martes, 1 de julio de 2025

DE LAS ENTRADAS DEL BLOG DE HOY MARTES, 1 DE JULIO DE 2025

 





Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz martes, 1 de julio de 2025. ¿Por qué formamos parte de una entidad que parece estar al servicio de la industria militar de EE UU más que del resto de Estados?, se pregunta con toda la razón del mundo en la primera de las entradas del blog de hoy la escritora Nayat El Hachmi. La segunda es un archivo del blog de junio de 2015 en el HArendt opinaba sobre la Transición española a la democracia. Para unos, la Transición, abarca desde la caída de Arias Navarro como presidente del gobierno, el 1 de julio de 1976, hasta la investidura para el mismo cargo de Felipe González, el 2 de diciembre de 1982. Para otros, entre los que él se encuentra, es el periodo que va del 22 de noviembre de 1975, con la subida al trono del rey Juan Carlos I, a la aprobación por referéndum de la Constitución, el 6 de diciembre de 1978. El poema del día, en la tercera, se titula España, es del poeta Enrique Azcoaga, y comienza con estos versos: Cuando el viajero ciego te recorre/negándote por torpe o por malsana/manía de no ver claro, descubro/lo que hay en ti de alba. Y la cuarta y última, como siempre, son las viñetas de humor, pero ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν" (toca marchar); volveremos a vernos mañana si las Euménides y la diosa Fortuna lo permiten. Sean  felices, por favor. Tamaragua, amigos míos. HArendt





















DE LA OTAN DE TRUMP

 






¿Por qué formamos parte de una entidad que parece estar al servicio de la industria militar de EE UU más que del resto de Estados?, se pregunta con toda la razón en El País [La OTAN de Trump, 27/06/2025] la escritora Nayat El Hachmi. Quienes nos convertimos en ciudadanos después de 1986 ni siquiera tenemos el amargo consuelo de haber dicho que ‘no a la OTAN’, comienza diciendo El Hachmi. No hemos sido nunca preguntados sobre nuestra opinión acerca de la pertenencia de España a esta organización internacional. En estos días en los que vemos a Rutte hacerle la pelota de un modo descarado y vergonzoso a Donald Trump nos preguntamos qué hacemos ahí. ¿Por qué formamos parte de una entidad que parece estar al servicio de los intereses de Estados Unidos más que del resto de Estados?

Me dirán los entendidos en la materia que qué barbaridad estoy pronunciando, que si no me doy cuenta de la importancia estratégica que tiene pertenecer a una alianza clave desde el punto de vista de la seguridad. La lógica militarista lleva tiempo imponiéndose, ridiculizando cualquier visión crítica con el belicismo tachándola de naíf. Quienes no creemos que las armas puedan ser en ningún caso la solución a los conflictos, somos a menudo caricaturizados y presentados como ingenuos que no entienden el funcionamiento del mundo.

Lo cierto es que analizado fríamente la lógica de la fuerza, la violencia y la destrucción es de todo menos lógica. No tiene ningún sentido pretender solucionar las disputas mediante el uso de las armas. No hay más que mirar a Gaza, a Irán, a Ucrania, a los escombros de guerras pasadas. Pero es que además, en lo que se refiere a la exigencia de Donald Trump de subir el gasto en defensa hasta 5 %, el objetivo, lo vemos hasta los que somos de letras, no es precisamente la seguridad y la defensa, sino aumentar los ingresos del complejo industrial-militar, algunos de cuyos jefes son cercanos al presidente de EE UU. ¿Por qué el 5 % y no el 4 o el 7 o el 20? Es una cifra que se saca de la manga y que no tiene nada que ver con ninguna estrategia clara. El objetivo no es que gastemos más, sino que le compremos más armamento.

Ante esta actitud colonialista, imperialista, como europea me pregunto ¿dónde están nuestras instituciones? ¿Por qué no hay una oposición más clara y contundente desde las organizaciones supranacionales en las que estamos en base a unos valores comunes que incluyen el de la paz? Hoy más que nunca, Europa debería erigirse como una entidad política defensora de los derechos humanos y la diplomacia. En vez de eso se traiciona a sí misma no cortando relaciones con Israel, siendo tibia con el genocidio, y doblegándose al narcisista nihilista que siembra el caos en el mundo a base de pataletas y embustes. Y que yo sepa ningún español le ha votado. Nayat El Hachmi es escritora.
















[ARCHIVO DEL BLOG] RECUERDOS DE LA TRANSICIÓN. PUBLICADO EL 08/06/2015











Periodizar la Historia para su estudio y mejor comprensión no es tarea en la que todos los historiadores coincidan, al menos en determinar las fechas de  inicio y final de los respectivos periodos. Por poner un ejemplo, la Historia Universal suele dividirse en "Edades" y es mayoritariamente aceptada la que establece la duración de la Antigua, entre la aparición de las primeras sociedades urbanas hasta la caída del Imperio Romano de Occidente ante los bárbaros en el año 476 d.C.; la Media, desde esa fecha a la caída de Constantinopla en poder de los turcos en el 1453 de nuestra era; la Moderna, desde 1453 hasta la Revolución Francesa, en 1789; y la Contemporánea, desde 1789 a 1945, con el final de la II Guerra Mundial. El periodo que abarca de 1945 hasta la fecha comienza a denominarse, sin acuerdo unánime entre los historiadores, como "Época actual". 
En la Historia de España esas fechas varían en función de acontecimientos locales: la edad Antigua termina en el año 711 d.C., con la invasión musulmana de la Península Ibérica; la Media en 1492, con la conquista de Granada y el descubrimiento de América; la Moderna, con el inicio de la Guerra de Independencia en 1808; y la Contemporánea, con el final de la dictadura franquista en 1975.
Esas divergencias se extienden, lógicamente, también a hechos concretos o periodos de la historia mucho más cortos temporalmente. Otro ejemplo es el de la Transición a la democracia en España después de la muerte de Franco. Para unos, la Transición, o lo que se ha dado en llamar así, abarca desde la caída de Arias Navarro como presidente del gobierno, el 1 de julio de 1976, hasta la investidura para el mismo cargo de Felipe González, el 2 de diciembre de 1982. Para otros, entre los que me encuentro, la Transición a la democracia en España es el periodo que va del 22 de noviembre de 1975, con la subida al trono del rey Juan Carlos I, a la aprobación por referéndum de la Constitución, el 6 de diciembre de 1978.
En ese periodo que va de finales de 1975 a finales de 1978, hubo figuras políticas que asumieron un papel protagonista de primer orden. Sí, ya sé que la Historia la hacen en definitiva los pueblos, "haciendo" o "dejando" hacer, pero yo no tengo una especial predilección por los métodos marxistas de interpretación de la historia, así que, con todas las reservas, sigo creyendo que la Historia la personifican, simbolizan y la impulsan personas y nombres concretos, y por supuesto el Azar (o la diosa Fortuna) que también echa una mano de vez en cuando.
Entre las personalidades que ponen nombre y simbolizan el periodo conocido como la Transición española a la democracia, yo destacaría cuatro principalmente. Es una elección subjetiva, por supuesto, y pueden ustedes añadir a quienes estimen conveniente. Los tres primeros son de sobra conocidos por todos. Se trata del rey Juan Carlos I; el secretario general del Partido Comunista de España en aquel momento, Santiago Carrillo; el presidente del gobierno Adolfo Suárez; y un cuarto, que casi nadie recuerda ya y que jugó un papel fundamentalísimo en el tránsito de la dictadura a la democracia: Torcuato Fernández-Miranda, en aquellos momentos presidente de las Cortes y del Consejo del Reino. Solo el rey Juan Carlos permanece vivo. Pero los cuatro han entrado ya por derecho propio en la Historia de España.
Si quisiera destacar en algún hecho relevante el papel jugado por cada uno de los citados en la Transición, señalaría el impulso del rey forzando la dimisión como presidente del gobierno de Carlos Arias y designando como su sucesor a Adolfo Suárez, en aquel instante un absoluto desconocido políticamente, y que, para más "inri", ocupaba el cargo de secretario general del Movimiento. De este último, ya está todo -o casi todo- dicho, aunque si hubo un gesto que vale más que mil palabras sobre su valentía sería el del reconocimiento legal del partido comunista en unos momentos en que aquello suponía echarse encima a la práctica totalidad de la cúpula militar y  a todo lo que quedaba del "establishment" del antiguo régimen y sus valedores. De Santiago Carrillo no puedo menos que reconocerle la valentía, contra la incomprensión de la mayoría de los militantes del PCE, de reconocer y aceptar la monarquía y la bandera bicolor (la bandera secular de España) en momentos en que buena parte de los españoles dudaban -con razón- de la voluntad democrática del gobierno de Suárez y del propio Rey.
Del cuarto de los citados, Torcuato Fernández-Miranda (1915-1980), que fue vicepresidente del gobierno y ministro secretario general del Movimiento con Carrero Blanco, presidente de las Cortes y del Consejo del Reino entre diciembre de 1975 y junio de 1977, catedrático de Derecho Político, y profesor y preceptor del entonces príncipe Juan Carlos, se ocupa el escritor Arcadi Espada con motivo del próximo centenario de su nacimiento en un interesante artículo titulado "La gran política", que decía así: “Querido J: Este noviembre se cumplirá el centenario del nacimiento de Torcuato Fernández-Miranda. Me temo que para la mayor parte del pueblo ya debe de ser líquida carne de Wikipedia. La otra noche fui al Vips a por tabaco y vi que habían organizado un mural con libros sobre los dos reyes, padre e hijo. Tres expositores más allá, y a ras de suelo, entre uno de autoayuda y otro de humor chocarrero, estaba la biografía de Tfm, El guionista de la Transición, que acaba de publicar su sobrino-nieto Juan. Me empecé a subir por las paredes, porque mi vida actual se basa en el escalo, pero luego pensé: "Bueno, siempre fue así".

Siempre fue así, porque Tfm ejerció la gran política, y la gran política no tiene un relato fácil. Parte de las razones las explicaba Jorge Bustos el viernes, en el mejor artículo que ha escrito para este periódico donde te echo las cartas: "Yo ya sé que la discreción -como la responsabilidad- no es un concepto de moda, pero el pactismo la necesita como el metabolismo exige pausa, y como a ciertas urgencias fisiológicas les conviene la soledad". La cuestión es que Tfm vivió en una urgencia fisiológica permanente que fue la del paso de la dictadura a la libertad.

La gran política. La biografía del sobrino-nieto completa, tras Lo que el Rey me ha pedido, obra de su hija Pilar y de su sobrino Alfonso, el retrato del hombre que encarna la transición: es Tfm el que nos lleva de la ley a la ley. Dado que se trataba de pasar de la dictadura a la democracia el camino fue un prodigio. El prodigio de la transición española, remendones. La sorpresa es, sin falacia retrospectiva, que el camino ya lo trazara en 1947, y esta es una de las aportaciones del nuevo libro. Este párrafo sobre uno de sus importantes artículos en La Nueva España: "Según explica Torcuato, lo único común a la Historia de España es que los pasos de un régimen a otro siempre han sido por imposición y no por evolución, lo que ha supuesto constantes rupturas en la legalidad vigente: nunca se ha respetado la ley".

El gran momento de su fértil tautología política fue la inclusión de Adolfo Suárez en la terna que el Consejo del Reino entregó al Rey para que escogiera presidente, el 3 de julio de 1976. Creo que he leído todo lo relevante que se ha publicado en torno al laborioso procedimiento que Tfm puso en marcha para que Suárez pasara el filtro institucional del antiguo régimen. A los relatos aportados, primero por Gregorio Morán, y por Pilar y por Alfonso, se suma ahora el de la nueva biografía. Sigue habiendo algo al fondo que se me escapa. No quedó acta de la reunión y todo ha tenido que ser reconstruido mediante notas de algún asistente y testimonios orales. Sigo sin saber, por ejemplo, si el voto por parejas de familias ideológicas (tecnócratas, Movimiento, democristianos) fue una obligación explícita que puso Tfm al Consejo del Reino o un condicionante tácito. Llamé al biógrafo por si se me había escapado algún detalle:

-Es cierto que en los diversos relatos conocidos hay contradicciones. Y coincido en que todos los planteamientos que fue haciendo antes de las sucesivas votaciones no se conocen con detalle.

De la biografía, y de los otros buenos libros que tratan total o parcialmente sobre él, se deriva una conclusión interesante: Tfm trató el aparato legislativo del franquismo como si fuera el de una democracia. Hay una conversación con el Príncipe de 1969, cuando acababa de ser nombrado sucesor de Franco.

-Al jurar los Principios y Leyes Fundamentales, ¿no estoy adoptando una actitud falsa o al menos dando esa imagen?

-Al jurar las Leyes Fundamentales, las juráis en su totalidad. Por lo tanto, también juráis el artículo diez de la Ley de Sucesión, que dice que las leyes pueden ser derogadas y reformadas.

-Pero los Principios se declaran permanentes e inalterables.

-Es un artículo de esa Ley y ese artículo también es reformable, pues la cláusula de reforma no establece excepciones.

-¿Estás seguro de eso?

-Lo estoy.

La elección de Adolfo Suárez como presidente es, pues, la culminación de una obra política antigua y de gran calado. Suárez es el nombre que permite el viaje. Con Silva se daba el riesgo de que la ley no se moviese; con Areilza el de salirse de la ley. No digo, obviamente, que los hechos se hubiesen producido así. Los hechos hacen lo que les da la gana, siempre. Digo que este era el diseño de las cosas que trazó Tfm. Y que los hechos se ahormaron milagrosamente, como el sombrero con la cabeza. Hasta tal punto que los hechos consintieron en apartarle a él mismo del foco de la escena. Es improbable que Tfm no considerase la posibilidad de ser él mismo la cabeza de la operación y no solo su mecanismo. Pero supo entender que por diversas razones, entre ellas la edad y también la condición, de gran impacto psicológico, de haber sido el preceptor del Rey, su ambición era dificilísima.

La gran política tiene una insoslayable zona de sombra. La razón es que la política, como el dinero, del que es su gestor, se basa en la confianza y en su par, la traición. Pocos de sus contemporáneos entendieron a Tfm y supieron lo que estaba haciendo. Esto dio origen a incomprensiones tenebrosas. Destacó el diario El País, que lo trató siempre con un desprecio cuya injusticia e incompetencia aumentan día a día. Hay un editorial del 1 de junio de 1977, que lleva la marca de Javier Pradera, donde la desinformación y el resentimiento bailan una danza fascinante. Pero es comprensible. El primer número del diario El País mostraba a Areilza, el fuera de la ley, en su portada, aprovechando el curso del Pisuerga. Pronto habrá que ponerse a demostrar, querido amigo, cómo la transición se hizo a pesar del diario El País.

Al día siguiente de que se aprobara la ley de Reforma Política Suárez sacó a Tfm del presente y lo devolvió a su ensimismamiento intelectual, del que solo le sacaría la muerte. Normal. Un guión dura lo que tarda en decirse.Sigue con salud”.

Las maniobras de que se valió para forzar la inclusión del nombre de Adolfo Suárez en la terna de candidatos que el Consejo del Reino debía elevar al rey para designar de entre ellos al sucesor de Arias Navarro, narradas ya por extenso, y que Espada recrea de nuevo en su artículo, parecen más propias de un tahúr de la política que de un gran hombre de Estado. Pero la verdad es que, en algunas ocasiones, el fin justifica los medios, y hay que saber estar a la altura de estos. Y él supo estarlo.
De los cuatro personajes citados tuve el honor, hace ya cuarenta años de ello, de conocer y saludar personalmente a dos de esos cualificados protagonistas de la Transición española a la democracia: al presidente Adolfo Suárez y al rey Juan Carlos. Lamento no haber podido hacer lo mismo con Santiago Carrillo y Torcuato Fernández-Miranda. Mi agradecimiento, como ciudadano a todos ellos, y a todos los demás españoles anónimos que hicieron posible la transición española a la democracia en paz y sin derramamiento de sangre. Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





















DEL POEMA DE CADA DÍA. HOY, ESPAÑA, DEL POETA ESPAÑOL ENRIQUE AZCOAGA

 






ESPAÑA



Cuando el viajero ciego te recorre

negándote por torpe o por malsana

manía de no ver claro, descubro

lo que hay en ti de alba.


El español que vuelve a su terruño,

vacío, contrahecho de distancia,

no puede -descastado- darse cuenta

lo que hay en ti de casta.


El truhán que necesita verte hundida

para flotar en falso, es el que pasa

por tu milagro joven, despreciando

lo que hay en ti de ansia.


El desterrado innoble, ese que tiembla

pensando si mejoras, dio la espalda

por siempre a su verdad, y no comprende

lo que hay en ti de ala.


El estéril que vive de tu gloria;

los que al deificarte te degradan,

ignoran por cenizos y por rotos

lo que hay en ti de garza.


El emigrado ruin que por dinero

hijo se siente un día de otra patria,

reniega de tu estirpe cuando olvida

lo que hay en ti de raza.


Cuando a diario escucho al mal nacido

negarte inútilmente con su baba,

comprendo por encima de mi furia

lo que hay en ti de brasa.


 

Enrique Azcoaga (1912-1985)

poeta español



















DE LAS VIÑETAS DE HUMOR DE HOY MARTES, 1 DE JULIO DE 2025