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domingo, 22 de mayo de 2016

[Poesía y música] Hoy, con San Juan de la Cruz y Georg Friedrich Händel



Apolo y las Musas, de Bertel Thorvaldsen



Como afirmo en una de las entradas más leídas del blog soy capaz de recordar y reconocer casi cualquier fragmento de texto literario o película que haya leído o visto, aunque solo haya sido una vez en la vida. Por el contrario, ni el Azar ni la Naturaleza, mis divinidades paganas preferidas, me han dotado del mismo talento para la música. La diosa Terpsícore me ha negado sus favores, salvo en aquellas piezas que ya forman parte, por la amplitud de su difusión, del imaginario colectivo de la humanidad. Y esa incapacidad para recordar y reconocer piezas musicales, es una de las circunstancias que más dolor me producen, porque en contraste con ellas la música es de todas las Bellas Artes la que más profundas emociones me provoca.

George Steiner, uno de los más grandes intelectuales del siglo XX, dice en su libro Errata. El examen de una vida, uno de los más hermosos textos que he leído nunca, lo siguiente: "El canto (y la música) es, simultáneamente la más carnal y la más espiritual de las realidades. Aúna alma y diafragma. Puede, desde sus primeras notas, sumir al oyente en la desolación o transportarlo hasta el éxtasis. La voz que canta es capaz de destruir o de curar la psique con su cadencia". Estoy en completo acuerdo con él.

La UNESCO instituyó el año 2000 el Día Mundial de la Poesía, que se celebra cada 21 de marzo, entendiendo que el mundo contemporáneo tiene necesidades estéticas y sociales que la poesía puede cubrir. Así pues, continúo con esta entrada de hoy la nueva sección del blog, Poesía y música, aunando algunos de los más bellos poemas en español con algunas de las más hermosas arias operísticas de la historia.

Continúo hoy la serie dedicada a Poesía y música con el poema DNoche oscura, de San Juan de la Cruz y la bellísima aria Hallelujah (Aleluya)del oratorio El Mesías, de Georg Friedrich Händel, cantada por el Mormon Tabernacle Choir, de Salt Lake City, Utah, Estados Unidos. Pueden verla y oírla en el vídeo de más abajo o desde este enlace.

San Juan de la Cruz (1542-1591), cuyo nombre secular era Juan de Yepes Álvarez y su primera identificación como fraile Juan de San Matías, fue un religioso y poeta místico del renacimiento español. Fue reformador de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo y cofundador de la Orden de los Carmelitas Descalzos con Santa Teresa de Jesús. Desde 1952 es el patrono de los poetas en lengua española. Les dejo con su poema Noche Oscura


NOCHE OSCURA

En una noche oscura
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.

A oscuras, y segura,
por la secreta escala disfrazada,
¡Oh dichosa ventura!
a oscuras, y en celada,
estando ya mi casa sosegada.

En la noche dichosa
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía,
sino la que en el corazón ardía.

Aquésta me guiaba
más cierto que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.

¡Oh noche que guiaste!
¡Oh noche amable más que la alborada:
oh noche que juntaste
Amado con Amada.
Amada en el Amado transformada!

En mi pecho florido,
que entero para él sólo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.

El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía.

Quedéme, y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.



Georg Friedrich Händel (1685-1759) fue un compositor alemán, posteriormente nacionalizado inglés, considerado una de las figuras cumbre de la música del Barroco y uno de los más influyentes compositores de la música occidental y universal. En la historia de la música, es el primer compositor moderno en haber adaptado y enfocado su música para satisfacer los gustos y necesidades del público en vez de los de la nobleza y de los mecenas, como era habitual.

El Mesías es un oratorio compuesto por Georg Friedrich Händel en 1741. Mientras que en los demás oratorios de Händel puede reconocerse una marcada influencia italiana, la música de El Mesías se arraiga en las antiguas pasiones y cantatas alemanas. Compuso la obra en Londres, en apenas tres semanas. Este oratorio fue representado en el Covent Garden y dirigido por Händel todos los años en la época de Pascua hasta el día de su muerte. Disfruten de su Aleluya.





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




HArendt




Entrada núm. 2745
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

lunes, 14 de mayo de 2012

La iglesia y sus demonios





La iglesia católica universal y la española en particular mantienen su pertinaz obsesión inquisitorial fruto de una tradición de siglos. El historiador Américo Castro (1885-1972) ya enfatizó sobre ello: "Desde 1481 el supremo tribunal del Santo Oficio fue como ciertos Ministerios del Interior, la Gestapo, la NKVD, y todo lo parecido a esos arbitrarios medios de coerción y terrorismo para la masa disconforme. Todavía -añadía-, en 1600 calificaba el padre Mariana a la Inquisición de servidumbre gravísima y a par de muerte". 

Desaparecida formalmente en 1820, la inquisición sigue ahí, con nombre distinto pero misma función. Y si ahora no quema a los heterodoxos no es porque no quiera, sino porque no puede ni la dejan.

Varias noticias de prensa en estos días han sacado el asunto a relucir: La amonestación vaticana a una asociación de monjas estadounidenses, preocupadas por el deterioro y la injusticia social [1], es una de ella. Otra, la condena [2] del teólogo español Andrés Torres Quiroga. Es solo una muestra de como está el ambiente; no creo que merezca la pena insistir al respecto.

No soy creyente. A pesar de ello, o quizá por ello, siento un profundo respeto por las religiones, especialmente por la cristiana, a la que el filósofo español George Santayana (1863-1952) calificaba como parte sustantiva de la cultura occidental y fuente simbólica de inspiración para nuestro perfeccionamiento personal. 

Hay una frase de la filósofa francesa, de origen judío, Simone Weil (1909-1943) que me impactó desde que la leí por vez primera: "Si el Evangelio omitiera toda mención de la resurrección de Cristo, la fe me sería más fácil. La Cruz sola me bastaría".

En ese sentido podría yo decir sin rubor que me siento cristiano.

A mí el catolicismo de los españoles me produce vergüenza ajena. Es más idolatría que religión. Casi nada que ver, salvo por el nombre, con el mensaje de su fundador. Y si en el pueblo llano -el escritor francés Georges Bernanos (1888-1948) decía que él tenía la fe no de un bretón, sino la de una bretona-, podría resultar excusable la ignorancia casi absoluta sobre los fundamentos de la fe que dice profesar, no lo es en cuanto al comportamiento exigible a su jerarquía, que tiene de todo menos de caridad cristiana. Pruebas de esto último, las que se quieran, rozando el cinismo cuando no la más absoluta desvergüenza.

No es de extrañar que españoles que elevaron la mística [3], entendida como la relación íntima y espiritual entre el ser humano y su Creador a categoría universal, como Teresa de Jesús, Juan de la Cruz o Fray Luis de León, tuvieran problemas con el Santo Oficio. Y lo que son las casualidades, si es que algún ignorante quiere verlo así, que los tres fueran "cristianos nuevos", o lo que es lo mismo, descendientes de judíos convertidos al cristianismo.

Como complemento de la entrada les invito a ver el vídeo [4] que sobre el pensamiento de Simone Weil en relación con la paz y la guerra, guerra que ella vivió con intensidad, he encontrado en YouTube.

Y sean felices, por favor, a pesar del gobierno y de monseñor Rouco y compañía. Tamaragua, amigos. HArendt


   


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Entrada núm. 1467
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"Tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
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"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad. Los tiempos felices son en ella páginas en blanco" (Hegel)