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martes, 24 de marzo de 2020

[ARCHIVO DEL BLOG] Juanes en Cuba. (Publicada el 22 de septiembre de 2009)



Juanes y Bosé en La Habana. Septiembre, 2009


Les confieso mi desazón previa sobre el concierto del mítico músico colombiano, Juanes, en la plaza de la Revolución de La Habana, Cuba, el pasado domingo. No por la prevista y multitudinaria asistencia al mismo, ni por el sectario uso propagandístico que de él pudieran hacer las autoridades cubanas, sino por lo que pudiera suponer de rompimiento de una comunidad sentimental entre los cubanos de dentro de la isla caribeña y los cubanos del exterior.

La lectura, ayer lunes, del artículo en "Generación Y" ["Después de Juanes". 20/9/2009], el magnífico Blog que escribe desde su exilio interior en Cuba mi amiga y admirada Yoani Sánchez, me reconforta sobremanera. Sin abdicar lo más mínimo de su radical crítica al régimen, Yoani, con esa mesura tan suya, tan magnífica como humana, deja constancia de su esperanza de que el concierto de Juanes del domingo sea el ensayo general de ese otro concierto en el que "un día puedan participar los excluidos de esta tarde". En esa esperanza participamos también los que desde este otro lado del mismo Atlántico que nos arrulla, creemos en la fuerza de la palabra. Gracias de nuevo, Yoani, por tu ejemplo de valor y fortaleza. HArendt



Yoani Sánchez



La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




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sábado, 15 de febrero de 2020

[ARCHIVO DEL BLOG] Cuba, sobre el abismo. (Publicada el 28 de julio de 2009)




Fidel Castro entra en La Habana (1 de enero de 1959)


Desde niño me interesó la política internacional. Más que la española, que no dejaba muchas opciones en los años de mi infancia. Mis primeros recuerdos se enmarcan en el apasionado interés que despertaron en mi las guerras de esa época: Indochina (1945-1954), Corea (1951-1953), y Argelia (1954-1962). Mi idealismo se puso de manifiesto con la Revolución cubana (1953-1959) y la guerra de los "Seis días" árabe-israelí (Junio, 1967), y cayó por los suelos con la guerra de Vietnam (1958-1973), ya superada con creces la adolescencia. Tardé en caerme del guindo, pero me caí con estrépito.

Sobre Cuba recuerdo haber vivido apasionadamente la entrada de Castro en La Habana, el primero de enero de 1959. Lo vi por televisión, mientras comíamos en casa toda la familia reunida por el Año Nuevo. Hicimos apuestas (yo tenía 13 años) sobre si aquella explosión de felicidad iba a durar o no. Para mí, la felicidad duró muy poco, justo el tiempo de saber que la revolución imponía sus criterios a sangre y fuego, con fusilamientos masivos de los disconformes. El segundo acontecimiento relacionado con la revolución cubana que me impactó fue el de la denominada "Crisis de los misiles" (octubre, 1962), provocando uno de los momentos más álgidos de la "guerra fría" soviético-americana. El último hecho, revelador del auténtico rostro de la dictadura castrista, fue justamente hace veinte años, el fusilamiento del general Arnaldo Ochoa, el militar más prestigioso del ejército cubano, tras una farsa de juicio sumarísimo, orquestada como respuesta a su "traición" a la revolución y el pueblo cubano.

Nunca he entendido muy bien la fervorosa y a-crítica adhesión de buena parte de la izquierda española y europea a la revolución cubana. Lo curioso del caso es que todavía hay multitud de ingenuos que creen en el mito de la misma, cuyos desmanes justifican, aún hoy, con el recurrente discurso al "intolerable bloqueo" de la "isla mártir" por parte de los Estados Unidos.

Durante mis estudios de la licenciatura en Geografía e Historia, recuerdo haber tenido un tutor, un excelente profesor de Historia por otra parte, que desbarraba continuamente en elogios a la "revolución"b a finales de los 80, con lucubraciones tales como que Cuba era una auténtica democracia, donde el pueblo intervenía y decidía en los todos los aspectos de la vida política, y su Constitución, un ejemplo de libertades y democracia para todo Occidente...

No hay "islar mártir". Los únicos responsables de la situación de Cuba son los hermanos Castro y su régimen. Quien desee conocer la realidad del día a día de los cubanos sólo tiene que darse una vuelta a diario por blogs como el de Yoani Sánchez, "Generación Y", o el de Claudia Cadelo, "Octavo Cerco", ambos escritos desde Cuba, por dos jóvenes que no hablan de política más que indirectamente, ¿podía ser de otra manera?, pero con valor y deseos de libertad. Por cierto, el Blog de Yoani Sánchez ha recibido en dos ocasiones el premio al mejor blog de habla española. Les aconsejo su lectura.

En "El País" de hoy escribe sobre la ejecución del general Ochoa y la situación de Cuba el que fuera corresponsal de televisión española y escritor, Vicente Botín, en un artículo titulado "Cuba: el sable del general Ochoa". También lo hace en su blog, Mira que te lo tengo dicho, sobre el mismo asunto, el escritor y periodista canario Juan Cruz, con un post titulado "Cubana". Les dejo con ellos, y con la respuesta que a Juan Cruz le da, en su mismo blog, el también periodista canario Diego Talavera. HArendt



El general Arnaldo Ochoa



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martes, 8 de agosto de 2017

[A vuelapluma] Como elefante en una cacharrería





La situación actual de Venezuela, si no fuera por lo dramático de la misma, se podría representar con ese chascarrillo tan español de que parece que un elefante ha entrado en una cacharrería. Personalmente nunca he entendido muy bien la admiración acrítica de buena parte de la izquierda (española y europea) hacia la "revolución" cubana, y lo que significó en su momento, ni tampoco ahora a su secuela al sur del Caribe, la Venezuela de Chaves, y sobre todo de Maduro. Supongo que será por mi mucha ignorancia, o por su superlativa ingenuidad (la de sus admiradores), porque por mi capacidad de disfrute masoquista desde luego que no es. 

El régimen bolivariano se mantiene hoy gracias a un aparato represivo, militar, policial y de inteligencia diseñado y controlado por oficiales y funcionarios cubanos, comenta en un reciente artículo la escritora venezolana, residente en España, Ana Nuño (1957), doctora en Filología Inglesa por la Universidad de la Sorbona y fundadora de la editorial barcelona Reverso. El problema es convencerlos para que se vayan. Y a cambio de qué, dice en él.

Las imágenes no destacan por su novedad. Dos docenas de indios amazónicos —hombres, mujeres y muchos niños— acampan a cielo abierto al borde de una autopista. La voz en off informa que estamos en Boa Vista, capital del Estado brasileño de Roraima, limítrofe con Venezuela. Pobreza, mendicidad, abandono: nada nuevo bajo el sol americano. Salvo por el detalle de su origen. Esos indios que, pese a todo, sonríen a la cámara, son warao. Uno de ellos, un hombre joven, resume su odisea. Semanas de viaje, a pie la mayor parte del trayecto, para recorrer los 900 kilómetros que separan Tucupita, la capital del Estado Delta Amacuro, de Pacaraima, primera población tras la frontera meridional de Venezuela.

Los warao —entre 20.000 y 30.000 actualmente— son uno de los cuatro principales grupos indígenas de Venezuela. Por primera vez abandonan sus viviendas, espoleados por el hambre, las enfermedades, la falta de medicinas, la violencia de militares y bandas armadas. Sí, esta es la novedad. Los warao han sobrevivido a todo, a 300 años de conquista y colonización, a las sangrientas montoneras del siglo XIX, a los buscadores de caucho, los garimpeiros, la tuberculosis y el sida sin moverse de su hogar ancestral, ese Orinoco que debe su nombre a la lengua que hablan desde hace milenios. A lo que no se ven capaces de sobrevivir es al socialismo del siglo XXI.

No solo ellos huyen de su país natal. Los warao acompañan en su suerte migratoria a los más de 12.000 ciudadanos venezolanos que han entrado y permanecen en Brasil desde 2014. Solo en los últimos diez meses, más de 350.000 han emigrado a Colombia. Según Human Rights Watch, las solicitudes de permisos de residencia en Argentina por venezolanos han aumentado en más del doble desde 2014, y en más de cuatro veces el número de visas otorgadas por Chile. Desde 2017, venezolanos son los primeros en la lista de solicitantes de residencia en Uruguay, y la de Perú ha sido tramitada por más de 10.000 solo en lo que va de año. En 2016, Venezuela se convirtió en el primer país de origen de solicitantes de asilo en Estados Unidos. Y estas cifras son anteriores a la debacle de julio, causada por la imposición por el régimen venezolano, tras cuatro meses de protestas cívicas reprimidas con pavorosa violencia armada, de una Constituyente que busca eliminar todo vestigio de legalidad constitucional y que anuncia la muerte oficial de lo poco que quedaba de democracia en el país.

La crisis migratoria venezolana —ya puede llamársela por su nombre— comenzó a gestarse mucho antes de la etapa madurista del chavismo, y es apenas la ola más avanzada del tsunami que amenaza a los países de la región. La gravísima crisis humanitaria que sufren los venezolanos ha sido causada por un gobierno que ha destruido 40% del PIB per capita en solo cuatro años, y hoy Venezuela es, como documenta el equipo de trabajo dirigido desde Harvard por el economista Ricardo Hausmann, el país más endeudado del mundo. “La catástrofe económica de Venezuela —señala Hausmann— eclipsa cualquier otra de la historia de Estados Unidos, Europa Occidental, o el resto de América Latina”. Después de años de dilación en la búsqueda de soluciones, parece que la comunidad internacional y en primer lugar los países de la región, que serán los más afectados por el tsunami venezolano, dan muestras de querer intervenir. Sí, intervenir: no hay por qué asustarse. El derecho de injerencia humanitaria, en un caso como el venezolano, reclama ser ejercido. Sin rodeos, pero con inteligencia.

Las sanciones económicas, por ejemplo, no serían efectivas con un Gobierno como el venezolano, que se ha mantenido incólume a pesar del derrumbe económico y material del país. No es la primera vez que un régimen tiránico decide sacrificar a sus ciudadanos antes que entregar el poder. Fue lo que hizo Ceaucescu en los años ochenta, es lo que lleva tres décadas haciendo Mugabe en Zimbabue, es lo que hace Bachar el Asad con Siria o lo que queda de este país. Si Estados Unidos impusiera sanciones al petróleo venezolano, la población apenas sufriría más de lo que ya padece. Entre 2013 y 2017, la producción de petróleo en Venezuela, que ya se había contraído casi un cuarto en la década anterior, se redujo un 17%, y la calidad del que ahora exporta se ha degradado tanto que uno de los principales importadores estadounidenses, la refinadora Phillips 66, ha recortado sus importaciones de crudo venezolano en más de dos tercios en lo que va de este año. Las sanciones al petróleo venezolano son superfluas, el régimen ya ha destruido su producción.

Un régimen que se mantiene económicamente con la venta a más de media docena de países, incluidos China y Rusia, de actuales y futuras explotaciones petrolíferas de la Faja del Orinoco y del llamado Arco Minero, un territorio de más de 110.000 kilómetros cuadrados rico en bauxita, hierro, coltán, diamantes y oro. Por no hablar del narcotráfico, principal fuente rentista de al menos uno de los cuatro bandos que hoy anidan en las Fuerzas Armadas (FANB). Tras 18 años de gobierno indiviso, el chavismo ha logrado al fin “diversificar” la economía del país, aunque no para bien de los venezolanos.

Si la crisis venezolana no es atajada, el tsunami puede afectar gravemente también a otros países de la región. El país es un polvorín de desgobierno, con múltiples focos de violencia aun dentro de la FANB, y armado hasta los dientes. Más de 15 millones de armas ligeras se calcula que circulan entre una población de 31 millones, y sobrecoge pensar que el armamento militar de origen ruso en el que Chávez invirtió millardos de dólares, incluidos misiles superficie-aire portátiles, pueda nutrir alguna red de contrabando de las muchas alentadas por el Gobierno.

El régimen venezolano hoy se mantiene gracias a un aparato represivo, militar, policial y de inteligencia diseñado y controlado por oficiales y funcionarios cubanos. Este es el elefante del título. Todos lo saben, dentro y fuera de Venezuela, pero se suele esquivar el asunto. Tal vez porque la extraordinaria resiliencia del castrismo augura una difícil solución al desastre venezolano. Y porque Venezuela es, para Cuba, no solo un respaldo económico (aunque en menos cantidades, Venezuela sigue entregando petróleo casi gratuitamente a la isla) sino el último bastión de sus ambiciones geopolíticas. Todo un símbolo para la Revolución y único sostén franco de la dictadura más longeva de América. Cómo convencer a Cuba de que retire a sus “asesores” (el número ha disminuido, pero eran 45.000 cuando Maduro llegó al poder). Y a cambio de qué, sobre todo.

Esta será, sin duda, concluye diciendo Ana Nuño, la tarea más difícil para quienes se sienten a negociar el futuro de Venezuela. Que sea muy pronto, antes que nada quede de la Tierra de Gracia.



Dibujo de Enrique Flores para El País


Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



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lunes, 26 de abril de 2010

[Reedición] Vergüenza




Claudia Cadelo



El Diccionario de la Real Academia define "vergüenza", en su primera acepción, como turbación del ánimo, que suele encender el color del rostro, y está ocasionada por alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante, propia o ajena. No dice que sea un sentimiento, y como tal, íntimo y estrictamente personal. Con el tiempo, la edad y cierta experiencia creo que he sido capaz de dominar en parte ese sonrojamiento del que habla la Academia; sin embargo aún no puedo evitar la turbación que me producen algunas acciones propias o ajenas.

Uno de mis profesores universitarios, el filósofo y académico Emilio Lledó, diferenciaba muy bien entre "íntimo" y "personal", cuestiones ambas que remiten al mundo de la ética, de la moral o de la psicología; en ninguno de ellos soy experto, así que me abstendré de profundizar sobre el asunto. Frente a ese mundo se alza el del Derecho, público -de todos- por principio. O el de los derechos humanos, inalienables, intrínsecamente unidos a la libertad del hombre, tal y como vienen definidos por la Declaración Universal de Naciones Unidas, o por la propia Constitución española. que, en su artículo 20.1, reconoce y protege el derecho a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción, y en el 21.1, el derecho de reunión pacífica y sin armas.

En mi anterior entrada del blog hablaba del cinismo de los dirigentes del PP, que alaban o menosprecian esos derechos según como les vaya en la misa que estén tocando en ese preciso momento. No me gustaría caer en el mismo error. Pero sí dejar constancia del sentimiento de profunda vergüenza que me embarga y conturba el ánimo cuando veo personas a las que admiro, como los actores Alicia Hermida o Willy Toledo, defender públicamente posiciones contrarias al más elemental sentido común y decencia política en lo que se refiere a la dictadura castrista.

Si hace unos días les invitaba a conocer, leer y compartir el blog de la cubana Yoani Sánchez, hoy les invito a hacer lo mismo con el de Claudia Cadelo, otra cubana que desde dentro de Cuba, defiende con peligro de su propia vida, por lo menos de su seguridad personal, la libertad de pensar, de expresarse, de ser, de "todos" los cubanos. Más adelante pueden leer la noticia a que hago referencia en El País de ayer. O en la sección de vídeos del blog, ver uno con imágenes de los primeros días de la revolución cubana, bastante laudatorio hacia ella, bajado de YouTube. Sean felices. Tamaragua, amigos. HArendt




Alicia Hermida





"Manifestaciones contra el "acoso mediático" al régimen cubano en varias ciudades españolas"
EL PAÍS  -  Madrid / ELPAIS.com  -  Internacional - 25-04-2010

Más de un millar de personas defienden en Madrid la "dignidad" del régimen de los Castro. Varias ciudades españolas, entre ellas Barcelona, Madrid y Sevilla, han sido escenario hoy de manifestaciones a favor del régimen castrista y contra el "acoso mediático" que sufre, convocadas por decenas de organizaciones. Las marchas, convocadas bajo el lema "Cuba no está sola", han arrancado a las 12 del mediodía y según los convocantes, pretenden responder a las "fuertes críticas" que el Gobierno de la isla caribeña está recibiendo por parte de los medios de comunicación.

De hecho, los periodistas -y también la "gusanada" de Miami- han sido el blanco de algunas de las consignas lanzadas en la protesta de Madrid. Allí, más de un millar de personas han recorrido entre banderas de Cuba, enseñas republicanas y del Partido Comunista el trayecto que separa la glorieta de Bilbao de la plaza de Colón. Además de "vosotros fascistas, sois los terroristas", los manifestantes han gritado eslóganes como "qué tendrá Fidel, que el capitalismo no puede con él" o "Cuba es y será, ejemplo de dignidad".

La protesta estaba encabezada por una pancarta del Movimiento de Solidaridad con la Revolución Cubana en la que se defendía la continuidad del régimen "por un mundo mejor".

La coordinadora del movimiento, Alicia Hermida, conocida por su papel de Valentina en la serie Cuéntame cómo pasó, explicó en rueda de prensa el pasado viernes que la manifestación tenía el objetivo de dar voz a "aquellos que conocen profundamente la realidad de Cuba y que no están presentes en los grandes medios de comunicación", según informa Europa Press. Hermida se refirió también a la muerte del disidente Orlando Zapata y aseguró que "había sido inducido a convertirse en un héroe, en un símbolo y mártir con su muerte" por parte de la disidencia cubana.

Zapata se convirtió el pasado mes de febrero en un nuevo símbolo de la lucha contra el régimen de los Castro, al morir tras una huelga de hambre de 85 días. Su fallecimiento hizo arreciar las críticas internacionales al Gobierno de Cuba y llevó a otros presos disidentes a imitar su protesta. Hermida y el actor Willy Toledo han leído un manifiesto al concluir la protesta.



Willy Toledo






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"Pues, tanto como saber, me agrada dudar" (Dante) 
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jueves, 8 de mayo de 2008

Desde Cuba





Fidel y Raúl Castro (Cuba)



Yoani Sánchez es la joven filóloga cubana de 32 años ganadora del Ortega y Gasset de periodismo, a la que las autoridades cubanas denegaron el permiso para venir a España a recoger su premio. Autora de un blog titulado "Generación Y", en el que cuenta el día a día de la realidad cubana burlando la censura del régimen, ha merecido el derecho a ser portada de la prestigiosa revista Time y pasar a ser considerada como una de las 100 personas más influyentes del mundo. Algo que ella no se toma muy en serio... El País de hoy (8/5/2008) publica la entrevista que su corresponsal, Mauricio Vicent, la realizó en La Habana. Y no dejen de visitar su blog; les aseguro que merece la pena. Por cierto, ya ha comenzado a ser objeto de ataques informáticos... 

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





No se puede mostrar la imagen “http://www.elpais.com/recorte/20080508elpepisoc_2/XLCO/Ies/20080508elpepisoc_2.jpg” porque contiene errores.
Yoani Sánchez (La Habana, Cuba)



"Los cambios llegarán a Cuba, pero no a través del guión del Gobierno", por Mauricio Vicent

El último año de Yoani Sánchez ha sido vertiginoso. En marzo de 2007, después de una espontánea protesta intelectual conocida como la guerra de los email, esta filóloga habanera de 32 años decidió comenzar con Generación Y, un blog que concibió como un ejercicio de "terapia personal" después de que "el silencio y la evasión" no le resultaran. Poco a poco, colgar en la Red sus "desencantadas viñetas" de la realidad cubana se convirtió en razón de ser, y ese exorcismo, que ella define como "periodismo ciudadano", despertó la atención de numerosos medios de prensa extranjeros.

En los últimos meses, la página de Generación Y recibió millones de entradas, y el pasado 4 de abril Sánchez fue merecedora del Premio Ortega y Gasset en la categoría de periodismo digital. Hace sólo unos días la revista Time la incluyó en su lista de los 100 personajes más influyentes del planeta en la categoría de Héroes y pioneros. La espiral de acontecimientos continuó hasta el martes, cuando finalmente supo que no podría viajar a Madrid a recibir el premio de EL PAÍS.

Pregunta. ¿Qué piensa de lo ocurrido?

Respuesta. Todo ha sido vertiginoso. Nunca calculé que iba a ser así. En mi vida real poco ha cambiado, a no ser porque ahora me llaman más periodistas. Sigo siendo una ciudadana y continúo con las mismas inquietudes que cuando comencé, aunque sí me he vuelto más aguda al observar. Lo que más me alegra es desde donde he llegado. No ha sido por linda, ni por dar discursos desde una tribuna, ni por tener un ascendente religioso sobre una multitud. He llegado de la manera más simple y más anónima, como una ciudadana que escribe de lo que ve y que reflexiona de su realidad. El hecho de que el Premio Ortega y Gasset y Time hayan reparado en una persona como yo y hayan reconocido esa pequeña cosa me sorprende gratamente. Uno está acostumbrado a que sean siempre los famosos los que recogen los lauros.

P. ¿Qué razones le han dado para no permitirle viajar a España?

R. Realmente no me han dado razones. Tampoco me han dicho que me prohibían la salida. Todo este tiempo la única respuesta ha sido: "No hay respuesta, su caso se está analizando". Pero sin dar la cara. El martes, que era el último día para poder coger el avión, fui a las oficinas de inmigración y me dijeron que todavía no había "nada". Así que he cambiado la fecha del viaje para junio, a ver si entonces ya se ha eliminado el famoso "permiso de salida", como todo el mundo espera.

P. ¿Desde que comenzó con Generación Y ha sufrido represalias?

R. Nadie ha tocado en mi puerta, lo cual no significa que no pasen cosas. Podría decir que me vigilan, que intervienen mi teléfono, que asustan a mis amigos, pero no tengo pruebas. Son especulaciones a partir de cosas que pasan. Quizás la única represalia concreta ha sido no permitirme viajar a España a recoger el premio.

P. Hasta ahora no se consideraba disidente, sino un "electrón suelto".

R. Sigo sin considerarme disidente.

P. Pero por diferentes motivos su caso se ha politizado. ¿No teme dejar de ser la bloguera fresca Yoani Sánchez para convertirse en una opositora más?

R. No tengo ese temor. Todo fenómeno que nace nuevo es susceptible de ser manipulado e interpretado, es la ley de la vida. Yo sigo escribiendo mis textos, pienso cada vez desde una óptica más honesta. No me preocupa que pueda ser usada por un bando o por otro. Si mi discurso es elástico, si sirve para muchos, pues perfecto para ellos y para el discurso. Pero no quiero estar aclarando a cada rato que no pertenezco a una determinada línea política. Lo que hizo el martes el Gobierno al no dejarme salir tenía una dosis alta de riesgo. En el cálculo que hizo sopesó que todo el escándalo posterior era preferible a dejarme salir. Bueno, pues entonces se soltaron los demonios, pero yo no soy la responsable de los demonios. Creo que la mejor respuesta a las manipulaciones es lo que yo hago cada día: decir no a la violencia verbal, no a la desacreditación, no a los extremos. Y seguir con mi visión ciudadana. Son mis textos los que dicen de mí misma, no las declaraciones e interpretaciones que hagan otros.

P. ¿Cómo calificaría su blog?

R. Mi blog es un exorcismo personal que de pronto se ha encontrado con otros que también tienen sus demonios, y se ha convertido en una confluencia de demonios e historias similares. Sobre todo se ha convertido en un foro de discusión: ahora mismo lo más importante de Generación Y no son mis textos, sino los comentaristas.

P. ¿Cree que hay un nuevo momento político en Cuba?

R. Hay el intento de hacer creer que hay un nuevo momento. Pero a mi vida real todavía no llegan las evidencias de ese nuevo momento. Sí creo que hay una nueva actitud en los ciudadanos, una actitud más crítica. Y noto en los oportunistas cierta tendencia a no salir al paso, algo que es un buen termómetro en estas situaciones. Pero la intolerancia política, me parece, ha cedido poco.

P. Mucha gente en Cuba cree que lo mejor es que el sistema evolucione, que las transformaciones provengan de dentro, aunque sean lentas. ¿Qué piensa?

R. Que las transformaciones tienen que ser lentas está claro, pero tengo mis dudas sobre si provienen del sistema. No se puede transformar y mejorar lo que está enfermo en su esencia. Este sistema ha probado que es incapaz de proveer a sus ciudadanos de bienestar material y de lograr que realicen muchas de las cosas con las que sueñan. Es deber del Gobierno implantar las nuevas medidas, pero creo que también deberían empezar a pensar en desmontar el sistema.

P. ¿Cambio de sistema o cambios en el sistema?

R. De sistema

P. ¿Y hacia qué modelo?

R. Uno de los grandes argumentos que se utiliza para defender la revolución cubana es que hemos logrado hacer un socialismo sui géneris. ¿Por qué no podríamos hacer un capitalismo sui géneris? Lo que necesita este país es una inyección de creatividad y de libertad para producir, y el socialismo es una camisa de fuerza a todo eso.

P. ¿Los pequeños cambios que se han visto hasta ahora anuncian otros de mayor calado?

R. Todos estos cambios tienen un objetivo claro: conservar el poder. Pienso que la idea es proporcionar cierto bienestar a la población, relajar un poco las tensiones acumuladas. ¿Hasta dónde lo pueden llevar? Justo hasta donde empiece a peligrar el control que tienen sobre la sociedad. Allí lo van a dejar. Hoy no hay presión popular para empujar en la dirección de los cambios, pero son las condiciones materiales lo que más presiona. Necesariamente se tendrá que dar mayor autonomía económica a las personas y eso traerá autonomía política. Los cambios llegarán, pero no creo que a través del guión del Gobierno. Su guión dará algo de sí, pero la gente tomará el resto. (El País, 08/05/08).




Obama y Raúl Castro (Panamá, abril de 2015)



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