exige una mayoría absoluta en el Congreso.

España es un Estado compuesto, difícil de gobernar, por eso los partidos no deberían hacerlo aún más complicado manteniendo una estrategia de tensión permanente.El futuro posible es el Estado Federal, pero la lectura del Título VIII en esa dirección constituye mucho más un problema político que técnico, requiere tender puentes entre partidos dispuestos a cruzarlos para negociar. Exige estadistas que piensen en las próximas generaciones. José María Barreda es expresidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y profesor de historia contemporánea en la Universidad de Castilla-La Mancha.
















Del PP catalán: ¿escasez de candidatos o exceso de cinismo? [Archivo del blog, 28/07/2015]










La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, ha anunciado este martes que no será la candidata del partido a las elecciones del 27 de septiembre, y cede el testigo al exalcalde de Badalona Xavier García Albiol. "Xavi García Albiol ha demostrado su valía gobernando como alcalde de Badalona para todos sus vecinos. Es una muy buena persona y en política hacen faltas personas leales y trabajadoras como él", ha dicho Alicia Sánchez-Camacho. "Ha sido el mejor alcalde que ha tenido Badalona". Una elección, a dedo como todas las del PP, que ha merecido nada menos que todo un editorial de El País.
Xavier García Albiol, exjugador de baloncesto del Joventut, de 2,01 metros de altura y cuarenta y siete años de edad, se ha hecho conocido en toda España por sus duras políticas contra la inmigración cuando fue regidor. García Albiol ha generado en la ciudad tanto entusiasmo como rechazo por su discurso de máxima dureza con la inmigración; en especial, con dos colectivos: los gitanos rumanos y los musulmanes. Pese a haber ganado las elecciones, desde el 24-M se supo fuera del poder: la coalición de izquierdas sumaba mayoría. El alcalde en funciones se rebeló contra lo que ha llamado “pacto de perdedores” y se dedicó a calentar las redes sociales. "Anímicamente ha sido un golpe", admitió.
Les invito a leer la noticia y algunas de las perlas xenófobas del nuevo candidato del partido gubernamental a la presidencia de la Generalidad de Cataluña. Ante tamaño desvarío solo se me ocurren dos razones para proponer al señor García Albiol: 1) el Partido Popular anda escaso de candidatos no-imputados en procedimiento judicial alguno; o 2) el grado de desvergüenza y cinismo del partido ha llegado a tal extremo que les da igual cuatro que cuatrocientos. Aunque lo más probable es que ambas razones sean igualmente válidas.
Les dejo con sendas viñetas de Forges y Peridis. Ambas muy representativas de la escasa capacidad de inteligencia que cabe presuponer en algunos elementos que se dedican a la "cosa pública". A pesar de los calores y de la gravedad de la situación, un poco de humor, el justo para pasar el susto del día, no viene mal. Todo ello sin mayores pretensiones y aun reconociendo que meter en el mismo envoltorio unas viñetas humorísticas, por muy preñadas que estén de crítica social, y la dura realidad cotidiana, puede no resultar una fórmula afortunada. ¿El tiempo?, bien, gracias. En este momento, en Las Palmas, con panza de burro incluida, acercándonos a los 29 grados centígrados. Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt












Del poema de cada día. Hoy, Aquellas palabras, de Teresa de Jesús

 






AQUELLAS PALABRAS



Ya toda me entregué y di

y de tal suerte he trocado,

que es mi amado para mí,

y yo soy para mi amado.


Cuando el dulce cazador

me tiró y dejó rendida,

en los brazos del amor

mi alma quedó caída.


Y cobrando nueva vida

de tal manera he trocado

que es mi amado para mí,

y yo soy para mi amado.


Hirióme con una flecha

enherbolada de amor,

y mi alma quedó hecha

una con su Criador,


ya no quiero otro amor

pues a mi Dios me he entregado,

y mi amado es para mi,

y yo soy para mi amado.



Teresa de Jesús (1515-1582)

Mística española