miércoles, 11 de junio de 2008

Irritación






Hay días en que uno, al levantarse, debería hacerse la firme promesa de no leer prensa alguna -ni siquiera la "rosa", y mucho menos la "amarilla"-, escuchar la radio o ver la televisión... Se ahorraría una casi segura irritación de la mucosa intestinal y la necesidad de tomarse un antiácido para poder sobrellevar la jornada.

Pero normalmente no hacemos caso de nuestras intuiciones y caemos en tentación... Lo primero que me encuentro son las declaraciones de la flamante y joven ministra de Igualdad: "Lo de miembros y "miembras" fue un lapsus", se disculpa la ministra... Pues nada, señora ministra, si usted dice que fue un lapsus tendremos que creerla... Yo pienso que es pura y simple gilipollez, pero en fin... La verdad que era mejor no haber explicado nada y dejarlo como estaba... Se hubiera entendido como un guiño suyo a la galería del feminismo radical; un poco tonto, desde luego, pero podía haber colado... Al pretender arreglarlo lo único que ha demostrado es su ignorancia, o su candidez...

Los "piquetes informativos" de los camioneros cortan las autopistas, pinchan ruedas, tiran mercancía y destrozan vehículos... ¿Eso es ejercitar el derecho de huelga?... He sido sindicalista durante más de treinta años y he participado en una decena de huelgas... "Eso" no es ejercer el derecho de huelga -constitucionalmente protegido-; eso es salvajismo, y debe ser reprimido con toda contundencia por los propios sindicatos y por la policía. Sin más.

Los católicos de base, es decir, los de a pie; es decir, todos, menos los del báculo, el birrete y los oropeles episcopales, demandan del gobierno de la nación que denuncie el Concordato vigente entre España y el Vaticano al objeto de garantizar la mutua independencia de la Iglesia y del Estado... Y hasta los teólogos se permiten, con toda razón, criticar al gobierno por su continua, reiterada y escandalosa bajada de pantalones ante las exigencias preconciliares de la curia episcopal española... ¡El mundo al revés!...

Que el problema de la Justicia española no es de dinero, ni de personal, ni de medios informáticos, -al menos sólo de eso-, está claro... El problema es del propio sistema judicial, que posibilita que determinados jueces se crean auténticos señores de horca y cuchillo medievales, sujetos únicamente a su arbitraria interpretación de la ley, y sabedores de la protección que un obsoleto sentido corporativista de los servidores de la justicia les presta. Las pruebas, recientes, están en la mente de todos. Y como muestra, una más, la carta abierta que reproduce El País de hoy dirigida al magistrado Ferrin Calamita por una familia que fue objeto de su sanción "moral" y jurídica... Sean felices si pueden. A mi la prensa, la radio y la televisión de hoy casi me amargan el día... Mis nietos me lo salvaron. HArentd



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"Carta de una familia al juez Ferrín Calamita"

Señor Ferrín Calamita lamento mucho su estado, solo le voy a contar una historia que viví en primera persona y a lo mejor le suena de algo: Me llamo Jaime Pérez y soy de Toledo llevo casado dos años y medio con mi esposa y seis viviendo juntos. Cuando conocí a mi esposa se estaba separando de su entonces marido, fruto de esa relación nacieron dos niñas preciosas que contaban con nueve y siete años. Relación en la que mi esposa fue maltratada, y su ex condenado a diecinueve meses de prisión que no cumplió, como usted bien sabe.

Cuando su ex-marido se enteró de la relación que tenía conmigo intentó a toda costa, arruinar la vida de mi mujer y de sus hijas. Y ahí empezó el verdadero calvario de mi esposa, no fueron los puñetazos y palizas que este señor como usted bien sabía le profería, no, fue mucho peor, fué de la forma más vil, cruel y dónde más daño se le hace a una madre, con los hijos. Nunca se planteó este individuo quitarle la custodia de las niñas, pero no encontró otra forma, sabiendo que las niñas no querían estar con él, le tenían miedo.

El procedimiento se llevó a cabo en su juzgado, Juzgado nº 9 de Familia de Murcia, va entendiendo porque esta carta la dirigimos a usted. Pues bien la custodia se la otorgó usted su padre y paso por alto todos los antecedentes que este señor tenia por malos tratos tanto hacia su esposa como hacia su hija mayor de 9 años.

Obviaron todo cuanto sabían, y en el informe que elaboró su psicóloga de su gabinete psicosocial se atrevió a escribir que este señor es una persona ejemplar y no tiene ningún problema ni antecedentes,

Ahí comenzamos a pelear, pero todo fue inútil, acusaron a mi mujer de manipuladora, de no ejercer buena influencia. A las niñas les destrozó su infancia, y su paso a la adolescencia, pero eso a usted parecía no importarle. En aquellos momentos mi mujer y yo esperábamos un hijo, y las dos niñas un hermano, pero eso a usted y a su gabinete también le dió igual.

Mi esposa cayó en una crisis de "alteración del estado anímico" que casualidad, si es lo mismo que a usted le esta pasando. Nos vinimos a vivir a Toledo mi ciudad natal, y aquí empezamos a buscar apoyos y ayuda, en Murcia se negaban a enfrentarse a usted, quizá no supimos tocar la puerta adecuada, pero le aseguro que tocamos muchas, esa es otra historia, que no descartamos contar en su momento.

Veíamos a las niñas cada quince días, no nos rendimos nunca y cada vez que nos tocaban las visitas hacíamos 400 Km. de ida y otros tantos de vuelta los viernes, y los domingos para dejarlas en Murcia volvíamos a hacer 800Km. entre lágrimas, llantos, dolorosas despedidas, y un dolor inexplicable.

Solicitamos una modificación de medidas, las niñas no querían vivir con el padre, lo estaban pasando muy mal. Esta vez SSª pidió hablar con las niñas para saber su estado y escucharlas, y preguntarles con quién quería vivir, las dos niñas le contestaron firmemente que con su madre. Pero el gabinete psicosocial adscrito a su juzgado volvió a decir que la madre no ejercía buenas influencias y que manipulaba a las menores, esa era una de las causas del rechazo de las niñas al padre, la influencia negativa de la madre. Presentamos 5 informes de la Junta de Castila la Mancha pero para este gabinete ninguno era valido porque, según su gabinete, carecían de profesionalidad. Y usted, como es juez y de niños no tenía porque entender creyó a pies juntillas los disparates que le estaban diciendo.

Al día siguiente de celebrarse el juicio dónde solicitaba la guardia y custodia de las niñas, salio la sentencia dónde siguió otorgándole la guardia y custodia al padre a pesar de que tener condena firme y ratificada por la audiencia por malos tratos continuados hacia la persona de su esposa y las hijas, a pesar de todo ello usted no dudo de decir que "es mejor tener un mal padre que ninguno".

Seguía pasando el tiempo y las niñas nos venían siempre con sus quejas y el dolor que estaban pasando. Usted condeno a las niñas sin haber cometido delito alguno, el padre no acudió a la cárcel a cumplir su sentencia, pero las hijas si cumplieron sentencia, fueron victimas inocentes que usted condenó.

El año pasado la niña mayor, sin que el padre y la abuela paterna se enteraran fué a denunciar a su padre en Murcia, por haberle pegado, llevaba moratones en los brazos, pero lejos de atenderla, la echaron diciéndole que ella no podía denunciar por no ser mayor de edad, solo podía denunciar con un adulto.

Cuando nos lo contó, acudimos a Murcia y la acompañamos a denunciar, pero otra vez tropezamos con su ley, no con la ley, porque para usted su padre tenia todos los derechos del mundo, pero se le olvidó que los niños también tienen derechos, y eso no debía de haberlos olvidado, pero los olvidó una vez más.

Pero esto no quedó ahí, esta denuncia supuso que la psicóloga de su gabinete recomendase que no pudiésemos ver a las niñas ni los fines de semana, porque esa denuncia era fruto de la gran manipulación de la madre y lo que las niñas manifestaban eran palabras de mi esposa puestas en su boca, ¿pero usted piensa que los niños son tontos?

Así que decidió que no pudiese la madre acercarse a ver a sus hijas, como invirtió los papeles usted, de víctima pasó a verdugo. Estuvimos un años sin ver a las niñas, estuvo un año mi hijo sin ver a sus hermanas, estuvieron un año esas niñas viviendo una agonía que usted ordenó ejecutar. Usted arruinó la vida de las niñas, de mi hijo, de mi mujer y la mía, respaldándose en su ley personal.

Muchas gracias señor Calamita usted nos enseño lo que es la fuerza y la constancia, porque a pesar de todo ello hemos seguido luchando y creyendo en la justicia, un año sin saber nada de las niñas si vivían o estaban muertas, porque su padre no las dejaba comunicarse con nosotros, y a mi esposa le prohibió cualquier tipo de acercamiento. Las niñas a escondidas escribieron cartas, cartas desgarradoras, pidiendo ayuda, cartas que pusimos en su conocimiento y una vez más nos siguió condenando a toda mi familia a una muerte en vida, cartas que fueron devueltas e ignoradas.

Cómo es la vida señor Calamita, nos tuvimos que mantener en silencio por el bien de las niñas y no agravar su situación las queríamos, y queríamos recuperarlas, ellas ya no podían aguantar más, así nos lo hacían saber en las cartas.

Ahora me dirijo a usted pero no por hacer leña del árbol caído sino para preguntarle ¿qué tipo de dios permite tal sufrimiento de tres menores, tres hermanos?

Todos estos hechos relatados son ciertos, los cuales señor Calamita puede tirar de su archivo en el juzgado y ponerse al día del sufrimiento que a causado, sólo espero con la ayuda de los profesionales y creyendo en la justicia que el daño causado por usted, no se vuelva a repetir, y que ningún juez se tome a la ligera la vida de un menor, ya que las madres a veces no pueden decir lo que está pasando porque se les pone la etiqueta de manipuladoras, hablamos con conocimiento de causa.

Gracias a dios, que nos dió fuerza para seguir creyendo en la justicia, pero no en la que usted impartía. Seguiremos rezando por usted, para que su mente pueda descansar algún día en paz.

Hoy puedo gritar de alegría porque las niñas llevan viviendo en Toledo con nosotros 2 meses, tras 5 años de infierno y torturas, cuando el caso logramos sacarlo de Murcia, dos meses maravillosos y espero que algún día olviden el horror del juzgado nº 9 de Familia de Murcia.

Me despido de usted Sr. Fernando Ferrín Calamita, yo no entiendo de leyes pero me voy a permitir decirle que para ser un buen juez hay que saber de leyes, hay que tener sentido común, y ante todo hay que ser una buena persona.

Me dirijo al director de este periódico suplicándole encarecidamente que me de la oportunidad de replica por parte del señor Calamita agradeciéndole encarecidamente su consentimiento para ello. (El País, 11/06/08)



Ferrín Calamita



lunes, 9 de junio de 2008

Lenguaje político y esquizofrenia







Los fundadores de la república norteamericana, la democracia más antigua del mundo a pesar de su juventud, en tan temprana fecha como 1791 y en la Primera Enmienda que aprobaron a su recién estrenada Constitución cuatro años antes, determinaron que el Congreso federal no establecería ley alguna por la que se pudiera adoptar una religión como oficial del Estado o se prohibiera practicar libremente la de cada cuál. La razón era sencilla de comprender: siendo la población de la república de diversas creencias la única forma de que todas las religiones convivieran en paz era la de establecer la prohibición de que ninguna de ellas tuviera carácter oficial. Por la misma razón, los fundadores de la Unión se negaron a establecer lengua alguna como oficial del Estado. Y todos los intentos que ha habido de establecer el inglés como tal han resultado fallidos...

En el año 2005 la periodista y lingüista Irene Lozano ganó el premio Espasa de Ensayo por una polémica obra titulada "Lenguas en guerra".  El lenguaje, -decía en la introducción-, "es una facultad universal del ser humano sobre cuyos orígenes existe un gran desconocimiento, aunque se suelen situar hace 40.000 años. A pesar de sus aparentes diferencias, Chomsky ha demostrado que todas las lenguas comparten un mismo tipo de estructura y proceso gramatical, en el fondo. La razón de que hayan llegado a existir distintas lenguas hay que buscarla en el relativo aislamiento en el que vivían los distintos grupos sociales existentes hace miles de años", para concluir que "la instrumentalización política de las lenguas en España ha logrado que se olvide la función primordial de una lengua como instrumento para el conocimiento y la comunicación, poniendo restricciones geográficas y creando conceptos como el de la lengua propia”.

Indudable experta en asuntos lingüísticos, la profesora Lozano acaba de publicar en Claves de Razón Práctica un interesantísimo artículo titulado "La izquierda se vuelve conservadora". El artículo es un extracto de los capítulos II y III de su reciente libro "El saqueo de la imaginación" con el que pretende dejar constancia de la esquizofrénica utilización que del lenguaje y del idioma hace la clase política en general (y la española en particular, y no sólo la izquierda a pesar de que el título del artículo pueda inducir a creerlo) para no llamar a las cosas por su nombre, o para decir lo contrario de lo que las palabras significan. Pura esquizofrenia: (del griego "σχίζειν", escindir, y de "φρήν", inteligencia), que el Diccionario de la Real Academia define como "grupo de enfermedades mentales correspondientes a la antigua demencia precoz, que se declaran hacia la pubertad y se caracterizan por una disociación específica de las funciones psíquicas, que conduce, en los casos graves, a una demencia incurable". Probablemente sea por eso, por su lenguaje infantil e incomprensible, por lo que resulta tan difícil a veces entender a los políticos... Sean felices... HArendt








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Irene Lozano






domingo, 8 de junio de 2008

Y Barack ganó a Hillary








Barack Obama



Pues ya ésta, ganó Obama... La lucha por la investidura de la candidatura demócrata se resolvió en las urnas. Como deber ser. Y se diga lo que se diga y con los riesgos que se quieran denunciar (que los hay) el sistema, aunque manifiestamente mejorable, ha dado una auténtica lección de democracia interna al mundo. Los votantes del partido demócrata norteamericano han preferido a Barack Obama antes que a Hillary Clinton. Yo la hubiera preferido a ella, y no sólo por ser mujer... Ahora hay que vencer a McCain, así que ¡todos con Obama!  Como dice el profesor Moisés Naím en su artículo de hoy en El País: ¡Gracias, Hillary, por haberlo intentado!... Sean felices, por favor. HArendt





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Peridis (El País, 06/06/08)





"¿Qué le pasó a Hillary?", por Moisés Naím


Lo primero que le pasó fue Barack Obama. "Hillary no se enfrenta a otro candidato; se enfrenta a un fenómeno". Ésta es la explicación que daban sus asesores durante la campaña. Y algunos añadían: "Ni siquiera Bill hubiese podido con Obama", refiriéndose al hecho de que Bill Clinton es mejor político que su esposa. Y es así. Hillary no perdió sino que Obama ganó. Y ganó gracias a su extraordinaria combinación de inteligencia, historia personal, carisma y talento político. La lista de sorpresas que nos deparó Obama es larga. Era imposible, explicaban los expertos, que un desconocido con un nombre raro, sin dinero, ni base política propia o arraigo en el partido demócrata pudiese ganarle a Hillary Clinton. Además, es negro. Los expertos se equivocaron. Evidentemente, no estamos en presencia de un político más.

El segundo fenómeno que derrotó a Hillary fue George W. Bush. La radiactividad del presidente es de tal intensidad que contamina a quienes han estado demasiado tiempo en su mismo ambiente, incluyendo a sus enemigos. La repulsión que hoy sienten los estadounidenses por los efluvios políticos que emanan de Washington es tal que la presencia por tiempo prolongado en el hábitat de Bush contagia negativamente a cualquier político, independientemente del bando al cual pertenezca. Y los Clinton llevan demasiado tiempo en ese ambiente. Los estadounidenses no toleran bien las mentiras, manipulaciones e hipocresías de los políticos. Y Bush los sometió a tal sobredosis de todo esto que el electorado ha desarrollado una hipersensibilidad a cualquier señal que indique la presencia de estos malos hábitos. Los Clinton también simbolizan a Washington y sus formas de proceder, por más que ellos mismos fueron víctimas de las oscuras prácticas de demolición personal que allí se practican.

La tercera cosa que le paso a Hillary fue Bill. Resultó que Al Gore tuvo razón cuando en 2000 decidió no permitir que Bill Clinton tuviese demasiada presencia en su campaña. Hillary no tuvo esa opción. Y Bill Clinton en vez de endosarle el indudable afecto popular del cual gozaba, aportó confusión, distracciones y una hostilidad que le hizo perder importantes apoyos a su esposa. Pero lo peor que le hizo Bill a Hillary fue recordarle al electorado, con cada una de sus apariciones públicas, que las dinastías no sólo existen en los países árabes. Una presidencia de Hillary hubiese implicado que durante un cuarto de siglo para ser presidente de los Estados Unidos fuese necesario apellidarse Bush o Clinton. La democracia estadounidense es imperfecta, pero no tanto.

El proyecto presidencial de Hillary también sufrió por sus errores de estrategia y organización. Mientras la estrategia de Clinton se centró en enfatizar su experiencia y ofrecer largas listas de buenas ideas acerca de cómo enfrentar los problemas de la economía, la salud o de Irak, la de Obama se centró en una gran idea acerca de cómo cambiar al país superando las divisiones. Mientras ella hablaba con la precisión de una tecnócrata, él lo hacía con la emoción de un predicador. Mientras ella atacaba, él inspiraba. Ella peleaba, él conciliaba.

Y mientras Obama logró montar una organización muy eficaz en poco tiempo, Hillary, a pesar de sus años en la política, tuvo todo tipo de problemas de personal, organización y finanzas. Uno de sus asesores le confesó a la periodista Michelle Cottle: "La mala gestión financiera bordeó el fraude. Una candidata que obtuvo donaciones por más de 500 millones de dólares, al final se vio obligada a poner de su propio dinero para evitar la bancarrota de su campaña".

Finalmente, lo que le pasó a Hillary es que ella es quien es: mujer, de 60 años, política profesional de gran experiencia, pugnaz y muy sufrida ex primera dama y prominente integrante del establishment. Hasta hace poco estas características la hacían parecer como la inevitable candidata del Partido Demócrata y muy probablemente como la primera mujer presidente de EE UU. La sorpresa es que estas características no fueron suficientes y algunas, como su experiencia en Washington, pasaron a ser debilidades. Otra sorpresa es que Hillary no parece haber perdido por ser mujer, sino por ser Hillary. Y por Obama.

Pero no todo lo que le pasó a Hillary Clinton fue malo. Hizo historia, rompió barreras, sirvió de ejemplo y junto con Obama logró que 36 millones de estadounidenses fueran a las urnas, muchos por primera vez. También contribuyó a que millones de personas en todo el mundo se interesaran en observar de cerca a una gran democracia en acción. No es poca cosa. Gracias, Hillary. (El País, 08/06/08)





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 Hillary Clinton





viernes, 6 de junio de 2008

Capitalismo






Educación, libertad e igualdad de oportunidades son las premisas básicas para que fructifique cualquier posibilidad de desarrollo personal y social. Sin ellas, todo es pura entelequia, y en el mejor de los casos, suerte o capricho de la diosa Fortuna.

No soy admirador incondicional del capitalismo, pero tampoco su enemigo irreconciliable. Como dijera Sir Winston Churchill de la democracia, que era el menos malo de todos los sistemas de gobierno, pienso yo del capitalismo: que es el menos ineficiente de los sistemas económicos para crear riqueza. La cuestión es cómo, por quién y para quién se ejerce la democracia y se administra la libertad, y cómo, por quién y para quién se distribuye la riqueza obtenida con el esfuerzo de todos; porque ya se sabe: no hay libertad sin propiedad, ni propiedad sin libertad...

Perogrulladas aparte, me parece relativamente justa la crítica que en El País de hoy formula Álvaro Marchesi, catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid, al escritor Mario Vargas Llosa por su artículo del pasado 1 de junio, también en El País, sobre las posibilidades que el sistema liberal capitalista tiene para el desarrollo de la persona emprendedora y vitalista que no se arredra ante las dificultades de la existencia ni las desventajas de cuna y educación. Muy darwiniano todo... No veo mayores objeciones posibles al triunfo personal y social de los que se esfuerzan y luchan por conseguirlo, pero sería deseable que la base de partida fuera la misma para todos: educación igual y de calidad, libertad de elección, e igualdad de oportunidades... Y a partir de ahí, que triunfe el mejor... Sean felices. HArendt








"Las lecciones de los pobres", por Mario Vargas Llosa

Cuatro empresarios de países del Tercer Mundo demuestran que la pobreza es derrotable con trabajo, propiedad privada, mercado y libertad. El libro 'Lessons from de Poor' cuenta sus casos.

Cuando murió su padre, Aquilino Flores tenía 12 años y sabía que su tierra, Huancavelica, uno de los departamentos más pobres de la sierra peruana, no le depararía más futuro que la inseguridad y el hambre en que había vivido desde que nació.

Entonces, como millares de sus comprovincianos, emigró a Lima. Allí empezó a ganarse la vida lavando autos en los alrededores del Mercado Central. Era un muchacho simpático y trabajador y, un día, el dueño de uno de los carros que lavaba, le propuso que le vendiera algunos de los polos que fabricaba en su taller informal. Le dio 20 y le dijo que se tomara todo el tiempo que le hiciera falta. Pero Aquilino vendió las 20 camisetas en un solo día. De este modo, antes de haber alcanzado la adolescencia, pasó de lavador de autos a vendedor ambulante de ropa en el centro de la Lima colonial.

No tenía casi instrucción pero era empeñoso, inteligente y con una intuición casi milagrosa para identificar los gustos del público consumidor. Un día le preguntó a su proveedor de polos si se los podía confeccionar con figuritas de colores, que eran los preferidos de sus clientes. Y como aquél no fabricaba ropas estampadas, Aquilino subcontrató a un tintorero informal para que añadiera adornos e imágenes a las camisetas que vendía. A veces, él mismo le sugería los diseños y colores.

Como el negocio funcionaba bien, Aquilino se trajo de Huancavelica a sus hermanos Manuel, Carlos, Marcos y Armando y los puso a trabajar con él. De vendedores ambulantes pasaron luego a ser comerciantes estables en el Mercado Central. Para conseguir los mejores sitios del local, estaban allí a las cuatro y media de la madrugada y no se movían de sus mostradores hasta el anochecer.

De intermediarios y vendedores, se convirtieron después en productores. Comenzaron con una máquina de coser en un garaje, luego otra, otra y muchas más.

El gran salto del negocio artesanal de Aquilino Flores comenzó el día en que un comerciante de Desaguadero, la ciudad fronteriza entre Perú y Bolivia y paraíso del contrabando y la economía informal, le hizo un pedido de ¡10.000 dólares de camisetas con dibujitos de colores! Aquilino tuvo una especie de vértigo. Pero él nunca le había escurrido el bulto a un desafío y aceptó el reto. De inmediato, subcontrató a todos los talleres de confección del barrio y trabajando a marchas forzadas llegó a entregar los 10.000 dólares de polos en los plazos prometidos. Desde entonces, la familia Flores se dedicó, además de vender, a producir ropas para los peruanos de bajos ingresos y a distribuir sus mercancías ya no sólo en Lima sino por provincias y a exportarlas al extranjero.

Cuarenta años después de su llegada a Lima con una mano atrás y otra adelante el ex lavador de autos y ex vendedor callejero es el dueño de Topitop, el más importante empresario textil del Perú, que tiene ventas anuales de más de 100 millones de dólares y que da empleo directo a unas 5.000 personas (dos tercios de ellas mujeres) e indirecto a unas 30.000. Cuenta con 35 almacenes en el Perú, tres en Venezuela, varias fábricas y un próspero sistema de tarjetas de crédito para el consumo en sociedad con un banco local. Sigue siendo un hombre sencillo, orgulloso de sus orígenes humildes, que trabaja siempre unas 12 horas diarias y los siete días de la semana. Sus hijos, a diferencia suya, han estudiado en las mejores universidades y contribuido como profesionales a la formalización y modernización de sus empresas, un modelo en su género y no sólo en el Perú.

Tomo todos estos datos sobre Aquilino Flores y Topitop de un penetrante estudio del economista Daniel Córdova y un equipo de colaboradores que aparece en un libro recién publicado en los Estados Unidos: Lessons from the Poor (Lecciones de los pobres), editado por Álvaro Vargas Llosa para The Independent Institute, una fundación que promueve la cultura liberal. En él se estudian cuatro casos de empresas y los clubes de trueque que surgieron en Argentina durante la crisis financiera del año 2001-2002. Las empresas, dos de América Latina y dos de África, que, como las de los Flores, nacieron sin capital alguno, por iniciativa de gentes muy humildes y de educación precaria, y que, a base de esfuerzo, perseverancia, intuición y astuto aprovechamiento de las condiciones del mercado, consiguieron crecer hasta convertirse en poderosos conglomerados que hoy operan en el mundo entero dando empleo a decenas de miles de familias y contribuyen así al progreso de sus países. Es un libro estimulante y práctico que muestra, con pruebas palpables, que la pobreza es derrotable para quienes tienen ojos para ver y conciencia para aprender de los buenos ejemplos.

Lo extraordinario de estas cinco historias es que todas estas empresas salieron adelante a pesar de operar en unos contextos sociales y políticos hostiles al mercado libre y a la empresa privada, envenenados de populismo, intervencionismo estatal y corrupción, donde la propiedad privada era atropellada con frecuencia y las reglas de juego de la vida económica cambiaban todo el tiempo según el capricho de unos gobiernos demagógicos e ineptos.

Lo que muestra esta investigación es que la necesidad y la voluntad de vivir de los pobres son capaces a veces de superar todos los obstáculos que, en los países del tercer mundo, levantan contra la iniciativa individual y la libertad el estatismo, el nacionalismo económico, el colectivismo y otras ideologías anti-mercado. Y que la falta de capital y de formación profesional pueden en casos extremos ser compensadas por la experiencia práctica y el esfuerzo. Si los Flores y los Añaños en el Perú, si la cadena de supermercados Nakamatt en Kenia y las empresas de diseño industrial Adire de Nigeria -los cuatro casos investigados en el libro- alcanzaron, pese a tantos escollos y dificultades que encontraron, la prosperidad de que ahora gozan, no es difícil imaginar lo que ocurriría si los pobres del tercer mundo pudieran trabajar en un contexto propicio, que alentara el espíritu empresarial en vez de asfixiarlo con el reglamentarismo y la tributación confiscatoria y, en vez de inseguridad jurídica, sus comerciantes, artesanos e industriales contaran con reglas de juego estables, claras y equitativas.

Otra de las enseñanzas de esta investigación es que la mejor ayuda que pueden prestar los países desarrollados y los organismos financieros internacionales para combatir la pobreza y el subdesarrollo no son las dádivas ni los subsidios que, en contra de los generosos propósitos que los animan, sirven para embotar la iniciativa y crear actitudes pasivas, de dependencia y parasitismo, y estimular la corrupción, sino crear las condiciones de libertad y competencia que permitan a los pobres trabajar y valerse de sus propios medios para mejorar sus condiciones de vida y progresar. Abrir los mercados que ahora tienen cerrados a los productos que proceden de los países subdesarrollados es, según todos los economistas que escriben en Lessons from the poor, la mejor ayuda posible que los países ricos pueden dar para impulsar el desarrollo en África y América Latina, las dos regiones más atrasadas del mundo, pues en Asia, con excepción de satrapías como Myanmar, ya parece haber despegado.

Los pobres saben mejor que nadie, porque lo han aprendido en carne propia, que no son los Estados ineficientes del tercer mundo, paralizados por el cáncer de la burocracia y roídos por la ineficiencia, los tráficos delictuosos, el amiguismo y otras taras, quienes los sacarán de la pobreza. Saben, como Aquilino Flores cuando se rompía los lomos lavando autos o trotando por las calles de Lima vendiendo camisetas, que su supervivencia dependía sólo de su ingenio, su trabajo y su voluntad de superación. Esa energía puede mover montañas, a condición de que no se agote y esterilice luchando contra artificiales obstáculos que vienen siempre de la intromisión estatal. Los héroes civiles cuyas hazañas describen los estudios de este libro son un ejemplo vivo de que la pobreza en la que viven cientos de millones de personas todavía en el mundo no es una fatalidad irredimible sino un mal que puede ser combatido y vencido con unas armas cuya divisa cabe en cuatro palabras: trabajo, propiedad privada, mercado y libertad. (El País, 01/06/08)






"El acceso a la educación, clave de la igualdad", por Álvaro Marchesi

Desde hace varias décadas, los psicólogos cognitivos han estudiado el razonamiento humano y han encontrado determinados errores en los que caen, sin darse cuenta, un significativo número de personas. En algunos casos, en el origen de estos sesgos operan factores ideológicos; en otros son de tipo afectivo y en el resto, simplemente se produce un razonamiento que se salta la secuencia lógica esperada. Uno de los experimentos reportados para comprobar estos sesgos se refiera a la inferencia general desde los casos particulares: si hay un fumador empedernido, por ejemplo, que vive hasta los 90 años, la conclusión "lógica" es poner en cuestión la afirmación de que el tabaco es dañino para la salud. Cuando se formulan relaciones entre determinadas variables comprobadas de forma empírica, no es extraño que algunos interlocutores las pongan en duda y ejemplifiquen su oposición con algún caso concreto conocido.

Esta reflexión me vino a la mente al leer el artículo Las lecciones de los pobres del admirado escritor Mario Vargas Llosa (EL PAÍS, 1 de junio). En él, a partir de cuatro casos ejemplares de personas que desde la pobreza han llegado a la cima empresarial, se concluye que cualquier persona puede llegar adonde se proponga con sus solas fuerzas siempre que se profundice en la libertad de mercado y en el espíritu empresarial, y se creen condiciones de libertad y de competencia. ¿Será cierto que los supuestos individuales pueden conducir a reglas generales o existe un sesgo en semejante razonamiento?

Repasemos brevemente la situación social y educativa de Iberoamérica. Según las estimaciones de la CEPAL, la región muestra la mayor desigualdad del mundo, con enormes diferencias entre los sectores de más altos y de menores ingresos. Los pobres se sitúan en torno al 40% de la población y el número de personas que se considera que viven en situación de pobreza extrema se aproxima a los 100 millones de personas. Una cifra que podría incrementarse en 10 millones si se mantiene el incremento del precio de los alimentos.

Esta dramática situación afecta directamente a las condiciones educativas de la población. El porcentaje de personas analfabetas se sitúa en torno a los 30 millones de personas. Además, cerca de 110 millones de personas no han terminado su educación primaria. Estudios recientes señalan que el porcentaje de alumnos que completan la educación secundaria es cinco veces superior entre aquellos que se encuentran entre el 20% más rico de la población que entre aquellos situados entre el 20% de la población con menores ingresos familiares. Mientras que el 23% de los primeros terminan la educación superior, sólo el 1% de los más pobres lo consiguen. El promedio de escolarización en el 20% de la población con mayores ingresos es de 11,4 años mientras que en el 20% inferior es de 3,1 años.

¿Podemos pensar que la alimentación, la vivienda, la salud y el nivel cultural de la familia nada tiene que ver con las posibilidades futuras de los jóvenes? ¿Es posible considerar que el nivel educativo alcanzado y, por tanto, las posibilidades de acceso a una educación de similar calidad, apenas condiciona las opciones profesionales y laborales de los alumnos y que con el refuerzo al libre mercado y a la competencia se puede garantizar la igualdad de las personas ante su destino? Sin duda, existen ejemplos dignos de admiración, como los expuestos en el artículo aquí comentado, en los que se manifiesta la fuerza arrolladora del ser humano para sobreponerse a sus condiciones negativas y para equipararse con los triunfadores de la sociedad que tuvieron durante sus años escolares todo a su favor. Pero de esa situación de excepcionalidad no puede en modo alguno concluirse que las condiciones de partida no limitan de forma brutal los itinerarios vitales de las personas a lo largo de su vida.


¿Qué hacer en esta nueva hipótesis interpretativa? Apostar sin duda de forma decidida para que las condiciones iniciales de toda la población, sobre todo de las nuevas generaciones, sean lo más equitativas posibles y para que todos los niños y jóvenes tengan acceso a una educación básica de calidad que les permita abrirse camino en la vida con mayores garantías de promoción social y de éxito. Entonces sí se podrá exigir esfuerzo y dedicación, innovación y creatividad, superación de los obstáculos y perseverancia. Entonces, y sólo entonces, no habrá cuatro casos envidiables, sino miles de ellos que demandarán el reconocimiento histórico de aquella sociedad y de aquellos gestores públicos que lo hicieron posible. (El País, O6/06/08)






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Universidad de Oxford




jueves, 5 de junio de 2008

Día Mundial del Medio Ambiente








Me sumo al Día Mundial del Medio Ambiente reproduciendo la carta que hoy publican en El País el ex presidente de Chile, Ricarlod Lagos, la ex primera ministra de Noruega, Gro Harlem Brundtland (ambos enviados especiales de las Naciones Unidas para el Cambio Climático); y el profesor de Economía y Gobierno, Nicholas Stern. 

Y como dicen los chinos, que de eso saben mucho, que una imagen vale más que mil palabras, les dejo la viñeta de nuestro genial Forges en El País. Audiovisual especial de El País con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente: Puede verse pinchando aquíSean felices. HArendt 




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Forges (El País, 5-6-2008)




"De Bali a Copenhague", por Ricardo Lagos, Gro H. Brundtland y Nicholas Stern



El cambio climático se ha convertido en un problema global sin parangón. La evidencia científica presentada por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) confirma que la actividad humana está modificando el clima. Las emisiones de gases de efecto invernadero están creciendo más rápido de lo previsto, entre otras cosas, debido al bienvenido crecimiento de los países en vías de desarrollo. Si verdaderamente queremos hacer frente al riesgo de considerables daños al planeta y a la amenaza al crecimiento sostenible, el desarrollo y la reducción de la pobreza que esta situación implica, tenemos unos pocos años para lograr el acuerdo fuerte y creíble respecto a las acciones que nos permitirán reducir dichas emisiones.

La Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC) que tendrá lugar en Copenhague a finales de 2009 jugará un papel decisivo en el diseño de un marco de trabajo post-Kioto. Según el Plan de Acción de Bali, los cuatro elementos esenciales de un acuerdo global, son mitigación, adaptación, tecnología y financiación. Pero éstos deberán estar sólidamente anclados en los principios clave de efectividad, eficiencia y equidad que permitirán, a su vez, el acuerdo sobre metas a nivel de emisiones, el papel de los países en desarrollo en materia de mitigación y comercio, un esquema internacional de comercio de emisiones, la financiación de la reducción de emisiones debidas a la deforestación, el desarrollo de tecnologías de bajo carbono y el apoyo a la adaptación (ver Elementos Clave para un Acuerdo Global en www.lse.ac.uk y el Marco de Trabajo para un Acuerdo sobre Cambio Climático Post 2012 y su Actualización 2008 en www.globalclimateaction.org). Por el momento centrémonos en los elementos de tecnología y financiación y su relación con el futuro acuerdo.

Es de vital importancia que las negociaciones acuerden un objetivo de estabilización sobre la existencia de concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera (normalmente, medidas en partes equivalentes de CO2 por millón). Sostenemos que para equilibrar los riesgos y costes globales proyectados la meta debe estar entre 450 ppmv CO2e y 500 ppmv CO2e. Una estabilización por debajo de 450 ppmv CO2 requeriría que las emisiones alcanzaran un máximo en los próximos años, con posteriores reducciones anuales de entre el 6% y el 10%. Aunque factible, esto sería muy caro. Una estabilización en 550 ppmv CO2 parecería ser, por otro lado, excesivamente arriesgada. En relación a los daños evitados, una meta de 500 ppmv CO2 sería alcanzable a un coste razonable. Sin embargo, el desafío de alcanzar un objetivo de 500 ppmv CO2 no se debería subestimar, ya que requeriría una reducción del 50% en las emisiones de gases de efecto invernadero sobre niveles del 1990 al 2050, de los 40 GTCO de ahora a 20 GTCO2e.

El reto de reducir significativamente las emisiones, manteniendo el crecimiento económico, requiere un cambio dramático en materia de las tecnologías. Los estudios indican que la estabilización se puede conseguir a través del despliegue de tecnologías existentes y próximas a ser comercializadas. Pero para que éstas sean plenamente difundidas, y paraque se produzcan otras innovaciones, habrá que superar tres fallas del mercado: el fracaso general de incorporar los costes de las emisiones de gases de efecto invernadero; los defectos del mercado que han restringido el despliegue de muchas tecnologías existentes a pesar de los crecientes precios de la energía, y los fallos de mercado específicos a las tecnologías en sí mismas como los rendimientos de innovaciones que benefician otros.

La inversión global en investigación y desarrollo en energía se mantiene muy por debajo de su nivel de 25 años atrás. Esto tiene que cambiar. A partir de la motivación de las fuerzas del mercado y la superación de sus imperfecciones, las políticas exitosas en materia de tecnología extenderán dramáticamente el mercado global para las tecnologías de bajo carbono y crearán la base para una nueva ola de sustitución de activos y crecimiento económico.

A corto plazo, son necesarias políticas para difundir la tecnología baja en carbono ya existente, en estos momentos sólo parcialmente presente en la economía global. A medio plazo, son necesarias políticas que desarrollen y amplíen las tecnologías próximas a ser comercializadas, tales como la captura y almacenamiento de carbono (CCS) y los distintos tipos de energía solar. Más allá de 2030, sólo se alcanzarán los necesarios recortes en las emisiones de carbono a través de cambios más radicales en la tecnología, como el abastecimiento energético con emisiones cercanas a cero. Todas éstas tienen un gran potencial, pero requerirán una inversión sustancial en I+D.

La hoja de ruta de Bali reconoció la necesidad de una inversión adecuada, previsible y sostenible, que incluyese fuentes nuevas y adicionales para la mitigación, la adaptación y la cooperación tecnológica. La financiación para la adaptación será medular para un acuerdo global que comprometa a los países desarrollados a ayudar a los países en vías de desarrollo a adaptarse al aumento global de las temperaturas. El cambio climático hará aún más costoso el logro efectivo y sostenible de los Objetivos de Desarrollo del Milenio más allá de 2015. Los costes adicionales de la adaptación al cambio climático varían y son altamente inciertos: la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, UNFCCC, trabaja con un rango de entre 28.000 y 67.000 millones de dólares por año hasta el 2030, mientras que las estimaciones del PNUD están en torno a los 86.000 millones de dólares hasta 2015. Aunque indefinidos, esos costes probablemente alcancen rápidamente una magnitud similar a la actual Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD).

El comercio internacional de emisiones también generaría fondos para una inversión en un desarrollo bajo en carbono. La escala de los eventuales flujos financieros privados podría ser sustancial. Por ejemplo, si los países desarrollados redujeran sus emisiones entre un 20% y un 40% sobre los niveles de 1990 para el 2020, y aunque sólo el 30% de esto se adquiriera en el marco de un esquema de comercio internacional de emisiones, con precios de entre $10-25/t CO2e (probablemente por debajo de lo necesario), esto generaría flujos de entre 20.000 y 70.000 millones de dólares al año. Estos recursos podrían lograrse por la vía de mecanismos existentes, como el mecanismo de desarrollo limpio (MDL) ampliado. Incluso con reducciones suaves, con el objetivo de estabilizar las emisiones de CO2 en torno a 550 ppmv, los flujos financieros de países desarrollados a países en desarrollo podrían alcanzar de 50.000 a 100.000 millones de dólares al año hacia 2030. A título informativo, la AOD total a países en vías de desarrollo fue de 100.000 millones de dólares en 2007.

Estamos más cerca de diciembre de 2009 de lo que pensamos y la movilización de la voluntad política es clave. Es el momento de acordar los principios, si queremos tener éxito en Copenhague y construir sobre la base de la hoja de ruta de Bali. La efectividad, la eficiencia y la equidad son parámetros claros que nos permitirán considerar cómo distintos elementos de un acuerdo global pueden ser efectivos a la hora de alcanzar un objetivo común dentro de un compromiso global. (El País, 05/06/08)










sábado, 31 de mayo de 2008

Desde el Trópico de Cáncer






Mi anterior blog, "Desde el Trópico de Cáncer", ha recibido en este mes de mayo 21.121 visitas, con un total de 101.577 consultas. No escribo nada nuevo en él desde el pasado día 8, pero el blog sigue en vigor y pueden seguir leyéndose en él los artículos y comentarios allí expuestos desde el 1 de agosto de 2006 hasta el 8 de mayo de 2008. Pueden seguir dejando si lo desean sus propios comentarios. Serán leídos, y en su caso, contestados. Las fotos son del Pinar de Tamadaba, en el Parque Rural del Nublo (Gran Canaria).  HArendt




Filósofos y filosofía



La Escuela de Atenas (Rafael)


Siempre me ha cautivado la filosofía, probablemente,porque dicen que enseña a pensar... ¡Ah!, entonces, ¿Albert Einstein era filósofo?... ¿O es qué los científicos no piensan?... Dejémoslo en que la Filosofía es la madre de todas las ciencias. Pienso que con eso debería bastar para recomendar un mayor protagonismo de su estudio en la Secundaria, pero no van los tiros por ahí, y más o menos tarde lo pagaremos todos. 


Leo en el blog literario hispanoamericano El Boomeran(g) un interesante comentario sobre el libro "Filosofía. Interrogaciones que a todos conciernen" (Espasa, Madrid, 2008), de Víctor Gómez Pin. No figura en ningún lado el autor del mismo, con lo que supongo que está redactado por el editor del blog. Espero que les resulte interesante. Así como el primer capítulo del mencionado libro, que pueden leer en este enlace, tomado igualmente del blog citado. Sean felices. Y buen comienzo de semana. HArendt 









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René Descartes (1596-1650)



Es una situación embarazosa la de alguien que, al ser preguntado por su profesión, ha de responder «filosofo» o incluso «profesor de filosofía». Y el problema no reside tanto en que el interlocutor no sepa en qué sector del conocimiento o de la técnica encasillar tal respuesta, como en el hecho de que, probablemente, el propio filósofo tampoco lo sabe. Un filósofo es, desde luego, una persona cuya tarea es pensar, pero esto también caracteriza a Ramón y Cajal, Einstein, Gauss... a los que nadie (al menos de entrada) califica de «filósofos». El embarazo del profesional de la filosofía se acentuará además por una sospecha de lo que, ante su respuesta, el interlocutor empezará a barruntar. Pues si se hiciera una encuesta en la calle sobre el tema, la gran mayoría de los interrogados haría suya una opinión del orden siguiente: «Los filósofos son tipos que hablan sobre asuntos que solo a ellos interesan, y en una jerga que solo ellos (en el mejor de los casos) entienden».

Difícil es para el filosofo convencer (tanto a los demás como a sí mismo) de que en esta visión hay mucho de burda caricatura y que, en realidad, filósofo es exclusivamente aquel que habla de cosas que a todos conciernen y lo hace en términos, de entrada, elementales y que solo alcanzan la inevitable complejidad respetando esa absoluta exigencia de transparencia que viene emblemáticamente asociada al nombre de Descartes.

Decir que un filósofo habla exclusivamente de asuntos que a todos conciernen, decir que, si algún asunto no responde a esta exigencia, no puede ser filosófico, es acercar la interrogación filosófica a esas preguntas elementales que el ser humano plantea como mero corolario de una suerte de tendencia innata. Tendencia que, desde luego, observamos en los niños y que cuenta entre sus ingredientes con lo que un pensador contemporáneo ha denominado «instinto de lenguaje». Instinto que mueve a intentar que el lenguaje se fertilice, alcance aquello de que es potencialmente capaz, es decir, se realice. El lenguaje alcanza su madurez explorando diferentes vías, pero desde luego la vía interrogativa es una de ellas, y la palabra designativa de la situación de estupor que lleva a interrogarse es precisamente filosofía. (El Boomeran(g), mayo, 2008)





Albert Einstein





jueves, 29 de mayo de 2008

A vueltas con la educación





Siguiendo el hilo argumentativo de la profesora de filosofía de la universidad de Valencia, Adela Cortina, retomo el asunto de la educación. Dice la profesora Cortina en su artículo de ayer en El País, titulado "La educación como problema", que "los nuevos aires insisten en preparar a los alumnos para desarrollar competencias tanto en los estudios técnicos como en las ciencias y las humanidades. El viejo debate sobre si educar consiste en formar o en informar ha pasado de moda, porque ya sabe cualquier maestro o profesor que lo suyo es preparar chicos y chicas competentes. ¿Competentes, para qué? Para desempeñar ocupaciones asignadas por el mercado laboral, claro está."

Dice más cosas, claro está, y muy graves, sobre el proceso de convergencia universitaria europea surgido de la Declaración de Bolonia. Yo no tengo nada claro si a largo plazo ese proceso es positivo para Europa y sus ciudadanos y para su desarrollo científico y humanístico futuro, No tengo "aptitudes ni competencias" para ello, pero leyendo su artículo he recordado unas frases del profesor e intelectual norteamericano, George Steiner, al que ya hice referencia hace unos días en este mismo blog. Dice el profesor Steiner en su autobiografía "Errata. El examen de una vida", (Siruela, Madrid, 1998), citando a Franz Kafka: "Un libro debe ser como un pico de alpinista que rompa el mar helado que tenemos dentro". Y sobre el papel civilizador del arte, las humanidades y la literatura, dice en otro momento: "La literatura tiene la función de civilizar, precisamente porque es el gran instrumento de subversión que pone a la sociedad en tela de juicio al representarla en sus hábitos, prejucios, ritos miedos más íntimos. ¿No será ese poder revulsivo de los libros (de las "biblias") -añade, el que hace enojosa la enseñanza de la literatura (de las humanidades, del arte en general), -añado yo, el que hace enojosa la enseñanza de la literatura para nuestra sociedad tecnificada y postdogmática?."

Porque ese el quid de la cuestión que denuncia la profesora Cortina: Las Humanidades "no son competencias para desempeñar una ocupación, sino capacidades del carácter para dirigir la propia vida. Nada más y nada menos." Y conviene saber lo que está en juego... Sean felices. HArendt



Adela Cortina


"La educación como problema", por Adela Cortina


El problema número uno de cualquier país es la educación. Y en el nuestro el asunto anda revuelto desde instancias diversas que afectan a todos los niveles educativos, incluida la Universidad. Es tiempo de pensar la educación y pensarla a fondo.

La LOE deja la puerta abierta para que las comunidades autónomas recorten horas de materias como la Filosofía, apertura que aprovechan algunas comunidades como la valenciana para reducir su horario; los enfrentamientos por la Educación para la Ciudadanía recuerdan el Motín de Esquilache; Bolonia va a traer una Universidad adocenada, en la que, por mucho que se diga, la calidad acaba midiéndose por la cantidad.

El número de alumnos se ha convertido en decisivo para determinar la calidad de una materia o un postgrado, con lo cual no hay lugar para la especialización. Una cosa es saber mucho de poco, saber cada vez más de menos y acabar sabiéndolo todo de nada; otra cosa muy distinta, saber sólo generalidades, porque eso -se dice- es lo que prepara para adaptarse a cualquier necesidad del mercado.

Éste es el mensaje de Bolonia, asumido con inusitado fervor por carcas y progres, y después nos quejaremos del neoliberalismo salvaje.

Los nuevos aires insisten en preparar a los alumnos para desarrollar competencias tanto en los estudios técnicos como en las ciencias y las humanidades. El viejo debate sobre si educar consiste en formar o en informar ha pasado de moda, porque ya sabe cualquier maestro o profesor que lo suyo es preparar chicos y chicas competentes. ¿Competentes, para qué? Para desempeñar ocupaciones asignadas por el mercado laboral, claro está.

Por eso, si usted tiene que diseñar un plan de estudios de cualquier nivel educativo o un postgrado, el apartado más largo y complicado será, no el que se refiere a los contenidos de las materias, sino el que se relaciona con las "competencias". ¿Para qué ha de ser competente el egresado?

Competencia es, al parecer, un conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes, necesarios para desempeñar una ocupación dada y producir un resultado definido. Consulté a un compañero de Pedagogía, excelente profesional, y, con una buena dosis de ironía, me puso un ejemplo muy ilustrativo: alguien es competente para hacer una cama cuando sabe lo que es un somier, un colchón, lo que son las sábanas, se da cuenta de cómo es mejor colocarlas y además le parece algo lo suficientemente importante como para intentar dejarlas bien, sin arrugas y sin que el embozo quede desigual. Era sólo un ejemplo, por supuesto, pero extensible a actividades más complejas, como construir puentes y carreteras, elaborar productos transgénicos, hacer frente a una denuncia, plantear un pleito, curar una enfermedad y tantas otras actividades que corresponden a quien tiene un puesto de trabajo. Preparar gentes para que ocupen puestos de trabajo parece urgente.

Sin embargo, sigue pendiente aquella pregunta de Ortega sobre si la preocupación por lo urgente no nos está haciendo perder la pasión por lo importante. Si en la escuela hay que enseñar a hacer tareas como manejar el ordenador o conocer las señales de tráfico, cosa que los estudiantes van a aprender de todos modos por su cuenta y riesgo, o si hay que incluir en el currículum materias de Humanidades, que preparan para tener sentido de la historia, dominio de la lengua, capacidad de criticar, reflexionar y argumentar. Que no son competencias para desempeñar una ocupación, sino capacidades del carácter para dirigir la propia vida. Nada más y nada menos.

Por otra parte, se insiste, con razón, en que el conjunto de la educación se dirige a formar buenos ciudadanos, y hete aquí que eso no es ninguna ocupación, sino una dimensión de la persona, aquella que le permite convivir con justicia en una comunidad política. No tanto vivir en paz, que puede ser la de los cementerios o la de los amordazados, sino convivir desde la justicia como valor irrenunciable. Y para eso hace falta aprender a enfrentar la vida común desde el conocimiento de la historia compartida, la degustación de la lengua, el ejercicio de la crítica, la reflexión, el arte de apropiarse de sí mismo para llevar adelante la vida, la capacidad de apreciar los mejores valores. Cosas, sobre todo estas últimas, que no pertenecen al dominio de las competencias, sino a la formación del carácter.

No es una buena noticia entonces que se quiera reducir la Filosofía en el Bachillerato, ni lo es tampoco que se pretenda eludir la ética cívica o esa Educación para la Ciudadanía que debería ayudar a educar en la justicia, no sólo a memorizar listas de derechos, constituciones y estatutos de autonomía, que son por definición variables, sino a protagonizar con otros la vida común.

Por fas o por nefas, acabamos limitando la escuela y la Universidad a preparar presuntamente para lo urgente, no para lo importante, para desempeñar tareas y no para asumir con agallas la vida personal y compartida. (El País, 28/05/08)




George Steiner