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jueves, 30 de mayo de 2019

[ESPECIAL CANARIAS] 30 de mayo, Día de Canarias





Como los lectores de Desde el trópico de Cáncer saben bien me gusta definir a mi tierra, las islas Canarias, como un estado de ánimo rodeado de agua por todas partes que tiene los pies en África, el corazón en América y la cabeza en Europa. 

Desde ese estado de ánimo, pleno de esperanza en un futuro mejor, les deseo un feliz Día de Canarias a todos los canarios de las islas y de la diáspora, dedicándoles de todo corazón la Oda a Canarias de Nicolás Estévanez, y el Himno de Canarias cantado por Los Gofiones. 


ODA A CANARIAS

La patria es una peña,
la patria es una roca,
la patria es una fuente,
la patria es una senda y una choza. 

Mi patria no es el mundo;
mi patria no es Europa;
mi patria es de un almendro
la dulce, fresca, inolvidable sombra. 

A veces por el mundo
con mi dolor a solas
recuerdo de mi patria
las rosadas, espléndidas auroras. 

A veces con delicia
mi corazón evoca,
mi almendro de la infancia,
de mi patria las peñas y las rocas. 

Y olvido muchas veces
del mundo las zozobras,
pensando de las islas
en los montes, las playas y las olas. 

A mí no me entusiasman
ridículas utópias,
ni hazañas infecundas
de la razón afrenta, y de la Historia. 

Ni en los Estados pienso
que duran breves horas,
cual duran en la vida
de los mortales las mezquinas obras. 

A mí no me conmueven
inútiles memorias,
de pueblos que pasaron
en épocas sangrientas y remotas. 

La sangre de mis venas,
a mí no se me importa 
que venga del Egipto
o de la razas célticas y godas. 

Mi espíritu es isleño
como las patrias rocas,
y vivirá cual ellas
hasta que el mar inunde aquellas costas. 

La patria es una fuente,
la patria es una roca,
la patria es una cumbre,
la patria es una senda y una choza. 

La patria es el espíritu,
la patria es la memoria,
la patria es una cuna,
la patria es una ermita y una fosa. 

Mi espíritu es isleño
como las patrias costas,
donde la mar se estrella
en espumas rompiéndose y en notas. 

Mi patria es una isla,
mi patria es una roca,
mi espíritu es isleño
como los riscos donde vi la aurora.

Nicolás Estévanez (1838-1914)


***







Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt 



HArendt






Entrada núm. 4933
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

viernes, 29 de mayo de 2015

30 de mayo. Día de Canarias. Por una Canarias federal, española y europea



Escudo de Armas de Canarias



CANARIAS

La patria es una peña,
la patria es una roca,
la patria es una fuente,
la patria es una senda y una choza. 

Mi patria no es el mundo;
mi patria no es Europa;
mi patria es de un almendro
la dulce, fresca, inolvidable sombra. 

A veces por el mundo
con mi dolor a solas
recuerdo de mi patria
las rosadas, espléndidas auroras. 

A veces con delicia
mi corazón evoca,
mi almendro de la infancia,
de mi patria las peñas y las rocas. 

Y olvido muchas veces
del mundo las zozobras,
pensando de las islas
en los montes, las playas y las olas. 

A mí no me entusiasman
ridículas utópias,
ni hazañas infecundas
de la razón afrenta, y de la Historia. 

Ni en los Estados pienso
que duran breves horas,
cual duran en la vida
de los mortales las mezquinas obras. 

A mí no me conmueven
inútiles memorias,
de pueblos que pasaron
en épocas sangrientas y remotas. 

La sangre de mis venas,
a mí no se me importa 
que venga del Egipto
o de la razas célticas y godas. 

Mi espíritu es isleño
como las patrias rocas,
y vivirá cual ellas
hasta que el mar inunde aquellas costas. 

La patria es una fuente,
la patria es una roca,
la patria es una cumbre,
la patria es una senda y una choza. 

La patria es el espíritu,
la patria es la memoria,
la patria es una cuna,
la patria es una ermita y una fosa. 

Mi espíritu es isleño
como las patrias costas,
donde la mar se estrella
en espumas rompiéndose y en notas. 

Mi patria es una isla,
mi patria es una roca,
mi espíritu es isleño
como los riscos donde vi la aurora.


Nicolás Estévanez (1838-1914)




Me sumo a la efeméride del Día de Canarias y lo hago trayendo hasta el blog un asunto que dos siglos después de iniciado sigue influyendo decisivamente en la, por lo que parece, difícil vertebración política de Canarias. Vertebración agravada por un sistema electoral que aunque declarado constitucional por el máximo órgano judicial del Estado, distorsiona hasta extremos grotescos el valor del voto de los ciudadanos en función de la isla en que residen. Un sistema difícil de reformar pues, en el fondo, y aunque no lo confiesen, beneficia a los tres partidos hegemónicos, ¿hasta ahora?, en el archipiélago. La prueba de lo que digo: las elecciones del pasado domingo, 24 de mayo.

Y me gustaría hacerlo, por deformación profesional -como amante de Clío, la musa de la Historia- a partir de la obra de uno de los grandes historiadores, y ha dado muchos, que han nacido en esta tierra atlántica común que nos acoge. Me refiero a Marcos Guimerá Peraza (1921-2012) y al estudio que dedicó a "El Pleito Insular", publicado entre 1967 y 1974 en el prestigioso Anuario de Estudios Atlánticos, en cinco entregas sucesivas, que pueden ustedes leer en el enlace anterior.  

Un pleito difícil de entender para quien no sea canario, no solo por lo que tiene de peculiar e idiosincrásico, sino por la carga política que lo provocó, lo mantuvo, y que aún colea, y que en realidad se resume en la lucha por la hegemonía en el archipiélago de las burguesías dominantes y enfrentadas de las ciudades de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria. 

Guimerá Peraza lo deja meridianamente claro desde el inicio del primero (1967) de los estudios que le dedicó: "Las luchas por la capitalidad, primero, y por la división, después, cuentan con más de un siglo de antigüedad en el Archipiélago Canario. Y gozan siempre, por desdicha, de actualidad, tan pronto se apunta, siquiera, el tema de la unidad regional, después de más de cuarenta años de la división, en dos, de la provincia de Canarias. 

Con la renovación del pleito insular, -sigue diciendo- el tema de la capitalidad resurge. Orillado con la división de 1927, sustituido mucho antes por el divisionismo, con la pensada creación de regiones cobra el problema de la capitalidad del Archipiélago nuevos bríos. 

Como es sabido, -continúa- la organización de las Islas Canarias, antes y después de la Conquista, a fines del siglo xv, fue por Islas, regidas por sus antiguos Ayuntamientos o Cabildos. No hubo nunca una capitalidad provincial o regional, que extendiera su jurisdicción a todo el territorio. Había, sí, en la isla de Gran Canaria una Audiencia y un Obispado; como en la de Tenerife una Comandancia o Capitanía General, desde finales del siglo XVII : concretamente, instalada en Santa Cruz desde 1723, por el Marqués de Vallehermoso. Pero no existió una capital administrativa, poiítica ni económica, hasta bien entrado el siglo XIX.

La realidad -añade- es que la unidad ha sido, y es, la Isla. El Archipiélago es, por definición, un conjunto de Islas, y en las Canarias presentan caracteres bien distintos entre sí, y no sólo geográficos. La historia, política y administrativa, ha coincidido con la geografia. Y la economía ha presentado diferencias notables entre Islas.

Pues bien, pese a ello, -concluye- al nacer la Provincia de Canarias con la Constitución de 1812, surgió, casi de inmediato, el pleito sobre la capitalidad. Pero como quiera que la pugna entre Tenerife y Gran Canaria ya había aparecido desde el Motín de Aranjuez en 1808, nuestro estudio va a comprender la historia de la lucha por la capitalidad durante el primer tercio del siglo a XIX, es decir, la parte del mismo que va desde la guerra de la Independencia  contra Napoleón hasta el final de la primera guerra carlista: de 1808 a 1839". 

El pleito que tan exhaustivamente relata Guimerá Peraza es evidente que ya no es lo que era, ni histórica ni políticamente, pero sigue estando ahí por algo tan sencillo de explicar como difícil de entender para muchos: que la realidad insoslayable de Canarias, como él mismo enfatiza, es la "isla", y que el archipiélago canario son siete (o trece) islas diferentes física, histórica, social, cultural y económicamente. Y para resolver circunstancias como esta se inventó, a finales del siglo XVIII, el federalismo.

Federalizar Canarias supondría replantearse la distribución del poder político en el seno de la Comunidad Autónoma de manera horizontal entre el gobierno regional y los gobiernos insulares mediante un reparto de competencias tasado estatutariamente tanto a nivel regional como insular, y la configuración de un parlamento regional (o Cabildo General de Canarias), bicameral, en el que estuvieran representados tanto el pueblo del archipiélago en su conjunto como cada una de sus islas (consideradas como entidades territoriales propias y autónomas) con competencias colegislativas iguales para ambas cámaras, y otras propias y específicas de cada una de ellas. 

La cámara de elección popular podría ser elegida por la totalidad de la población del archipiélago mediante un sistema proporcional puro, en una circunscripción electoral única, y con listas cerradas pero no bloqueadas, en las que elector pudiera ordenar por orden de preferencia hasta una cuarta parte de los candidatos de la lista de su elección. Aunque a decir verdad, yo prefiero un sistema electoral directo y mayoritario, a dos vueltas, en circunscripciones electorales de igual número de electores, en las que se elija a un solo candidato, de forma que el voto de cada elector valga exactamente lo mismo en todas y cada una de las circunscripciones.

La cámara territorial podría conformarse por representantes de los gobiernos de los Cabildos Insulares, en número igual para cada uno de ellos, y con entre uno y cinco votos para cada isla en función de su población de derecho. 

No es la primera vez que planteo esta posibilidad. Lo hice ante el propio Parlamento de Canarias en 1995, 1996 y 1997, con ocasión de las deliberaciones que llevaron a la reforma del Estatuto de Autonomía, y en varios artículos publicados en la prensa regional que tuvieron cierta repercusión en medios académicos y universitarios, pero ninguna política. Esos artículos pueden leerse, en el blog en las entradas correspondientes a los días 26 y 27 de octubre y 25 y 28 de noviembre de 2006. 

Respecto al tan traído y llevado tema de las identidades compartidas, como digo en la presentación del blog, me gustaría dejar claro expresamente que no tengo problema alguno al respecto: me siento tan ciudadano (de mi ciudad, Las Palmas) como grancanario, canario, español y europeo. No renuncio a ninguna, no las confronto, todas son mías y con todas me siento igual de solidario. 

Como los lectores de Desde el trópico de Cáncer saben, me gusta definir a Canarias como un estado de ánimo rodeado de agua por todas partes que tiene sus pies en África, su corazón en América y todo lo demás en Europa. Desde ese estado de ánimo, pleno de esperanza en un futuro mejor: ¡feliz Día de Canarias a todos los canarios de las islas y la diáspora! 

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




Himno de Canarias 




Entrada 2288
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"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)

miércoles, 28 de mayo de 2014

Día de Canarias, 2014




Escudo de Canarias






La patria es una peña, la patria es una roca, la patria es una fuente, es una senda y una choza.
Mi patria no es el mundo; mi patria no es Europa; mi patria es de un almendro la dulce, fresca, inolvidable sombra. 
A veces por el mundo con mi dolor a solas recuerdo de mi patria las rosadas, espléndidas auroras. 
A veces con delicia mi corazón evoca, mi almendro de la infancia, de mi patria las peñas y las rocas. 
Y olvido muchas veces del mundo las zozobras, pensando de las islas en los montes, las playas y las olas. 
A mí no me entusiasman ridículas utópias, ni hazañas infecundas de la razón afrenta, y de la Historia. 
Ni en los Estados pienso que duran breves horas, cual duran en la vida de los mortales las mezquinas obras. 
A mí no me conmueven inútiles memorias, de pueblos que pasaron en épocas sangrientas y remotas. 
La sangre de mis venas, a mí no se me importa que venga del Egipto o de la razas célticas y godas. 
Mi espíritu es isleño como las patrias rocas, y vivirá cual ellas hasta que el mar inunde aquellas costas. 
La patria es una fuente, la patria es una roca, la patria es una cumbre, la patria es una senda y una choza. 
La patria es el espíritu, la patria es la memoria, la patria es una cuna, la patria es una ermita y una fosa. 
Mi espíritu es isleño como las patrias costas, donde la mar se estrella en espumas rompiéndose y en notas. 
Mi patria es una isla, mi patria es una roca, mi espíritu es isleño como los riscos donde vi la aurora.

"Canarias" (Canto VII): Nicolás Estévanez (1838-1914)





El Teide (Parque Nacional de Las Cañadas, Tenerife, Islas Canarias)




El próximo viernes, 30 de mayo, celebramos en las islas el Día de Canarias, Hoy, en esta mañana más bien invernal, cubierta de nubes, mis nietos más pequeños han desfilado con sus compañeros de colegio vestidos con los trajes típicos canarios por la calle Triana de Las Palmas.

No tenía pensado sumarme a la celebración de la efeméride pero su presencia, la de los niños, y el futuro que ellos representan, me han animado a elaborar a toda prisa esta entrada del blog que les dedico a ellos y a todos los canarios que viven en la diáspora, voluntaria o forzada, lejos de la tierra que les vio nacer. Pero también, como no, a los que en ella permanecemos apegados a su mar, sus volcanes, sus barrancos, sus bosques, sus montañas, sus playas y desiertos, y sus eternos alisios, compartiendo en nuestros corazones los inolvidables versos de Nicolás Estévanez. Versos de los que, por otra parte, otro gran poeta y filósofo enamorado de Canarias, Miguel de Unamuno, dijera con socarronería vasca que "pobre del que no tiene otra patria que la sombra de un almendro porque acabará por ahorcarse en él".

Y ya que citamos intelectuales, otro gran intelectual canario, Domingo Pérez Minik, dijo sobre la canariedad que "para salvar estos enormes peligros [el del aislamiento de las islas] para su salud física y anímica, al insular no le cabe otro remedio sino exilarse por su propia voluntad y regresar luego con el tesoro de las grandes correrías por el ancho mundo, o manteniéndose en su paraíso, excitar al extranjero a venir a su encuentro, cuanto más extranjero mejor, bien para convivir amigablemente, bien para sostener un debate fecundo de recelos y sugestiones".

Cosas del alma canaria... Para todos ellos, los canarios de fuera y los canarios de dentro: ¡feliz Día de Canarias! Y ahora sean felices, por favor, y como decía Sócrates,  "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




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El himno de Canarias cantado por Los Gofiones






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Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri)

domingo, 23 de junio de 2013

Gran Canaria en la Historia: El Real de Las Palmas cumple 535 años





La plaza de Santa Ana, corazón del Real de Las Palmas



Mañana, 24 de junio, El Real de Las Palmas, la actual ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, cumple 535 años. Cierto, todos cumplimos años, también las ciudades, y quizá no sea para tanto, pero no es muy habitual que una ciudad sepa la fecha exacta de su fundación, de su nacimiento y mucho menos de las circunstancias y hechos que dieron lugar a ello; no, al menos, en esta vieja tierra que es España. Pero no es el caso de Las Palmas. Se sabe la fecha exacta de su fundación, los motivos que la provocaron y de las vicisitudes que tuvo que afrontar en sus primeros momentos de existencia... Ensayo general de lo que solo catorce años más tarde sería la gesta del descubrimiento y colonización del continente americano.

Este es el relato que de su fundación hizo el historiador y prócer canario, paradigma de la Ilustración en las islas, Josep de Viera y Clavijo (1731-1813) en su libro "Noticias de la historia de Canarias". (Tomo I. Cupsa Editorial, Madrid, 1978) en edición de Alejandro Cioranescu.

"Libradas las referidas órdenes, se hicieron a la vela desde el Puerto de Santa María, a 28 de mayo de 1478, tres navíos bien pertrechados de municiones de guerra y boca, y surgieron en el de las Isletas de Canaria, a 24 de junio por la mañana. Aunque esta navegación fue de un mes, asegura Abreu Galindo que se hizo con próspero viento. Y habiendo desembarcado la tropa en aquel arenal, sin que hubiese quien la inquietase, fue la primera obra en la que se ocupó la de cortar algunos ramos de palma, con los cuales se formó una gran tienda, a cuya sombra erigieron un altar. Como era día de San Juan Bautista, celebró la misa el dean Bermúdez; y todos los soldados la oyeron devotamente, pidiendo a Dios con las armas en la mano les favoreciese en el exterminio de aquella pobre nación que iban a invadir. Después hizo marchar su gente el general Rejón hacia el territorio de Gando, con la mira de reedificar la torre que habían construido los Herrera y fortificarse en sus contornos; más habiendo llegado al barranco o rio de Guiniguada, donde está la ciudad de Las Palmas, se presentó repentinamente al ejército una mujer anciana, vestida al uso del país, la que en buen castellano dijo a los nuestros que adónde iban; que el territorio de Gando quedaba todavía lejos y el camino era fragoso; que hallándose con avisos del desembarco, el guanarteme de Telde andaba acaudillando sus súbditos, y que aquel sitio de Guiniguada era un lugar más fuerte, inmediato al mar, bien provisto de agua y de leña, cubierto de palmas, álamos, dragos e higuerales y el más propio para trazar un campo, desde donde se podría recorrer toda la isla.

Como estas advertencias eran tales, que el general español no debía haber esperado a que una mujer canaria se las hiciese, al instante la tomaron por guía y fijaron el campo en el paraje que ella les señalaba. Pero apenas habían hecho alto las tropas y empezaban a levantar sus tiendas, se desapareció la canaria incognita con admiración universal, Juan Rejón, que sin ser escrupuloso era devoto de Santa Ana, se persuadió o quiso persuadir a los otros que la madre de María Santísima, bajo la figura de aquella buena mujer, había descendido del cielo a dirigirle en el primer paso de su campaña; por tanto, dio orden para que se edificase allí una iglesia con la advocación de Santa Ana, cuyo patronato se ha conservado siempre.

La noticia de esta piadosa creencia (que también pudo ser estratagema política de Rejón para animar sus tropas) es de fray Juan Abreu Galindo; pero los demás escritores o la omiten o la reducen a circunstancias más regulares. Estos sólo dicen que habiendo sorprendido las espías españolas a cierto isleño anciano que pescaba en la ribera del mar, les dio aquel saludable consejo, sin añadir que el anciano se desapareciese ni que le tuviesen por ningún santo los cristianos que le cogieron.

Como quiera que fuese, no hay duda que se formó el campo español en las márgenes del Guniguada; a una legua corta del puerto; que lo fortificaron con una gran muralla de piedra y troncos de palma; que se construyó un torreón y un largo almacén para las provisiones; que se intituló, desde luego, el "Real de Las Palmas", a causa de la gran copia que había de ellas, todas frondosas y eminentes, y que se edificó la pequeña iglesia de Santa Ana, ermita ahora de San Antonio Abad".

Eso ocurría, tal día como el de mañana de hace 535 años. Nacía El Real de Las Palmas, la actual ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Sede primada de la Iglesia de África, primera ciudad fundada por españoles fuera de Europa.




La Casa de Colón (Vegueta, Las Palmas)



Nuestra ciudad, con 535 años de historia, fue en sus inicios más campamento militar que urbe. El Real de Las Palmas, levantado en la margen derecha del barranco Guiniguada, fue el primer centro urbano ultramarino de Europa y sirvió como ejemplo para crear centenares de ciudades en América, desde la Patagonia a Estados Unidos.




Palacio Episcopal (Vegueta, Las Palmas)



En poco tiempo, el Real de Las Palmas pasó de bastión militar -desde el que se inició la conquista de Gran Canaria- a floreciente villa. Donde hoy se ubica la Ermita de San Antonio Abad y la Casa de Colón, hincaron los castellanos sus pendones.




Lady Harimaguada (Vegueta, Las Palmas)



Finalizada la conquista de la Isla cinco años después, se dio inicio a la colonización con el reparto de tierras y la introducción de la caña y la fabricación de azúcar destinada a los mercados europeos. Es este cultivo el que determina el primer impulso económico, demográfico y urbanístico importante de Las Palmas de Gran Canaria. Permite el ‘salto’ al otro lado del Guiniguada y da lugar a la formación de Triana. Un barrio, desde sus comienzos, comercial y marinero, pues también aquí -en el actual parque de San Telmo- se ubica el primer puerto.




El Gabinete Literario (Triana, Las Palmas)



Durante siglos, la capital grancanaria se limitó a La Vegueta y Triana, debido a las murallas que sirvieron para su defensa ante la multitud de ataques piráticos que padeció en los siglos XVI y XVII. Así, mientras en octubre de 1595 las milicias de canarios rechazaron la embestida de 27 navíos capitaneados por los británicos John Hawkins y Francis Drake; en junio de 1599, los holandeses, al mando de Van der Does, protagonizaron uno de los episodios más trágicos de nuestra historia, con el saqueo y el incendio de las edificaciones más representativas.




Parque de San Telmo (Triana, Las Palmas)



La industria de la cochinilla y la construcción del nuevo puerto en el XIX sacan a la ciudad del largo letargo de los siglos anteriores, sólo amortiguado por las innovaciones de la Ilustración. A mediados de centuria la ciudad comienza a extenderse hacia la bahía de La Isleta, hacia el actual Puerto de La Luz, cuya construcción en 1883 propició la modernización de la ciudad. Sin el Puerto, Las Palmas de Gran Canaria sería otra.




Auditorio Alfredo Kraus (Las Canteras, Las Palmas)



Por el mar llegaron los viajeros y los pobladores que han ido conformando la imagen abierta y amable de los palmenses. Castellanos, flamencos, genoveses y portugueses buscaron aquí tierras libres para asentarse; hicieron parada de camino a América o emplearon la ciudad como plataforma tricontinental. Las Palmas de Gran Canaria es un crisol de razas y culturas, una sociedad cosmopolita.




Playa de Las Canteras (Las Palmas)




En este vídeo que acompaña la entrada, los dos más importantes y famosos grupos musicales de Canarias, Los Gofiones y Los Sabandeños, cantan conjuntamente a Gran Canaria. Disfrútenlo. Y sean felices, por favor, a pesar de todo y de todos. ¡Y feliz cumpleaños, Las Palmas! Tamaragua, amigos. HArendt





Entrada núm. 1888
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"Tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad. Los tiempos felices son en ella páginas en blanco" (Hegel)
"Todas las penas pueden soportarse si las ponemos en una historia o contamos una historia sobre ellas" (Isak Dinesen