jueves, 30 de noviembre de 2017

[Galdós en su salsa] Hoy, con "La de Bringas"




Estatua de Galdós (Pablo Serrano, Las Palmas GC)


Si preguntan ustedes a cualquier canario sobre quien en es su paisano más universal no tengan duda alguna de cual será su respuesta: el escritor Benito Pérez Galdós. Para conmemorar su nacimiento, del que van a cumplirse 174 años, he ido subiendo al blog a lo largo de los últimos meses su copiosa obra narrativa, que comencé con el primero de sus Episodios Nacionales, colección de cuarenta y seis novelas históricas escritas entre 1872 y 1912 que tratan acontecimientos de la historia de España desde 1805 hasta 1880, aproximadamente. Sus argumentos insertan vivencias de personajes ficticios en los acontecimientos históricos de la España del XIX como, por ejemplo, la guerra de la Independencia Española, un periodo que Galdós, aún niño, conoció a través de las narraciones de su padre, que la vivió. 

Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, en las islas Canarias, el 10 de mayo de 1843 y fallecido en Madrid el 4 de enero de 1920, Benito Pérez Galdós fue un novelista, dramaturgo, cronista y político español, uno de los mejores representantes de la novela realista del siglo XIX y un narrador esencial en la historia de la literatura en lengua española, hasta el punto de ser considerado por especialistas y estudiosos de su obra como el mayor novelista español después de Cervantes. Galdós transformó el panorama novelístico español de la época, apartándose de la corriente romántica en pos del realismo y aportando a la narrativa una gran expresividad y hondura psicológica. En palabras de Max Aub, Galdós, como Lope de Vega, asumió el espectáculo del pueblo llano y con su intuición serena, profunda y total de la realidad, se lo devolvió, como Cervantes, rehecho, artísticamente transformado. De ahí, añade, que desde Lope, ningún escritor fue tan popular ni ninguno tan universal, desde Cervantes. Fue desde 1897 académico de la Real Academia Española y llegó a estar propuesto al Premio Nobel de Literatura en 1912. 

Subo hoy al blog su novela La de Bringaspublicada en 1884 por la Imprenta y Litografía La Guirnalda, en Madrid. Es una de las que componen su serie de Novelas españolas contemporáneas que, al desarrollarse casi en su totalidad en escenarios de la capital de España, han generado literariamente el "Madrid galdosiano", similar al Londres de Dickens o el París de Balzac.​ La novela, junto con El doctor Centeno (1883) y Tormento (1884), cierra una posible y discutida trilogía que transcurre en los años anteriores a la Revolución de 1868. Algunos críticos han señalado la posibilidad de que Galdós usase el conjunto para explicar la similitud entre esos años y los de la Restauración, período durante el cual escribió la novela.

Rosalía Pipaón, esposa de Francisco de Bringas (alias Thiers) ha logrado su sueño y ahora vive en el Palacio Real de Madrid, al servicio de la reina Isabel II con la que tiene ciertas semejanzas tanto físicas como psicológicas (del mismo modo que su marido con don Francisco de Asís, consorte de la reina). Con sus aspiraciones sociales conseguidas, no puede evitar embarcarse en una serie de gastos para poder mantener el nivel de la clase que la rodea, excesos que va acumulando sin que se entere su marido, hasta que las deudas acumuladas la lleven a prostituirse.

De las tres novelas que componen la mencionada trilogía, La de Bringas es la más cercana al modelo francés del realismo literario, mostrando un ambiente burgués y noble con gran descripción de los espacios y las vestimentas (frente a la profundidad psicológica de Tormento). Estilísticamente se ha considerado durante mucho tiempo la más convencional de todas (al no poseer por ejemplo los habituales fragmentos teatrales u otros elementos innovadores como el estilo indirecto libre —tercera persona: voz del narrador— que sí se encontraba presente en Tormento).​

También se ha incluido a La de Bringas en el conjunto de novelas del realismo español que reflejan el periodo histórico denominado "de locura crematística" vivido por los representantes de la clase pequeñoburguesa del siglo XIX español que eligieron a la nobleza como referente, y sin reparar, para conseguirlo, en la ética o la moralidad de sus acciones y comportamiento. 






Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: vámonos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt






Entrada núm. 4057
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)