viernes, 6 de diciembre de 2024

Del poema de cada día. Hoy, Insomnio, de Dámaso Alonso (1898-1990)

 








INSOMNIO



Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres

(según las últimas estadísticas).


A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este

nicho en el que hace 45 años que me pudro,

y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los

perros, o fluir blandamente la luz de la luna.


Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como

un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre

caliente de una gran vaca amarilla.


Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por

qué se pudre lentamente mi alma,

por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta

ciudad de Madrid,

por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.


Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?

¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día,

las tristes azucenas letales de tus noches?



Dámaso Alonso (1898/1990)

Poeta español










De las viñetas de humor de hoy jueves, 6 de diciembre de 2024

 


























jueves, 5 de diciembre de 2024

De las entradas del blog de hoy jueves, 5 de diciembre de 2024

 







Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz jueves, 5 de diciembre de 2024. Es una forma de ser, esa que consiste en alabarse a uno mismo mientras desprecias a los demás, se dice en la primera de las entradas de hoy, y el magistrado supo combinar ambas facultades con destreza, porque al cabo, él ya no podrá aprender nada de nadie y eso es hasta un mérito. La segunda es un archivo del blog de julio de 2015 en la que se comentaba que no hacia falta haber leído a Heráclito (535-484 a.C.) para darse cuenta de que todo fluye, que nunca podemos bañarnos dos veces en el mismo río, y que todo lo existente está en un proceso de cambio incesante de nacimiento y destrucción al que nada escapa, incluso las constituciones. La tercera de hoy es un poema de Pablo Neruda que comienzas con estos versos: Rodando a goterones solos,/a gotas como dientes,/a espesos goterones de mermelada y sangre,/rodando a goterones,/cae el agua. Y la cuarta, como siempre, son las viñetas de humor del día. Espero que todas ellas les resulten de  interés. Y ahora, como decía Sócrates, nos vamos. Nos vemos de nuevo mañana si la diosa Fortuna lo permite. Sean felices, por favor, aun contra todo pronóstico. Tamaragua, amigos míos. HArendt









De la dignidad de las personas

 







Leo aún el periódico en papel. Quizá por costumbre. Quizá porque así se puede tocar con los dedos el vértice de un mundo que se desvanece y al que le hacían falta rotativas y páginas para que lo entendiéramos mejor, o lo entendiéramos algo. Lo mío no es nostalgia: supongo que es resistencia, afirma en El País [La dignidad en una caja de supermercado, 27/11/2024] el escritor José Luis Sastre..

La lectura la empiezo por las Cartas a la Directora, porque conectan con una vida que va más allá de las noticias. Ayer, por ejemplo, Carmen María Carreras escribió en este periódico una carta sobre las urgencias y ansiedades que conlleva vivir en esta época. Que si la agenda social y el gimnasio y lo de pagar una casa y las salidas culturales y las clases de yoga y los viajes y tener pareja y, “arriba de la pirámide, la obligación de ser felices ante tanta desigualdad”. El estrés, en fin. Carmen María tituló su carta “A esto lo llaman vivir”.

Luego de unas páginas, el periódico informaba de que un juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, se había sincerado en una de esas conferencias en las que los ponentes se sueltan si sospechan que aquello que digan no va a salir de allí. El juez venía a reprochar a Irene Montero que, cuando fue ministra, incidiera tanto en el consentimiento.

Velasco dijo: “De repente, se creyeron que estaban enseñándonos el mundo. Nos intentaron explicar qué es consentir... A un jurista, que llevamos desde el derecho romano sabiendo qué es el consentimiento (...) Y mil cosas más que nunca aprenderá Irene Montero desde su cajero de Mercadona ni nos podrá dar clases a los demás”. Es una forma de ser, esa que consiste en alabarse a uno mismo mientras desprecias a los demás, y el magistrado supo combinar ambas facultades con destreza. Al cabo, él ya no podrá aprender nada de nadie y eso es hasta un mérito, porque ni todos los profesores y jueces y cajeros del mundo juntos hubieran enseñado a Eloy Velasco a hacer unas declaraciones más clasistas que esas.

Al pasar la página, en ese mismo periódico aparecía la fotografía que Jaime Villanueva fue a tomar en un garaje de Paiporta, en la que dos voluntarios vestidos de blanco, con sus frontales y sus escobas, sacaban el barro con sus manos. No se sabe cuáles son sus oficios, ni falta que hace: puede incluso que sean magistrados de la Audiencia Nacional, pero, en ese trance, la lección de dignidad la estaban dando desde el lodo. Lo mismo que la darán todos esos oficios que sólo se ensalzan en las catástrofes y en las pandemias: los camioneros, los reponedores, los fontaneros o electricistas por cuyas manos pasa nuestra normalidad. Eso que llaman vivir.

Hay más lecciones en aquellos que no pretenden darlas que en aquellos que las desprecian. Se llama clasismo, y les impide percatarse desde las tribunas de la dignidad qué hay en la caja de un supermercado.









[ARCHIVO DEL BLOG] La Constitución: Una reforma necesaria. Publicado el 30/07/2015











No hace falta haber leído a Heráclito (535-484 a.C.) para darse cuenta de que todo fluye, que nunca podemos bañarnos dos veces en el mismo río, y que todo lo existente está en un proceso de cambio incesante de nacimiento y destrucción al que nada escapa. Incluso las constituciones. Hasta la española de 1978. La constitución vigente, que ha prestado grandes servicios, ya no es suficiente para garantizar nuestros derechos. Estamos obligados a fijar nuevas reglas que limiten el poder, también el financiero, y devuelvan la eficiencia a nuestros dirigentes. Lo dice, entre otros muchos, el profesor Antonio Rovira, catedrático de Derecho Constitucional y director del Máster en Gobernanza y Derechos Humanos (Cátedra J. Polanco/Fundación Santillana), de la Universidad Autónoma de Madrid, en un artículo que ayer publicaba el diario El País, bajo el título de "Cambio y Constitución". Una reforma en la que todas las fuerzas políticas, las de siempre y las emergentes, parecen estar de acuerdo, al menos en su oportunidad y necesidad, que no en su alcance. Todas, menos el gobierno nacional y el partido que lo sustenta. 
Dice el profesor Rovira que la necesidad lo determina todo. Que somos la única especie que para poder vivir tiene forzosamente que decidir, elegir y competir. Y esta necesidad se ha convertido en nuestra categoría diferenciadora y nos ha forzado a organizarnos y a fabricar el Derecho, un conjunto de palabras, de reglas que inventamos para poder defendernos, para poder mantenernos. Que la verdad en Derecho, dice, es verdad porque nos interesa, y que por eso no hay ningún Estado sin Derecho aunque solo el Estado de Derecho, la democracia, viene regulada y sometida a una norma superior que nos dice quién puede ejercer el poder y en qué condiciones, cómo se hacen las leyes y cuáles son nuestros poderes. Así, continúa diciendo, la Constitución es un producto nuestro, demasiado nuestro: parcial, imperfecto, caprichoso y siempre interesado, que debe cambiar porque sus palabras también envejecen y se desgastan como cualquier otra materia. Lo mismo que pensaba Heráclito hace veinticinco siglos.
La Constitución es como el agua o el oxígeno, una herramienta, añade, no un fin; un instrumento que no tiene nada de trascendente. Un pacto, un contrato social que institucionaliza un determinado orden que será justo si sirve para realizar los derechos. Por eso la Constitución o la ley a toda costa no tiene sentido, porque lo primero debe ser la persona, todo lo demás son medios e instrumentos.
Por eso, continúa diciendo, hace apenas una generación los ciudadanos nos tomamos muy en serio y consensuamos la mejor, la más eficiente Constitución de nuestra historia. Pero todo lo que tiene un principio tiene un final. Por ejemplo, dice, la forma de elección de nuestros representantes, necesaria y adecuada para consolidar la democracia tras décadas de dictadura, ya no nos representa ni nos sirve, y las dotadas y caras instituciones de garantía han dejado de ser comisiones de control para convertirse en instrumentos de los partidos y del Gobierno al que deberían vigilar, pues están a sus órdenes, pendientes de sus intereses e instrucciones.
El "príncipe" de cada partido, añade, designa a los diputados y senadores que nombran directa o indirectamente a los miembros del Tribunal Constitucional, Consejo General del Poder Judicial, al Defensor del Pueblo…,  y a gran parte de la Administración central, autonómica y local, y también a los consejeros de empresas públicas, del Banco de España… Esto ocurre hoy, cuando es más necesario que nunca poner freno al caciquismo y clientelismo de la función pública, entre otras cosas porque oculta y facilita la corrupción. Por eso, el cambio también implica sacar a los amigos y familiares de los cargos públicos y eliminar los privilegios de aquellos partidos políticos que han recibido dinero de forma ilimitada de cajas y bancos que salvamos de la quiebra con nuestros impuestos. 
Por supuesto que sabemos, añade, que la Constitución por sí sola no puede cambiar la realidad, que no resuelve los problemas, pero qué duda cabe de que sí nos dice quién puede y debe hacerlo. Hay que fijar nuevas reglas que limiten el poder, también financiero, y devuelvan la eficiencia a nuestros dirigentes y la confianza en nuestros representantes. Necesitamos como el agua un cambio constitucional creíble y que esté por encima de “todos”. Los cambios, concluye, casi nunca son voluntarios; los cambios suelen ser inevitables y necesarios y siempre los impulsan los que no están bien, los que más los necesitan. Y hay que abordarlos, sin los tradicionales extremismos, que son la mejor forma de eludir los compromisos. Tan peligroso es no afrontar la situación como afrontarla desde la perspectiva apocalíptica del que se consuela divulgando sus frustraciones diciendo que no merece la pena hacer nada, que no hay remedio, que no hay solución, porque sí las hay, aunque parciales y temporales… Todo se construye a trozos. Y porque como decía Heráclito, no hay nada inmutable y todo cambia... Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt














Del poema de cada día. Hoy, Agua sexual, de Pablo Neruda (1904-1973)

 






AGUA SEXUAL



Rodando a goterones solos,

a gotas como dientes,

a espesos goterones de mermelada y sangre,

rodando a goterones,

cae el agua,

como una espada en gotas,

como un desgarrador río de vidrio,

cae mordiendo,

golpeando el eje de la simetría, pegando en las costuras del

alma,

rompiendo cosas abandonadas, empapando lo oscuro.


Solamente es un soplo, más húmedo que el llanto,

un líquido, un sudor, un aceite sin nombre,

un movimiento agudo,

haciéndose, espesándose,

cae el agua,

a goterones lentos,

hacia su mar, hacia su seco océano,

hacia su ola sin agua.


Veo el verano extenso, y un estertor saliendo de un granero,

bodegas, cigarras,

poblaciones, estímulos,

habitaciones, niñas

durmiendo con las manos en el corazón,

soñando con bandidos, con incendios,

veo barcos,

veo árboles de médula

erizados como gatos rabiosos,

veo sangre, puñales y medias de mujer,

y pelos de hombre,

veo camas, veo corredores donde grita una virgen,

veo frazadas y órganos y hoteles.


Veo los sueños sigilosos,

admito los postreros días,

y también los orígenes, y también los recuerdos,

como un párpado atrozmente levantado a la fuerza

estoy mirando.


Y entonces hay este sonido:

un ruido rojo de huesos,

un pegarse de carne,

y piernas amarillas como espigas juntándose.

Yo escucho entre el disparo de los besos,

escucho, sacudido entre respiraciones y sollozos.


Estoy mirando, oyendo,

con la mitad del alma en el mar y la mitad del alma

en la tierra,

y con las dos mitades del alma miro al mundo.


y aunque cierre los ojos y me cubra el corazón enteramente,

veo caer un agua sorda,

a goterones sordos.

Es como un huracán de gelatina,

como una catarata de espermas y medusas.

Veo correr un arco iris turbio.

Veo pasar sus aguas a través de los huesos.



Pablo Neruda (1904-1973)

poeta chileno

















De las viñetas de humor de hoy jueves, 5 de diciembre

 






















miércoles, 4 de diciembre de 2024

De las entradas del blog de hoy miércoles, 4 de diciembre de 2024

 








Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz miércoles, 4 de diciembre de 2024. A nadie medianamente sensato le interesaba en Bruselas bloquear la nueva Comisión, en medio de una crisis descomunal de las relaciones internacionales y en vísperas de unas elecciones muy importantes en Alemania, se dice en la primera de las entradas de hoy, todos los sabían menos Dolors Montserrat, la eurodiputada del PP encargada de las embestidas sin matices. La segunda es un archivo del blog de enero de 2016, con un cuento de Yasutaka Tsutsui titulado La ley del talión. La tercera es un poema de Javier de Almuzara que comienza con estos versos: Como voy para nota,/debo copiar de ti,/y, amando porque sí,/rendirme, sin derrota. Y la cuarta, como siempre, son las viñetas de humor del día. Espero que todas ellas les resulten de  interés. Y ahora, como decía Sócrates, nos vamos. Nos vemos de nuevo mañana si la diosa Fortuna lo permite. Sean felices, por favor, aun contra todo pronóstico. Tamaragua, amigos míos. HArendt













De las razones para tomarse en serio a Bruselas

 








“Bruselas no olvida”. Mientras preparaba el boletín Penínsulas de esta semana, escribe en La Vanguardia [No conviene jugar con Bruselas, 26/11/2024] su director adjunto, Enric Juliana, leí esta advertencia de Carlos Aragonés, diputado del Partido Popular y ex jefe de gabinete del presidente José María Aznar, entrevistado ayer por la publicación digital Agenda Pública. Una entrevista muy interesante. Aragonés se refería al reciente forcejeo sobre la validación de Teresa Ribera como vicepresidenta de la Comisión Europea. El Partido Popular le puso la proa, creyendo contar con el inquebrantable apoyo del Partido Popular Europeo, y en un momento dado se ha encontrado colgado de la brocha. En La Vanguardia hemos contado ese episodio con mucho detalle. Concluida la tormenta, ahora llega el capítulo final: mañana miércoles la nueva Comisión se votará en bloque en el plenario del Parlamento Europeo.

A nadie medianamente sensato le interesaba en Bruselas bloquear la nueva Comisión, en medio de una crisis descomunal de las relaciones internacionales (guerra de Ucrania y escalada en Oriente Medio) y en vísperas de unas elecciones muy importantes en Alemania. La CDU-CSU, la coalición conservadora que en febrero puede recuperar el poder en Alemania, comenzaba a estar inquieta ante una posible situación de marasmo en Bruselas. Todos lo sabían, menos Dolors Montserrat, la eurodiputada del PP encargada de las embestidas sin matices. Mañana, al Partido Popular español no le queda otra opción inteligente que recular o refugiarse en la abstención. Votar en contra significaría decir no a 14 comisarios europeos propuestos por el Partido Popular Europeo, sobre un total de 26, con carteras muy importantes. Parece evidente que a Alberto Núñez Feijóo no le conviene cultivar la enemistad del colegio de comisarios europeo si desea gobernar España dentro de dos años y medio.

“El movimiento ejecutado tenía riesgos. Bruselas no olvida, y alterar la estabilidad de la Comisión puede complicar futuras negociaciones. El PP, aunque numeroso, no tiene el peso de sus homólogos de Alemania o Francia, y un gesto como este puede interpretarse como debilidad estratégica más que como fuerza. En ese sentido, se ha creado un problema hoy. Pero Feijóo estaba muy seguro de que podría conseguirlo [el veto a Teresa Ribera], no era un mero gesto de protesta”, apunta el diputado Aragonés en la citada entrevista, en la que sostiene que Núñez Feijóo tiene posibilidades reales de gobernar España en un futuro.

El ruido que acompaña a la política española desde hace meses hace muy difícil poner el foco en algunos cambios relevantes que se están fraguando en la Comisión Europea y que pueden modificar los equilibrios y políticas construidas durante décadas. No conviene mucho jugar con Bruselas. A continuación veremos por qué, con la ayuda de Santiago Fernández Muñoz, profesor de Geografía Humana en la Universidad Carlos III de Madrid, gran conocedor de la gestión de los fondos europeos.

Hasta la entrada de los países del Este en la UE en la primera década de este siglo, España fue uno de los países más beneficiados por los Fondos Europeos. La impresionante modernización de las infraestructuras de transporte en las últimas décadas, por ejemplo, no hubiese sido posible sin la aportación de Europa. Los Fondos Europeos son la suma de decenas de instrumentos financieros, entre los que destacan los Fondos de Cohesión, a su vez integrados por el programa de desarrollo regional FEDER (repartido a las regiones menos desarrolladas), el Fondo Social Europeo, dirigido al fomento de la creación de empleo, la formación y la inclusión de los sectores más vulnerables, también aplicado regionalmente. Además, hasta 2006 España recibía el Fondo de Cohesión centrado en aquellos estados que no superan el 90% de la renta media comunitaria.

El reparto de los actuales Fondos de Cohesión se efectúa con otros criterios: se realiza en función del grado de desarrollo de los diferentes territorios de la Unión, y las comunidades autónomas tienen un papel clave en su asignación a proyectos concretos. Mapas, mapas, mapas. Para determinadas regiones meridionales (Andalucía, Castilla La Mancha y Extremadura) siguen siendo una relevante aportación que permite mantener inversiones y políticas sociales en las áreas de menor renta y mayores niveles de paro del país. ¿Cómo se concreta este mapa en la realidad? Andalucía recibe 5.536 millones de los fondos de Cohesión en el periodo 2021-27, Extremadura 1.344, mientras en el otro extremo al País Vasco se le asignan 245, a Catalunya 1.242 y a Madrid 892.

Hagamos memoria. El temible bache de la pandemia se salvó con un nuevo fondo, cuando alguna gente ya apostaba por la quiebra de las economías del sur de Europa. Nunca faltan los buitres en las situaciones dramáticas. Algunos esperaban la caída a plomo de las economías del sur europeo. Alemania temía una dramática ruptura del mercado único si Italia y España se desplomaban. El Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) aprobado para acelerar la recuperación de la Covid 19 comenzó a cambiar la lógica del tradicional reparto de los fondos europeos. Se mantiene el criterio de la solidaridad, según el cual reciben más recursos los países cuya economía sufrió más. España e Italia tienen asignado el 42% de las subvenciones previstas para los 27 Estados miembros cuando apenas suponen el 23% de la población total de la UE. Sin embargo, el reparto no se hizo por regiones, sino que se asignó a los Estados y el Plan de Recuperación está distribuyendo los casi 80.000 millones de euros en subvenciones de acuerdo con prioridades políticas pactadas con la Comisión (energías renovables y transición verde, digitalización de la economía, reindustrialización, innovación, semiconductores…).

Una parte muy relevante de los nuevos fondos del MRR se han transferido a las comunidades, pero no en función de su nivel de riqueza, sino en atención a los diferentes criterios de reparto de las políticas sectoriales. Además, entorno al 50% de los fondos no se reparten por comunidades autónomas, sino que se canalizan a través de convocatorias de licitaciones abiertas de libre concurrencia convocadas por la Administración General del Estado. Lógicamente las regiones con tejidos económicos más potentes e innovadores tienen mayor capacidad de recibir fondos en estas convocatorias abiertas. El seguimiento que la Fundación COTEC para la innovación realiza de la ejecución de las subvenciones del Plan de Recuperación constata que cuatro de cada diez euros resueltos se destinan a I+D+I lo que supone un cambio radical respecto al destino tradicional de los fondos europeos, centrados hasta ahora en hormigón y asfalto, pero la otra cara de la moneda destaca su concentración territorial en las regiones con mayor renta y especialmente en la Comunidad de Madrid.

Y aquí llegamos al nudo de la cuestión. Las condiciones para recibir tanto dinero. El segundo gran cambio introducido por los Planes de Recuperación respecto a los tradicionales Fondos Europeos es que su recepción no está ligada únicamente a la ejecución de las inversiones, sino que está condicionada a la aprobación de un catálogo de reformas estructurales pactadas entre los Estados y la Comisión. En el caso del Plan español, la recepción de 80.000 millones en fondos no reembolsables se condicionó a que el Gobierno abordase problemas estructurales históricos eternamente demorados, como la temporalidad del mercado de trabajo, la debilidad del sistema de formación profesional, la sostenibilidad del sistema de pensiones o la denominada reforma fiscal.

Poca gente sabe que una de las condiciones que nos ha impuesto Bruselas es aumentar la recaudación fiscal. ¿Cómo será posible? No puede ser cierto. ¿No habíamos quedado en que vivíamos en un terrible ‘infierno fiscal’? Pues es verdad, la Comisión Europea nos exige más recaudación. El acuerdo adoptado en 2021 fue claro: se debían aprobar medidas para reducir la diferencia entre la ratio de ingresos en relación al PIB con la media de la Unión Europea. España tenía entonces una presión fiscal muy inferior no sólo que Alemania, Francia o Italia, sino incluso de la media comunitaria, lo que debilitaba su capacidad para aplicar políticas públicas y ponía en riesgo la reducción de su déficit público y la devolución de la deuda pública.

Esta semana pasada la mayoría parlamentaria cruzó un delicado alambre con la negociación de los impuestos extraordinarios. Casi estuvo en juego la legislatura. No estaba en riesgo que España recibiera 7.200 millones de euros del tercer desembolso del Plan de Recuperación, como se ha escrito repetidamente, pero si el Gobierno no sacaba adelante la votación del pasado jueves, crecía el peligro de que la Comisión aplicara su metodología para los pagos parciales, reduciendo en algunos cientos de millones el importe a percibir. Una vez aprobado el mantenimiento del impuesto al sector bancario y otras figuras menores, le toca al Gobierno defender ante la Comisión que ha cumplido el compromiso de la reforma fiscal, cosa que no será fácil, aunque dispone de un argumento de peso: la diferencia de presión fiscal entre España y la Unión se ha reducido significativamente en los últimos seis años.

Bienvenidos a la nueva Europa. La condicionalidad de los Fondos Europeos a la aprobación de reformas estructurales y la aplicación de los fondos por políticas y no por regiones parece que ha llegado para quedarse. En Europa existe una interesante costumbre antes de la puesta en marcha de cada nueva Comisión. El presidente o presidenta escribe a cada comisario una carta-mandato detallando las tareas que debe cumplir en sus cinco años en el cargo. Ursula Von der Leyen ha puesto como tareas prioritarias al nuevo comisario de Presupuestos, el polaco Piotr Serafín, concentrar los cientos de programas de gasto en cinco grandes fondos basados en políticas sectoriales y un nuevo Fondo Europeo de Competitividad que permita a la Comisión tener más capacidad de respuesta a las prioridades estratégicas de Europa para poder competir con China y Estados Unidos, en línea con los informes elaborados por Mario Draghi y Enrico Letta. Los fondos financiarán las políticas estratégicas y los proyectos apoyados serán los más relevantes para los retos de la Unión sin que su localización geográfica sea fundamental. España podría perder financiación si no trabaja bien.

Von der Leyen también le ha encargado al comisario polaco de Presupuestos que cada estado miembro elabore un plan país vinculando las reformas clave con inversiones dirigidas a los ámbitos en los que más se necesita la intervención de la UE. Todo ello acompañado de un mayor control por parte de la Presidencia. Casi nada.

No hay nada decidido aún. Esas innovaciones serán objeto de debate. Ello quiere decir que vienen meses y años clave para las “cosas de comer” en la Unión Europea. Tener buenos representantes y buena interlocución con la administración europea será primordial. No es momento de jugar con Bruselas y debilitar la posición del país. España se juega mucho. Y como dice Carlos Aragonés, Bruselas no olvida.