lunes, 8 de diciembre de 2025

DE LAS ENTRADAS DEL BLOG DE HOY LUNES, 8 DE DICIEMBRE DE 2025. DÍA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN, PATRONA DE ESPAÑA

 






Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz lunes, 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, Patrona de España. La amistad, cuando se vive en serio, es el amor que con más gratuidad se entrega, pero el que menos aspavientos requiere, comenta en la primera de las entradas del blog de hoy la escritora Ana Iris Simón. En la segunda, un archivo del blog del 18 de agosto de 2013, HArendt publicaba una serie de artículos del sociólogo José Juan Toharia, titulada Pulso a España, dedicada al análisis de la situación nacional a través de encuestas ciudadanas realizadas por Metroscopia para la Fundación Ortega Marañón. El poema del día es del Álvaro Pombo, último Premio Cervantes, se titula Registro de últimas voluntades, y comienza así: Registro de Últimas Voluntades/Para un Maestro/Y un coro de Jóvenes Discípulos. Y la última entrada del día, como siempre, son las viñetas de humor. Volveremos a vernos mañana si la diosa Fortuna lo permite. Sean  felices, por favor. Tamaragua, amigos míos. Y como decía Sócrates: ἡμεῖς ἀπιοῦμεν. HArendt















DE LA AMISTAD COMO ALGO IMPORTANTE

 







La amistad, cuando se vive en serio, es el amor que con más gratuidad se entrega, pero el que menos aspavientos requiere, comenta en El País (06/12/2025) la escritora Ana Iris Simón. Una vez soñé que íbamos a un bar a por tabaco, comienza diciendo. Ella entraba para comprarlo y yo me quedaba fuera, pero cuando salía su aspecto no era el de una chica de veintipocos, que eran los que teníamos entonces, sino el de la niña que fue. Debía tener siete u ocho años, y del susto no reparé en si llevaba o no el paquete. Entonces tenía que tranquilizarla porque yo la reconocía, pero ella a mí no. Le atusaba ese pelo tan liso, me ponía en cuclillas para que mi mirada estuviera a la altura de la suya e intentaba contarle lo que había pasado sin entenderlo yo misma. Lo complicado no era eso, porque los adultos le explicamos todo el rato a los niños cosas que no comprendemos. Lo difícil no era narrar cómo habíamos llegado hasta aquel bar, omitir la razón que nos había llevado hasta allí —porque no está bonito decirle a una cría que su yo del futuro fuma— ni explicar que aquel antro resultaba ser una máquina del tiempo. Lo más extraño de todo era contarle que, 20 años después, seguíamos juntas.

Me ocurre lo mismo cuando la presento o le hablo a alguien de ella, porque siento que decir que es mi amiga o incluso recurrir a esa fórmula infantil de “mi mejor amiga” no es justo. Nos conocimos en septiembre del 97, ella con cinco años y yo con seis. Desde entonces y hasta los 18 fuimos a la misma clase, y durante los años de la ESO se convirtió en lo más parecido a una hermana que he tenido nunca. Dormíamos juntas la mayoría de días, unas veces en mi casa y otras en la suya. Ya de adultas caímos en la cuenta de que en aquellos años nos convertimos en familia porque las de ambas eran bastante particulares: ella vivía sola con su madre porque sus hermanos eran ya muy mayores y su padre trabajaba de camarero en Cataluña. Los míos se acababan de separar y mi hermano era 10 años menor que yo. En esa tesitura, supongo que a nuestros padres no les importó añadir otra peculiaridad más y aceptar la custodia compartida de una adolescente que no era su hija.

Aprendimos juntas a atarnos los cordones y a leer, a maquillarnos y a preguntarnos por qué lo hacíamos, a amar y a perdonar. Nos hemos acompañado en rupturas y enamoramientos, en las apreturas económicas de nuestras respectivas casas y en las celebraciones familiares, en nacimientos y entierros. Nos hemos querido en todas las etapas de nuestras vidas y hemos aprendido a amar todas las versiones de la otra y todas las discrepancias que han traído consigo, ideológicas, personales e incluso teológicas. Y como sucede con todos los milagros que le ocurren a uno, no sabría ponerle palabras. Lo que sí sé es que no hemos hecho nada especial, que ha sido muy fácil llegar hasta aquí. Seguramente por cómo es ella, quizá también porque la amistad, cuando se vive en serio, es el amor que con más gratuidad se entrega, pero el que menos aspavientos requiere.

Todo lo que he aprendido sobre cómo hacer para que el amor dure lo sé gracias a ella: se necesita paciencia, pero sobre todo levedad —para mirarse y para mirar al mundo—. Se necesita justicia y templanza, pero sobre todo no darse mucha importancia a uno mismo ni a nada en general —a nada salvo al amor—. Y es conditio sine qua non reírse, de lo bueno y de lo malo, de lo ajeno y de lo propio.

Hoy es su cumpleaños, así que me van a perdonar que no le dedique esta columna a comentar el tercer párrafo de la página 10 del último informe de la UCO, sino a algo de verdad importante: felicitarla por vigesimonovena vez en la vida. A ella y a todos los que, como yo, tienen la suerte de tener una así en sus vidas.






















DEL ARCHIVO DEL BLOG. EL PULSO DE ESPAÑA. PUBLICADA EL 18/08/2013 (REFORMADA)

 







El pasado día 10 el diario El País publicaba un artículo de José Juan Toharia,  doctor en Sociología por la Universidad de Yale (Estados Unidos) y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, titulado "Un país decepcionado", primero de una serie, "Pulso a España", dedicada al análisis de la situación nacional a través de encuestas ciudadanas realizadas por Metroscopia para la Fundación Ortega Marañón.  

Un 67 por ciento de los encuestados (de los cuales el 65% votó PP y el 71% PSOE) considera que somos un país fundamentalmente serio y con fuertes valores cívicos que logra resolver sus problemas mediante acuerdos. Frente a ellos, otro 26 por ciento (de los que el 29% votó PP y el 24% PSOE) considera que somos un país con tendencia la violencia y a la confrontación en el que se puede producir un estallido social en cualquier momento.

Curiosamente, dice el profesor Toharia, ese desaliento ciudadano no respondería tanto a una pérdida de autoestima y confianza en nosotros mismos, cuanto a la cada vez más insoportable constatación de que buena parte de nuestras instituciones y figuras públicas no están sabiendo estar a la altura que nuestra sociedad merece.

Nadie cuestiona hoy, concluye el artículo, ni siquiera en medio de la actual catástrofe económica y social, el sistema democrático. No parece fácil, se dice en él, encontrar en nuestro entorno europeo una sociedad que sepa mantenerse tan paciente, solidaria y generosa en medio de una crisis tan profunda y con una tal carencia de liderazgo público. Porque ese es el principal problema que pesa sobre nuestra sociedad, añade el profesor Toharia, el derrumbamiento (por anquilosamiento, incompetencia o ceguera partidista) de algunas instituciones de crucial importancia para la vigorización de nuestra vida pública.

Al análisis de lo que piensan los ciudadanos españoles sobre sus principales instuciones políticas, sociales y económicas está dedicada la segunda entrega de la serie, "El desplome de la política", publicada en El País de ayer.

En esta segunda entrega, la conclusión a la que se llega es que los españoles están muy irritados con una corrupción que perciben tolerada e impune, y desilusionados con sus instituciones.

No es algo que esté ocurriendo solo en España, se dice en él. También en otros países (se analizan las respuestas de los ciudadanos en España, Francia, Italia y Estados Unidos) afectados por la crisis económica y solidamente democráticos se registra un profundo desplome de la confianza ciudadana en sus instituciones políticas: jefatura del estado, parlamento, gobierno y partidos políticos. 

De entre los cuatro países analizados, España registra el mayor índice de aceptación ciudadana de las instituciones citadas, aunque solo la Corona alcance un justo 50%; Francia es la que peor valora a su presidente de la república (con un 31% de aceptación) e Italia la que menos valora a su parlamento, gobierno y partidos políticos (con unos escuálidos 9, 16 y 7 por ciento), respectivamente.

La banca registra su peor valoración entre los españoles (con un 15%) y las grandes empresas en Estados Unidos (con un 22%). La judicatura recibe su mejor valoración en Francia (con un 58%), la menor en Italia (con un 43%) y entre los españoles un 50%. La iglesia católica donde peor valorada está es en Francia, con un 31% (en España, el 41%). Los sindicatos reciben sus peores valoraciones en Italia y Estados Unidos, con un 20% de aceptación, que en España es del 28%.

En cuanto al conjunto de las restantes instituciones analizadas: pymes, grandes empresas, bancos, enseñanza pública, policía, sistema de salud, fuerzas armadas y administración pública, son las italianas las que reciben, en conjunto, una valoración más baja por parte de sus ciudadanos, salvo en Estados Unidos, donde las menos valoradas son la policía, las escuelas públicas y el sistema de salud.

Entre los posibles remedios para esta escalada imparable de descrédito institucional, se dice en el estudio, los españoles proponen tachar nombres de las listas electorales (85%); elecciones primarias para la selección de líderes (79%); limitación temporal del mandato de los dirigentes de los partidos (83%); y creación de una jurisdicción especial, ágil y bien equipada, para casos de especial gravedad económica o política (un 89%). Medidas quizá complejas pero no imposibles, y que parecen ya insoslayables para la regeneración de esta democracia, concluye el artículo.

Puenden acceder a los dos estudios comentados en los enlaces de más arriba, que a su vez llevan a otros enlaces de análisis más concretos. 

¿"Por qué no se hunde España"? La respuesta que se desprende de esta tercera entrega del análisis del profesor José Juan Toharia a la encuesta "El pulso de España" realizada por Metroscopia para El País entre los días 15 de junio y 12 de julio de 2013 sobre treinta y seis instituciones y organismos públicos y privados de los sistemas jurídico, económico y político españoles, y publicada en el citado diario el pásado sábado, es que España se mantiene en pie gracias a instituciones públicas y privadas que contribuyen eficazmente al bien común.

Entre los cuerpos y organismos de la administración pública son los médicos del sistema público de sanidad y los investigadores científicos los que reciben una calificación más alta, con un 92% de grado de satisfacción ciudadana, seguidos de profesores de la enseñanza pública, fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y fuerzas armadas; los que menos valoración reciben son los inspectores de Hacienda, que aun así, obtienen un 53% de valoración.

Dentro de las instituciones y órgano del sistema jurídico, el peor valorado en su conjunto, el mayor grado de aceptación lo reciben los abogados, con un 53%, y el menor, los fiscales, con un 46%.

Sobre el sistema económico, el mayor índice de aceptación es para las pymes, con un 90%, el segundo más alto de todos los examinados por la encuesta, por debajo de médicos e investigadores, y el menor, los bancos con un decrépito y mayoritario descrédito ciudadano que solo alcanza el 15%  de aceptación, seis puntos menos que la jerarquía episcopal, con un escuálido 21%. 

En cuanto a las instituciones estrictamente políticas, el mayor índice de satisfacción lo recibe el Príncipe de Asturias, con un 62%, seguido del Rey, con un 50% de valoración. 

La institución peor valorada en toda la encuesta son los partidos políticos, con un irrelevante 6% de aceptación ciudadana. Pero ellos, por lo que parece, no se dan por aludidos. Sean felices, por favor. Y como decía Sócrates: "Ιωμεν", vámonos. Tamaragua, amigos. HArendt























DEL POEMA DE CADA DÍA. HOY, REGISTRO DE ÚLTIMAS VOLUNTADES, DE ÁLVARO POMBO

 










REGISTRO DE ÚLTIMAS VOLUNTADES



Registro de Últimas Voluntades

Para un Maestro

Y un coro de Jóvenes Discípulos

En mi sepulcro quiero compañero
Coliflores de mármol de Carrara
No muchas ni muy grandes que prefiero
Una Pompa que no te salga cara

—Que nos dejó al morir las carnes frías
Un amplio piso en Nueva York en venta
Y, como pez pasmado de las pescaderías,
Un libro de poesías en la Imprenta
No quiero que parezca que no quiero
Pero quiero que conste que me muero
A contre-coeur, por puro compromiso,
Que se me fue la vida sin permiso.
Ahora se desmanda el mundo entero.

—Que nos dejó al morir la boca seca
En paz enteca la fuerza acuartelada
¡Ay desde el Catafalco de la Biblioteca
Nacional se ve venir la Policía Montada!



ÁLVARO POMBO (1939), poeta español













DE LAS VIÑETAS DE HUMOR DEL BLOG DE HOY LUNES, 8 DE DICIEMBRE DE 2025.