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viernes, 19 de junio de 2015

[Literatura] Un cuento cada día. Hoy, "El nadador", de John Cheever









Durante los próximo meses voy a traer hasta el blog algunos de los relatos cortos más famosos de la historia de la literatura universal. Obras de autores como Philip K. Dick, Franz Kafka, Herman Melville, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, Alberto Moravia, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Lovecraft, Jack London, Anton Chejov, y otros... 

Hoy continúo la serie con "El nadador", de John Cheever (1912-1982). Autor de relatos y novelista estadounidense, frecuentemente llamado el "Chejov de los barrios residenciales". Su expulsión de la Academia Thayer, por fumar, terminó con su educación y al mismo tiempo fue el núcleo de su primer relato, "Expelled". A partir de ese momento, Cheever se dedicó por completo a escribir cuentos que progresivamente encontraron espacio en revistas y periódicos, y finalmente en la famosa revista The New Yorker, con la que mantuvo, hasta el final de sus días, una intensa relación. En 1939 publicó su primer libro de relatos. En éste, y en los que seguirían, Cheever se afanó por mostrar la infelicidad y las fisuras de la gente de clase media alta con la que siempre convivió. Relatos clásicos como "El nadador", que hoy reproduzco, son una muestra de la mirada detallista y a la par simbólica de la mayoría de sus cuentos. Sus siguientes libros de relatos lo reafirmaron como uno de los grandes escritores de Estados Unidos y uno de sus mejores cuentistas. La visión muchas veces sombría que habita en sus cuentos, y la pobreza moral de muchos de sus personajes, vino a reafirmarse con temas como la homosexualidad, el alcoholismo, las relaciones frustradas, y las tensiones de la vida doméstica, que son los que atraviesan la mayoría de sus creaciones. En 1979 ganó el Premio Pulitzer. 


Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt





John Cheever




Entrada núm. 2345
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"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)