Cada mañana, lo primero que hacemos en el diario es hablar de ustedes, escribe en El Periódico de Catalunya [¿La mejor manera de combatir las 'fake news' es hablar de ellas?, 07/11/2024] su director Albert Sáez. Empezamos la jornada escuchando a Oli Valls, nuestro magistral SEO de contenidos, que nos cuenta lo que ustedes consumieron en la edición digital del día anterior y también nos explica la información que están buscando las personas que todavía no nos leen. Este martes buscaban quién iba a ganar las elecciones en Estados Unidos. Una pregunta que, a esas horas, no tenía respuesta. La semana pasada las búsquedas más frecuentes eran sobre cuántos muertos/desaparecidos había en la tragedia de València o, más concretamente, en el parquing del centro comercial Bonaire. Hasta aquí, el conocimiento del comportamiento de la audiencia enriquece y mejora a los medios informativos porque sabemos cuáles son los intereses de la audiencia y podemos organizar así nuestras prioridades. Pero, a partir de aquí, hay tres reacciones diferentes. Los outlets periodísticos se dedican a especular con las respuestas a esas preguntas incontestables. Seguro que se han cruzado con informaciones del tipo: "esto dicen las redes sobre el parquing de Bonaire". Y en las redes, como en la vida, hay de todo: gente sensata, chalados, vividores y estafadores. Nada nuevo. La segunda reacción es la de los medios tratan de aprovecharse de esas corrientes de búsquedas para colocar sus temas, muchas veces sesgados ideológicamente. Por ejemplo, este viernes pasado un medio digital obsesionado en derrocar a Mazón antes que en informar sobre lo ocurrido, aseguró estar en posesión de un acta de la comisión de coordinación de la emergencia en la que se "reconocía" la existencia de 1.900 desaparecidos en la DANA. Las alarmas saltaron en todas las redacciones que, en medio del aluvión de información de ese día, tuvieron que comprobar que el acta no existía, que eran las notas de un asistente sometidas a su libre interpretación y que seguíamos sin tener datos consistentes para responder a las búsquedas de los lectores. Mientras, algunos lectores ansiosos ya nos recriminaban al resto de medios por qué estábamos "ocultando" ese dato o por qué éramos tan torpes de no enterarnos de lo que estaba pasando. Paciencia. La tercera reacción frente al mejor conocimiento de las búsquedas de los usuarios es seguir haciendo periodismo, es decir, seguir buscando hechos, datos contrastados por fuentes fidedignas que no respondan a los intereses pariculares de los periodistas, ni al sesgo idelógico de los editores o a los mandatos de los anunciantes sino a esos intereses que expresan los lectores a través de su consumo y de sus búsquedas. El lunes, por fin, una de las mejores periodistas de sucesos de España, Teresa Domínguez, respondió en Levante a la pregunta: las primeras inspecciones de los cuerpos de seguridad no habían encontrado ningún cadáver en el parquing del centro comercial Bonaire. Pregunta respondida, con datos. Misión cumplida.
Si algo es el periodismo es un método de verificación de los hechos. Es infantil pensar que las noticias falsas han nacido con las redes. Y es estúpido pasarse el día difundiendo esas noticias falsas denunciando que lo son para rapiñar unos clics en las búsquedas de preguntas que no tienen (aún) respuesta. Las televisiones en los 90 se alimentaron de todo tipo de bulos en la tragedia de Alcàsser, a pocos kilómetros de la zona cero de ahora. Un diario serio de Madrid estuvo una década especulando sobre una mochila que no existió y que no conectaba al 11-M con ETA. Este diario publicó una nota falsa de la CIA sobre los atentados de Barcelona. La mentira acecha a todo lo humano desde Adán y Eva. Durante décadas, The New York Times exhibió en la cabecera este lema: "Todo aquello que merece ser publicado". Pues eso, Teresa Domínguez.
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